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Apego Dimensional por NekoFace

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Notas del fanfic:

Etto...jeje...HOLA!!! ^.^ sé que no estan aqui para leerme a mí sino la historia pero de todas maneras queria tener algo de protagonismo ¬¬ (¿?) como sea... es mi primera historia con un SasuNaru o un NaruSasu, aun no se muy bien la cosa puesto que lo hize casi improvisadamente, cualquier cosa que les guste o hayan notado haganmelo saber.
Kishimoto-san (el hombre mas maravilloso de la Tierra *.*) es dueño y señor de estos personajes, la trama es mía (no vale copiar ¬¬).
Disfruten! O///O

Notas del capitulo: Ha! por cierto, no presten atencion a las parejas que con el tiempo sabre como ordenarlas... y otra cosa mas, (espero no se molesten ó.ò) ¿no podrian dejarme reviews? no es por que me guste presumir reviews, es por que me parece importante que el lector/ra opine acerca de como le parecio la historia, y por que son como pequeños bocados de amor OwO.
QUIERO AMOR!!! (solo de parte de ustedes, claro ¬u¬)

“Eres más especial para mí de lo que crees”

 

 

La suave brisa otoñal creaba una elegante danza con las hojas como protagonistas, esparcidas en el suelo parecían alguna especie de alfombra con una gama de colores desde naranjas hasta marrones y dorados.

Él veía con absoluta paciencia a las pocas personas que paseaban por el parque, para su mala suerte todas parejas. Se suponía que había ido al parque a despejarse la mente de todas las ideas que tenia y aclarar algunos asuntos que rondaban como moscas en su cabeza; pero lo único que había conseguido fue una diabetes por tanto dulce que desprendían esas parejitas que poco más y se comían a besos.

Aunque viéndolo desde otro punto esas personas inocentes no tenían la culpa de querer demostrarse el amor que se tenían y profesaban; el único culpable por verlos con cara de pocos amigos era él.

Se tiro un palmazo de lleno en el rostro al verse envidiando la simple vida que llevaban aquellas parejas de enamorados…ah, el amor;  ese sentimiento que hace que las personas pierdan la cabeza y se vuelvan idiotas, ese mismo sentimiento que no sabía cómo un amigo cercano acabó sintiendo por él.

Ah, que fastidio tener que pensar en él y en su repentina declaración.

No es que no le gustase, de cierta manera se sentía profundamente atraído hacia él, porque sí, era un ‘él’ y no un ‘ella’ ¿y qué hay con eso?, él sabía sobre sus gustos; se conocía lo suficiente como para saber que era bisexual a pesar de que nunca antes había estado con alguna chica y mucho menos con un chico.

Su familia y amigos no tenían problema alguno acerca de sus gustos y vivía muy feliz con eso, bueno, de todas maneras si alguien dijese algo acerca de sus preferencias estaba completamente seguro de que defendería sus ideales con uñas y garras…

Pero ese no es el tema.

A la personita que rondaba sin parar sus pensamientos lo conocía desde hace unos tres años aproximadamente; cuando lo conoció le llamo la atención su carácter tan renuente a la sociedad y su forma un tanto fría de tratarlas. Solo digamos que capturo su atención inmediatamente ¿bien?...y lo conoció de una forma poco convencional, agradable a su recuerdo pero no tanto para el señor amargado.

Sonrió al recordar el aula en donde lo encontró.

Sabía perfectamente que era un gran tipo y, como ya mencione antes, le tenía un cariño enorme e indescifrable, el cual justamente lograba confundirlo en momentos como este. Sabía también que cuando sonreía lo encontraba con un inconfundible aura de calma y paz, era por eso que le gustaba pasar buenos ratos con él. Algo de lo que no se podía olvidar era esa seguridad tan característica en su persona, y la cual conoció poco a poco gracias al tiempo que estuvo acompañándolo. Sí, era un partidazo el que se encontraba coladito por él.

No supo de sus preferencias hasta solo hace medio año cuando en una fiesta bebió de mas y le salió con el cuento de que era homosexual, no bisexual, no; HOMOsexual. A la mañana siguiente cuando estaba completamente recuperado; bueno, sin contar con la resaca que le trajo un humor de perros por el dolor de cabeza, comenzó su lluvia de preguntas e incluso le mostro el video que había grabado mientras él gritaba su secreto a los cuatro vientos.

Él se murió de la vergüenza pero al final obtuvo las respuestas que buscaba.

Suspiró.

Seguía sin poder dejar de pensar en el tema y en la respuesta que le daría, porque definitivamente tenía que darle una.

Cuando se confesó lo hizo con tanta seguridad y tal firmeza en sus palabras que a punto estuvo de aceptar sin siquiera pensar en qué es lo que realmente sentía por él.

…Recordó lo serio de su mirada, sus labios al articular esas palabras…

Se sonrojo al verse pensando en esas cosas y volvió a tirarse un palmazo en el rostro.

Una cosa tan simple lograba ponerlo nervioso.

Trato de pensar nuevamente en que es lo que sentía y cuál sería su respuesta ante la declaración que le dio aquel chico; en realidad planeaba hacerlo en ese mismo momento sino es que él le hubiera dicho que le daba tiempo y espacio para pensarlo y que después se fuera sin siquiera parecer nervioso. Todo lo contrario a él que se había quedado en estado de semi shock mirando cómo se iba lentamente.

Claro, sin presiones.

Se levanto bruscamente de la banqueta al pie del árbol; suficiente esfuerzo mental había hecho ya.

Un poco mas y su rubia cabeza comenzaría a echar humo.

Se arrebujo en su gabardina azul oscura y partió a su departamento. Comenzaba a anochecer.

·#·

Cuando llego a su departamento heredado encendió las luces y miro a su alrededor. No era la gran cosa pero era bastante acogedor e incluso grande para solo una persona.

Con un gruñido de su estomago se deshizo del nudo de la corbata y el abrigo y los lanzo por ahí; se soltó los dos primeros botones de su no tan blanca camisa; genial, mañana tendría que lavar ropa.

Su estomago sonó nuevamente y volvió a recordar que no había comido nada desde que había salido del colegio más que un mísero dulce que encontró en su abrigo.

Se dirigió a su cocina aun con la mitad del uniforme y hurgo en su refrigerador…

Un bote de leche, un pequeño yogurt caducado, una naranja y un envase de comida china adornaban el blanco interior de la refri.

Saco la naranja y la comenzó a pelar mientras regresaba a la sala para encender el televisor de considerable tamaño.

Giro el televisor un poco hacia la derecha y se sentó en su mullido sillón favorito por ser casi el doble de los sillones normales; ya se imaginaran el color del pobre sillón que alguna vez fue gris claro.

Busco el control remoto por entre los cojines y cuando lo localizo comenzó a cambiar los canales sin optar por ninguno en particular; no es que no tuviera nada que hacer, es más, un pilón de tareas lo esperaban en su habitación, pero para distraerse mejor decidió entretener a su cerebro con poco productiva diversión.

Al final decidió quedarse con una película de guerras antiguas, con espadas y esas cosas.

Tan entretenido estaba que no se percato del vibrar de su celular, el cual le hizo pegar un salto en el cielo.

-¿Aló?- pregunto al número de teléfono que ni siquiera se molesto en verificar.

-Naruto, estoy en la esquina ¿quieres que te lleve algo?- pregunto la persona en cuestión y Naruto palideció en ese momento.

-Ha…Sasuke, veras estoy…- comenzó con nerviosismo al pensar que él estaría cerca de su casa y en pocos minutos dentro de esta- yo...-

Pero Sasuke no lo dejo continuar.

-Tú nunca pones excusas- indico con un poco de molestia incluso antes de que el rubio se inventara una- te pediré lo de siempre, voy para allá- finalizo con un tono de voz un tanto preocupado y le cortó, ha… ¿Qué más se podía esperar de su mejor amigo?

Naruto rezo para que Sasuke no lo agarrara justo en esos momentos que tenía la cabeza tan abrumada; cuando escucho que tocaron el timbre… ¿y si mejor no le abría la puerta?, lo consideró; no, Sasuke capaz era de tirar su puerta de una patada, después de todo ya había pasado una vez.

Se pregunto cómo rayos había logrado llegar tan rápido; lo más seguro era que él ya sabría qué es lo que iba a pedir y se había adelantado al pedido, era eso o que la bendita señora del puesto de hamburguesas cocinaba demasiado rápido.

Abrió la puerta esperando con todas sus fuerzas que fuera otra persona.

Pero no fue así. Parado en el umbral de la puerta estaba Uchiha Sasuke, con su porte tan llamativo como siempre y dos bolsas blancas en mano. Ni siquiera pidió permiso para entrar cuando Naruto se percato de que ya estaba dentro y en proceso de sacarse el negro abrigo que momentos atrás había estado acompañado por una blanca bufanda.

-O-oye, te dije que…-

-Naruto, tú y yo sabemos que no eres bueno para las excusas improvisadas- le dijo mientras afilaba su mirada tratando de intimidarlo para que soltara la verdad.

-Haaa… jaja… pe-pero que cosas dices… jaja…- Sasuke definitivamente tenía razón, el rubio no sabe ni siquiera fingir.

-Cuéntame- prácticamente le ordeno, no de la forma en que lo haría alguien que está preocupado por tu estado de ánimo sino de la manera en que… bueno, en que un Uchiha lo haría.

Naruto suspiró. Sí, ya sé que suspira mucho.

-Bu-bueno…- dijo mientras se sentaba en su mullido sillón personal. Sasuke hace rato ya estaba sentado en el de dos plazas, con su penetrante mirada puesta en Naruto.

-¿Si?- trato de alentarlo a que continuara ante el silencio que guardó, debía de admitir que su curiosidad era grande.

-Esto…sí, veras… Gaara, bueno él…- si es que no continuaba la poca paciencia que heredo se le iba a acabar.

-Naruto- hablo firme

-Gaara se me declaró- susurro apenas entendiblemente. Sasuke tardo unos segundos en procesar la información.

Naruto estaba sonrojado y movía las manos de manera nerviosa.

Se hizo un silencio sepulcral en el que Sasuke no cavia en su sorpresa y otro sentimiento que no lograba descifrar correctamente ya que estaba opacado por el asombro; y con Naruto esperando ansiosamente una respuesta que estaba tardando en llegar.

-¿No vas a opinar nada?- pregunto el rubio con mucha precaución.

Sasuke seguía en silencio con la vista gacha meditando que sentimiento era ese que estaba hospedado en su pecho.

No era tonto ni mucho menos despistado.

-¿Sasuke?- …

Sabia de que se trataba.

-¡Oye, Sasuke!-…

Sí, eran celos… celos fraternales.

-¡Tierra llamando a Sasuke!- y despertó de sus prolongados pensamientos sentimentalistas, solo para darse cuenta de que Naruto estaba arrodillado a su costado mientras sostenía un mechón de sus negros cabellos para poder gritarle mejor en el oído.

-Quita- Sasuke le agarro de la cabeza y lo alejo muy ‘delicadamente’.

Naruto cayó de espaldas al otro lado del sillón.

-¿Pero qué…?- Naruto se comenzó a sobar la cabeza aunque el azabache no le haya dado un golpe en realidad- ¿Primero me dices, no, me exiges que te cuente y ahora me golpeas?- hizo un pucherito ante la situación.

… Y luego lo cambio por una sonrisa zorruna.

Se acerco gateando sensualmente bajo la imperturbable mirada del azabache.

Por un momento, y solo por un momento el corazón de Sasuke se agito como loco.

El blondo llego a su costado y se acerco a su oído a una distancia prudente.

-No me digas Sasuke…- susurro de manera un tanto ronca, y el pulso de Sasuke se acelero un poco-…que estás celoso de Gaara porque me amas.

A Sasuke se le revolvió el mundo… ¿amar? ¿Quién hablo de amar?

Lo miró por el rabillo del ojo y volteo para darle la cara con una sonrisa que solo la fabrica Uchiha las hacía para su familia.

-Claro…- Naruto casi se cae- …si tan solo fuera un incestuoso.

Naruto se sonrojo por las palabras implícitas dichas por el azabache.

Así que Sasuke lo quería como a un hermano. En el fondo se alegro de que él le expresara su afecto de una manera que solo él hacía que sonara para nada una demostración de cariño.

Al estilo Uchiha Sasuke.

-De todas maneras, ¿Cuál fue tu respuesta?- pregunto el azabache más sereno. Aunque eso no quitaba los molestos sentimientos.

-Ahhh… la verdad no le di una respuesta- dijo un tanto acongojado. Sasuke enarco una ceja en una silenciosa petición de que se explicara- Gaara me dijo que me daba tiempo para pensar en mi respuesta-.

Y volvió a suspirar.

-¿Entonces qué piensas responderle?-

-¡No lo sé, no lo sé, no lo sé!- señores y señoras con ustedes la faceta de desesperación de Uzumaki Naruto- ¡llevo toda la maldita tarde tratando de encontrar una solución a esto! ¡No comí por pensar tanto! ¡Se supone que lo quiero como a un amigo, un hermano; pero si lo rechazo nada volverá a ser lo mismo! ¡Pero si lo acepto también sería un problema porque no sé si me gusta y si no resulta… ahhh, salgo perdiendo en los dos casos! ¡Sasuke ayúdame, me siento como si estuviera en la ‘friend zone’ con Gaara!-

Sasuke estaba más que sereno aunque Naruto lo hubiese zarandeado como a trapo viejo.

-Primero, respira- le indico el azabache mientras Naruto se hiperventilaba con desesperación- segundo, suéltame- el blondo se avergonzó ligeramente- y tercero no es tan difícil elegir una respuesta, simplemente es sí o no-.

Juro que acabo de ver llamas en los ojos de Naruto.

-¡Como puedes decir eso! ¿¡Acaso no ves la realidad del asunto!?- poco mas y lo golpea.

-Está bien…una vez me comentaste que te gustaba su sonrisa ¿aun sigues pensando eso?- Naruto afirmo avergonzado- y recuerdo que en otra oportunidad me dijiste que te gustaban sus ojos, en especial como te miraba-.

-También sigo pensando eso- Sasuke lo miro con las mejillas sonrosadas y encontró otra vez en su interior el amargo sentimiento de los celos.

-Entonces es porque te gusta- aclaro para que Naruto tomara una decisión a favor de su felicidad- y si piensas que después de intentar ser su pareja y no resulta él te va a dejar, estas equivocado, no sé si lo has notado pero su amistad también puede superar algo tan poca cosa como lo es el haber roto una relación sentimental. Más vale arriesgarse a que después te arrepientas de tu decisión. Ten en cuenta eso-.

Naruto se quedo sin palabras al escucharlo. Su corazón dio pequeños saltos al ver su rostro.

Sí, Sasuke tenía razón; sería mejor arriesgarse ahora que nunca.

-¿Estás listo?- le pregunto el azabache al ver que Naruto estaba aun mirándolo con cierta sorpresa. Naruto afirmó.- Entonces llámalo-.

Naruto se levanto con una mirada decidida y un aura de seguridad inmensa, tomó su celular y se fue adentro a hablar.

Cuando volvió, Sasuke observo que Naruto se veía mucho más relajado.

-Le he dicho que venga, debe estar aquí dentro de diez minutos a más tardar- tenía sus dos manos puestas en su móvil y lo apretujaba con fuerza. Cuando paso la tención de su cuerpo lo lanzo por algún lugar.

-Entonces debería irme si es que Gaara va a venir- dijo Sasuke.

-No, está bien; quédate, no quiero estar solo en casa- Naruto agarro las olvidadas bolsas que había traído Sasuke y se sentó en el sillón de dos personas. Agarro su hamburguesa con todas las cremas correspondiente y comenzó a devorarla, por fin su estomago estaba siendo atendido.

Sasuke no dijo nada y se sentó al lado del rubio con otra hamburguesa en sus manos, la única diferencia era que la de él era de las normales mientras que la de Naruto era de esas triple hamburguesas.

Estuvieron viendo una película de terror que encontraron, ya casi por terminar, mientras Naruto esperaba al pelirrojo.

Y cuando estaban asesinando a la protagonista sonó el timbre de la puerta.

El corazón de Naruto comenzó a palpitar con fuerza.

Se levantó, se limpió un poco y salió como alma que lleva al diablo a abrir la puerta.

Se detuvo con la mano en el pomo.

-No vayas a escuchar- dijo y salió rápidamente. Lo único que la vista de Sasuke alcanzo a ver fueron unos mechones rojos de cabello y un abrigo café claro antes de que la puerta se cerrase de golpe.

Al azabache ganas no le faltaban de ponerse a escuchar tras la delgada puerta que los separaba de la casi pareja; se contuvo, no era su estilo husmear en asuntos ajenos; pero se trataba de Naruto, él no era un extraño.

Mejor no. Se paró a medio camino del vestíbulo y volvió a tomar asiento en el sillón plomo, ahora oscuro, el cual también era su favorito por alguna extraña razón. Comenzó a preguntarse de que estarían hablando, ya llevaban un buen rato ahí fuera. Pensó que lo más seguro era que se estarían besando.

Esa idea no le gusto en absoluto.

Se paró de golpe y apunto estaba de caminar cuando la puerta se abrió y Naruto apareció con una brillante sonrisa y las mejillas coloradas.

Al azabache se le subió el pulso.

-Somos pareja- le dijo más feliz que nunca.

-Felicidades- fue lo único que respondió.

·#·

Sasuke caminaba lento y con las manos a los bolsillos. Había salido de la casa de Naruto hace apenas unos siete minutos. Afuera estaba helado en contraste con el calor de la casa de su rubio amigo. Se encontraba caminando por las poco iluminadas calles más arriba del barrio de Naruto; no había gente y estaba oscuro. Bueno, con este clima no daba ganas de salir tampoco.

Desde que había salido no había parado de pensar en el rubio y en Gaara, en que cosas se habrían dicho, en que habrían hecho y en como serian las cosas a partir de ahora.

No quería que Naruto se alejara de él solo porque ahora tenía novio, en realidad no quería que Naruto estuviera con alguien más, solo le había aconsejado por que Naruto parecía tan desesperado y por que como buen amigo que era Naruto se quejaría con él toda la noche.

Malditos celos fraternales que no lo dejaban en paz.

Retomo su caminata al darse cuenta que en algún momento se había detenido y trato lo mas que pudo de dejar de pensar en él.

Cruzó la calle sin darse cuenta que una furgoneta blanca venia a gran velocidad contra él.

…La mirada del hombre destelló.

Notas finales: En serio espero un review, no cuesta mucho hasta yo recuerdo que pogo reviews bajo mi seudonimo de NekoFace (por cierto me gusta mi nombre -w-), y de verdad que no es mucho aunque sea un 'Hola' me haria muy feliz; ya saben: 1 palabra, 4 letras, un Hola. ^.^U Bien, me acabo de dar cuenta que soy pesima pidiendo cosas.
NekoFace out!!

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