Después de tanto tiempo, Luhan volvía a ser libre, y lo que más le apetecía era retomar su antigua vida, pero lo dio por imposible al comprobar que todo el mundo lo había abandonado. Así pues, tomó un examen y consiguió ser becado en un instituto coreano que incluía dormitorio y cafetería, por lo que no se tenía que preocupar por buscar apartamento.
Al bajarse del avión lo primero que hizo fue llamar a su mejor amigo para que lo fuera a buscar al aeropuerto. Después de todo Kai era el único que aún le hablaba sin pensar que estuviera loco. Tras esperar veinte minutos, se sorprendió al ver que su amigo llegaba acompañado.
- ¡Hyung! –Gritó Kai corriendo hacia Luhan para abrazarlo fuertemente.
- ¡Kai! No te pases hombre, casi me rompes la espalda. -protestó- ¿Quién es?-susurró, señalando a KyungSoo con la mirada, quien agachó la cabeza tímidamente.
- Ah, cierto, éste es KyungSoo, mi compañero de cuarto y amigo.
- Ho-Hola-dijo éste tendiéndole la mano.
- Encantado, yo soy Luhan.
- ¿Qué tal estás? ¿Cuándo saliste?- preguntaba Kai dando saltitos alrededor de Luhan.
- Hace unos meses, pero preferí no llamarte hasta que me confirmaran la beca.
- No importa, me alegro de que te hayas acordado de mí. Me asusté un poco cuando tu madre me dijo que no podría contactarte mientras siguieras allí, pero tenía la esperanza de que no me olvidarías en todo este tiempo.
- La verdad, eres el único que me sigue hablando después de lo q-
- No hables de eso-le cortó Kai muy serio- mientras estés conmigo no quiero que hables de esas cosas desagradables.
- Gracias…-dijo Luhan abrazándolo, sentía como lágrimas de felicidad querían salir de sus ojos, pero se contuvo.
Cuando llegaron al instituto se apresuraron a la recepción de los dormitorios a preguntar cuál era el cuarto de Luhan.
- Habitación trescientos dieciocho del segundo piso, compañero: Huang Zi Tao. Al parecer os pusieron juntos teniendo en cuenta que los dos sois chinos, no tendréis problemas con el idioma. Aquí tienes la llave.-informó amablemente la chica que los atendió.
- Muchas gracias-contestó Luhan con una sonrisa.
‘’Quizá debería pedirle el número’’ Pensó la chica.
A lo que Luhan rió.
Al llegar al cuarto de Luhan, Kai y KyungSoo se despidieron y fueron a su cuarto, que se encontraba en el piso de abajo.
Abrió la puerta y se encontró con su compañero aún desempacando. Llevaba un gracioso pelo negro azulado que a Luhan le agradó.
-Hola-saludó amistosamente- Soy Luhan, tu compañero de cuarto.
El otro se sobresaltó, no se había dado cuenta de que había entrado.
-Ho-Hola, yo soy Tao, y estoy en tercero, encantado- le tendió la mano.
Luhan le estrechó la mano y se apresuró a decir:
-Yo soy de segundo, aunque soy un poco más mayor.
-Vaya, no lo pareces- contestó el otro, un tanto sorprendido.
-Ya, es como si esto saños nunca hubieran pasado...
-¿Qué?
- Ah, nada, nada, hablaba solo.-Rió nerviosamente.
Tras colocar sus cosas en el armario y escritorio, Luhan decidió dar una vuelta por el instituto y los alrededores, a ver si encontraba algún lugar ‘’especial’’ al que asistir cuando no pudiera conciliar el sueño.
Iba por el aula de ciencias cuando empezó a oír una música al final del pasillo.
Encima de la puerta ponía ‘SALÓN DE PRÁCTICAS’, Luhan abrió la puerta sólo lo suficiente para poder asomarse a mirar.
Y ahí estaba, un chico rubio, alto y delgado de piel lechosa, llevaba únicamente unos pantalones de chándal flojos, dejando su tonificado torso a la vista. Se movía al ritmo de la música, como si fueran uno solo, y a juzgar por lo que sudaba el chico, parecía haber estado bailando durante horas, muchas horas.
Esa imagen tan hermosa provocó un rubor en el rostro del muchacho.
- ¿Entras o te quedas ahí como un acosador?- dijo el otro, aunque sin abandonar su baile.
De pronto el chico paró de bailar, se giró y abrió la puerta del todo, observando a un avergonzado Luhan. Se quedaron mirando a los ojos unos segundos. Lo suficiente para que Luhan se olvidara del mundo, de su nombre, de todo.
- Ah, si, yo, perdona, estaba, solo, ehh…-suspiró intentando recordar su propio nombre- Soy nuevo aquí y... bueno… Mi nombre es Lu Han, voy a segundo. Estaba mirando las instalaciones cuando... oí la música y me acerqué… a mirar…- ‘’Vale Luhan, acabas de sonar como un maldito acosador’’, pensó. Podía oír los pensamientos del chico frente a él, pero le eran incomprensibles, como si los estuviera controlando. Pero es totalmente imposible ¿Cierto?
Se le cortó la respiración cuando el chico se acercó más para agacharse levemente y mirarlo fijamente a los ojos.
- Yo soy Oh Se Hun –se presentó el chico, alejándose de Luhan ya un poco ruborizado- soy de primero.
La música seguía sonando, así que Sehun se giró a apagarla.
- El baile, era muy hermoso, parecías uno con la música.- comentó Luhan maravillado, aún desde el umbral de la puerta.
Sehun soltó una confiada carcajada- Gracias, pero no es para tanto-sonrió, haciendo que a Luhan le diera un vuelco el corazón, ¿por qué se sentía así?- No eres de por aquí ¿no?
- Eh…Ah, no, soy de China, llegué hoy.
- No tienes la edad de un chico de segundo, ¿verdad?- preguntó Sehun, poniéndose una camiseta sin mangas y así sacándolo de su ensimismamiento.
- Pues no, en realidad tengo diecinueve, pero, ¿Cómo lo supiste?
- Aunque tu cara aparente catorce años, tu mirada es cansada, si solo te pudiera ver los ojos, diría que estás en tus treinta-rió - pero tampoco es algo malo, me gusta.
Sehun seguía sonriendo, poniendo nervioso a Luhan quien no sabía a lo que se refería, pero notaba arder sus mejillas.
- ¿Tú qué edad tienes? ¿Diecisiete?
- Sí.
- Me imagino que estás en un club… ¿De baile? -pronunció interrogante.
- Así es, junto a Kai.-confirmó el de piel lechosa.
Los dos se habían sentado ya en cómodo sofá que Luhan no tenía ni idea de qué pintaba allí y del que casi dio un salto al escuchar ese nombre.
- ¿Cómo sabes que conozco a Kai?-abrió mucho los ojos.
- No paró de hablar de un tal Luhan en toda la semana, diciendo lo mucho que lo echaba de menos, y como por aquí no apareció ninguna otra persona con ese nombre, me imaginé que serías tú.
Otra sonrisa. Luhan se puso (más)nervioso.
''Qué mono, a pesar de que creció sigue pareciendo una chica'' Pensaba Sehun.
- No parezco una chica, y no soy mono- replicó en voz alta, tapándose la boca al instante mientras Sehun abría mucho los ojos.
- ¿Aún-
- Lo siento, me tengo que ir ya, hablaremos en cotra ocasión- Luhan lo interrumpió mientras salía corriendo, aterrorizado de que alguien descubriera la parte que él mismo más odiaba de sí.
Corrió a su habitación y se metió en la cama tan rápido como pudo.
- Luhan, ¿estás bien? ¿No vas a cenar?- Era Tao, que se había preocupado al verlo entrar así en el cuarto.
- ¿Eh? -carraspeó- S-sí. ¿Podrías esperarme? No quiero bajar solo.-rió ligeramente.
- Claro.
Se cambió a algo más cómodo y bajó a la cafetería junto a Tao, allí se encontraron con Kai y KyungSoo y se sentaron los cuatro juntos en una de las mesas del centro.
- ¿Ya echaste un vistazo al edificio? ¿Te gusta?- Preguntaba Kai comiendo una cucharada de arroz.
- Si, di una vuelta por ahí. Es bastante agradable aunque no encontré nada que me llamara especialmente la atención…-exceptuando a Sehun, claro. Pensó.
El silencio volvió a reinar en la mesa, aunque no en la cabeza de Luhan, hasta que aparecieron unos amigos de Kai y Kyungsoo y se sentaron con ellos. Uno tenía cara de gato y se llamaba Jongdae pero le gustaba que le llamaran Chen y el otro se llamaba Minseok y era delgado, pero tenía mofletes, a Luhan le parecieron muy monos. Eran muy cercanos, se les notaba en las miradas que intercambiaban… Luhan pudo confirmar que eran más que amigos incluso si ellos mismos no lo sabían.
Estaban charlando tranquilamente cuando entró Sehun obteniendo la atención de varios estudiantes. Luhan el primero. El chico tenía el pelo mojado como si se acabara de duchar y Luhan no pudo evitar pensar lo increíblemente sexy que se veía. Entonces Sehun dirigió su mirada hacia él, haciendo que Luhan se avergonzara hasta el punto de querer salir por patas, pero no quiso humillarse, como quien dice.
- Luhan, ¿Estás bien?- preguntaba Kai mientras se giraba en dirección a la mirada de Luhan, sonriendo al encontrar un rostro familiar- ¡Oh Sehun! Ven, ¡Come con nosotros! –le gritó.
El aludido se acercó a ellos y se sentó al lado de Luhan. Este seguía sin poder acceder completamente a sus pensamientos. Sólo captaba frases o palabras sueltas sin ningún sentido para él. Lo único seguro para Luhan era que Sehun pensaba en él.
- Hola Luhan- Saludó con un amago de sonrisa. ''Tengo que hablar con él, no puedo creer que me ignore así''.
''Mierda. ¡Debo largarme de aquí ya!'' Luhan pensó ante lo escuchado.
- Oh, ¿Os conocíais de antes?