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Cerca de ti por Mero-Mero-San

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Notas del fanfic:

Es mi primer Fic Yaoi, la historia es mia pero los personajes son del Gran Oda-Sama, disfrutenlo

 

!A leer!

Notas del capitulo:

Aqui el primer capitulo

 

La historia es mia pero los personajes le pertenecen al Gran Oda-Sama

 

Tendra lemon pero a su tiempo ya que soy primeriza en esas cosas :D

Usopp se encontraba en la Torre con Franky entreteniéndose jugando a las cartas, mientras estaban en su juego no se dieron cuenta que estaban cerca de la isla a la que había apuntado la navegante luego de ver las agujas de su Log, Robin quien se encontraba regando sus flores pudo divisarla y darle aviso desde donde estaba a Sanji para que se lo diga a Nami
 
-¡¿Ya estamos tan cerca?! ¡¿Qué están haciendo esos dos?!- grito Nami luego de que Sanji le informara, Chopper escucho sus gritos desde la enfermería por lo que salió hacia el acuario, se topó con Brook quien estaba durmiendo en el sillón, al parecer había estado bebiendo leche, camino a pasos silenciosos para no despertarlo al llega a la cubierta se encontró con Franky y Usopp tendidos en el suelo debido a los golpes que le había dado la enfadada navegante, Sanji con ojos de corazones retenía a su navegante de la cintura para que no continuara con sus golpes hacia sus indefensos Nakamas, Luffy por su parte se reía, todo lo que hacia la navegante siempre le resultaba gracioso. Zoro observaba todo desde la barandilla del segundo piso, Nami, la navegante del Sunny, siempre tan agresiva, tan dominante, estricta, avariciosa, a pesar de ser esa clase de mujer lo había cautivado pero los intentos de acercarse a ella habían fallado ya que siempre terminaban discutiendo por los malentendidos, la tripulación ya estaba algo cansado por el escándalo para suerte de todos ya estaban bajando hacia una isla al parecer deshabitada, para olvidarse un poco de la ultima discusión con su Nakama decidió irse a caminar
 
-¡Oye Zoro! ¡¿A dónde vas?!- los gritos de Usopp no llamaron su atención, sus compañeros lo miraron mientras se alejaron, Robin miro a Nami quien se encontraba contando dinero, como siempre su falta de orientación lo traiciono nuevamente y ahora se encontraba en un bosque-jungla, cada paso que daba hacia que se confundiera mas, estaba algo triste y enfadado, Nami siempre lo trataba mal a pesar de dar lo mejor de sí, no se dio cuenta de un raíz que sobresalía del suelo por lo que se la llevo puesta y cayó al suelo, su rostro en aquel pasto lo hizo sentir de lo peor, que Nami era demasiado para él, que nunca iba a poder alcanzarla
 
-Pareces triste Onii-Chan- levanto su rostro y se encontró con una niña que lo miraba tiernamente -¿Es por la persona que amas?- el solo se dio el gusto de sentarse en el césped pero no de responderle -¿Discutieron?- no le agradaba esa niña ya que al parecer veía todo de el –Yo puedo ayudarte- levanto su mano indicándole que la sujetara, ni loco iba a sostener la mano de una desconocida a pesar de que era una niña –Cielos, ahora entiendo el por qué esa persona no se fija en ti- aquello lo sorprendió y deprimió, en una gran parte tenía razón tal vez su comportamiento tan bruto hacia que Nami no viera lo bueno en el, sintió que metió la pata por lo que ahora debía remediarlo –La persona que te gusta ¿es bonita?- la miro por un momento y asintió con la cabeza -¿Tiene un buen corazón?-
 
-SI, aun que a veces es agresiva y avariciosa- le había contestado eso le causo gracia además que casi todas la mujeres eran avariciosas, incluso ella –esa mujer es única para mí y la aprecio mucho- sus palabras eran muy sinceras por lo que sonrió, era inusual encontrar un hombre agresivo y tierno a la vez, lo considero único y pensó en lo mejor para él, notaba que era una buena persona y que estaba sufriendo por alguien que tal vez no lo amaba así que se levanto de su lado
 
-¡Anímate Onii-Chan! Yo te ayudare- no entendía por qué le había dicho que le ayudaría, no encontraba respuesta –Tu podrás estar cerca de esa persona y luego se volverán muy unidos- levanto una ceja sin entender ¿Cómo lograría eso? Se acerco a él y sin mediar palabras le dio un leve beso en sus labios, quedo helado ante el acto de la pequeña, ella lo miro con una gran sonrisa, de pronto empezó a sentir mucho calor, movía sus ropas para tener un poco de aire, luego un gran dolor comenzó a rodear cada rincón de su cuerpo, el dolor era tal que comenzó a gritar y a retorcerse en el suelo, la niña solo miraba como el joven se retorcía, luego de al parecer unos eternos 5 minutos los gritos desaparecieron y el espadachín se encontraba tendido en el suelo, respiraba agitadamente, muy débilmente comenzó a moverse, sintió que sus ropas se le caían no entendía la razón ya que siempre le quedaban perfectas, quiso pararse pero no pudo y quedo de rodillas, se miro su mano y la noto más delgada, se extraño por ello así que comenzó a tocar su piel, era más suave de lo habitual, su pecho le dolía así que se toco pero al sentir un bulto la retiro de inmediato, ante la duda nuevamente dirigió su mano y cuando inclino su cabeza para mirarse dio un grito que hizo que las aves salieran volando de los arboles, su voz tan fina y delicada hizo eco allí, los grandes oídos de un caballero no pasaron por alto eso así que comenzó a correr hacia la nada
 
-¡M-Maldita mocosa! ¡¿Q-Q-Qué me has hecho?!- se tapaba con las ropas que ahora le quedaban grande, vergüenza y humillación es lo que sentía quería que la tierra se lo tragara en ese mismo momento
 
-Te ves hermosa Onee-Chan- la niña estaba más feliz y no notaba el instinto asesino del chico, bajo la mochila que llevaba en la espalda y comenzó a hurgar en ella, tardo un momento hasta que saco ropas femeninas, se las lanzo –Ponte esto, te quedara- Zoro las sujeto y miro aterrado no entendía como había podido haber pasado esto
 
-¡No me jodas! ¡No me pondré esto!-
 
-¿Entonces te quedaras desnuda? ¿O tal vez prefieres que tus Nakamas te vean con tu ropa habitual pero siendo una mujer?- ¡Lo atrapo! No se quejo y dejo de lado sus ropas para ponerse lo que le había ofrecido, le dio una mirada asesina por lo que la pequeña se dio la vuelta para no verlo, tardo unos segundos en lucirse molesto -¡Te queda genial Onee-Sama!- levanto su puño en señal de que se callara, la pequeña saco un pequeño cuchillo y corrió hasta el espadachín que no pudo reaccionar, le hizo varios cortes en los brazos y piernas, mas una en la mejilla, apenas sangraban por lo que no le importo, ella sonrió y el solo la miro, no eran cortes peligrosos eran cuidadosos, lo pudo sentir –Lo siento, luego te lo explicare, si quieres verte aquí hay una laguna- camino lentamente y se reflejo, tenía los ojos grandes y oscuros con largas pestañas, su cabello corto era ahora un cabello largo y lacio con un flequillo de costado, la cicatriz en su ojo había desaparecido al igual que la de su pecho, dio un nuevo grito al ver su nueva imagen, no podía creer en lo que se había convertido, su sueño y esfuerzo se estaban haciendo añicos, la niña se tapaba los oídos, gritaba más fuerte que una mujer que estaba siendo asaltada, cayó a la laguna y comenzó a agitarse, se sentía débil por culpa del cambio -¡Onee-Chan!- vio que algo oscuro se lanzo al agua, sujeto a Roronoa y lo cargo hasta que salieron, comenzó a moverse con incomodidad en los brazos de la persona desconocida
 
-¿Se encuentra bien Señorita?- al abrir los ojos se topo con la mirada del cocinero, quedo congelada por un momento pero volvió en sí y dio otro grito, esta vez de espanto al ver tan cerca a ese hombre, la pequeña aprovecho la distracción para tomar las ropas de Zoro y guardarlas en su mochila, comenzó a patalear para que lo soltara, los Mugiwara se presentaron al oír el escándalo, vieron como Sanji recibía un golpe de puño en su rostro haciendo soltar al espadachín y logrando hacer volar al rubio a unos metros, cayo golpeándose la espalda pero se levanto rápidamente
 
-¡Pervertido!- grito Zoro llamando la atención de todos -¡No te atrevas a acercarte o te matare!- Sanji estaba apoyado en sus codos en el piso mirando a la joven de gran cuerpo, no le había hecho nada pero sin embargo ella había reaccionado violentamente miro para todos lados desconcertada, vio a sus Nakamas y sintió miedo de que lo reconocieran, Nami intento acercársele pero retrocedió unos pasos -¡No te acerques!- estaba descalza por lo que cuando quiso huir piso unas espinas que le lastimaron la planta de sus pies haciéndola caer –Esto…no puede estar pasándome- dijo boca abajo en voz baja, sintió una mano en su hombro y miro de quien se trataba
 
-Tranquila, no somos malas personas así que no te asustes- la delicadeza con la que le hablo hizo que se quedara callada, Chopper se acerco corriendo y comenzó a fijarse en sus pies heridos y en las otras heridas en su cuerpo, el trato era diferente o igual, no podía diferenciarlo
 
-Onee-Chan, te esforzaste- la pequeña se acerco a ella y la abrazo
 
-¿Qué te sucedió?- el tirador pregunto pero no quería hablar por el temor de que reconocieran su voz aun que eso era imposible ya que era femenina
 
-Mi Onee-Chan se enfrentó con unos hombres que quisieron lastimarme, pudo ahuyentarlos pero recibió algunas heridas- lo dijo en un tono muy preocupado
 
-No te preocupes, ahora ella está bien ¿Cómo te llamas?- el capitán como siempre amable y alegre, ella sintió una maravillosa aura por lo que le respondió de inmediato
 
-Mizaki, un gusto Monkey D.Luffy-San, ella es mi Onee-Chan, Sora- Luffy miro a la muchacha. Al sentir la mirada de su Capitan se puso nerviosa e inclino la cabeza, se acerco a ella para hablarle
 
-Eres fuerte ¿verdad?- el solo asintió –es increíble que hayas protegido a tu Hermana menor, bien hecho- Luffy era un gran capitán, mujer, hombre, niño o niña le habla del mismo modo, con aquella tranquilidad y calidez
 
-¡Deslumbrante! ¡Es una bella mujer!- Brook recién había reaccionado -¡¿Me enseñaría sus Panties?!- recibió un golpe del cocinero enfadado, miro la escena de todos sus Nakamas, como mujer los veía distintos, más atentos a ella, su rostro marco su tristeza, Nami quien estaba curándole la mejilla lo noto y se alejo un poco para mirarle 
 
-¿Qué pasa? ¿Te duele?- se dio cuenta del tono preocupada de su amada así que solo le sonrió, la sonrisa no era sincera estaba forzada por lo que Nami la estrecho en un abrazo haciendo que Mizaki soltara los hombros de su Onee-Chan, la calidez de Nami la hizo sentir nuevamente viva, era una abrazo que nunca había recibido y se sintió extraña, el dolor en su pecho por aquellos días de discusión se estaba yendo, cerro sus ojos para disfrutar pero se dio cuenta de que algo no estaba bien por lo que la retiro de un empujón, se levanto de inmediato dejando a Chopper en medio hacer su tratamiento
 
-No jueguen conmigo piratas, déjenme tranquila, no me toques mujer extraña- su voz sonó muy ruda y es mas su voz fue oída por ellos, no les dio tiempo a que dijeran nada y comenzó a caminar
 
-¡Onee-Chan espera!- la pequeña la sujeto del brazo pero ella de un tirón se soltó, no iba a detenerla tan fácilmente -¡Onee-Chan te dije que esperaras!- corrió y dio un salto, sus pies le dieron en la espalda y Sora callo de cara al suelo
 
-¡¿Qué estás haciendo?!- se tocaba su cara roja y raspada, su nariz le sangraba por lo que Sanji se acercó con un pañuelo pero recibió una patada del guerrero, no iba a soportar los tratos del cocinero -¡Esto es demasiado! ¡Yo-!- guardo silencio de golpe al ver que la pequeña comenzaba a soltar lagrimas silenciosas, todas sus palabras quedaron en su boca, suspiro al ver que no podía hacer nada contra tremenda arma -¿Por qué lloras de repente?- cruzo sus brazos y se sentó en el suelo, no podía hacer nada mas
 
-¡Onee-Chan!- La estrecho en un abrazo que él desconocía, Nami le dio aquel abrazo tan cálido y ahora le daban uno lleno de cariño, eran nuevas experiencias y no le parecía tan malo
 
-¿Esas no son las espadas de Zoro?- Robin camino hasta las tres Katana e iba a tomarlas cuando la Joven de cabellos verdes las tomo y se alejo un poco –Esas Katanas no te pertenecen- le dio una mirada desafiante ya que realmente le pertenecían pero no podía decirlo –Si no las devuelves te considerare una ladrona-
 
-Imitaciones- ambas jóvenes miraron a la pequeña –Esas espadas son imitaciones, mi Onee-Chan es admiradora de Roronoa Zoro, ha seguido sus pasos hasta hace poco, lo ah intentado igualar en todo, hasta en sus aretes- era una explicación convincente por lo que Robin se disculpó por tratar de considerarla una ladrona
 
-¿Qué hacían en un lugar como este?-
 
-Mi Onee-Chan y yo viajamos por todos lados y terminamos aquí, disculpen pero ¿Dónde está Roronoa Zoro? Estoy segura que mi Onee-Chan quiere verlo- Sora casi se desmayo, sus compañeros no se habían dado cuenta de que no estaba pero ella sin miedo le hizo recordar de su ausencia
 
-Ahora que lo mencionas Zoro se habrá perdido- dijo Franky mientras se apoyaba contra un árbol
 
-es lo más seguro- contesto Brook levantando un dedo
 
-¿Puedo seguir curando tus heridas?- Sora solo estiro su brazo mostrando que podía continuar, el reno siguió con lo suyo hasta que noto un salpullido en el hombro de ella, podría haberle mordido un insecto peligroso, de inmediato se lo dijo y le pidió que lo acompañara al barco, se negó rotundamente pero no pudo esforzarse mucho ya que el resto de los Mugiwara comenzaron a empujarla, menos Robin y Sanji que iban por detrás.
En el barco Chopper le inyectaba un antibiótico para que aquel salpullido desapareciera en algunas horas, tiro la jeringa al tacho y se limpio las manos ya que debía continuar curándola, Mizaki se encontraba en la hamaca jugando con Luffy y Usopp quienes parecían niños, Robin observaba la escena de los “Niños” Sanji estaba junto a la puerta de la enfermería pendiente de que saliera Chopper, al oír la puerta abrirse se acerco
 
-¿Cómo esta ella?- Chopper le dio buenas noticias algo que lo tranquilizo, esa joven de alguna forma le recordaba a Zoro, antes de entrarse la navegante se le adelanto y se entro para verla, no tuvo más opción que esperar afuera, estaba sentada en la orilla de la cama frotándose el brazo con alcohol, claramente se podía notar su incomodidad pero decidió no preguntar ya que podría incomodarla más, se sentó en la silla del reno frente a ella y llamara su atención -¿Odias a los piratas?- negó con la cabeza gacha -¿Por qué no me miras?- el hecho de hablarle tan tranquila y con una sonrisa le pareció lo más dulce y extraño del universo, Nami no era así ¿Por qué se comportaba de esa manera? Por algún punto no le agradaba
 
-Nami ¿Verdad?- su voz tomo un tono más grueso, ella lo provocaba ya que no quería sonar tan femenina, además debía fingir que no conocía a nadie -¿Por qué me tratas de esa manera? ¿Por qué?- Nami no entendió lo que le quería decir con esas preguntas, no la entendía, se suponía que era lo más normal entre chicas, le mostro una sonrisa y la despeino con su mano
 
-Porque eres una mujer- aquello le dolió más que cualquier golpe, podía sentirse lejos de ella.

Notas finales:

Lo pude subir!

 

Comenten, asi veo si continuo


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