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As por BombayLove

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, pero sí la historia :)

Esa noche sólo ellos dos se habían quedado en el bar. Hacía poco tiempo que Eito había vuelto con su madre, esto se notaba en las tranquilas noches que estaban pasando aún con los trabajos que debían hacer de vez en cuando.

Después de haber perdido en el Janken, Ace y Johnny estaban sentados cada uno a distintos lados de la barra. El primero, bebía un trago de tequila, tragando el contenido del pequeño vaso de un solo sorbo y dejando el mismo sonoramente sobre la barra, ocasionando que su compañero detuviera sus acciones, secando una copa, para mirarlo y fruncirle el ceño.

– ¿Podrías dejar de hacer eso, por favor? – Le pidió Johnny, dejando la copa ya seca en su sitio y agarrando el vaso que estaba frente suyo para lavarlo y secarlo apropiadamente.

–  Vamos,  Johhny, bebe algo tú también – Lo incitó el morocho, con ambos brazos cruzados sobre la barra y el mentón apoyado sobre estos.

– No bebo cuando estoy trabajando.

– Pero, ¡si no estás trabajando! ¡Ya terminaste! – Vociferó el morocho, meciéndose para todos lados en la banqueta donde estaba sentado.

– Quédate quieto o vas a terminar en el suelo.

– Pareces mi madre. Si me caigo y me quiebro la pierna, ¿vas a cuidar de mí? – Preguntó, con fingido tono infantil.

– Ni se te ocurra hacer la prueba – Amenazó el aludido. Ace levantó ambas manos a la altura de su cabeza y negó.

– Esta… ¿No era la banqueta que estaba…? – Mientras se preguntaba a sí mismo por el estado del lugar donde estaba sentado, se inclinó hacia una de las patas, pero terminó perdiendo el equilibrio y cayendo de cabeza al suelo.

– ¡Ace! – Rápidamente, Johnny dejó sus labores a medio hacer y dio la vuelta a la barra para socorrer a su amigo, quien yacía en el suelo, adolorido, pero consciente –. ¿Estás bien?

El aludido se sentó con dificultad, agarrándose la cabeza.

– Esta banqueta tiene la pata quebrada – Le dijo, mirándolo, con una sonrisa decorando su rostro.

– Estás herido – Dijo Johnny, prácticamente ignorando sus palabras, agarrándolo del brazo y levantándolo de un salto para llevarlo detrás de la barra junto a él.

Ace siguió todas y cada una de sus acciones. Johnny sacó una franela limpia de una pequeña alacena a sus espaldas y utilizó una bebida que Ryo no llegó a ver qué era, pero por el aspecto, pudo deducir que se trataba de una bebida blanca. Se dio cuenta que, tal y como lo había dicho su compañero, estaba herido, cuando sintió parte de su frente ardiendo por la franela húmeda que Johnny había puesto sin previo aviso en aquel lugar.

– Ay – Se quejó, haciendo medio paso hacia atrás.

– ¿Te duele? – Preguntó Johnny, sonriendo, intentando fijarse si la herida era muy profunda, despegando apenas la franela de la frente de Ace.

– Me dolió recién porque no me avisaste que ibas a hacer eso.

– Ah, lo siento. ¿Tenía que avisarte? – Preguntó, volviendo a sonreír, esta vez, más ampliamente.

– ¿Alguna vez alguien te ha dicho que tienes una linda sonrisa? – Susurró Ace.

– Me lo dicen cada vez que alguien quiere un trago gratis – Johnny sostuvo la franela sobre la frente del muchacho, desviando su vista a los pocos segundos, ya que, sin darse cuenta, se había quedado mirándolo a los ojos un largo tiempo.

– Oye, Johnny…

– ¿Mh?

– ¿Es cierto que eres gay?

El aludido se lo quedó mirando con los ojos abiertos como platos, antes de estallar en risas, soltando el agarre que tenía sobre la franela para sostener su estómago el cual llegó a dolerle de tanto que estaba riendo.

– ¡¿De dónde sacas esas cosas?! – Preguntó, volviendo un poco en sí.

– Es lo que vienen cuchicheando varias chicas hace un tiempo.

– Supongo que dicen eso porque ellas no reciben tragos gratis.

– ¿Es que acaso se los das a alguien?

– A ti – Ace estaba por decir algo, pero se quedó con la boca abierta al oír sus palabras, ocasionando la sonrisa de Johnny –. Sino no me dejarías en paz toda la noche.

– Bueno, eso es verdad – Susurró el aludido, sosteniendo su cabeza con la mano, mientras que, con la otra, acarició el rostro de Johnny, quien lo miró, atónito.

– ¿Qué haces?

– ¿Qué? ¿Acaso no puedo tocarte? – Preguntó, frunciendo el ceño –. Ven.

– ¿Qué?

– Ven – Le ordenó Ace, jalándolo de un brazo para atraerlo a él y acorralarlo contra la barra.

– Ace…, ¿qué rayos estás…?

La defensa de Johnny quedó en blanco al sentir la lengua de su compañero recorriendo el contorno de su oreja hasta terminar succionando el lóbulo de la misma. Podía sentir sus manos subiéndole lentamente la remera, ignorando la camisa abierta que también llevaba puesta. Sus dedos jugaban acariciando y retorciendo sus tetillas, haciéndolo estremecer.

– Dices que no eres gay, pero mira cómo te quedas cuando te estoy tocando – Le susurró, besando luego su cuello, sonoramente –. Y eso que todavía no llegué… aquí – Prosiguió, acariciando su hombría por sobre la tela del pantalón. Johnny reaccionó tiritando a causa de un espasmo, lanzando un suave gemido que hizo reír suavemente a Ace, quien seguía deleitándose con su cuello y su nuca.

– Ya… déjame… Ace – Jadeó el muchacho, por demás sonrojado.

– Si te dejo, ¿qué vamos a hacer con esto, Johnny? – Le susurró, llevando ambas manos del aludido a su hombría ya erecta –. ¿Te vas a hacer cargo de esto? No lo… ah… creo – Jadeó, resoplando sobre su cuello, sólo para ver cómo su piel se erizaba –. Si dices que no eres gay, no vas a hacerte cargo.

– Lo… Lo haré…

– ¡¿Eres gay?! – Preguntó Ace, con los ojos abiertos como platos, pero al mismo tiempo, sonriendo por sus palabras.

– Sólo he dicho que lo haré – Respondió Johnny –. No dije que lo sea. Ahora, suéltame.

– No te vas a escapar, ¿eh? – Advirtió el morocho, acercándose lo más que pudo a su cuerpo, ocasionando que sus partes bajas se pegaran a las de Johnny, mientras una de sus manos apretaban con fuerza su glande. El muchacho se tensó, mordiéndose el labio. Ace lo soltó y apoyó su cuerpo contra los estantes donde estaban las botellas de bebida –. Vamos, ven aquí – Le dijo, señalando su propia virilidad con la mirada.  Johnny suspiró y se colocó en cuclillas frente a él. Lentamente, desabrochó el botón del pantalón de su compañero y bajó su cremallera, ayudando con sus manos a bajar el jean junto con su ropa interior hasta caer al suelo. Sus manos empezaron a masturbar la erección de Ace. Sintió cómo suavemente, la mano del morocho acariciaba sus cabellos. Cerró los ojos y lamió la extensión de la erección, sintiendo su piel erizarse tan sólo con oír los suaves gemidos proviniendo de los labios de su compañero. Johnny levantó su vista para verlo. Ace se mordía el labio inferior para no gritar. Sus mejillas rojas  brillaban sobre su tez oscura al igual que sus ojos sedientos de sexo –. Más… ah… rápido – Gimió, relamiéndose los labios.

Johnny volvió a cerrar los ojos, suspirando internamente. Apoyó sus piernas en el suelo, a ambos lados de los pies de Ace. Masajeó sus muslos sensualmente, oyendo un aumento en el sonido de los gemidos del morocho. Sus labios volvieron a rodear aquella palpitante erección, moviéndose en forma ascendente y descendente sobre la misma. Lentamente, Johnny cerró sus ojos, dejándose llevar por la excitación del momento y por el embriagante aroma a sexo. Ace se mantenía se pie sosteniendo su cuerpo gracias a los estantes detrás de sus espaldas, pero rápidamente sus manos se trasladaron sobre los cabellos de Johnny, empujando su cabeza lo más que pudo contra su propio cuerpo. Hizo a Johnny hacia atrás, levantándolo del brazo para volver a arrinconarlo sobre la barra, sin dejar de marcar su cuello mientras lo despojaba de su ropa de la cintura hacia abajo.

– Ah… Ace… No…

– Cállate – Jadeó el aludido, apresando sus labios apasionadamente mientras una de sus manos lo masturbaba –. Déjame… intentar algo – Le pidió, soltándolo para girarse apenas y agarrar una de las botellas a sus espaldas –… que vi el otro día…

– ¿Qué? ¿Vas a emborracharte?

Al mirarlo, Ace lo vio con ambos brazos apoyados sobre la barra y su cabeza encima de ellos. Nunca antes había deseado tanto a una persona. Se acercó a él y le mordió levemente la mejilla, generando su sorpresa.

– Gracioso – Susurró, dándole un corto beso sobre los labios. Abrió la botella y humedeció sus dedos índice y medio con el contenido de la misma. Acto seguido, lanzó una suave carcajada y con su mano libre volteó el rostro de Johnny hacia su lado para poder besarlo apasionadamente. Sin percatarse de lo que sucedería a continuación, Ace acarició con sus dedos anular y meñique los muslos de su compañero, sin imaginar este que su dedo índice irrumpiría su intimidad, introduciéndose en su entrada. Abrió los ojos con sorpresa, gritando internamente, pero al sentir la húmeda lengua de Ace hurgando su cavidad, redujo parte de la tensión e intentó calmarse. Johnny agarró la mano del menor de ambos para llevarla a su erección. Necesitaron mirarse escasos segundos para darse cuenta de lo que él necesitaba. Ace sonrió, separándose apenas, sosteniendo el labio inferior de su compañero con los dientes, antes de volver a tomar aire y besarlo arrebatadamente. Valiéndose del momento de debilidad por parte de Johhny, Ace introdujo un segundo dedo en su interior, ocasionando que el muchacho se zafara del agarre de sus labios para lanzar un quejido –. ¿No vas a decirme que esto te duele? No te das una idea de lo que te espera – Gimió, sobre su oído, volviendo a estimular con su lengua el contorno de esta –. Vaya, creo que encontré tu punto erógeno. Tu oreja está toda roja – Acotó, antes de morder la mencionada zona.

– Ace… No aguanto más…

– ¿Qué quieres que haga? Yo no pienso rebajarme a chupártela.

– N… No es eso – Aclaró el muchacho, completamente sonrojado.

– ¿Entonces? – Preguntó Ace, acomodando un poco sus cabellos, sabiendo qué era lo que en realidad quería su compañero.

– Quiero que…

– ¿Quieres que…? – Lo incitó Ace, besando sus facciones mientras movía sus dedos en forma circular en el interior del cuerpo de su compañero.

– Que… me penetres – Susurró, finalmente.

– Ah… ¿Ves que no es tan complicado pedirlo en forma apropiada? – Volvió a besar sonoramente sus labios, más que satisfecho por sus palabras. Torturar psicológicamente a sus víctimas era algo que Ace reservaba para la intimidad y Johnny no quedaría exento de dicha tortura. Apoyado su torso desnudo sobre la espalda del más alto, Ace volvió a susurrarle al oído –. Oye, Johnny, ¿te sientes borracho?

– ¿E…? ¿Eh?

– Oí en un programa que la piel absorbe muy rápido el alcohol… Los dedos que tanto te están haciendo excitar estaban humedecidos en alcohol que… aunque no era puro… no deja de ser alcohol. ¿Y bien? ¿Qué sientes?

– Estoy… hirviendo… Ace, por favor…

El aludido quitó sus dedos del interior de Johhny, oyendo un quejido de su parte. Sintió que su piel se había erizado por aquello, así que optó por divertirse excitándolo un poco más. Frotó su cuerpo sobre el del muchacho, besándolo, mordiéndolo, teniendo una vista tan privilegiada que era capaz de ver hasta cómo el sudor emanaba de cada poro de su piel. Las yemas de sus dedos buscaban grabar su textura, acariciando su cuerpo una y otra vez.

– ¿Estás seguro de que estás preparado? – Susurró, besando su hombro.

– ¡Sólo…! Hazlo… de una vez…

– Está bien, está bien – Ace sostuvo las caderas de Johnny con fuerza, ayudando a su hombría con su mano a penetrar el cuerpo del muchacho –. Bueno…, de una cosa podemos estar seguros… Esta es la primera vez que te lo hacen de este modo… Johnny, relájate un poco – Le pidió Ace, sonriendo de lado.

– Si estuvieras… en mi lugar… no dirías eso…

– Ni en tus fantasías… más oscuras… ocurrirá eso…

El morocho gimió ronco cuando sintió que su virilidad había entrado por completo. Apoyó su cuerpo sobre el de Johnny y empezó a moverse lentamente. Entrelazó su mano a la suya mientras la otra acariciaba su hombría, intentando imitar los movimientos que hacía en su interior. Tanta estrechez lo enloquecía y necesitaba que su amante experimentara esa misma locura. Llevó sus manos a su pecho, masajeándolos mientras empezaba a embestir el cuerpo de Johnny. Poco a poco, de sus labios sólo empezaron a salir gemidos de placer, acompañados de sádicas sonrisas por parte de Ace.

– Ace… Suéltame – Susurró su compañero.

– ¿Por qué? ¿No te gusta… ah… de este modo? – Preguntó, dándole una fuerte estocada que hizo que Johnny se tensara –. Oh… ¿Llegué…?

 – Necesito que me… Ah – Johnny sentía que su cuerpo estaba por partírsele al medio. Podía sentir la longitud de Ace entrando y saliendo de su interior, golpeando su glande contra la zona más sensible dentro suyo. Se sentía literalmente en el cielo, pero su hombría también necesitaba atención y Ace no parecía estar dispuesto a dársela. Por el contrario, llevó sus muñecas por detrás de su espalda, sosteniéndolas sobre su cintura con una mano –… Ace… Tócame…, por favor.

– Eres tan lindo cuando… suplicas… Pero… yo estoy al mando ahora…

– Ace… Ace…

Su sonrojado rostro hizo que aumentara la velocidad de sus embestidas, hasta sentir que ya no había lugar dentro de aquel cuerpo. Volvió a recostarse sobre sus espaldas mordiendo y dejando múltiples marcas sobre su piel. Llegó un momento en que sólo se oían los gemidos de ambos y el ritmo del fuerte vaivén de Ace dentro del cuerpo de su compañero.

– J… Johnny… Ya no… aguanto más – Susurró el menor de ambos, sintiendo un leve cosquilleo recorriéndole la columna vertebral. Necesitaba ir más rápido, pero al mismo, tiempo, ya no podía hacerlo. Soltó el agarre sobre las muñecas de Johnny para aferrar sus dedos a sus caderas y embestirlo con toda la fuerza que tenía. Johhny, por otra parte, pudo darle a su virilidad la atención que le estaba pidiendo desde que se arrodilló frente a Ace y se entregó a él.

– A… Ace… ¿Sabes algo…? Creo que… Ah… Sí soy gay – Reconoció, acariciando su erección frenéticamente.

– Creo que… yo también – Declaró el aludido, tensando su cuerpo en el momento del clímax, dejando que en el vacío del bar resonará su último graznido de placer. Agotado, deslizándose sobre el cuerpo de su compañero, el morocho se encargó de su erección, meciéndose Johnny de  un lado a otro, sintiendo que sus gemidos salían de sus labios en forma inconsciente, ya que su mente, estaba en blanco. Se descargó sobre la mano de Ace, manchando también, parte del modular debajo de su cuerpo. Intentó girarse para buscar aire entre los labios de su amante, besándolos sin reparo y dándose cuenta ambos que dentro de ellos, a diferencia del aire, no había otra cosa más que placer.

 

La puerta de The eight se abrió junto con un chirrido. Jacky fue el último en entrar y, por ende, de cerrarla correctamente. Toppo se quedó mirando la tierna imagen que le devolvía el par que se había quedando cuidando el lugar, ambos recostados sobre el pequeño sofá frente a la mesa ratona, con Johnny siendo debidamente arropado y abrazado por Ace.

– ¿No son tiernos? – Le preguntó a Arsenal, quien simplemente asintió con la cabeza –. Siempre habían estado juntos cuando eran niños, ¿no, Gum? – Le preguntó al sujeto que se colocaba de cuclillas a su lado.

– Sí, así era… Me preguntó qué habrá pasado para que se distanciaran…

– Ace gusta de Johhny – Respondió Mac, quitándose el saco negro y lanzándolo sobre una banqueta. El muchacho se convirtió en el centro de las miradas. Demás estaba decir lo atónitos que estaban sus compañeros –. ¿Qué? ¿No lo sabían? – Preguntó, sonriendo.

– No me parece correcto que hayas sido tú quien sacó a la luz los verdaderos sentimientos de Ace, Mac – Lo regañó Jacky, de alguna manera.

– ¡Realmente pensé que se habían dado cuenta, chicos! – Se quejó el aludido.

– Yo sí pienso como Mac – Dijo Toppo, finalmente poniéndose de pie y estirando ambos brazos hacia arriba de su cabeza –. ¿O van a decirme que no hacen buena pareja? ¿Cómo es ese dicho…? ¿Los opuestos se atraen?

– Es verdad – Dijo Gum.

– Bueno, parece que hicimos que los chicos se cansaran de esperarnos – Dijo Jacky –. Vamos a dormir nosotros también. Vamos, vamos.

– A veces pareces nuestra madre – Lo regañó Gum.

– Estúpido Mac – Refunfuñó Ace, sonrojado, una vez el grupo se había dirigido a sus respectivas habitaciones, moviéndose en forma incómoda en el sofá para no despertar a Johnny, pero falló en el intento –. Ah, lo siento, ¿te desperté?

– No, está bien – Respondió Johnny, somnoliento, refregándose los ojos con el dorso de la mano –. Oye, Ace – Dijo, abrazándolo por la cintura –… ¿Es verdad que te alejaste de mí porque te gustaba?

– Ohh… ¡¿Lo oíste?! Voy a matarlo ahora mismo – Exclamó el morocho, levantándose de un salto del sofá, pero la firme mano de Johhny agarrando una de sus muñecas, lo detuvo. Ace lo miró, sorprendido por su reacción.

– No me molesta… que te guste – Musitó, jugando con sus dedos –… La verdad es que… a mí también me gustas – Reconoció, levantando su vista para mirarlo, sintiendo un leve ardor sobre sus mejillas al hacerlo.

– Eres un idiota – Resopló su oyente, sentándose en cuclillas frente a él y tomando su rostro con ambas manos –. Si me miras con esa expresión y esas mejillas rojas, ¿cómo pretendes que no me enamore perdidamente de ti?

Aquel momento fue sellado por un dulce beso que no se interrumpió ni siquiera cuando Ace se incorporó para sentarse frente a Johnny, ocasionando que sus piernas lo abrazaran por sobre su cintura.

– Espera… Ace… ¿Qué estás haciendo?

– Me dieron ganas de hacértelo de nuevo – Respondió el aludido, acariciando el pecho de su compañero por sobre su ropa.

 – ¿Qué? Estás loco… Los chicos ya están aquí y van a…

– ¿Qué problema hay? Puedo amordazarte – Replicó rápidamente el morocho, volviendo a acaparar los labios del más alto.

– Oye, espera… Ace… ¡Ace!

Notas finales:

Gracias por leer~ ♥ ^3^ *chu*

En realidad... Creo que le hubiera venido mejor un nombre como "Nada más excepto amor" o algo así... Pero bueno, le quedó As xD


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