En un departamento de la ciudad de Tokio se encontraba un joven de cabellos castaños y ojos verdes. Durmiendo plácidamente en su cama hasta que su despertador comenzó a sonar a todo volumen, lo cual provoco que su despertar con una de sus manos tomo el aparto, lo apago y lo puso nuevamente en su velador.
Luego de haberse despertado, toma nuevamente el reloj en sus manos para mirar la hora y al verla se da cuenta de que si no se daba prisa llegaría atrasado a su trabajo lo cual provocaría que su jefe le llamara nuevamente la atención por su impuntualidad y no solo eso sino que también le daría el doble de trabajo en forma de castigo por llegar atrasado.
Después que Ritsu pensara en ello se le puso la piel de gallina, la cual no duro mucho dado que no tenía tiempo para perderlo. Así que se paró de la cama en camino al baño donde se arreglo a toda velocidad y salió corriendo hacia el metro, el cual abordo rápidamente, ya dentro de este, se sentó a la vez que rezaba mentalmente a todos los santos para que su jefe aun no haya llegado a la editorial.
Luego de media hora de viaje Onodera por fin llego a su destino, en donde se bajo del tren y se fue velozmente hacia la oficina. Cuando ingreso en esta suspiro aliviado al no ver a Takano, así que saco sus cosas y comenzó a trabajar tranquilamente hasta que sintió un golpe en la cabeza.
- Ite… ¿Por qué fue eso Takano-san? – pregunta Ritsu sorprendido y a la vez molesto.
- Por llegar tarde- responde el de lentes seriamente.
- ¿Cómo lo supo?, si usted no estaba aquí – interroga el castaño algo confundido.
- Por que llegue a la hora y tú no estabas en tu puesto ni en la editorial- contesta a la vez que toma unas hojas de su escritorio.
- “Rayos” – menciona el ojiverde en su mente.
- -Pone una gran cantidad de papeles sobre el escritorio del novato- este es tu trabajo de hoy
- ¿Es una broma?- cuestiona Ritsu sorprendido al ver las cuatro pilas de hojas.
- No
- No podre hacer todo esto en un día
- Ese no es mi problema, espero que esto te enseñe a llegar a la hora-dice Masamune al mismo tiempo en que se va a sentar a su lugar.
- “Lo voy a matar”-piensa Onodera mentalmente.
Las horas pasan tan rápido en la editorial que Ritsu no se dio cuenta de la hora y mucho menos de que casi todos se habían ido menos Takano quien lo observaba a cada tantos minutos de una manera fija y seria. Esa misma mirada hacia que Onodera se pusiera nervioso y se distrajera con facilidad, lo cual provocaba que se demorara mucho más en terminar su trabajo.
Sin embargo llego un momento en que el castaño no soporto por más tiempo el que Masamune lo estuviera vigilando como si fuera un delincuente que acaba de ingresar a la prisión. Así que se levanto de su puesto y fue molesto hacia donde se encontraba Takano con la intención de reclamarle.
- ¿Podrías dejar de vigilarme?, es molesto sentir tu mirada a cada cinco minutos- dice Ritsu molesto.
- No
- ¿Por qué no?-cuestiona Onodera curioso pero sin dejar de estar molesto.
- Porque no tiene nada de malo ver a la persona amada- responde el jefe como si nada a la vez que prende un cigarro.
- -sonrojado- es mejor que vayas a ver a alguien más- menciona desviando la mirada.
- No quiero- dice y piensa velozmente- y eso me recuerda que hace un año te dije lo que sentía por ti y aun no me respondes, ¿Qué sientes por mí?
- -aun sonrojado- yo…yo….te…amo…- lo dice pero muy bajo-
- ¿Qué? no te escuche, repítelo- dice Takano a la vez que levanta la voz.
- De ninguna manera- comenta Ritsu molesto dirigiéndose otra vez a su puesto pero es detenido del brazo por su superior.
- Hazlo, es una orden- ordena el de lentes seriamente mirándolo a los ojos.
- -rojo como tomate- TE AMO –grita molesto-
- Yo sabía que tare o temprano iba lograr conquistarte- dice Takano feliz ya que el fin pudo recuperar el corazón del chico que siempre ah amado.
Masamune se levanta y lo besa apasionadamente para así evitar que su amado novato dijese algo más y echara a perder el hermoso momento.
Fin