Era un día tranquilo, bastante divertido para Finn el humano, quien se encontraba saltando en un malvabisco. Cerca se encontraba su novio, el príncipe Flama, sentado en la sombra de un árbol mientras veía los alrededores. El heroe se reía infantilmente mientras saltaba en el malvabisco, realmente lo entretenía mucho, pero su atención fue capturada por otra cosa.
- Flama. - Llamó Finn, capturando la atención del príncipe. - Mira, parece haber un incendio por allá. - Apuntó con su dedo a una dirección, mientras seguía saltando.
El príncipe se levantó y escaló el árbol en donde estaba sentado para poder tener una mejor vista.
- ¿Qué estará pasando...? - Preguntó al ver el humo.
- ¡Vamos a ver! - Pidió Finn con entusiasmo.
- ¡Sí!
El príncipe bajó del árbol y vio que Finn se lanzó del gran dulce. Lo atrapó de inmediato, pero lo soltó sin demorar debido a que lo podía quemar. Finn sonrió y empezó a correr. Flama lo siguió y se detuvo cuando vio que Finn bajó la velocidad.
- Flama...
- ¿Sí?
- Es la princesa...
El príncipe se sorprendió y miró al frente, viendo como la princesa iba corriendo a abrazar a su amado héroe.
- ¡Finn! - Dijo la princesa. - Mi amado Finn~
El rubio se puso tenso y miró asustado a su novio. El príncipe sólo guardó silencio y luego la princesa habló.
- ¿En donde has estado? - Preguntó ella. - ¿Por qué huiste y... Me dejaste...?
- Bueno... Yo... - Finn no sabía cómo responder. - Yo... ¡MEGUSTAOTRAPERSONA! - Tuvo que decirlo rápido para que todo pasase con velocidad.
La princesa lo miró impactada mientras lo soltaba.
- ¡¿QUÉ?! - Preguntó exaltada.
- Me gusta otra persona... - Repitió con miedo.
La princesa se centró en su ira y empezó a encenderse por completo, llena de furia. El príncipe se asustó y alejó al chico lo más rápido que pudo. A Finn le llegó un gran miedo y empezó a temblar.
- ¡TÚ NO PUEDES DEJARME ASÍ COMO ASÍ! - Gritó ella con mucha rabia.
- Pero... No te amo. - Confesó él con miedo.
- ¡¿POR QUÉ?!
- No lo sé...
- ¡TE VOY A HACER LAMENTARLO!
La princesa empezó a transformarse en una enorme llama, completamente llena de ira. El príncipe se alertó y miró al chico.
- ¡FINN! ¡CORRE! - Gritó él.
Finn comenzó a a correr, mientras ambos príncipes empezaban una lucha de fuego. Ambos eran enormes y era toda una lucha de titanes, pero mientras el rubio corría cayó al suelo. Justo cuando cayó al suelo, una bola de fuego cayó a su lado.
- ¡Aaaaah! - Gritó Finn, cuando terminó rodeado de fuego.
- ¡Finn! - Gritó el príncipe, dándose cuenta de que su novio estaba en peligro.
- ¡NO TE DISTRAIGAS, CABRÓN! - Gritó la princesa mientras lo golpeaba.
El chico de fuego cayó al suelo, justo al lado de Finn. - ¡Ahg! ¡Mierda! - Se quejó, mientras se levantaba rápidamente a golpear a la chica. Mientras tanto, Finn se encontraba tosiendo debido a todo el humo del ambiente. Sus pulmones estaba llenos de humo y la respiración era muy irregular mientras tosía.
- No... No r-r-res... pi... ro... - Se quejó. - F-f-flama...
El chico terminó desmayándose.
Finn se despertó al escuchar una voz llamándolo, estaba en un lugar suave, su cama. Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue a un perro Bulldog.
- ¡Hermanito! ¿Estás bien? - Preguntó Jake con preocupación.
- Creo que sí... Flama... - Empezó a darse cuenta. - ¡Jake! ¡¿En donde está el príncipe Flama?!
- ¿El príncipe? No lo sé, pero te encontré en un lugar envuelto en llamas.
- ¿Llamas? - Finn se confundió, pero luego los recuerdos invadieron su mente. - ¡El príncipe estaba peleando con la princesa, Jake! ¡Debemos ayudarlo!
- ¡¿Con la princesa?!
- ¡Sí! - El chico trató de levantarse como podía. - ¡Vamos!
El perro volvió a acostar al chico. - Finn, tú estás muy débil. Además, esto parece ser un asunto real, no podemos meternos.
- ¡Me meto porque Flama es mi novio, Jake!
- Ya lo sé, Finn. Pero es demasiado peligroso, el príncipe debe hacerlo solo.
El chico del gorro de oso miró con preocupación al suelo, tratando de creer en su amigo.
- Ojalá tengas razón...
- Tú tranquilo, yo nervioso. Ya verás que todo estará bien. - Dijo con una sonrisa.
- Eso espero... - Volvió a decir, inseguro.
- Ya verás, todo está bien. Toooooooodo está bien.
- Tengo sueño... - El chico empezó a cerrar los ojos debido al cansancio.
- Duérmete un poco. - Ordenó el perro.
Pasó el tiempo y Flama volvió con su pequeño humano. Se sentó a su lado y lo miró fijamente. Quería tocarlo, pero sabía que no podía o lo lastimaría. Se quedó a su lado por un tiempo, hasta que Finn despertó.
- ¡Finn!
- ¡Flama! - Exclamó, dándose cuenta y despertándose por completo. - ¿Estás bien? ¿Tienes alguna herida? ¿Te duele algo?
- No, no te preocupes. Estoy bien, sólo estoy algo golpeado.
- Que bien. - El chico humano sonrió.
- ¿Y tú? ¿Cómo estás?
- Bien. - Contestó como si nada. El príncipe suspiró.
- Que alivio... - Se quedó en silencio por unos segundos. - Por suerte, logré mandar a la princesa a otro lugar...
- Tengo miedo. - Confesó Finn.
- Yo también...
El niño humano miró al chico de fuego con unos ojos de cachorrito, ojos que a Flama le encantaban. Quería abrazarlo, era demasiado adorable, y Finn como si leyera su mente, lo abrazó sin importarle si se quemaba. El príncipe sólo habló en voz baja e hizo que Finn se vuelva azul. Lo abrazó con fuerza mientras que el otro lo disfrutaba.
- Estaba asustado, Finn...
- Yo igual.
- No quiero volver a verla...
- Yo tampoco.
Flama lo besó en la frente e hizo que el chico se sonrojara.
- ¿Puedes caminar? - Preguntó el príncipe.
- Creo que sí.
- Bien...
El muchacho de la realeza iba a levantarlo, pero se detuvo. Lo tomó y lo besó dulcemente, haciendo que el otro se sonrojase mucho. Metió ligeramente su lengua, sacándole un gemido al muchacho humano y luego hizo un ligero sonido con su saliva para separarse y luego darle un beso en la frente. El chico lo veía muy avergonzado, con un pequeño hilo de saliva que chorreaba de su barbilla. Miró a otro lado mientras se lo limpiaba y luego sonrió con ánimo.
- ¡Vamos de aventura! - Dijo sonriendo. El príncipe se rió y volvió a besarlo, volviendo a avergonzar al chico.
- Ven, vamos. - Dijo el príncipe, yéndose afuera con el humano, mientras que el chico lo seguía feliz. - Bien ¿A donde vamos a buscar aventuras?
- ¡Cuevas! - Dijo sin vacilar.
- Bien.
Ambos se dirigieron a unas cuevas, estaban llenas de calaveras, pero no era nada raro. Entraron, el príncipe iluminaba el lugar con su cuerpo, nada complicado.
- Vamos, por aquí debe haber un monstruo. - Dijo Finn con ánimo.
- Finn... ¿Seguro que ya estás bien? - Preguntó con algo de inseguridad el fogoso.
- Sí ¿Por qué lo preguntas?
- Para que nada malo te pase.
El muchacho humano sonrió. - Vamos, estamos los dos juntos podemos vencer cualquier monstruo.
El príncipe sólo asintió y fue con él. Mientras iban caminando veían la cueva muy deteriorada, esto era suficiente para distraer al humano, el cual no se daba cuenta que a medida de que más caminaban, el lugar se volvía más oscuro. Poco a poco, el chico empezó a apegarse a su novio al ver que la cueva estaba con menos iluminación. Se sintió algo seguro hasta que se dio cuenta de el príncipe se estaba apagando.
- ¿Flama? - Preguntó mirándolo.
El príncipe no respondió, sólo se desplomó al suelo.
- ¡FLAMA! - Exclamó sorprendido. Se arrodilló y empezó a darle respiración boca a boca, pero nada ocurría. El hombre no se levantaba. - Flama... ¡Despierta! - Las lágrimas se asomaron por sus ojos mientras lo movía. El príncipe sólo suspiró, pero seguía inconsciente.
Finn lo levantó como pudo y lo llevó hacia afuera, debido al movimiento las manos de Flama golpeaban con el trasero del chico en el trayecto, avergonzándolo un poco. Logró llegar a la entrada con algunos tropiezos, pero no le importó.
- ¡FINN! - Escuchó un grito, provenía de Jake. - ¡FIIIIIINN!
- ¿Jake?
- ¡Ay, llegué tarde! - Dijo, colocándose en frente.
- ¿Qué ocurre? - El perro lo miró horrorizado.
- ¡La princesa de fuego le ha quitado su núcleo de oxígeno al príncipe! - Dijo, alterado.