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En lo prohibido por MKiSS88

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los integrantes de U-KISS, se pertenecen a sí mismo y a su agencia. La historia es ficticia y la trama original. Cualquier relación con otro fic o realidad, es mera coincidencia.

 

Notas de la autora: Historia pensada en algo más que una vida cotidiana. Algo que se ve mucho hoy en día y es el incesto dentro de una familia.

Notas del capitulo:

Hello! Este es un nuevo fic de 2Seop que tengo (el segundo para ser exactos). Como siempre leía fics relacionados entre ellos como amigos o desconocidos que conocen, quise hacer algo poco común que he leido, el incesto.

¿He visto algún fic incesto sobre U-KISS? En realidad no. Son pocos los fics que me llegan a interesar sobre el grupo y todos no han sido de esta advertencia.

Así que espero les guste, disfruten y comenten como va el inicio de este fanfic; tal vez no tan largo, quizá de unos veinte o veinticinco capítulos~ ♥

 

PD: Antes le tenía otro título a este fic. Se llamaba "¿Secreto entre dos?". En ese momento no tenía el contexto completo bien claro y después de algunos meses, me decidí por éste. Más de alguna no pensará que será este, pero lo es xD Lo siento por eso xP

─¡¡Primito!!


Así empezaba a molestarlo el primo de AJ, todos los malditos días. Pero en las mayorías de las veces, no le hacía caso, al menos cuando le pedía ayuda o necesitara algo en verdad.


─¿Qué quieres? ─dijo con mala cara.


─¡Abacho! ─y veía como corría hacia él.


Ese era su otro nuevo método de molestarlo. Eso lo ponía nervioso. No sabía si darle realmente el abrazo o rechazarlo. De tan sólo sentirlo cerca… lo alejaba de inmediato.


─¡No te acerques! ─pero ahora, el alejamiento fue demasiado brusco…


─¡Auch! ─el otro chico cayó al suelo de espaldas, golpeándose la cabeza.


─¿E-Estás bien? ─AJ se preocupó. Lo había empujado demasiado fuerte. Se acercó a él para auxiliarlo.


─No me toques… ─pero éste se negó rotundamente a que lo ayudara.


─L-Lo siento…


─Al parecer no ─el primo lo miró furioso, se levantó y se largó del lugar sin decir nada.


Al otro día, AJ había llegado de la preparatoria y se preguntaba mil veces en cómo estaría ese primo tan fastidioso. Sin embargo, ese día, no lo pudo ver. Seguramente está cansado, pensó.


Las veces que desaparece es porque está cansado o simplemente porque no quiere venir. Y al parecer, la segunda opción le parecía la más razonable de momento.


Aceptaba su culpa por haber “golpeado” a su primo. Pero a veces es tan fastidioso que en verdad tenía ganas de golpearlo y que lo dejara de molestar. Además, no sabía porque actuaba así. ¿Qué lo hacía tan molestable ahora? De seguro es broma de sus otros primos y apuestas que hayan hecho, no había otra cosa que no sea eso…


Ya era viernes y AJ no lo había visto, ni siquiera escuchó a la familia hablar de él. Le empezaba a preocupar. ¿Por qué tendría que estar preocupado? Si se desaparece es por motivos varios y no eran asunto de él.


Pero ahí estaba, justamente decidido a llamarlo cuando vio entrar a Kiseop detrás de su madre.


La casa de la abuela, era donde todos llegaban. Era tan querida por todos, que siempre la iban a visitar. Familiares, lejanos, sus hijos, sus nietos, sus bisnietos, sus tataranietos y quién sabe si tataratataranietos también. La familia era realmente grande, inmensa.


Kiseop tenía los ojos rojos, por sueño y cansancio. Había llegado con su madre, que trabajaban en el mismo lugar, pero en distintos rubros. Este observó a su primo, sentado en uno de los sofá de la sala, indiferente, pero no negó un saludo cordial a las personas presente. Sin embargo, no quiso molestarlo con un “primito” ni “abacho”, menos delante de tantas personas. Simplemente, para simular estar cansado totalmente.


AJ no se extrañó por tal acción, después de todo, en parte fue su culpa. Nunca había sido tan agresivo con nadie, pero es que este le sacaba de sus casillas. Ahora no le había dicho nada, solo le dirigió una mirada y saludó a los presentes, ni siquiera lo molestó. ¿Es qué acaso se había acabado el jueguito? De pronto se sentía extraño. Por una parte le fastidiaba tal hecho, pero se había acostumbrado… un poco…


─Buenas tardes ─saludó Kiseop, sonriente.


Esa sonrisa que a veces envidiaban por el sólo hecho de que hasta los primos pequeños y bebés, le sonreían y querían estar con él. Era como un ángel antes esos ojos. La gran mayoría de los primos lo admiraban y envidiaban. Él no hacía caso a nada, le importaba él y su madre y los abuelos. Los demás quedan a segundo plano. Nadie se preocupó de ellos cuando tenían problemas porque nadie los ayudó. Tenía su lista de preferencias y ellos eran los cuatro primeros.


─Buenas tardes, mijo ─habló la abuela ─. Debes estar cansado… ¿Quieres que te prepare un té?


─No, abuela, él puede servirse solo y de paso me sirve a mí. ¿Verdad, hijo mío? ─Kiseop miró con finjida molestia a su madre, pero a ella no le negaba nada.


─Claro, mamá… ─dijo resignado y se dirigió a la cocina.


AJ vio la oportunidad de hablar con su primo. Pero… ¿qué hacer? ¿Conversar ahora o esperar a que todos se vayan? ¿Y si él se iba antes? Sin dudarlo, se encaminó hacia la cocina, cuando su madre lo llamó.


─Jaeseop, ¿a dónde vas?


─Ehmmm ─no quería que Kiseop lo escuchara, así que respondió bajito ─, al baño… ¿Acaso tengo que decirte todo lo que hago?


─No es eso, es que quiero que vayas a comprar algo ─le pidió su madre.


─¿Por qué no se lo pides a Eli? Siempre tengo que ir yo, él también tiene pies ─respondió enojado. Claro que estaba enojado, por todo lo que pasó, por lo que está pasando y por lo que pasaría si es que no llegaba a hablar con Kiseop.


─Está bien, relájate un poco, no te sulfures ─dijo extrañada.


Escuchando esto último, bufó y fue caminando despacio hacia la cocina para que su primo no lo escuchara. Sin embargo, este tenía unos oídos muy sensitivos.


─¿Qué quieres? ─preguntó Kiseop, sin voltear, preparando un té para su madre y otro para él.


─Bueno… ─ahora estaba nervioso ─, conversar supongo…


─¿De qué quieres hablar? No tenemos tema en común ─tenía razón, no podía negarlo, pero eso molestó a AJ de todas formas.


─De lo que pasó el otro día ─eso era lo único en común, raro después de tantos años.


─Eso ya pasó y me dejaste bien en claro que me odias ─rió irónico.


─Oye, eso no es cierto. Que te haya alejado bruscamente, no significa que…


─Entonces me hubieras dicho “basta” y yo hubiera entendido ─dijo mientras echaba agua hervida en las tazas.


─Te equivocas, antes lo he dicho y tú no te detenías.


─Bueno, quizás si me hubieras visto a los ojos, te lo hubiera creído ─¿mirarlo a los ojos? AJ lo creía imposible. Muchas veces lo había intentado y no pudo porque sabía que se perdería en ellos de forma desconocidas, que ni él sabía ─. Tengo que llevar el té ─justo se iba, pero AJ lo detuvo.


─El té puede esperar…


─No, el té se enfría. Y si tengo que esperar, tendría que volver a remojar té y luego hervir agua y… ─AJ le estaba quitando las tazas de las manos, dejándolas sobre el mesón ─. ¡Oye! ¡¿Qué ha…?! ─y sintió los labios de su primo sobre los suyos.


AJ estaba tan impresionado como Kiseop, de besar a su primo. Kiseop abrió los ojos como platos cuando AJ lo hizo. No se lo esperaba y quería reclamar, pero el beso fue tomando más fuerza, dejándolo casi sin aliento y tomándolo de la cintura para que no se escapara. Por instinto, respondió al beso, sintiendo la lengua del otro y dejándose llevar a lo que consideraba que sería como estar en el cielo. Los labios eran suaves y su lengua tan jugosa que hasta quería beber de él.


De pronto, AJ se detuvo y lo separó para luego taparle la boca con la mano izquierda, mientras que con la otra la mantenía en la cintura.


─¿Podrías callarte por una vez en tu vida? ─Kiseop movió la cabeza negativamente ─. Si que eres terco… ─y volvió a besarlo. Más intenso que antes, jugando con sus lenguas nuevamente. Sin duda, era el cielo.


Kiseop trataba de alejarlo, no porque le diera asco, sino por el simple hecho de que la familia se encontraba cerca y se preguntarían en donde estaban. Pero AJ insistía en tenerlo entre sus brazos y apretarlo contra su cuerpo.


Definitivamente, Kiseop era cálido, pero más que eso, era para no querer soltarlo nunca. ¿Así se hubiera sentido antes o seguiría “asqueando” los abrazos de su primo? Se arrepentía de no hacerlo antes, ni cuando llegaba de visita o cuando se mudó. Siempre conversando de lejos y siempre en medio de los dos, estaba su hermano Eli. Lo envidiaba por momentos cuando Kiseop lo ayudaba con trabajos escolares y se abrazaban en felicitaciones por sacarse buenas notas.


─Uhmmm… ¡Espera! ─gritó Kiseop pero muy bajito, alejándose lo que pudo y limpiándose la boca ─. Nos pueden ver. Además, ¿qué es lo que te pasa? ¿Estás loco?


─¿No querías un abrazo? Pues aquí lo tienes.


─Pero no uno con “extra” ─dijo avergonzado.


─¿Puedo decirte algo?


─No.


─Tus labios… ─intentó hablar.


─Soy sordo ─Kiseop tapó sus oidos con los dedos índice, como si de un niño pequeño se tratara, tan infantil que podía ser a veces pero de todas formas, escucharía igual. Ese método no funcionaba al cien por ciento. AJ tapó su boca nuevamente para que no hablara mientras decía…


─Tus labios son realmente suaves ─Kiseop se sorprendió y comenzó a pegarle en los brazos con los puños para que lo soltara, pero AJ era resistente ─. Tus sonrojos… me están fascinando ahora ─casi parecía un admirador poético diciendo eso ─. Me encantan cuando soy yo quien los provoca y no mi hermano ─y su mirada cambió a uno muy serio.


Entonces, Kiseop se había dado cuenta de que AJ sentía celos de su propio hermano, de Eli. La verdad es que siempre fue más cercano con él que con AJ y aunque siempre trataba de acercarse, este se alejaba. Además, ¿qué podía decir en un momento como este? Era realmente confuso. Quitó la mano de AJ de su boca.


─Esos sonrojos… ─lo miró por un momento pero desvió la mirada ─. No, nada.


─¿Qué?


─¡Que nada, idio…!


─Shh… ─tapó su boca, otra vez ─. Deberías hablar más bajo de vez en cuando ─este sacó la mano nuevamente.


─El trabajo me tiene traumado, estresado. Además, es mejor que me sueltes, porque alguien podría venir.


─¿Ese alguien es mi hermano?


─No, ese alguien puede ser cualquier persona de la familia.


Después de tanto tiempo insistiendo por uno, ahora era AJ quién no quería dejar de abrazarlo. Era hasta extraña la situación, si es que lo pensaba detenidamente bien. Pero se sentía tranquilo y pacífico. De lo que se estaba perdiendo por todos estos años de “tortura” por parte de su primo.


─Jae…


─¿Dime?


─Esto es raro ─habló directo mientras miraba los ojos de su primo. Eran hermosos para él.


─Lo sé… pero no somos primos tan cercanos…


─Tú sabes que no importa cuán lejano sea la sangre de la familia, para mí sigue siendo lo que es y tú eres mi primo ─y no lo podía negar. No podía romper un principio que tenía desde los dieciocho años.


─Vamos, Kiseop, no me vas a hacer sufrir más… ─hizo un puchero, uno que no hacía con nadie, ni con su madre pero que con su primo, lo haría siempre que quisiera algo.


─Es primera vez que haces eso ─dijo Kiseop impresionado ─. Debo inmortalizarlo ─buscó el celular en sus bolsillos.


─No, no, no ─tomó las manos de su primo y las puso en la espalda del propio ─. Nadie me saca fotos, al menos que yo quiera.


─Pero te ves tierno ─y Kiseop también hizo un puchero.


En cambio de él, AJ siempre veía sus pucheros, tan lindos y tiernos y todas las subía a su cuenta de Twitter. Pensándolo bien, parecía realmente un acosador por haber visto cada foto en esa cuenta. Sus caras tristes, alegres, chistosas en las cuales ponía su rostro en dibujos raros, esos pucheros que tanto le encantaban…


─¡Kiseop! ─era su tía llamando a su primo. Se separaron de golpe.


─¿S-Sí? ─respondió este.


─¿Y el té?


─Ah, sí… Es que… ─pensó en que inventarle ─ estoy calentando un poco más el agua ─la única mentira que se le pudo ocurrir.


─Está bien ─escuchó a su madre convencida.


─Uff, eso estuvo cerca… ─suspiró aliviado.


─No tan cerca como yo… ─dijo AJ acercándose de nuevo.


─Espera, ahora sí que no te acerques. Primero deja que le de el té a mi madre y luego hablamos de esta cosa… rara, ¿ok?


─Está bien… ─dijo con un puchero de nuevo, que hizo sonreír a Kiseop.


Kiseop había ido a dejar el té, unas cosas más que le pidieron y ya estaba de vuelta en la cocina. Para su sorpresa, no estaba AJ, suponía que ya no había tema de qué hablar, así que iba a volver al comedor para comer algo por lo menos. Pero alguien lo sorprendió por la espalda.


─Ya pensabas que te iba a dejar ir asi de fácil ─le susurró al oído y lo arrastró al baño, tomándolo de la cintura.


─Después alguien va a querer entrar al baño, Jae…


─Nadie lo hará, le dije a mi madre que estaría aquí ─y estando dentro, cerró la puerta con seguro.


─Pero no por cuanto tiempo, estúpido ─se soltó del agarre. Quería salir, pero AJ lo acorraló, dejándolo entre la puerta y su cuerpo.


─Sabes, Kiseop, yo…


─Nada. Tenemos que hablar seriamente.


─¿En serio? ─resignado, bajó la tapa del retrete y se sentó para escuchar lo que Kiseop diría. Pero esta vez fueron interrumpidos por la madre de AJ. ¿Que nadie puede dejarlos tranquilos por un momento?


─¿Jaeseop?


AJ no sabía que hacer, pero Kiseop le dijo en voz baja que contestara normal.


─¿Quién es? ─dijo tontamente, tanto que Kiseop se golpeó la frente él mismo y casi se echa a reír. Le iba a golpear la frente al gato pero este le detuvo la mano, un poco enojado.


─Soy yo, hijo. ¿Tardarás mucho?


─Ehmmm… ─miró a su primo y este le decía que un poquito ─. Unos minutos más, ¿por qué?


─Es que quiero que vayas a comprar algo.


─¿No fue Eli?


─No.


─Ok… ─resignado por segunda vez ─. Salgo luego…


─¡Gracias, hijo! ─se escuchó la voz a lo lejos.


─De nada, mami ─respondió Kiseop bromeando ─. Salgo primero y luego tú. Yo solo diré que estaba en el patio, ¿ok? ─tiró un poco de la mano para soltarse, pero AJ no lo dejaba ─. ¿Me sueltas? ─lo que no se esperaba es que este lo tirara para darle nuevamente un beso e hizo que se sentara en sus piernas.


─Te puedo asegurar a que Eli está esperándote. Ahí si puede comprar, ¿no? ─dijo con tono celoso.


─Primero ─se levantó y se limpió la boca ─, no sé de qué estás celoso. Segundo ─miró al espejo y comenzó a arreglarse para lucir normal ─, después hablamos y tercero, yo tengo que salir de acá o pensarán cosas raras… ─lo miró a los ojos ─. Somos primos, Jae, que no se te olvide.


─Pero…


─Hablamos otro día ─quitó el seguro, abriendo la puerta y cerrándola.


Y Kiseop lo dejó solo porque no podía creer las cosas que pensaba AJ. ¿Celoso? Que estupidez más grande.


Mientras, AJ se quedó sentado, pensando en las reacciones de antes y de ahora y el por qué estaba celoso. ¿Será que siempre le gustó Kiseop? O sea, no siempre, pero lo deslumbró un poco, cuando llegó a casa de la abuela. Era diferente de todos los primos que tenía, era de suponerse, vivió solo durante mucho tiempo… Era raro, antes no le tomaba importancia… ¿Por qué ahora? Sacudió la cabeza porque estaba irritado con tantas cosas en su cabeza.

Notas finales:

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