Capítulo 1
De nuevo ese deseo se apoderaba de su mente, esas preguntas exasperantes que lastimaban lenta y dolorosamente el corazón del maknae de B. A. P.
¿Por qué no nació antes? ¿Por qué tenía que ser el menor de todos? ¿Por qué tenía que sufrir ser tratado como baby? Por una parte estaba bien, él pensaba, pero por otro lado esa barrera de edad le impedía obtener lo que más quería, es decir, obtener a aquella persona a quien parecía amar desde hace no mucho tiempo. No había día en el que no le doliera el pecho por esas cuestiones, pero se veía obligado a sonreír por su trabajo.
A decir verdad, Zelo siempre miraba con recelo al comandante, quien siempre rodeaba al líder, a su hermoso y preciado líder. Ardía en celos cuando éste le hacia aegyo a Bang o cuando ellos dos interpretaban los papeles de mamá y papá, sabía que no eran nada, ¿Pero por qué Himchan y no él? Obvio, por la maldita edad, maldecía el maknae.
Su rostro parecía herido, frustrado, ardido y triste puesto que ese día, esa tarde, en esa entrevista, en esa pregunta, el líder había contestado algo que en verdad le rompía el corazón a Zelo y a miles de fans a la vez, el líder se encontraba enamorado de “alguien”, para Yongguk existía “alguien” especial, alguien de seguro bonita, coqueta y linda, una chica excepcional o simplemente se trataba de su compañero Himchan, pensaba Zelo callado desde su asiento.
Si mirabas al comandante podías notar un gesto de felicidad, quizás el maknae deducía bien las cosas, quizás no. Después de ese suceso, el gigant maknae no pudo continuar con su trabajo, se sentía con ganas de llorar. Chocolate fue quien se percató de esto y lo mandó directo a casa. Para “fortuna” del peliazul, Yongguk se quedaba a encargarse de él a solas.
Su corazón latía dolorosamente, apenas y podía resistirse las ganas de llorar pero seguía repitiéndose un “no debo” ocultando su rostro en la almohada. Bang entro a la recamara y estabilizó la temperatura de dicho lugar, al final se sentó alado del enfermo.
“¿Te sientes mejor?” pronunció en tono preocupado el líder, pero no obtuvo respuesta. Pasó un rato en silencio, un silencio incomodo, pero al fin la boca del menor se habría.
“Y… ¿Cómo es hyung?” Definitivamente tenía que quitarse ese peso de encima, no planeaba ser masoquista más tiempo, “Ha de ser bastante especial esa persona”
Yongguk sonrió antes de contestar “pues sí, lo es. Aunque también tiene un lado bastante bobo” y rio seguido de la respuesta, Zelo no contestaba nada, eso era extraño según el líder así que continuó “Pero existe un detalle, ni si quiera estoy seguro de que sea mutuo” dijo tímidamente. A Zelo le dolían aquellas palabras, aun así intentaba no desanimarse, él no quería llorar frente a su hyung. Paso de estar acostado a sentarse en la orilla de la cama frente al mayor y con pesar le sonrió.
“Yo creo que no existe nadie que no pueda gustar de ti, hyung”. Yongguk se sorprendió un tanto, pero en un impulso le contestó: “¿Entonces contigo es igual?” pasó una mano por el cabello azul del maknae.
Zelo temblaba ligeramente, ¿había sido descubierto o solo era una burla de su líder? Sentía su rostro sonrojarse, en ese momento perdió cuenta todo lo demás y decidió dar rienda suelta a su corazón, si las cosas no iban bien la única salida seria decir que todo era una broma: “Exactamente hyung, ni yo puedo evitar sentir algo por ti”. Dicho esto espero pacientemente a que el mayor lo matara, pero fue todo lo contrario.
Bang posó su diestra sobre el rostro de su pequeño Zelo y lo atrajo hacia él para darle un beso. Esto hubiera sido hermoso si tan solo el beso que el mayor le dio hubiera sido en los labios y no en la frente. Zelo estaba confundido, pero más que confundido estaba furioso, ¿acaso lo estaba tratando como a un niño? ¿Dijo aquello tan difícil y a vergonzante sólo para que le diera un estúpido beso en la frente? Además, ¿qué no Yongguk dijo estar enamorado de alguien? Si él no amara como lo hace al líder, ya le hubiera roto la nariz.
“¿Te estás burlando de mí? ¿Crees que es un juego? Hyung… aunque sea esta vez… ¡Olvídate de que soy menor! No sufrí en vano solo para recibir este beso tan… ¡Tan!” calló unos instantes y revolvió su cabello con desesperación, el contrario solo se reía, le parecía tierna la escena que el menor le armaba. “además ¿qué fue eso? ¿No se suponía que ya te gustaba alguien?”
Yongguk lo miraba incrédulo, ¿acaso el maknae no carburaba lo suficiente como para saber que ese alguien era él y nadie más? Se puso de pie y pateó al menor como castigo. “te lo dije Zelo, ese alguien es bastante bobo y creo que también retrasado” Solo así hizo que el wifi del menor empezara a funcionar, segundos después sus miradas se cruzaron para comunicarse entre sí un “¡¿enserio?!”. La sonrisa tonta del menor duró solo unos segundos, pues hacía un nuevo berrinche. “Si me vas a tratar como a un niño dejaré de quererte y te voy a odiar hyung” Infló los cachetes.
“¿Cómo esperas que te trate como adulto si me haces berrinches como un niño?” reclamó el mayor con una ceja arriba. “Hyung, no creo que un ‘niño’ quiera besar y acariciar a la persona que ama, o si?” Extendió sus brazos para rodear al propietario de ese largo y sexy cuello que tanto lo tentaba, agachó un poco su rostro y unió sin previo aviso sus labios con los ajenos. Al principio besaba torpemente pero gracias a la experiencia del más grande se convirtió en un beso bastante apasionado. Zelo podía sentir que era correspondido y eso le dio más confianza como para empezar a pasar sus manos por debajo de la camisa de su amado. Ahí paró el beso.
“¿Qué crees que haces babo? regañaba el líder. “¿No te gusta? ¿O no quieres hacerlo? Porque yo sí. Te deseo hyung, desde hace tiempo”.
La piel morena de aquel joven se enchinaba al escuchar tal declaración tan directa por parte del maknae. Aquí el dilema es que Zelo es menor de edad, es un niño y cualquiera que los viera lo acusarían de pederasta, pensaba Yongguk. Ya antes se lo había advertido Himchan, andar con alguien tan menor sería un poco problemático, no para la pareja sino para el público en general. Pero estaban los dos solos en el departamento, los demás no regresarían hasta dentro de 3 horas y recién acababa de decirle a Zelo que él lo quería en ese sentido. ¿Qué podía hacer?
Zelo no estaba dispuesto a dejar escapar esta oportunidad, al fin sabía que era correspondido y también estaba consciente de que tenían tiempo de sobra para amarse todo lo que querían. Apartó sus brazos del mayor sin dejar de mirarlo y se quitó la camisa y se desabrochó el pantalón. A Yongguk le ardía la cara de tan roja que la tenía, si bien ya había visto el cuerpo semi desnudo de su Donsaeng, nunca había visto ese gesto de deseo en él. Zelo lo miraba deseoso al mismo tiempo que mordía sus labios. Lo estaba tentando a pecar. ¿Sería tan idiota el líder como para rechazar a ese Zelo en bandeja de plata?
“Hazme tuyo hyung… por favor”. Con aquella última suplica la cordura y la moral de Bang se fueron por la borda. De nuevo ambos pares de labios se unían en una guerra de poder, la lengua del mayor acariciaba el labio inferior contrario, Zelo al darse cuenta abrió su boca para dar paso a un beso más profundo. Respirar era lo de menos, los dos pensaban, pero era necesario para no morir asfixiados, aun les faltaba lo mejor. El maknae se dejó caer en la cama y se despojó de sus pantalones, con la mirada invitaba a su amado a que le hiciera cuanto quisiese.
Yongguk accedió a la propuesta y se colocó encima del menor, volvía a besar carias veces y después se habría camino por la mandíbula, el cuello, el pecho del menor hasta llegar a lamer y morder sus pezones. El peliazul no podía evitar que varios gemidos escaparan de su boca, después de todo se sentía bien lo que su hyung le hacía, pero no era solo aquello. La habilidosa mano del líder lo acariciaba en su parte intima aun por encima del bóxer.
Para Bang los gemidos de su hermoso maknae eran como una hermosa melodía, podría escucharlo todo el tiempo pero también debía encargarse del apretado ‘problema’ que sobresalía de los boxers grises del peliazul. Esta vez su mano se adentraba por debajo de la ropa e hizo contacto con aquello de Zelo; por otra parte, cuando sintió las caricias de su Hyung en su parte intima no pudo evitar gemir más.
“hyung… si me to… tocas ahí no sé qué haré” decía dificultosamente, puesto que sus jadeos le impedían hablar bien. El mayor sonrió maliciosamente y sin vacilar quito esa última prenda estorbosa, tomó el miembro del menor y se lo llevó a la boca como si de un helado se tratara. Un gran gemido fue la respuesta a ese acto, Zelo estaba que moría de tanta excitación. Las lamidas y los pocos mordiscos que le ofrecía el mayor al miembro del menor hicieron que se viniera en la boca de éste y sin más remedio lo tragó. Verlo hacer aquello mató de vergüenza al maknae, se tapó su rostro con ambas manos y sólo se dedicó a recuperar el aliento. Pero no pasaron ni 2 segundos para que volviera a gemir, su hyung se había adentrado en él con uno de sus dedos. Lo estaba preparando para lo que venía. Un dedo, dos y hasta tres masturbaron la entrada del más joven por un rato, después los sacó, a lo que el menor desaprobaba con quejidos.
El líder se quitaba toda la demás ropa para quedar a la par con su amado, tomó su miembro y lo puso en la entrada del peliazul, al cabo de unos segundos ‘enterró’ una estaca en el interior del maknae. Zelo gimió mucho más fuerte que antes, algunas lágrimas salieron de sus ojos pero Bang lo besó a prisa para tratar de calmarlo.
“¿Te duele mucho?” preguntaba preocupado. “T-Tú solo sigue…”. El mayor obedeció gustoso y empezó la verdadera ‘lucha’. Cada embestida embriagaba de placer a los dos, ambos gemían y jadeaban en un ritmo continuo. Zelo incluso tuvo que aferrarse a la cabecera de la cama, su hyung lo iba a partir tarde o temprano… más bien fue temprano.
“¡Hyung! M-me vendré otra vez…” Y como dijo lo hizo…
Pasaron unos momentos antes de que Zelo abriera los ojos. Miró alrededor… se encontraba solo en esa gran cama. Yongguk no estaba a su lado, ni si quiera había rastros de él. Zelo estaba aturdido, se sentó y agachó la mirada, extendió sus manos aun tratando de hallar la presencia de su amado pero nada, estaba vacío. Unas cuantas lágrimas se paseaban por sus mejillas sin permiso pero ya no le importaba a Zelo.
Nada había pasado, todo había sido un sueño, una mala jugada de su subconciente. Ni él se había declarado ni Yongguk le correspondía… Todo estaba igual o quizás peor.