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El Objeto de mi Deseo por Lain Elrick

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Notas del fanfic:

-Aqui esta el fic que les prometi a tod@s l@s fans de Naruto

-Como saben, yo no he visto Naruto, y los unicos personajes que conozco son los principales, y algunos que he leido y visto en fics, fan art y todo eso, asi que tengo un elenco limitado

-Este fanfic forma parte de lo nuevo que e escrito, asi que si notan un cambio, o una mejora, avisenme, ok?

 

Hasta luego!!!!!!!!!!!!!!

Notas del capitulo:

-Espero que lo disfruten

 

 

Capitulo 1

Mirar y observar, así como querer y amar, no es igual. Mirar, es sólo pasar y ver. Observar es ver detenidamente cada detalle, e incluso entender cada detalle de los detalles. Así, cuando tú miras a una persona, ves sólo la superficie, e incluso puedes no ver a una persona, sino, a un obrero, a una secretaria; digo, podrías ver "algo" en lugar de "alguien". En cambio, observar a alguien, es entender por qué está triste, por qué no mira a nadie, por qué mira con envidia a otras personas. Entenderlos, aún sin conocerlos.

Mirar y observar no es igual, aún cuando llevas mirando a una persona por mucho tiempo...

 

-Ya vas a empezar-dijo Kakashi, dejándose caer en el sillón. Sazuke se sentó en sus piernas, mirándolo de frente, molesto.

-Mírame-le reclamo el chico-, lo que te digo es importante

-Como todo lo que dices siempre, lo sé, pero-acaricio su rostro-¿no podríamos arreglar todo esto en un lugar más cómodo-lo besó-tu cama?

Sazuke le dio una cachetada.

-¡Deja de pensar con algo que no está en tu cerebro!

-¿Sabes qué? Ya me enfade-, se puso de pie, y el chico terminó en el suelo-, ya me voy

-¿Por qué?

-Te veo mañana en la escuela, tengo algo que hacer esta noche

-Sí, me imagino-; se recostó bocabajo en el suelo, sostenido su rostro en la palma de su mano, en la barbilla-, ¿por qué te gusta tanto ese club de peleas? No sé en qué momento Gai te convenció de unirte

-Me gusta, me ejercito, y es algo que no te interesa; hasta luego, minino berrinchudo

Kakashi salió sin decir nada más. Sazuke dio un golpe al piso, y se recostó en la alfombra, pensando en que sólo algo lo pondría de mejor humor, así que llamó a un taxi.

 

Cerca del puente de la ciudad, el lugar es inseguro. Son los barrios bajos de la gran urbe de la ciudad de Konoha, a donde las personas normales solo van a buscar drogas y armas accesibles. Caminar por sus calles, donde casi no hay autos, es dar una mirada a un submundo desolado; casas sucias y viejas donde sobreviven familias pobres, y adictos sin remedio, en un lugar donde les está prohibido soñar o pensar en un futuro lejos de calles sin pavimentar, noches sin alumbrado-salvo las casas que iluminaban pocas secciones en la calle-, y prostitutas en varias esquinas.

Sin embargo, no todo es tan horrible como lo describo, o como ya much@s lo imaginaron. Todos los que viven en este lugar estarán de acuerdo conmigo en que el único rayo de sol-que cursi-de ese lugar, es un muchachito de nombre Naruto Uzumaki, a quien puede verse por ratos, solo en el día, corriendo de un lado a otro, ayudando en ratos a la gente que se lo pedía, y sonriendo a todos los que se atravesaban en su camino, lo que hace que muchos se pregunten cómo puede ser familiar de su tío, Orochimaru-san, dueños de algunos bares del lugar, y narco-narcotraficante, para quien no conozca el léxico mexicano-, por lo que nadie se mete con él. Aunque no falta quien desee golpearlo, pues saben que Naruto no recibe buenos tratos de parte del tipo, al que incluso, culpan de intentar propasarse con su sobrinito...

-¡Naruto!-gritó Orochimaru, pero al no recibir respuesta, tuvo que cruzar el pequeño pasillo oscuro, y abrir la vieja puerta. En esa pequeña habitación solo había unas cobijas en el suelo, aun desacomodadas, como sí alguien se acabase de despertar, al lado, una mesita de té, aunque solo había libros y unas etiquetas de empaques de comida rápida, sobre todo de sopa ramen. Una ventana coronaba la pequeña habitación del tamaño de un armario, iluminando en la esquina, ropa sucia y limpia revuelta, y proyectando la sombra la pared del cordón con el que encendía la luz blanca del foco ahorrador.

Pero allí no estaba el chico, que en ese momento abrió la puerta principal del elegante departamento donde vivía también su tío, sobre uno de sus bares.

-¿Dónde estabas?-gritó Orochimaru acercándose y sujetándolo por el cabello

-Fui...-tartamudeo el muchachito-fui a...un mandado de una señora...

El hombre lo lanzó al suelo.

-¿Por qué no me avisaste?-le gritó

-No querías que te molestara...no tarde mucho... -Como sea; ponte de pie, báñate, y ve a mi habitación

Naruto sabía muy bien que significaba eso.

-...pero...es muy temprano...

-Sí, pero ya sabes que el siempre viene temprano

 

Naruto tenía 15 años, diez viviendo con su tío, y uno obligado a trabajar. Trabajaba complaciendo los deseos de dos tipos que eran totalmente diferentes, aunque lo único que tenían en común, era que ambos le llevaban regalos. Uno era joven, tres años mayor que él, y siempre le regalaba ropa, dulces o peluches. El otro le daba lencería de encaje para que la usara cuando lo visitaba, aunque no era tan recurrente con el joven.

Naruto daba gracias a la paranoia de Orochimaru, que solo lo vendía a dos personas, pues el tío temía que algún rival los matara, o solo matara al chico, y lo dejaran sin uno de sus negocios, debilitándolo y haciéndolo caer más fácil.

 

Por la tarde, pasados unos minutos, un auto negro llego al bar. Orochimaru lo recibió, al cliente y al dinero, para luego, guiarlo por las mismas escaleras, abrir la misma puerta,  atravesar el mismo departamento, hasta la misma habitación, donde, sentado sobre la cama, ya estaba el rubio, vistiendo una camisa y un pantalón blanco, observando a los que acababan de entrar con sus grandes e inocentes ojos azules. Orochimaru salió, mientras el cliente se sentó en la cama, acercando a Naruto una caja de bombones de chocolate.

-Son para ti-dijo su voz juvenil acompañada de una sonrisa-, se que te gustan

-...gracias...-susurro Naruto, pero no los abrió, solo los dejo en la mesita de noche, mientras el cliente se acerco, besando al rubio.

-Tenía tantas ganas de verte-le susurro al oído mientras le desabrochaba la camisa. Lo recostó, y siguió besándolo hasta que le bajo el pantalón, descubriendo que no llevaba ropa interior.

-Hoy discutí de nuevo con él-dijo el cliente-, tú me ayudaras a relajarme

Se miraron a los ojos. Naruto desvió la mirada, mientras el joven cliente, Sazuke, continuo besándolo, tocando cada parte del cuerpo del jovencito rubio.

Notas finales:

-Espero que lo hayan sidfrutado, no prometo nada de actualizar pronto, ok?

Hasta luego!!!!!


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