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El latido de tu corazón. por katyka

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Notas del fanfic:

Es un YunJae medio adaptado con ciertas cosas que pasan a diario, mitad fantasía-mitad realidad.

Notas del capitulo:

Hola :)

 

Les traigo la primera parte del primer capi de mi segunda historia. Los primeros capis van a ir un poco lento porque son así como introductorios, así para ir conociéndo a los chicos :)

 

Es algo así como una adaptación sólo que de la vida real, pero no todo hay cosas que le pasaron al vecino del vecino del amigo del sobrino del tío de una amiga de la hermana del tío de mi amiga XD entonces es medio real medio ficticia :)

 

Espero que les guste :)

1

(Primera parte)

 

Jaejoong

 

Abro mis ojos todavía desorientado después de un sueño no tan largo como quisiera.

 

—¡Yah! Jaejoong... Si no bajas en 5 minutos irás al instituto en metro.

 

Sí, esas son las dulces palabras de mi madre para despertarme, miro el reloj y tengo cuarenta minutos para prepararme. Me queda mucho tiempo para estar listo, pero es que eso acostumbra a hacer mi omma para apresurarme, una mentira blanca.

 

—Ne, omma.

 

Me estiro como si fuera un conejo y me salgo de mi cama aún medio dormido directo a la ducha.

 

Me tomo el tiempo suficiente bajo el agua. Salgo de la ducha para arreglarme el pelo y ponerme un poco de protector solar. Por alguna razón no soy de esas personas que toman un bronceado natural cuando se expone al sol, por lo contrario, soy de esas personas que se ponen rojas como un tomate cuando están bajo el sol, se queman, arde mucho mi piel, el rojo se queda por días y cuando se baja apenas y mi piel adquiere un tono, cómo decirlo, ¿un poco menos blanco? Así que prefiero cuidarme del sol porque no me gusta que mi piel pase ardiendo por días.

 

Miro el reloj y me quedan 25 minutos. Tomo del armario mi uniforme. Me lo coloco rápido y corro a la cocina para tomar un poco de jugo con unos pasteles de arroz.

 

Como de prisa, me lavo los dientes y... la madre de las desgracias, se me cae un poco de pasta de dientes sobre la chaqueta azul marina del instituto. Voy al armario sólo para darme cuenta de que no está ninguno de mis otros uniformes.

 

—Omma, ¿En dónde están mis uniformes?

 

Mamá entra en mi habitación mientras se coloca sus aretes de perlas, ya casi lista para ir a la fundación.

 

—La señora de la lavandería tiene que traerlos hoy… ¿Por qué?

 

Soplo un poco de aire por la boca mientras me maldigo por no haberme sacado la chaqueta.

 

—Mmm... Se me regó la pasta.

 

—Te he dicho que te cambies después de desayunar...

 

—No, omma sabes que no me gusta.

 

Ella se acerca al espejo para revisar que todo esté “Perfecto” en su atuendo y como siempre, lo está.

 

—Jae... Tenemos que salir en cinco minutos... Así que tendrás que ir así.

 

Salió de mi habitación como diciendo "ve como lo solucionas", así que estiro mi mano y me llevo la caja de pañitos húmedos para limpiar la mancha. Me toma cerca de quince minutos de pelear con la mancha en el auto para darme por vencido.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

Mi omma me deja en el Instituto... El absurdamente caro instituto que es igual a los demás, bueno salvo por algunas comodidades que tenemos aquí, algunas son buenas otras no tanto, digamos que es una buena máscara para los chicos que van mal en notas y pasan de año. Pero mejor no toco el tema me conformo con no ser parte de ese grupo.

 

Entro al salón y me encuentro con mi mejor amigo Changmin, de verdad si no lo conocen nunca se darán cuenta de que bajo ese sarcasmo hay un gran corazón.  

 

—¡Yah Hyung! ¿Estabas babeando?

 

Tenía que ser Changmin. Lo dijo en voz muy alta y señalando directo a la mancha, aunque a nadie le importó mucho él sabía cuánto me importaba lucir impecable.

 

—Fue un accidente, y la mancha no se quita. —Dije sentándome en la mesa al lado de la suya.

 

— ¿Y a nuestra querida Min Sun-ah no le dio un ataque cuando la vio?

 

—No omma no dijo nada.

 

—¡Omo! ¿Está enferma? Por menos que esa mancha ha armado muchos problemas. En serio deberías decirle a tu padre que la revise.

 

Me reí por el falso tono de preocupación.

 

—Ya deja a mi omma en paz.

 

—Niño mimado.

 

Le saqué la lengua, si ok, era el hijo menor por lo que era el mimado.

 

—¿Cómo te fue ayer?

 

El día anterior había ido a casa de mi muy embarazado hermano, bueno ya era su segundo bebé, se veía hermoso, como siempre, ya casi le faltaba un mes para dar a luz a su segundo bebé. Que era una niña.

 

—Bien. Todo bien. Fuimos a comprar un poco de papel tapiz decorado para la habitación del bebé. Ya sabes en este embarazo se obsesionó con decorar el cuarto él mismo así que ahora es una mezcla entre verde y morado. Luce bien.

 

Le dije sabiendo que eso  no era lo que quería escuchar. Bajó un poco la voz cuando me respondió.

 

—¿Y cómo está Susu? Quiero decir, está bien, supongo…

 

—¿Todavía te gusta mi Hyung?

 

Changmin se dio la vuelta sonrojado.

 

—Ok entonces eso es un sí...

 

Me reí a carcajadas. Changmin mi mejor amigo se había enamorado a primera vista de mi hermano.

 

Hace cinco años conocí a Changmin el primer día de la escuela media, hicimos juntos el primer trabajo de historia, lo habíamos ido a hacer en mi casa y allí vio a mi hyung, por primera vez, siempre sonriente.

 

—No... No me refería a eso. Ya sabes por lo de Yoochun.

 

Me lo dijo esquivando mi mirada. —Pues está bien, pero ya no lo menciona. Creo que decidió olvidarlo. Supongo, pero no te ilusiones está casado y tiene hijos. Te lleva como nueve años, además no…

 

Estiro su mano y me tapó la boca. —Basta, ya lo sé. Pero es que el otro día vi a Yoochun y bueno se supone que ya no estaba en Corea ¿no?

 

—Sí, se supone que está en París.

 

—Pero lo raro, es que no lucía como alguien que viene de París.

 

—¿Dónde lo viste?

 

—Estaba entrando en el edificio al lado de las oficinas de mi papá.

 

—Mmm supongo que está trabajando allí.

 

—Ya, pero no se supone que estudiaba arte contemporáneo, entonces qué hacía en una oficina de contadores.

 

—No lo se. Igual no tiene nada que ver con nosotros.

 

Changmin iba a responder algo más pero entró en maestro a dar las dos primeras horas de Cálculo. Odio cálculo. Yah Kim Jaejoong, sólo falta un año más y adiós cálculo, ¡Jaejoong Fighting! Me di ánimos a mi mismo para poder atender y entender lo que el maestro explicaba. Ya casi llegaban las vacaciones y sólo faltaba un año para graduarme del instituto así que sería una pena reprobar en cálculo.

 

Hablaba acerca de algo acerca de una fórmula para encontrar algunos números y luego tenías que encontrar otra fórmula, una derivada, luego hizo un dibujo, mi lápiz cayó al piso, me agaché para recogerlo y volví a ver hacia el pizarrón, tenía toda la buena intención de seguir con la clase pero de dónde había salido ese “pi” odio los “pis” Aish, ya no entendí nada.

 

Empecé a dibujar un poco de líneas en mi cuaderno, algunos trazos por aquí unos cuantos cuadros por allá, creo que debería traer pinturas de colores y recordé a Yoochun, era un artista, sus cuadros eran geniales, le regaló uno a Susu, era uno muy bonito en el que manejaba desde tonalidades púrpuras hasta tonalidades amarillas, fue exactamente para su cumpleaños número 19, Yoochun y Susu salían desde que tenían 17 años. Pero tres años después rompieron.

 

Eran muy felices o bueno generalmente lo eran aunque Yoochun a veces solía perder el buen temperamento, generalmente discutía con Susu  cuando salía con sus amigos o a las reuniones a las que mamá iba. Era muy celoso y Susu siempre había sido alguien que pasaba rodeado de amigos. Por qué rompieron no lo se, pero mamá me contó que Yoochun había roto su relación con mi hyung porque iba a estudiar arte en París.

 

Dos años y medio después Junsu se casó con Lee Min Ki, el hijo de un empresario hotelero que tenía muchos negocios en Japón y también en Dubái, mi madre había conocido a la suya en alguna reunión en la fundación y de allí los presentaron salieron por un tiempo y se casaron.

 

Mi hyung era, bueno es un prodigio para la música, su voz es increíble pero dejó su trabajo en el Conservatorio Nacional de Seúl para dedicarse a sus hijos, aunque imparte algunas clases privadas. No entiendo por qué Changmin vio a Yoochun en una oficina de contadores. Pero no es un asunto que me concierna y no tenía muchas ganas de preguntárselo a Junsu porque había visto la esperanza en sus ojos a la espera de que Yoochun regresara hasta que iniciaron los preparativos para su boda.

 

—Kim Jaejoong, pase a resolver el siguiente ejercicio.

 

Mierda.

 

Ne.

 

Caminé como un condenado. Pero gracias a Dios y a todos los dioses en los que no creía sonó el timbre que indicaba el cambio de hora.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

—Date prisa Jae, tengo hambre.

 

—Tú siempre tienes hambre.

 

—Si, por eso tienes que darte prisa.

 

—Vale… —fuimos a la cafetería y nos encontramos con otros amigos de otros salones, Hyoyeon, Sooyeon, Donghae, Kibum y Boah. Nos esperaban en una mesa.

 

Como siempre todo iba bien hasta que aparecieron las brujas. No se por qué me odiaban exactamente. Por eso siempre recordaba los que Susu decía “No les hagas caso, nos tratan mal por ser lindos”. Las ignoraba, pero como siempre iban a provocarme.

 

—Mira Yoona, ¿no te parece que huele feo aquí?

 

Hablaban literalmente a mis espaldas, y como siempre habían inventado feos rumores hoy no iba a ser un día milagroso.

 

—Si, Sunny pensándolo bien, hay un terrible olor a Jaejoong y los patéticos por aquí.

 

Nada nuevo no respondí, pero vi a Sooyeon tomar la mano de Hyoyeon para tranquilizarla. Pronto se irían.

 

—Ups.

 

¿Ups? Sentí el yogurt bajar por mi cabeza ensuciando mi cabello y mi uniforme. Después de eso un tomate salió volando de algún lugar y Hyoyeon se lanzó a Sunny arrastrándola por la cafetería hasta que llegó cerca de la mesa de servicios. Y la embarró con todos los acompañamientos que pudo.

 

—Eres una zorra Sunny, mira que hacerle eso a Jae sólo porque tu novio te dejó por él.

 

—Yah suéltame maldita.

 

—Te metiste con uno de mis mejores amigos, ahora atente a las consecuencias.

 

Yoona gritaba detrás de ellas queriéndolas separar pero una enojada Sooyeon la tomó del cabello y la calló.

 

—Par de envidiosas, no soportan que Jaejoong-ah sea más lindo que ustedes dos juntas.

 

Esa fue Sooyeon.

 

—Basta chicas…

 

Les dije y salí a limpiarme un poco. Entré al baño y vi mi reflejo, era un asco. Comencé por quitarme la chaqueta y a lavarme un poco el cabello. Lo pude enjuagar pero el olor a yogurt no se quitaba por nada.

 

—Las chicas han salido bien libradas. No sabes la que se armó, vino el inspector general, pero cuando entró empezaron a llorar y a decir que Yoona y Sunny estaban peleando y las asustaron. Como nadie las desmintió. Yoona y Sunny fueron suspendidas tres días. —Suspiré, iba a tener tres días de descanso sin ellas.

 

Max se acercó al espejo y acomodó su cabello. Tomó mi chaqueta para inspeccionarla.

 

—Por lo menos ya no se nota la pasta de dientes.

 

Miré a Changmin. Con mala cara. Pero velo sonreír hizo que me riera de esta situación.

 

—¿De verdad Hyoyeon y Sooyeon lograron que las suspendan?

 

—Ne.

 

—Las amo.

 

Y era cierto puede que Sunny estuviera muy dolida pero no por eso tenía que atacarme, es decir, yo ni siquiera había hablado de nada con su novio, pero un día me entregó chocolates y terminó con ella. Igual recibí los chocolates, los comimos entre todos mis amigos pero él no me interesaba.

 

—Deberíamos ir al salón, ya casi nos toca regresar a clases.

 

—Ok.

 

—Ni pienses llevar esa cosa apestosa al salón.

 

—Yo no lo haré. —Le lancé la chaqueta a Changmin y por reflejo la cogió. —Lo harás tú.

 

Fuimos corriendo persiguiéndonos hasta que llegamos al salón. Por último Kibum me pasó una funda para guardar mi chaqueta.

 

Las clases siguieron más ligeras, pero todo el mundo hablaba del incidente en la cafetería.

 

Fui a casa con un cansancio total eran casi las ocho de la noche cuando llegaba a casa después de clases y unas lecciones de inglés que estaba tomando aparte, en teoría el instituto al que iba era un instituto de excelencia por lo que tomábamos clases más avanzadas que en otros institutos, aunque a mí no me lo pareciera.

 

Subí al metro para ir a casa, pero la gente evitaba acercarse mucho a mí por el olor, esas brujas ya me tenían cansado, nunca les había hecho nada como para que se comportaran así.

 

Sólo tres semanas más y me libraría de ellas.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

—Jae… ¿te regaste yogurt?

 

—No omma, es que estábamos jugando y a un compañero se le regó el yogurt sobre mi chaqueta.

 

—Déjala en agua hoy porque sino el olor se quedará. Dásela a Sora-ssi para que la lave. ¿Ya comiste?

 

—Sí omma, Sora-ssi me dio algo de cenar.

 

—Ok. Tu papá llamó y dijo que saldría de cirugía casi a las 11, así que mejor no lo esperes despierto.

 

—Ne ¿cómo te fue?

 

—Bien. Adivina qué.

 

Lo miré con expectativa.

 

—Hoy conocí a una ajumma española que me leyó las cartas.

 

—¿Y qué tal?

 

—Dijo que habrían cambios en mi vida y que debería cuidar de mi familia. Además que dijo que hay una sombra que se acerca a la casa.

 

—¿Sombra?

 

—No tengo idea de lo que quiere decir eso.

 

—Bueno, no te lo tomes muy en serio.

 

La verdad yo no creía mucho en esas cosas. Pero parecía divertido que alguien jugara así con tu mente.

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Tres semanas después.

 

—Somos libres.

 

Dijo Changmin aflojando su corbata al salir del edificio.

 

—Por fin.

 

Respondí quitándome mi corbata.

 

—Ne, ¿vamos a un karaoke?

 

Las chicas estaban muy animadas. Los chicos querían ir a celebrar y yo también. Habíamos pasado a nuestro último año del instituto.

 

—Yo no puedo chicos tengo que ir a casa, sino me quedo sin viaje.

 

—Boah. ¿Tienen que viajar hoy?

 

Le pregunté. —Si, en tres días tengo una audición en New York, si todo sale bien…

 

La abracé. —Yah Boah, todo va a salir bien. Eres genial.

 

Se despidió después de un largo abrazo. Me llamó la atención que el abrazo con Changmin fuera largo y ella derramó una lágrima que la limpió rápidamente. ¡Omo! Le gusta Changmin.

 

Se fue después de eso. Mientras nosotros fuimos al karaoke a celebrar.

 

Fuimos a un karaoke cercano a casa de Sooyeon-ah.

 

—¿Pedimos algo de comer? —Changmin apenas ponía un pie en la sala que nos designaron y ya quería comer.

 

—Oppa, vives para comer.

 

—Te canto algo si me compras algo de comer.

 

—Changmin ¿el único motivo por el que vas a cantar es por comida?

 

—Ne.

 

—Arasso. Vamos a comprar algo.

 

Lo jalé del brazo mientras íbamos por algo de comer y beber. Era el momento perfecto para hablar con él de lo que había visto.

 

—Jaejoong-ah, ¿qué se te antoja?

 

Me dijo pasando un brazo por mi hombro.

 

—Agua, tengo mucha sed.

 

—Yah, aburrido… —la muchacha que atendía, vio a Changmin y muy coqueta le explicó el menú. Ni corto ni perezoso Changmin le respondió con una mirada cautivadora.

 

—Dame dos botellas de agua, seis platos de ramen y seis latas de cerveza.

 

Luego sonrió mientras yo rezaba porque no le pidieran su identificación para comprobar si era mayor de edad.

 

—Yah, Changmin yo no voy a tomar.

 

Me miró sobre el hombro como diciendo que me callara y lo hice.

 

—Entonces, son 34000 wons.

 

Le di el dinero que recolectamos entre todos y pagamos, a la final pudimos comprar un par de golosinas más.

 

—Esto… ¿Boah?

 

—Boah ¿qué?

 

Su mirada era sospechosa. —Min-ah ¿qué sucedió con Boah?

 

—Yo… Sabes que ella es grandiosa ¿verdad? —El tono de su voz sonaba demasiado neutro para mi gusto.

 

Asentí con mi cabeza. —¿Pero?

 

—Pero, ella es tan grandiosa que no puedo aferrarme a ella, sabiendo que no pertenece aquí.

 

—No entiendo.

 

Suspiró y su cara lucía ligeramente triste. —Ella me gusta, yo le gusto. El problema es que ella pertenece a ese lugar en el que va a audicionar. Ambos sabemos que sería una tonta si se queda aquí.

 

—¿Debo suponer que está consciente de lo que piensas?

 

—Lo sabe, —una sonrisa sin alegría cubrió su rostro. —Dijo que se quedaría si se lo pedía.

 

—¿Le dirás que se quede?

 

—Creo que la respuesta es obvia. Viste el abrazo ¿no?

 

No entendía como no me di cuenta de esto antes. —¿La quieres?

 

—No lo se.

 

La muchacha que nos atendía llegó con nuestro pedido. Así que tomamos las dos bandejas llenas de comida y cerveza para ir directo a la cabina.

 

 

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Comimos y empezamos a cantar como si no hubiese un mañana, pasamos de canciones muy animadas a otras muy tristes. Según mis amigos tengo una voz muy buena, según yo mi voz es terrible pero de algún modo entre el ramen, el buen ambiente me animé a cantar.

 

Apenas acabé la canción me di cuenta de que la pantalla de mi móvil se prendía, cuando lo revisé tenía dos llamadas perdidas. Y nuevamente entraba una. Era mi omma.

 

—¿Omma? ¿Qué? Pero… ok voy allá en seguida y cómo está Junsu, voy, ok.

 

Me miraron todos a la expectativa. —Junsu, está por dar a luz así que tengo que irme.

 

Los rostros de mis amigos lucían felices y me apresuraban a ir. Sólo Changmin parecía un poco dejado pero se paró enseguida tomando su mochila y alcanzándome la mía.

—Te acompaño al hospital.

 

—Ok.

 

Mi móvil sonó otra vez. Vi la pantalla y me alegraba ver el nombre, al igual que Changmin, era como mi hermano, aunque ese par no se toleraran en general. Hacían un esfuerzo por mí.  —¡Hyun Joong-ah! Ok. Sí, estoy yendo, no es necesario. Gracias. Annyong.

 

Minnie puso mala cara. —¿Qué quería?

 

—Quería venir por mí para ir al hospital, pero me demorará más de lo necesario.

Le sonreí. —Tenemos que darnos prisa, Min Ki-ssi está en Dubái, así que tenemos que Junsu quiere que entre a la cirugía con él.

 

—¿Otra vez?

 

Durante el parto anterior de Junsu su esposo no pudo estar con él porque estaba fuera del país, y me pidió que lo acompañara en su cirugía.

 

—Sí.

 

Min lucía molesto. —¿Y por qué no entra Min Sun-ah?

 

—Junsu quiere que vaya yo.

 

En el parto anterior Junsu había tomado mi mano cuando sintió que el momento se acercaba y me pidió que entrara con él, no había pensado mucho en por qué no se lo pidió a nuestra omma pero ahora que Min lo traía a colación otra vez me estaba planteando esa pregunta. Después de todo la primera vez apenas era un niño cuando entré a esa cirugía y tampoco ha pasado tanto tiempo desde ese día.

 

 

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Llegamos al hospital y  enseguida vi a mi appa.

 

—¡Appa!

 

—¡Jaejoong-ah! ¡Changmin-ah!

 

Mi papá no saludó levantando una mano y revolviendo mi cabello cuando llegamos.

 

—Junsu te estaba esperando. Ya lo están preparando así que date prisa. —Miró a Min.— Puedes esperar en la sala de espera con nosotros porque no nos dejan entrar.

 

—Ok me voy.

 

Fui al cuarto de enfermeras a pedir una bata. A pesar de que mi papá había trabajado allí desde que tengo uso de razón, según la ética médica no podía entrar, así que sus colegas lo dejaron fuera de la operación. Aparte no era su área, siendo el jefe de neurocirugía. No era requerido en obstetricia.

 

—Ha Na-ssi. Buenas tardes.

 

La enfermera que ya estaba en sus cuarenta me tendió una bata azul con un gorro, una mascarilla y unas bolsas para los pies.

 

—Jae, palli ponte esto.

 

—Komowo.

 

—¿Cómo has estado? ¿Ya saliste del Instituto?

 

—Me falta un año todavía pero ya falta poco.

 

—¿Decidiste a que carrera seguirás en la Universidad?

 

—No… no estoy muy seguro. Creo que… no lo se todavía.

 

Me acarició el cabello antes de cubrirlo con la gorra. —Falta mucho, pero debes estar pendiente cielo. Me guiñó un ojo y entramos al quirófano.

 

Vi la adormecida mirada de Susu reconocerme y sonreír débilmente.

 

—Buenas tardes.

 

Saludé con una inclinación.

 

—¡Oh! Jaejoong-ah llegaste.

 

Todos me saludaron, en grupo ¿mencioné que papá había trabajado aquí desde que tengo uso de razón y que casi todos conocían a mi familia? pues bueno así es como todos me conocían.

 

—Ven aquí Jae.

 

Me acerqué a Susu que estaba consciente de todo menos del dolor cuando hundieron el escarpelo en su vientre.

 

—¿Cómo te fue en los exámenes?

 

—Bien, desde hoy soy libre hasta nuevo aviso.

 

—Eso es genial. —Me dio una sonrisa.—Vi que llegó Hyun Joong. Te encontraste con él.

 

—No.

 

Mis amigos tenían la loca teoría de que Hyun Joong, que es como mi hermano, estaba enamorado de mí. Y bueno parece que mi hyung se les había unido.

 

—Susu, tú no por favor.

 

Sonrió. —Jae tú puedes ver lo que me hacen dime ya está casi…

 

Y el llanto de un bebé inundó la habitación interrumpiendo a mi hyung.

 

El médico cortó el cordón y le entrego a la enfermera para que la envolviera. Me la pasó. La abracé y quise llorar.

 

—Susu… ¡kya! Ella es perfecta.

 

Se la coloqué a su lado para que la pudiera abrazar. —Lo se, es perfecta. —Una lágrima caía por su mejilla.

 

Después de unos minutos la Ha Na-ssi se acercó a Susu, acarició su hombro para reconfortarlo. Y le dio una cálida sonrisa. —Bueno hay que llevar a tu pequeña a los cuneros.

 

—Ok.

 

Después lo acompañé hasta que la cirugía terminó y Susu se durmió.

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado gracias por leer.

:) Va a ir un poco más lenta que mi historia anterior

si no la han leído este es el enlace "El maknae es mío"  http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=92875&warning=5

Gracias por leer.

 

PD comenten así sabré si les gusta la historia o la odian, cualquier comentario se vale mientras sea con respeto :)


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