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Fresa Salvaje por Jeka

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Notas del fanfic:

Oh bueno… Siglos pero siglos que no escribía nada (más que nada la escuela me robó mucho tiempo y ganas de escribir). La última historia que escribí y colgué aquí fue en 2009 y recién comenzaba la carrera (¡Wow, cómo vuelan los años!). Ahora que estoy a punto de egresar he querido retomar éste hobbie que me encanta~ He tratado de ir mejorando mi escritura en estos años de inactividad pero sigo siendo torpe para algunas cosas, je…

Ahm… Dejando mi sentimentalismo de lado, espero disfruten la historia  sin sentido que salió en una noche de insomnio =)

Antes de que lo olvide, abajito les dejo el link de la canción que me inspiró a escribir esta perversión que están por leer. Amo esa canción desde que tengo uso de razón, siempre me ha parecido sexy y teniendo un baka cantante rosa tuve que aprovecharla XD

Fuente de inspiración

http://www.youtube.com/watch?v=t_VH6LdhPzM

Solo debo decir… ¡Amen la canción de “Fresa Salvaje”!

Notas del capitulo:

Disclaimer

Gravitation no me pertenece (sino Ryuichi sería solo mío *¬*) solo utilizo a sus personajes para escribir fics sin recibir nada a cambio.

Fresa salvaje tampoco me pertenece ni Camilo Sesto (Para mi mala suerte ;w;), todo pertenece a sus respectivos autores intelectuales.

Fresa salvaje, ah~

con cuerpo de mujer, ah~

hay vida en tu vida, ah~

pero hay algo que no ves, ah~

ye eh eh eh fresa salvaje. “

 

Detenido en el umbral de la sala miraba un Yuki completamente atónito lo que sucedía en medio de ella.

Era la cosa más sexy que hubiera visto en su vida.

Shuichi estaba completamente ido en el ritmo de la canción que sonaba en el reproductor de sonido. No lograba identificar ninguna de las palabras en que cantaba aquella voz melodiosa pero había algo en esa canción que la hacía demasiado sugerente, no sabía si era el tono como cantaba aquel desconocido, el coro, la ropa que llevaba puesta o sólo era el hecho de ver a su pequeño bailando como lo estaba haciendo en esos instantes.

Estaba en el centro de la sala dándole la espalda, movía sus caderas de forma insinuante de izquierda a derecha repitiendo el movimiento de forma sensual y lenta. En un instante posó sus delicadas manos en su cadera y comenzó un pequeño descenso moviéndolas.

La ropa que llevaba le dejaba apreciar todo el esplendor de su pequeño y bien tonificado cuerpo  que después de horas de baile y entrenamiento se mantenía en excelentes condiciones a causa de su loco manager. Ese escandaloso  short color café que dejaba completamente al aire sus largas y preciosas piernas por ser tan jodidamente corto y enfatizaba su delgada cintura haciéndola lucir más pequeña de lo que era, la camisa tres cuartos a franjas verdes y blancas que llevaba le quedaba un poco grande y resbalaba un ligeramente sobre sus hombros, debajo de esa traía otra camisa sport negra. A pesar de tener ambas podía ver perfectamente ese par de encantadores hombros  que parecía resplandecer en un tono dorado bajo el efecto de la luz incidental.

Después de incorporarse aun con las manos en su caderas comenzó un viaje ascendente con ellas tocando sus costados de forma lenta y al llegar a la altura de su pecho, bajó lentamente la mano derecha y después la izquierda, ambas posándolas en la parte trasera de su espalda a la altura de su cintura. Se agitó un par de veces de derecha a izquierda y onduló tres veces su columna vertebral haciendo gala de su flexibilidad, sacando su pequeño pecho hacia el frente y levantando ese fantástico trasero que tenía.

De repente quitó sus manos de dónde las tenía y dio un giro de 180 grados quedando frente a él.

Lo que vio le robó el aliento…

Si el verlo de espalda lo excitó, el verlo de frente hizo que perdiera completamente el control de sí mismo.

No sabía cuánto tiempo llevaba haciendo eso pero por la apariencia que tenía debía de llevar un buen rato bailando. Sus mejillas estaban arremolinadas de carmín por el esfuerzo de la actividad, el sudor perlaba toda su tostada piel y hacía que algunos de sus mechones de su rebelde cabello rosa se pegaran sugestivamente en su frente y hablando de su cabello, este se encontraba revuelto dándole un aire travieso.

Sus hermosos ojos amatista que refulgían por la emoción de danzar libremente se abrieron con sorpresa al verlo.

Sin detenerse a pensarlo caminó decididamente  hasta quedar delante del menor.

-Yuki, ¿Qué suc-…?- no le dejó terminar la pregunta porque apenas abrió esos carnosos labios se abalanzó por ellos acallándolo con un apasionado beso.

Rodeó la estrecha cintura con su brazo derecho mientras que su brazo izquierdo pasó por en medio de sus omoplatos  y su palma se posó en la base de su cabeza para hacer que sus rostros quedaran más pegados de lo que ya estaban provocando que con esto Shuichi se parara de puntitas para poder besarlo.

Últimamente había tenido problemas por mantener sus manos lejos de su amante debido a que apenas se miraban saltaban chispas entre ellos logrando que todo lo demás quedara en segundo plano y el verle bailando tan provocativamente había hecho que estas saltaran y provocaran un gran incendio en él.

Sintió como el cuerpo de su amante se relajó segundos después a pesar de que al principio lo había tomado completamente desprevenido.

Con sus labios incitó a que el cantante abriera su boca para profundizar el contacto. Un gruñido de satisfacción resonó en el fondo de su garganta cuando el otro respondió inmediatamente su petición.

En su paladar estalló el sabor del interior de la boca de Shuichi. Sabía a fresas dulces.

Quizás por la manía que tenía el pequeño a comer cual desquiciado pockys de ese sabor era lo que siempre hacía sus besos le supieran a ellas. Y a él le encantaban las fresas.

Con el brazo izquierdo apretujó el pequeño cuerpo que tenía entre sus brazos para hacer un contacto más íntimo. Escuchó un gemido de placer nacer de los labios que besaba y se lo bebió, sabía que había notado lo excitado que estaba.

Un instinto primitivo surgió entre los dos lanzando toda racionalidad fuera de sus mentes e inundó sus sentidos con una ardiente necesidad de unirse en aquella antigua comunión que siempre les hacía tocar el paraíso.

Presa de un inquietante deseo de posesión. Yuki deslizó su brazo izquierdo un poco más hacia el sur, colocó su antebrazo en la parte baja del trasero de Shuichi y con un impulso lo cargó, e inmediatamente el otro rodeó con sus esbeltas piernas su cadera. Con el movimiento ambos dejaron la tarea de explorar sus bocas y se miraron directamente a los ojos.

No hubo necesidad de palabras para demostrar lo mucho que necesitaban aquello.

Dio unos pasos con su sexy carga y se dejó caer junto con ella sobre el sillón de la sala.

Shuichi quedó desparramado sobre el negro sillón y lo veía con pasión desde su posición. Su respiración se empezaba a hacer pesada, lo podía notar por la forma que su pecho subía y bajaba en busca de oxígeno.

Decidió que se iba  tomar su tiempo para quitarle esas diminutas prendas.

Hizo que el menor abriera más ampliamente las piernas, cuando estuvo cómodo entre ellas le tomó el tobillo derecho y comenzó a acariciarlo lentamente. Le encantaba como se sentía el tacto de su piel en la yema de sus dedos, era suave y sedosa después de haberse depilado por órdenes estrictas de Mr. K, ya que siempre debía andar mostrando mucha piel con el estrafalario vestuario que le hacían ponerse para sus conciertos. Cuando su mano llegó a la altura de su rodilla sustituyó esa caricia con sus labios. Besó lentamente e intercaló pequeñas lamidas mientras hacia su recorrido al norte hasta que llegó a la barrera que era el diminuto short café que traía puesto. Repitió el proceso con la pierna izquierda.

Shuichi no hacía nada más que removerse intranquilo mientras veía como su amante de dedicaba a torturarlo con esos suaves avances sobre su piel que lo estaba haciendo arder en deseo pero al parecer Eiri no tenía ninguna prisa en consumar lo que tan ansiosamente necesitaba.

Decidió pasar a otra etapa de su plan “hagamos que el mocoso ruegue”. Con sus labios pasó sobre la erección que se marcaba en los diminutos short del cantante y con deliberada lentitud fue ascendiendo, deteniéndose un instante para darme un beso en la punta del miembro del otro con lo que consiguió escuchar un sonoro gemido de su parte. Sonrió internamente. Estaba logrando su cometido.

 Continuó con su plan subiendo lentamente y con la nariz quitó la camisa negra, tocando así la piel de su plano vientre. Aspiró el embriagante ahora a jabón y sudor que desprendía su piel. Con una de sus manos, alzó la camiseta hasta la altura de sus pezones y se permitió seguir con su lento andar sobre el vientre que sentía contraerse en respuesta a sus lentas atenciones. Besó, lamió y mordió a placer toda la piel expuesta hasta llegar al pecho donde tomó uno de los pequeños pezones que se encontraban endurecidos a causa de la excitación y masajeó el otro con sus dedos.

El ronco gemido que desprendió de la garganta de su ardiente amante fue erótico, hizo bullir su sangre cual lava de volcán en erupción. Decidió no torturarlo más y apresurarse.

-Quítate la camisa- pidió roncamente mientras se apoderaba de su boca con un salvaje beso.

-¿Qué?- preguntó confundido el pelirrosa después de que le dejara respirar.

-Quítate la camisa.

 

Shuichi no podía coordinar ideas, su mente era todo un lío de emociones que hervían en un mar de testosterona.

Vio que su amante lo observaba con impaciencia. Sin detenerse a darle vueltas al asunto se quitó presurosamente ambas camisas y las lanzó al suelo.

 

Yuki disfrutó ver la necesidad de Shuichi enmarcado en cada uno de sus rápidos movimientos cuando se desprendió de las prendas. Con manos ávidas desprendió el botón de su pantaloncillo y abrió el cierre. Debajo de la prenda tenía un diminuto bóxer negro con líneas rojas en la cintura que contrastaban magníficamente con el color durazno de su piel. La elástica tela le permitió ver cuán excitado tenía al cantante. Impacientemente quitó esas barreras que le impedía tener al cantante gloriosamente desnudo.

Cuando lo tuvo como quería sin aviso alguno se apropió del miembro del menor el cual profirió un sonoro gemido de placer al sentir su húmeda boca en tan sensible lugar.

Lo saboreó lentamente al principio y fue incrementando sus movimientos al notar la tensión del cuerpo de su amante.

 

Shuichi se perdió en el instante que sintió los labios del escritor en su miembro. Lo único que podía hacer era gemir y pedirle más y más conforme sentía que el orgasmo iba extendiéndose por toda su piel creándole una sensación electrizante.

Sintió un dedo invadir su interior con el propósito de dilatarlo y gritó de placer. El rubio intercalaba caricias con sus labios y en su interior haciéndolo enloquecer con todo las sensaciones que le abrumaban.

El orgasmo le llegó en forma de un tsumani y barrió todos sus pensamientos dejándolo en las puertas del paraíso.

 

Yuki notó como su pequeño llegaba inexorablemente al éxtasis y le ayudó a terminar con su mano dejando que su semen manchara su vientre. Con prisa se quitó toda la ropa mientras dejaba que descansara unos instantes.

 

Shuichi sintió como tiraban de él suavemente y abrió los ojos para encontrarse con la figura de su amado completamente desnudo. Un nuevo cosquilleo se formó en su interior al ver el estado del mayor.

 

El escritor tiró de él haciéndole incorporar para cambiar de posiciones, ahora ambos se encontraban sentados en la mullida alfombra que tenían en la sala. Yuki lo posicionó en su regazo mientras lo atraía hacia él para darle un sensual  beso. Abrió sus labios para profundizar el contacto entre los dos. Sus lenguas no tardaron en responder y lucharon furiosamente para conquistar la boca del otro. Danzaron hasta que el rubio ganó y él se entregó sin pena alguna.

 

Yuki tomó de las caderas a Shuichi e hizo que se levantara un poco. Sus bocas se separaron por la acción.

Shuichi miró dulcemente a su amor y le regaló una radiante sonrisa mientras que una de sus manos tomaba el miembro del otro y lo masajeaba de arriba abajo con delicadeza.

El mayor gruñó roncamente al sentir la caricia y miró directamente a las orbes amatistas.

El cantante posicionó la punta de cuerpo de su amante en su entrada y comenzó un lento descenso mientras buscaba sus labios de nueva cuenta.

Yuki no pudo reprimir el gemido de placer que salió de su garganta cuando sintió que su miembro iba ingresando en el estrecho canal. Todo lo que sentía era ardiente placer y un sentimiento de complacencia.

 

Shuichi se detuvo unos instantes mientras se acostumbraba a la invasión de su amante. Se dedicó a besar lentamente su exquisita boca mientras rodeaba con sus brazos su cuello. Comenzó a darle suaves besos por todo su rostro. Después de unos minutos comenzó a moverse de arriba abajo.

La necesidad de ambos se hizo palpable con el transcurrir los minutos. Los movimientos de los amantes se hicieron cada vez más frenéticos. Los gemidos y gritos de placer no se hicieron esperar e inundaron la gran sala con ellos.

Alcanzaron el éxtasis en medio de gritos ahogados y palabras susurradas que se dedican dos personas completamente enamoradas.

Ambos se desplomaron en contra del sillón y se dejaron llevar por los efectos de sus alucinantes orgasmos…

 

 

 

-De haber sabido que te ponía la música en español lo hubiera hecho desde antes- bromeó Shuichi mientras se abrazaba a él.

-¿español?- le miró confundido-¿Desde cuándo sabes español?

-Sip, español y no, no sé el idioma pero me gustaría- contestó incorporándose y apoyándose sobre su pecho para poder verlo a los ojos mientras hablaban. Distraídamente empezó a trazar círculos en la piel de Yuki.- hay una chica nueva en la empresa que habla español, creo que viene de España. Un día hablando con ella sobre que le gustaba de Japón me dijo que le gustaban muchas cosas desde la cultura, historia y música. Le pregunté que si en su país tenían música pop y si tenía un grupo favorito. Me contestó que si aunque era muy diferente al de aquí.

-¿y cómo es que terminaste escuchando música en español?- interrogó Yuki.

-Le pedí que me enseñara música de su país y me dijo emocionada que era súper fan de “Kamiro Sesuto”* o algo así, ella lo pronunció muy bonito –sonrió al recordarlo-igual me dijo que no era un cantante actual pero ella adoraba sus canciones desde pequeña gracias a que su mamá igual es fan de Kamiro-san. Así que me prestó un reproductor lleno de canciones de él.

-¿cómo se llama la canción que estabas bailando?- inquirió apoyando la espalda en el sillón y reacomodando a Shuichi para que quedara sentado sobre él.

-etto… es algo difícil el nombre porque no sé cómo se pronuncia. ¡El español es tan difícil!- se quejó el pelirrosa haciendo un puchero de indignación. El escritor sonrió sin proponérselo ante el gesto de su amante.-¡No te rías!- le amenazó.

-No me río, sé que es difícil aprender con ese diminuto cerebro que te cargas- contestó cínicamente mientras sus labios se curvaban en una mueca de diversión.- A ver, muéstrame el nombre- dijo para cortar el berrinche que empezaba a hacer el menor ante su comentario

Shuichi sólo pudo tragarse sus palabras de indignación por el comentario de su amado, así que decididamente se levantó de donde estaba y caminó hacia el reproductor de música para buscar el papel que la chica le había dado con el listado de canciones. Su nueva amiga se había tomado la molestia de traducirle los títulos al inglés porque a pesar de tener un buen nivel de japonés no estaba segura de cómo hacerlo directamente. Tomó el papel dentro de su mochila y buscó el título.

-Según entiendo se llama… Etto… No sé cómo decirlo- se volteó y encontró que el rubio estaba un par de pasos detrás de él. No lo oyó cuando se había levantado.

 

Yuki no había podido quedarse quieto después de haber visto a Shuichi yendo en busca de la lista. Se quedó embobado mientras veía su escultural cuerpo desnudo caminando con decisión, la forma en que sus caderas se balanceaban al caminar, el cómo se movían sus músculos de su espalda y sobre todo la forma sensual que escurría su semen entre sus piernas le hizo sentirse excitado de nuevo. De un salto se incorporó y caminó tras de él.

No le importaba nada más que repetir lo que había hecho pero ahora en la comodidad de su cama.

 

-Ni te atrevas, Eiri- amenazó el menor ante la mirada llena de lascivia que sentía por todo su cuerpo. No es que no quisiera pero, ¡vamos!, necesitaba un respiro, además quería compartir un poco más de ese fascinante mundo musical que estaba descubriendo.

-está bien- gruñó en respuesta el escritor. Le quitó el papel de las manos y miró su contenido. No entendió nada de lo que estaba escrito ahí.

-atrás está la traducción en inglés- se dijo Shuichi al notar la cara de desconcierto de su rubio- es la décima pista.

Giró el papel entre sus manos y buscó el número. Lo que leyó le hizo reír ampliamente.

 

Era tan jodidamente perfecto el título.

 

-Sabes que no sé inglés- le acotó- así que no sé qué significa.

-Fresa salvaje- susurró el mayor

-¿qué?- preguntó confundido.

-la canción, según veo, se llama “fresa salvaje”-

-Ah…- y se quedó sin palabras al ver como su amante volvía a mirarlo con el deseo brillando en sus deslumbrantes orbes doradas.

-fresa salvaje- susurró el rubio mientras soltaba la hoja y caía al piso sin que nadie le prestara atención.

Tomó a Shuichi entre sus brazos donde lo cargo decididamente para ir por el segundo asalto.

Sí, en definitiva tendría que empezar a estudiar español para saber que decía esa canción porque el título le hizo pensar que describía perfectamente a su pequeño.

 

 

 

Fresa salvaje, ah~

con cuerpo de mujer, ah~

hoy me has dado tu vida, ah~

he vuelto a nacer, ah~

 

 

Fin...

Notas finales:

Espero hayan disfrutado el fanfic, no sé cómo es que me atreví a escribir lemon en mi regreso a la página. Me cuesta horrores escribir escenas así pero está me salió tan natural que me di miedo a mí misma(?)

Supongo que haber leído como más de 10 libros de romance erótico pueden hacer que la imaginación de uno salga volando, jajajajaja…

Dejen muchos reviews para saber sus impresiones sobre la historia, siempre es bienvenido la crítica constructiva para que un escritor aprenda de sus errores (y vaya que tengo mucho que mejorar)

Nos vemos más pronto que tarde

 

Bye bye na no da~

 

PD: Y nop, no soy de España por si piensan por la referencia. Soy más mexicana que el chile(?) XD simplemente consideré que Camilo Sesto debería ser promocionado más por un compatriota de él que mío, je…

 

Anotaciones adicionales:

La ropa de Shuichi que describo corresponde a la portada del “GRAVITATION illustration art book” de Maki-sensei

Link: http://static.minitokyo.net/downloads/36/14/423236.jpg?90990498

¿A poco no se ve adorable Shu-chan?

 Me encanta la portada y estoy deseando poder comprarla en unas semanas (primero espero que me llegue el Fanbook no.2 que ya he ordenado).

* Tengo entendido que los japoneses no les gustan las palabras extranjeras por la pronunciación y escritura de las misma por eso ellos eligen sonidos de su idioma lo más parecido al original para poder decirlas en su idioma. Basándome en eso, hice el nombre de Camilo Sesto en japonés (?) XD


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