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Tu juego por Carito_d

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Notas del fanfic:

Para que se focalicen un poco con el fic; esto habría sucedido en la época de Ring Ding Dong.

Notas del capitulo:

Es un oneshot que tenemos hace tiempo guardado, hace mas de un año diria yo (en esa época hacíamos Sol de Invierno). La verdad es que se suponía que esto sería más largo pero nunca lo terminamos ya que no se nos ocurrió nada XD.

Espero que esto pueda aliviar la espera por los otros fics que tenemos en proceso, la canu ha estado un poco ocupada con la universidad y eso le ha quitado tiempo.

Disfrutenlo, es bien sanito e inocente.

 

 

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Key hace un agradecimiento al viento, alzando su copa y dando un discurso de agradecimiento, mientras Onew se llenaba más la copa con ayuda de Jonghyun.

 

Minho reía de sus palabras desde el sillón, a la vez que Taemin estaba cruzado de brazos porque no le dejaban beber ni un sorbito. Nada de nada. Apoya su cabeza en el hombro del alto, pero hasta eso le enfurecía porque ni siquiera le prestaba un poquito de atención.

 

Estaba aburrido a punto de morir.

 

Jonghyun toma el último sorbo del vaso, empujando un poco a Taemin para sentarse al otro lado de Minho y pasarle un brazo sobre los hombros, dejando claro de inmediato, que el alcohol ya había subido a su cabeza.

 

-       Apuesto que estando en este estado, te gano un partido.

-       Ni en tus sueños.

-       ¿Tienes miedo, Choi?

 

Minho suelta un bufido y se levanta de inmediato a buscar ambos controles de la consola, mientras Key bailaba en el medio del salón, entonando una canción de una americana famosa.

 

-       Tiene que ser una apuesta que valga la pena.

 

Jonghyun ríe malicioso, a la vez que Minho elegía el equipo con el que jugaría. El mismo de siempre, nunca lo sorprendía.

 

-       Si yo gano- comienza Minho-. Das una vuelta a la manzana en calzoncillos.

 

No podía esperar menos del alto. Lo único que le gustaba era burlarse de él en público.

 

Pero tenía tan claro que ganaría que ni siquiera se hacía una imagen de él porque eso no ocurriría ni ahora ni mañana ni pronto.

 

-       Pero si yo gano… tienes que besar a Taemin.

-       ¿Qué?

-       Eres tan perdedor que ni siquiera te atreves, gallina.

-       Trato.

-       ¡Hey!

 

Ambos ven a Taemin mirarlos con el ceño fruncido e intentando fingir enojo, mientras Minho ya casi daba por comenzado el juego.

 

-       No apuesten conmigo, yo no tengo nada que ver.

-       No te preocupes, nunca pierdo.

-       Hasta hoy.

 

Jonghyun los mira malicioso, con restos de alcohol en su mirada, viendo como Taemin se acomodaba mejor al lado de Minho, susurrándole ciertas palabras como apoyo moral e intentando hacerlo ganar como fuese.

 

     Lo que fue en vano.

 

Por mucho que gruñera, se quejara, reclamara o hasta pataleara, Minho no entendía que mierda había hecho Jonghyun que lo único que conseguía era darle una paliza en ese momento. El alto se tironeaba el cabello a manotazos, a la vez que Taemin se hundía en el sillón, pidiendo que por favor lo de la apuesta no hubiese sido cierto.

 

¿Por qué él? ¿Por qué justo él?

 

-       Ya, procedan por favor.

-       Esto es culpa tuya Taemin- gruñe Minho-. Es tu culpa que haya perdido.

-       ¡Pero si yo solo estaba sentado aquí!

-       ¡Por eso!

 

Jonghyun da un par de aplausos, mientras Key se acerca, sonriendo y claramente borracho.

 

-       Onew fue a comprar, apúrense o nos regañará.

-       ¿No creen que es injusto que yo participe si yo no tengo nada que ver?

 

Pero Minho le toma el rostro con ambas manos, y le da un rápido beso, que con suerte rozó sus labios. El menor parece choqueado por la velocidad, sin siquiera asumir, mientras Jonghyun y Key ruedan los ojos, aburridos.

 

-       Eso no cuenta como beso- proclama el rubio.

-       Que dure treinta segundos o tú correrás desnudo por la calle. A las doce del mediodía.

-       ¡Eso no era parte de la apuesta!

 

Taemin que parece hundirse más en el sillón, le mira con miedo, a la vez que Minho lo observaba con el ceño fruncido y sin creer lo que estaba a punto de hacer.

 

Nunca había mirado al menor con otros ojos y menos de deseo. De que lo había mirado, sí, por supuesto que lo había hecho, pero nunca como para antojarse de besarlo o algo así.

 

Taemin era pequeño. Demasiado pequeño. Lo único que podía sentir con él, era una especie de sobreprotección extrema, en la que le aguantaba y le perdonaba todo solo porque se trataba de él.

 

Pero ahora tenía que hacerlo, por una cuestión de orgullo y porque Jonghyun le diría gallina cada vez que se le diera la ocasión. Minho era orgulloso y tan seguro de su sexualidad que no se preocupó de lo más mínimo de las consecuencias que podía tener.

 

Abre la boca con cuidado y se acerca calmo hacia el menor que parece soltar un suspiro un segundo antes de que llegue a sus labios.

 

Minho no es de los que besa porque sí. Ha besado a un par de chicas y sería todo, pero cree que Taemin es distinto a todas. Le saborea con cuidado los labios y el beso se toma el tiempo necesario para disfrutar.

 

Cuando siente las manos de Taemin sujetándose de su cuello, pierde la noción del tiempo y solo prueba esa boca delicada que nunca creyó que fuera así. Frágil.

 

Y de lo ridículo que suena su voz cuando se recuerda a si mismo diciendo que besar a un hombre debía ser horrible y que nunca lo intentaría, porque ahora, encontraba que era una de las mejores cosas que le habían sucedido en el día. O en la semana. O el mes. O el año.

 

Idiota. Menos mal que Jonghyun no se da cuenta que es idiota, porque a menudo está siendo él el idiota a tiempo completo.

 

Taemin coge más el cuello del alto y agradece a los cielos por encontrarse en esa situación y que Minho nunca quiera cortarse el pelo porque nunca creyó que le podría gustar tanto su nuca. De las mil debilidades en ese momento, asumió que esa era la perfecta.

 

Siente una tocecita a su lado, incómoda, y muy seguramente conocida, queriendo interrumpirlos, pero un segundo más no le hacía mal a nadie. Él no se quería separar y Minho tampoco oponía resistencia alguna.

 

Lo que se había convertido en una noche para beber y para celebrar su triunfo, se había convertido en una lucha de coordinación y ansias por no dejar de probar los labios ajenos. Por llevar a Minho, a ese terreno en donde tan bien se desenvolvía.

 

Y es ese segundo, el último, en el que Taemin ve sus labios despegarse con sigilo, inclinando un poco su nuca, para terminar ese beso que había comenzado como un juego, pero que había sido demasiado delicado como para eso, que el menor se da cuenta que lo quiere repetir.

 

Que quiere más apuestas y que él se vea envuelto en ellas.

 

A Minho le cuesta mirarlo y lo nota. Ve como le mira desde el rabillo del ojo, sintiendo esas mismas emociones que había compartido por esos treinta segundos que a Taemin no le fueron suficiente y que hubiese pagado porque hubiesen sido sesenta o quinientos segundos. Hasta quedarse sin aire y tener que respirar entre sus oxígenos.

 

-       Eran treinta segundos, no cuarenta y seis.

 

La alegría del lugar parecía apagarse, viendo a Key y a Jonghyun bastante impactados de lo que acababan de presenciar. El pelinegro sostenía aún su copa de vino en la mano, mientras el moreno guardaba su celular con el cual había capturado parte del momento con una fugaz fotografía.

 

Taemin ve como Minho lo regaña e intenta quitarle el aparato, pero sin mucho entusiasmo, rindiéndose casi enseguida.

 

Esos dos sabían que lo que habían presenciado no era normal. Que no había sido un simple juego.

 

E intentaron que todo volviera a la normalidad cuando apareció Onew con nuevo alcohol, mientras Key y Jonghyun ya se retiraban del lugar. El rubio bailando desnudándose en el camino, mientras el otro lo grababa sin dejar de reír y manosearlo, casi aprovechándose de su estado etílico.

 

-       No encontré nada. Solo una botella de soju.

 

Los tres escuchan las risitas del interior de la pieza de Key, mientras Onew soltaba un bostezo y se excusaba de un exceso de sueño que había tenido durante todo el día. Les advierte que no beban nada por ser menores, yéndose de inmediato y bostezando al compás de cada paso que daba.

 

Entonces el silencio los embarga de repente, dejando un ambiente incómodo y no como siempre había sido cuando se quedaban solos. Minho se rasca los ojos como índice de sueño, mientras Taemin se inclina hacia la mesita que tenían en frente, tomando rápidamente la botella de soju sin que el alto pudiera quitársela.

 

-       Hey, no- le regaña, mirándolo-. Tú no puedes.

-       ¿Por qué no puedo? ¿Porque Onew hyung y manager hyung lo dicen?

 

Parece pensarlo unos segundos, soltando un bufido finalmente y dejándole hacer lo que quisiese como siempre hacía.

 

Ve como Taemin lame sus labios antes de abrir la botella, casi como si fuera un ritual perfectamente lógico para alguien de su edad.

 

A Minho no le gusta verlo beber.

 

-       Me iré a la cama- se levanta del sillón y se vuelve a rascar los ojos, pareciéndole a Taemin un acto demasiado enternecedor-. Tengo sueño.

 

Al menor le dan ganas de alargar el brazo y jalarlo y volver a sentarlo junto a él, pero se contiene y guarda las ganas, siguiendo con la vista sus pasos pesados y cansados hasta su habitación. E inevitablemente se siente solo. Se siente con una mezcla de sentimientos extraños y con una botella de soju abierta en la mano sin ganas ya de beber ni un trago.

 

De pronto todo le pareció aburrido sin Minho.

 

Y duda si levantarse o no de ahí, pero las carcajadas de Key y Jonghyun le aburren y le parecen grotescas al lado de ese silencio en el que se veía envuelto.

 

Minho siente como la puerta se abre con cuidado, llegándole un haz de luz exterior justo en el medio de su rostro, pero aún así no se mueve, actuando que dormía plácidamente para que el menor no le interrumpiera. Y mucho más si venía con restos de alcohol en la sangre.

 

Con el primer movimiento de la sábana moviéndose, Minho encoge su cuerpo y la mano de Taemin que no sabe cómo ha llegado a afirmarse de su cintura, le quema y le hace sentir cosas que nunca antes le había pasado. El menor se abraza de su cuerpo, acomodándose para dormir, mientras Minho está a punto de moverse incómodo, solo para alejarse como si el tacto le quemara.

 

Y no es que estuviera incómodo por el hecho de que Taemin estuviera ahí, sino que ahora, justo después de lo que pasó, volviera a dormir con él, teniendo algo de miedo o quizás qué; porque siempre era eso, era un Minho hyung tengo frío, ¿puedo dormir aquí? o un Minho hyung, tengo pena, ¿puedo quedarme contigo un ratito? Un ratito que se convertía en horas y terminaba a su lado, pegado a él, durmiendo. Pero siempre era así, Minho ya estaba acostumbrado y no le molestaba, solo que no entendía qué pasaba ahora para que él estuviera ahí, abrazándolo y esperando dormir junto a él.

 

No sabía desde cuando incluso para si mismo, dormir con Taemin se había vuelto una costumbre.

 

-       ¿Me besarías si no es una apuesta?

 

Y sus palabras son corroboradas cuando Taemin, que deja caer las manos de su cintura y apoya su mejilla contra su hombro, escuchando su respiración al no oír su respuesta.

 

Respuesta que era incapaz de dar ahora ni en el próximo minuto ni en la próxima hora si su boca se secaba así de de repente.

 

-       No estás durmiendo, te conozco.

 

Minho mueve su cabeza, pensando en cosas demasiado anormales como para ser buenas. En cosas en que Taemin tenía un futuro más que cercano que él y que se besaban sin apuestas de por medio. Taemin era el punto clave de todas sus debilidades.

 

-       Estás borracho Tae, no digas tonteras.

 

Apoya más su mentón en el hombro de Minho, sin cavilaciones.

 

-       No tomé ni un sorbo, me arrepentí.

 

Parece meditarlo y más cuando su hálito parecía tan puro como siempre.

 

-       Está bien.

 

Cuando empieza a cerrar los ojos nuevamente a través de esa gruesa sábana que lo cubría, siente un dedo clavarse en el medio de su mejilla, obligándolo a despertar de golpe.

-       Minho hyung, no te duermas.

 

El alto parece ignorarlo, viéndose obligado a clavarle nuevamente un dedo en la mejilla.

 

-       No hagas eso- se queja, con voz casi somnolienta.

-       ¿Por qué?

-       Porque no.

 

Pero el menor está aburrido y odia que Minho lo ignore y siga intentando dormir, sabiendo perfectamente que con él al lado, molestándolo, no lo logrará.

 

Cuando ya va por la quinta picazón en la mejilla, el alto se voltea rápidamente, asustándolo y dejándolo bajo su cuerpo, casi de una forma amenazante.

 

A Taemin le gustaría que esa posición no le hiciera sentir cosas como las que comenzaban a florecer en ese momento, pero lamentablemente su respiración se había congelado desde que la boca de Minho estaba así de cerca de la suya. Y más cuando siente sus labios chocar con los de él, saboreando lo que antes le había dejado con sabor a poco.

 

Sabor que se cortó a los cinco segundos y que le dejó con el alma en un hilo.

 

-       ¿Estás contento ahora?

 

(Muy. No podía mentir.)

 

-       Yo no te pedí un beso- se sincera el menor, aún bajo su cuerpo-. Solo preguntaba.

 

Desde su posición puede ver como las mejillas de Minho toman color, queriendo desaparecer de ahí. Lo mira hacia abajo unos segundos y pronuncia algo que no es capaz de entender, volviendo a la posición en la que estaba, dándole la espalda una vez más.

 

Taemin se concentra en su espalda desnuda y en esos lunares que ya conocía más que bien, formando dibujos imaginarios con ellos, a la vez que sentía como su respiración se acompasaba de acorde al tiempo.

 

Más de cinco minutos en silencio y a Taemin le dan nuevas ganas de hablar.

 

-       ¿Minho?

 

Duda si responderle. Y duda si pueda dormir durante la noche después de ese maldito impulso que tuvo para besarlo.

 

Se toma unos segundos y se da cuenta que no es capaz de negarle algo.

 

-       Mmm.

 

Siente sus dedos encontrarse con los suyos sobre su estómago, entrelazándolos, mientras él simplemente se deja estar porque no sabe como reaccionar cuando su cuerpo comienza a comportarse de tal forma con Taemin.

 

Se desconocía a si mismo.

 

Nota como el menor suelta un suspiro que choca en su nuca, al final de su cuello, erizándolo por completo ese más mínimo contacto.

 

-       Me gusta cuando me besas.

 

Dios. Ese tacto.

 

Ese maldito tacto que sentía en su estómago, abrazándolo, le quemaba.

 

Le ardía.

 

Taemin se abraza más a Minho y le besa el final de la nuca, y deja descansar su frente junto a su piel. Finalmente, cuando el sueño vence sus ojos y sabiendo muy bien que el menor ya dormía, despega un poco la cabeza de la almohada y le mira como nunca creyó que fuese necesario hacerlo.

 

Taemin sonríe en sus sueños y Minho sonríe junto a él. igual de asustado por esas sensaciones extrañas o incluso más.

Notas finales:

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