Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reuniendo al equipo. por Seiren

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Perdonden el posible OOC o cualquiera cosa que parezca fuera de orden. Me ánime a escribir fanfiction de este anime porque lo amo y amo incluso más a la pareja (Yo le digo Narei) 

 

Notas del capitulo:

¡Gracias por leer!

 

***

 

Nagisa se sentía... triste. No decepcionado ni sorprendido. Triste. Haru no había vuelto a ser el de siempre después de la competencia. Makoto, a pesar de haber tenido un buen rendimiento, se hundía cada vez que veía a Haru deprimido. Su inhabilidad para animar a su amigo era peor que cualquier derrota. Y Rei, Rei sólo hablaba de lo poco hermosa que había sido su participación y la de los demás, lo mal que lo había hecho el equipo de natación del Instituto Iwatobi. Nagisa no había propuesto revivir el club de natación para eso.

El fin de semana después de la competencia lo había pasado solo, a pesar de sus esfuerzos por reunir a sus amigos para comer, todos lo ignoraron, y por un momento él mismo creyó que su propio entusiasmo disminuía. Gou a veces le daba la razón, pero la chica no hacía mucho para cambiar la situación, y no porque no quisiera, sino porque estaba molesta con todos. El nivel de patetismo que habían alcanzado la sobrepasaba de muchas maneras. ¡Eran ridículos! Si se deprimían tanto cuando apenas iban comenzando, no podía esperar que llegasen muy lejos. Lo mejor era que cada uno tuviera tiempo para pensar por sí mismos, si regresaban, era que en realidad creían en el equipo, si no, era mejor buscar nuevos integrantes. Se lo dijo a Nagisa, pero él no estuvo muy contento al escuchar esto. Quizá estaba igual que sus amigos.

O quizá no. Él era diferente y ponía a andar las cosas siempre y cuando se lo propusiera. Lo había conseguido con Rei, no se rindió y gracias a eso logró completar el equipo. ¡Claro que podía! Y lo intentaría nuevamente con Rei, porque para llegar a Makoto tenía que llegar a Haru, y para llegar a Haru, tenía que llegar a Makoto. Esos dos eran un lío tremendo.

Se propuso, entonces, interceptar a Rei a la salida de clases. El timbre repiqueteó a lo lejos y Nagisa salió hecho una furia hasta la sección de los de primer año, justo en la casilla de Rei, no había manera de que así se le escapara. Lo raro fue que, con el tiempo pasando y pasando, Rei no apareció. Sintiendo un poco de culpa, Nagisa revisó el locker, los zapatos de Rei seguían allí, ¿dónde podría estar?

Rei no encontraba nada hermoso en el fracaso, sí en el esfuerzo, pero no siempre las dos cosas iban de la mano. ¿Quizá estuviera estudiando más sobre natación? Nagisa corrió entonces en dirección a la biblioteca. En el camino se topó con varios estudiantes, pero todos iban de salida. Cuando llegó a la biblioteca, ésta estaba completamente vacía. ¿Sería mejor mandarle un mensaje de texto para localizarlo? ¿Y si huía? Nagisa agitó la cabeza, apretó sus puños y se infundió ánimos. “Ganbatte[1] se dijo en silencio.

¿Y en la piscina?

No, no podía ser, todos estaban que no querían meter ni un pie en el agua, incluso Haru, lo que resultaba de lo más increíble, ¿por qué Rei sería diferente? Sin embargo, Nagisa no pudo sacarse la idea de la cabeza, y más convencido ahora, se dirigió a la piscina.

Por los amplios ventanales que bordeaban los largos pasillos del instituto, el sol se colaba muy débilmente. Estaba por anochecer, los tonos dorados le arrancaban hebras destellantes al cabello de Nagisa mientras se decía que todo estaría bien, que nuevamente él haría que todo estuviera bien. Les debía tanto a sus amigos que no había manera de que dejara las cosas como estaban.

Cuando llegó a la piscina, lo primero que hizo fue apoyar ambas manos sobre sus rodillas para tratar de recuperar el aliento. El cielo ya estaba violeta, pero no había oscurecido del todo. ¿Había llegado a tiempo? Antes de que levantara la vista el chapoteo en el agua llamó su atención. Y entonces lo vio, Rei estaba allí. ¡Lo sabía!, se dijo a sí mismo, mientras sentía como su pecho se llenaba de calor. Sabía que podía contar con Rei.

– ¡Rei-chan! –gritó, ahuecando su mano alrededor de sus labios para hacerse escuchar.

Rei, sosprendido, soltó la tabla y se hundió como el plomo que era cuando no nadaba estilo mariposa. Nagisa se preocupó, y ya comenzaba a sacarse la ropa cuando Rei nuevamente apareció en la superficie.

– ¡Nagisa! –le gritó medio atragantado.

Gomen, gomen[2] –se disculpó Nagisa, acercándose al borde de la piscina –. Sabía que te encontraría aquí, Rei-chan –sonrió complacido y feliz.

–Bueno... –masculló Rei, desviando su mirada para luego hacer como si acomodara sus lentes, gesto que siempre lo traicionaba.

– ¡Lo sé! –interrumpió –. Te conozco bien, Rei–-chan, no tienes que dar explicaciones.

Se quedaron viendo fijamente un segundo. Rei estaba en verdad avergonzado, no porque Nagisa descubriera sus intenciones, sino por haberlas descubierto antes de tiempo. Quería mejorar un poco, sólo así se sentiría capaz de enfrentarse al equipo que había decepcionado.

– ¡Mou![3] –suspiró Nagisa en esa forma adorable tan característica en él –. ¡Tuviste que habérmelo dicho, Rei-chan! Hoy no traje mi bañador.

–Lo siento –se disculpó –. Espera, saldré del agua y hablaremos mejor las cosas. No quiero que el equipo siga así.

– ¡No salgas! –gritó Nagisa. Cuando Rei lo vio, notó que ya no llevaba la camisa del uniforme. ¡Cuándo demonios se había desnudado!

–Na...Nagi... –Rei se apresuró, llegó a la orilla y le dijo –: No es necesario que te desvistas, en serio, ya estaba por terminar, vamos que es tarde, podemos seguir mañana y...

Rei no notó que mientras hablaba, jalaba infantilmente del pantalón de Nagisa, pero lo supo cuando le hizo perder el equilibrio y el pobre Nagisa terminó cayendo al agua.

– ¡Sumimasen![4] –repitió Rei una y otra vez. Nagisa estaba empapado, el agua corría por su cabello y se deslizaba por su cuello, sus hombros y su pecho.

Ya había oscurecido por completo, pero la luna, enorme como un farol, lo iluminaba todo. Rei pensó entonces en lo hermoso que se veía Nagisa empapado e iluminado por la luz de la luna.

Utsukushii[5]  –soltó sin más.

Nagisa lo vio desconcertado, ladeando la cabeza, mostrándole una mirada entre tierna y curiosa. Rei sintió su cara arder, ¿qué le pasaba? No había nadie que, en el agua, se mirara más hermoso que Haruka-senpai, ¿ahora pensaba lo mismo de Nagisa? No, era diferente, Nagisa y Haruka-senpai eran un mar de diferentes, pero, ¿cuál era la diferencia?

– ¿Qué sucede, Rei-chan? –inquirió Nagisa, acercándose a él, y levantando la mirada para encontrar la de Rei.

Rei se perdió en el constante parpadeo que eran los ojos de Nagisa. ¿Qué había ahí? Nada. No, sí había algo, ¿qué?

– ¿Rei-chan? –insistió, cada vez más cerca.

– No es nada, no es nada –tartamudeó Rei, demasiado consciente de la cercanía del otro. Preocupado por esto, no notó que colocaba sus manos en los hombros de Nagisa para apartarlo, y mucho menos notó que, una vez interpuesta cierta distancia, sus manos seguían en el mismo lugar.

Nagisa sonrió. Ni él estaba muy seguro de las cosas, pero era lo suficientemente astuto para darse una idea. Se alejó de Rei dejando que el agua sostuviera su peso. Vio el cielo, despejado, la luna brillaba inmensa sobre ellos.

–Rei-chan, Rei-chan –dijo –. Si flotas así, la luna se ve más hermosa.

Rei levantó la vista, sin duda la luna se veía hermosa (si la viera con claridad), pero pensó al mismo tiempo, que Nagisa lo era aún más. Dejó su flotador a un lado, y se deslizó en el agua hasta quedar de espaldas. Fue en vano. No tenía puesto los lentes ni los visores, veía todo borroso. Igual sonrío y se quedó así un buen tiempo.

– ¿Ne, Rei-chan? –continuó –. Gracias por esto. La verdad es que yo también estaba perdiendo los ánimos.

–Les debo mucho a todos ustedes, y pienso en toda la paciencia que me han tenido, creo que eso hizo que se atrasaran un poco, y por eso en la competencia... incluso Haruka-senpai...

– ¡Sabes que no es así! –exclamó Nagisa, más animado –. Sin ti ni habríamos competido, Rei-chan, también te debemos mucho. Además, apenas es el inicio, si lo cuatro estamos juntos, estoy seguro que llegaremos lejísimos.

Rei también lo creía así, por eso se había quedado con ellos, y por lo mismo se había esforzado tanto, no iba a dejar tirado todo a la mitad.

– ¿Y Makoto y Haruka–-senpai? –inquirió.

–Esos dos son unos cabezas dura cuando se los proponen, pero estoy seguro de que podremos convencerlos. ¡Mañana después de clases haremos que regresen al agua! Si Haru-chan acepta, Mako-chan será pan comido. Y si Mako-chan acepta, es cuestión de tiempo antes de que convenza a Haru-chan. ¡Está todo resuelto!

–Suena complicado –rió Rei.

No dijeron nada por un momento. El reflejo de la luna ondeaba entrecortada entre las ondas que creaban los cuerpos de Nagisa y Rei mientras flotaban en el limitado azul de la piscina. ¡Se estaba tan bien así! En esa situación, podían comprender a Haru, sentir el beso del agua por todo su cuerpo era relajante.

–Ahora el agua te quiere mucho más, ¿no es así, Rei-chan?

– ¡Ya deja las ridículas teorías de Haruka-senpai, por favor!

– ¿No lo sientes? –inquirió Nagisa –. El agua te besa por todas partes –rió encantado con su ocurrencia.

– ¡Na... Nagisa!

Rei no pudo seguir flotando de espaldas y se hundió, esta vez Nagisa si estuvo lo suficientemente cerca para socorrerlo y, apresurándose, cogió a Rei de la mano y lo jaló con toda su fuerza, hasta que sus cabezas quedaron encima del agua. Estaban demasiado cerca el uno del otro.

– ¡Ves, es lo que pasa cuando no aceptas todo el amor que el agua te da! –rio Nagisa –. Estuvo desperdiciando sus besos en ti.

– ¡Qué basta con eso! –exclamó Rei –. ¡El agua no da besos! El agua es una sustancia cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno[6] y...

¿Qué era eso? No, definitivamente no era el agua. Rei, sin saber cómo o por qué, cerró los ojos. Su pecho y el de Nagisa se rozaban, y por debajo del agua, los brazos de Nagisa habían rodeado su cintura. ¿Qué era esa sensación en sus labios? ¿Qué sucedía? Intentó abrir los ojos, pero algo se lo impedía. Los brazos de Nagisa ahora lo rodeaban con más fuerza, más arriba, ahora en su cuello, y la sensación en sus labios había aumentado. Rei intentó abrir la boca, como preparándose para una de sus intensos monólogos, pero ni una sola palabra salió, ni saldría, no con los labios de Nagisa sobre los suyos. Sentía que flotaba, pero no era la misma sensación de flotar en el agua, era algo más, diferente, indefinible. Nagisa se separó, relamió sus labios y agachando la mirada, preguntó:

–Pero los humanos si dan besos, ¿no, Rei–chan?

–Por... por supuesto –balbuceó Rei, haciendo como que acomodaba sus lentes –. Es una muestra de afecto que...

– ¡Mou! –bufó Nagisa, y volvió a unir sus labios con los de Rei.

Esta vez Rei lo abrazó con fuerza. Seguía sin saber qué sucedía, pero se estaba tan bien así, en el agua, viendo lo hermoso que era Nagisa mojado bajo la luz de la luna...

–Nagisa –susurró, interponiendo algo de distancia.

– ¿Sí?

–Eh... es...este, es... esto... –Tartamudeaba como loco, pero no podía evitarlo –. Ya es... tarde.

– ¡Mañana todos podremos quedarnos hasta tarde! –sonrió Nagisa.

Se dirigieron entonces al borde de la piscina para salir, pero Nagisa, insistente como era, tomó a Rei del hombro y le plantó un último beso, uno más corto pero más sincero.

–Y mañana también hablaremos de esto –balbuceó Rei, haciendo como si acomodara sus lentes.

– ¡Hai, hai[7]!

 

Fin.

 

 


[1]“Ánimo”

[2] Disculpa, disculpa.

[3] ¡Ya!

[4] ¡Lo siento!

[5] Hermoso.

[6] Sí, lo saqué de Wikipedia, lo siento XD.

[7] ¡Sí, sí!

Notas finales:

Y un pequeño "Extra" 

 

 ~Extra~

 

— ¿Sabes, Haruchan? —habló Nagisa —. La otra vez hablaba con Rei-chan, sobre el agua...

—De cómo ahora lo quiere más —interrumpió Haru.

— ¡Qué les digo que ya dejen eso! —exclamó Rei, cansado.

—No, hablábamos de cómo, cuando te metes al agua, ésta parece llenarte de besos.

Haru que estaba metido en la piscina, agachó la vista, y se perdió en el azul cristalino del agua que lo rodeaba, de pronto, su rostro comenzó a encenderse, hasta quedar completamente enrojecido.

— ¡Ya basta de darle ideas raras a Haru! —intervino Makoto.

—Si no es nada —dijo Haru, sin poder despegar la vista del agua —. Besos, ¿eh?

 

***

 

¿Les gustó? Si es así, o sí no es así, háganmelo saber mediante un comentario. La cajita de comentarios se siente sola. Úsenla. 

Muchas gracias por leer. Se aceptan comentarios y sugerencias de cualquier tipo.

 

Saludos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).