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Spell por Sora Jigoku

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Notas del fanfic:

Esta de más mencionar que los personajes, no me pertenecen... Solo los he tomado prestados para simple entretenimiento de una fan de "No. 6" para fans de esta misma serie sin ningún fin lucrativo.
Este fan fic solo puede ser encontrado en amor yaoi, si llegas a encontrarlo en otro lugar, ¡Estas siendo engañado!.

Notas del capitulo:

Hi desu~! Antes que nada, muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia, me esforzaré en ella y sé que debería terminar mis demás fics antes de empezar otro, pero no pude resistirme, la idea llegó y simplemente sentí que debo captarla antes de que se me escapará de las manos la idea como algunas otras :) Por favor, disfruntelo, nos leemos más abajo.

Aclaraciones:

Texto en letra normal corresponde al relato normal o simple de la historia

Texto en letra negrita correponde a los diálogos de los personajes

Texto en letra cursiva corresponde a los pensamientos de los personajes de la historia

¡Enjoy It!

Capítulo 1: After Dark.

La noche pasaba como algunas otras, atravesaba en completo silencio la ciudad con sus audifonos a todo volumen en sus orejas y trataba de ignorar a la gente, odiaba de sobre manera el hecho de tener que soportar mirar a la gente de esa colonia en especifico "Esta gente... Son completa basura, simplemente creyendóse más que los demas por dinero que no es suyo... Pisoteando a los demas para tener más dinero, incluso matando para asegurar su fortuna, basuras" Se decía a si mismo el chico con los ojos plateados.
Entró en uno de esos restaurantes carísimos "Solo ellos pueden darse este tipo de lujos... Con lo que pagan una comida en este lugar bien podrían alimentar a alguien que muere de hambre, pero... ¿Para qué ayudar a alguien más? Si pueden seguir gastando su dinero en esto... Despreciables"

Nezumi, me asombras, siempre eres tan puntual - Le dijo una de sus compañeras con una sonrisa en el rostro

Es lo único que se puede hacer, ¿no? Cumplir con esto - Tomó su uniforme de su casillero y se dirigió a los vestidores, su uniforme de diario constaba en un traje de color negro muy formal. Tomó su cabello largo y azulado cabello amarrandolo en una coleta que lo hacía lucir un poco más guapo de lo normal.

Salió de los vestidores y se dirigió con su jefe, quién tampoco disfrutaba mucho de trabajar ahí, le indicó que esa noche tenían un poco menos del personal que solían tener, muchos no aguantaban un trabajo como ese, ya que la gente era prepotente y bastante grosera con ellos, en parte los veían de manera inferior por su clase social, por lo que tuvo que antender dos funciones esa noche, la de estar en la puerta y la de conducir a sus despreciables clientes a su mesa, no es un misterio que la idea le agradaba tanto como meterse un carbón caliente en la boca.

Ya habían pasado algunas horas en su turno y bastantes personas habían entrado en el lugar, por lo que había escoltado a muchas personas a su mesa para comer y en esos momentos estaba de un humor particularmente amargo.

La puerta hizo el sónido de abrirse y entró por ella un chico de cabellos cáfes con ojos expresivos de ese mismo color "Ah, el jodido hijo niño mimado vino a gastar un poco del dinero de papi..." Pensó mientras lo observaba de manera asesina, si había algo que odiara más que un rico, era el hijo de un rico. Durante los dos años que llevaba trabajando ahí los que peor se portaban eran esos niños prepotentes, alzados y creídos... Cada que veía uno le daban unas inmensas ganas de partirles el trasero.

-  Buenas noches, señor... ¿Mesa para uno? - Dijo Nezumi acercandose a el chico de los cabellos cáfes con una falsa sonrisa sobre los labios, era muy bueno para la actuación y eso era lo que le había ayudado a sobrevivir en ese trabajo que tanto odiaba pero que tan bien le pagaba.

Ah, si... por favor - Aquel chico le miro de manera un tanto perdida.

Sigame por aquí, por favor - De nuevo le dedico una sonrisa "No es la primera vez que me miran así, me da asco..." ­- Sería esta mesa, joven señor - Le indicó la silla aún con esa falsa sonrisa en el rostro, era cautivadora por completo, al momento en que ese chico se sentó pusó los ojos en blanco sin que lo notara - Aquí tiene la carta, cuando esté listo para ordenar, por favor, llameme y con gusto le traere la orden que usted pida, ¿Algo que pueda ofrecerle para tomar?

-  Si, por favor... Vino - Dijo intentando no mirar a aquel hermoso chico frente de sí, lo intimidaba de alguna manera, lo hacía sentir un poco cohibido.

¿Alguna clase de vino en especial? - Aún con ese tono de voz que usaba para tratar a sus clientes "Ni siquiera me miras... ¿Verdad? ¿Por qué no soy un ricachon como tú?"Esa actitud todavía lo molestaba más, si había algo que lo carcomiera por dentro era ser menospreciado y aquel chico lo estaba haciendo al no mirarlo

¿Puedo dejarlo a tu elección?

-  Será un honor, joven señor... Compermiso - Hizó una pequeña reverencia y se dirigió a la cocina de manera rápida y buscó el primer vino que encontrara "Estúpido niño rico..." Se maldecia para sus adentros, hace mucho que hubiera renunciado si no fuera porque tenía un objetivo que cumplir y necesitaba el dinero que le otorgaba ese trabajo, por su antigüedad le daban más dinero.
Se dirigió de nuevo a la mesa de aquel chico que tanto le jodía ver, era la primera vez que alguien le molestaba tanto, quería golpearlo y no se explicaba a si mismo el por qué. Tal vez era que había sido solo una noche pesada.

Aquí tengo su vino, señor... ¿Ha escogido algo en el menú que le agrade comer? - Su sonrisa estaba constante en su cara, le dejó la botella en la mesa, de ninguna manera le sirviría cordialmente

Creo que solo querré un postre por ahora... -  Lo miró por un momento y luego desvió la mirada, esos ojos plateados que tenía el otro eran muy intensos y lo miraban de forma profunda, era algo que no podría explicar en palabras.

Buena elección, ¿Qué postre se le apetece? - "No me agrada"

¿Puedo dejarlo a tu elección nuevamente? - Preguntó en voz un poco baja, ese día había sido bastante complicado para él.

De acuerdo, señor... ¿Un pastel de chocolate oreo estaría bien? - Odiaba las cosas dulces, pero ese era el postre favorito de la chica que trabajaba con él. Estaría bien con eso.

Suena maravilloso, gracias - Le dedicó una sonrisa fugaz y regreso la vista a la mesa, como si ahí hubiera algo interesante.

Nezumi se retiro a la cocina de nueva cuenta, aspiró profundamente para después hacer la orden que le acaban de pedir, pasó un tiempo hasta que estuvo listo el pastel, de verdad no quería tener que volver a esa mesa, prefería al gordo del otro lado del restaurante que lo miraba de manera pervertida, ya que por lo menos lo veía y aunque era desagradable, el hecho de sentir que lo tenía babeando por él lo hacía sentir menos menospreciado, ese estúpido chico rico ni siquiera lo miraba y eso lo molestaba más que otro cliente que hubiera en ese lugar esa noche.

Aquí tiene su postre, joven señor... Espero que lo disfrute - Dejó el plato y se alejó lo más pronto que pudo.

Por fin era la hora de su descanzo y de verdad que le hacía mucha falta tomar uno, se sentó en el lugar que siempre lo hacía y tomó una revista de medicina que tenía cerca. Por unos felices momentos se olvido del lugar en donde estaba y eso lo pusó de un humor neútro de nueva cuenta, casi nunca estaba de buen humor.
Entre una de las pasadas que le daba a la página de su revista se giró a ver al chico que estaba en la mesa de al fondo y notó que también lo miraba, pero al momento en que sus ojos se encontraron apartó la vista "¿Qué? ¿Te sorprende que alguien clase media sepa leer?" De nuevo había regresado su mal humor. Su turno estaba por concluir y se dió cuenta de que aquel chico había terminado de comer por lo que le pidió a uno de sus compañeros que se hiciera cargo de él, ya no quería verlo ni por asomo.

Se quitó el uniforme de manera rápida y salió del lugar despidiendose de sus compañeros de una manera fría como solía hacerlo siempre. A la salida del restaurant se quedó un momento mirando hacía el cielo, en el cual la luna estaba completamente marcada en su orbe y unas cuantas estrellas le hacían compañía, soltó un suspiro y después su mirada se encontró con otra de color cáfe, "Esto tiene que ser una jodida broma..."

-  Oh, tu eres el mesero de hace un momento - Dijo con una aútentica sonrisa en el rostro

-  Si, soy yo... ¿Y qué con eso? - Estaba fuera del trabajo, no tenía por qué ser cortes con él y por fin podía hablarle como de verdad quería hacerlo

Solo quería agradecerte por un buen servicio - Esta vez no tenía una sonrisa, estaba sorprendido por la forma tan brusca en la que había hablado hacia unos momentos... ¿De verdad era el mismo chico que había visto unos minutos átras?

No es nada, me pagan por ser amable con escoria como tu - Lo miró de manera fria y con una sonrisa sádica en el rostro, rara vez tenía el placer de decirle lo que de verdad pensaba a un cliente como ese.

¿Escoria? - Eso si lo había tomado por sorpresa

Eso es lo que define a los ricos bastardos como tú, no me extraña que nadie haya tenido los cojones de decirtelo...

-  ¡¿Qué sabes tu de mi?! - Eso si lo había molestado, después del día tan horrible que había tenido...

Eres como todos los ricos bastardos que vienen aquí queriendo sentirse superiores, siendo egocentricos y también arrogantes

-  ¿Y acaso tu no estas siendo arrogante en estos momentos dando por sentado que sabes algo sobre mí?

-  No tengo porque seguir esta estúpida conversación - Se dió la vuelta y se fue avanzando a su casa de manera lenta, no estaba de humor para seguir esa conversación con ese chico.

 

Sion se quedó unos momentos en esa calle, sin poder creer las palabras que le había dicho aquel chico "Escoria..." Repensó esa palabra en su cabeza, era la segunda vez que se lo decían ese día y a decir verdad ambas veces lo había sentido como cierto. Después de pensar un rato más comenzó a avanzar hacía su propio hogar mientras mantenía la vista al suelo. Antes de que llegará a su puerta sintió como su teléfono comenzaba a sonar y se molestó mucho al ver el número marcado en él, tiró el aparato al suelo rompiendolo y entró en su propia casa, cansado y esperando no tener que pensar en todo lo que le había pasado en ese día, se asomó por la ventana de su habitación y observó en el interior de la otra casa, ahí estaba ese chico de ojos grises paseando por su cocina con una taza de cáfe, era el mismo que le había atendido esa noche en el cáfe, llevaba cerca de un año siendo su vecino y ninguna vez había podido hablarle ya que se apenaba y las palabras no le salían de la boca cada vez que si quiera lo intentara, sin embargo, ahí estaba completamente perfecto como simpre. Ese día había decidido ir al restaurant en el que sabía que trabajaba con la esperanza de que lo atendiera por simple "casualidad" no disfrutaba mucho de ir a ese tipo de lugares y el resultado que había obtenido no era el que había esperado desde un principio.

A la mañana siguiente

Los rayos del sol se encargaron de despertar a Sion, quién lo primero que hizo fue asomarse por la ventana, igual que todos los días, ahí estaba ese atractivo mesero, sentado en la mesa mientras comía su desayuno de modo tranquilo "Supongo que ahora menos podré hablarle". Se alejó de la ventana con un poco de tristeza y se cambió para ir a su trabajo, ese día lo tenía libre, pero de verdad no quería pensar en nada más. Salió de su casa un poco antes de lo que lo hacía usualmente ya que antes de esa noche procuraba salir al mismo tiempo que el otro simplemente para observarlo y capturar su imagen dentro de su memoria para el resto del día. Pero algo lo pusó un poco nervioso, al otro lado de la calle estaba un auto de lujo, un ferrari rojo que él lamentablemente podía reconocer, se movió hacia el lado contrario de donde estaba aquel hermoso y caro vehículo, las personas que vivian en ese lugar eran personas no muy adineradas y se detenian para admirar la belleza de éste mismo "Será mejor que me vaya, ahora mismo"

 

Nezumi por otra parte había salido de su casa con su ropa normal, era un día sábado así que tenía el día para él mismo y había pensado en ir a la biblioteca por el nuevo tomo de un libro que estaba leyendo, "Requiem of healing". Tenía puestos los audifonos en los cuales escuchaba una bella canción de sínfonia la cual adoraba profundamente, tan absorto estaba en las notas de aquella mélodia que solo sintió como chocaba con alguien y caía al suelo, alzo la vista para ver quien era la persona que había causado aquella caída y se encontró con un chico de cabellos negros carbón y mirada del mismo color, pero esos ojos eran completamente asquerosos a su parecer, tenía puesto un traje que parecía ser caro "Genial, un rico bastardo que se equivocó de lugar..." Lo miró con bastante furia en esos ojos plateados.

Fijate por donde vas, estúpido clase media - Dijo con una voz muy profunda al tiempo en que fingía quitarse las arrugas del costoso traje

Ah~, mis más sinceras disculpas - Se incorporó del suelo con ira irradiando en sus palabras - No pensé que me encontraría a un rico bastardo perdido en este lugar... Tan lejos de las faldas de su papi - Su lengua siempre había sido la más filosa arma con la que había llegado a trabajar

-  ¡¿Qué acabas de decir?! - Aquel le correspondió con enfado en la voz

Lo que oiste, rico bastardo... Mejor vete de este lugar antes de que empieces a llorar como una niñita - Su voz sonó tranquila al decir esas palabras

¿Sabes con quien estas tratando? - Le miró de manera desafiante, aquel chico tenía agallas... O tal vez era porque no sabía quién era él.

Eso me importa una mierda - Sintió como el otro le lanzaba un puñetazo a la cara, pero logró detenerlo con eficiencia a pocos centímetros de que le rozara siquiera el rostro - Vaya, parece que quieres que te golpee, marica ricachon - Le soltó el puño y un poco después le devolvió el golpe acertando en el rostro del otro.
Sin embargo el otro tipo de cabellos negros no se quedó quieto y golpeó a Nezumi en el estómago de manera traicionera haciendo que se le saliera el aire

No eres nadie, clase media inmunda, te enseñaré a no meterte con tus superiores... - Sonrió con malicia después de decir eso, ya que planeaba darle un golpe en la nuca.

¡Déjalo, Anubis(1)! - Escuchó una voz que le hizó buscar con la mirada al dueño de esas palabras y lo encontró a unos cuantos pasos

Sion, que bueno que te encuentro, estaba buscandote - Dijo Anubis alejandose de Nezumi, quien tenía las manos cubriendo su estómago, ese bastardo golpeaba fuerte a pesar de tener una apariencia débil "¿Qué diablos hacen ellos dos aquí?" Se preguntó el ojiplata al ver al chico de la noche anterior ahí

No te acerques a mi - Dijo el pelicastaño retrocediendo un poco, pero el otro le había tomado la mano con fuerza para evitar que escapara si eso era lo que planeaba hacer - Agh, suéltame - Pidió sintiendo la presión tan intensa en su mano, pero el otro ignoró sus palabras

¿No escuchaste o estás imbécil? Suéltalo - Nezumi ya se había levantado del suelo, no le había gustado la forma en la que había tomado al menor de ellos.

Tu no te metas, que este chico me pertenece - Contestó con tono frío sin soltar la mano de Sion, quién intentaba safarse

¡No es cierto! ¡No te pertenesco! - Le gritó un poco deseperado ya que la presión en la mano era cada vez mayor, no le quedaba ninguna duda, Anubis seguía siendo demasiado fuerte.

Claro que me perteneces, pagué por ti, ¿lo olvidas? Tu padre debió habertelo dicho ayer... - Se le acercó un poco al rostro - Ahora formas parte de mis pertenencias

-  ¡Que lo sueltes! - Esas palabras habían molestado a Nezumi en serio, la mirada que se reflejaba en sus ojos era una que no se había visto en él en años

Es mío, ¿no oiste? ¡No voy a soltar a mi nuevo juguete! - Le miró por encima del hombro, con una sonrisa triunfante

¿Cuánto pagaste por él? - Aún tenía la mirada mordaz y envenenada en su rostro

Más dinero del que tu verás en toda tu vida, clase media - Contestó comenzando a avanzar y llevando a rastras a Sion detrás de el quien aun forzejeaba lo más que podía, pero aún así no se libraba del agarre.

Tengo 200 millones yenes - Dijo casi con impotencia al ver como intentaba librarse el otro, solo existía una cosa en el mundo que odiaba más que a los ricos, y era ver como trataban mal a otra persona.

¿Y? - Se detuvó y lo miró

Te compro a ese chico - Ni él mismo entendia el por qué había dicho esas palabras, si tanto odiaba a ese castaño que ahora era llevado por la fuerza no tendría porque ayudarlo, pero aún así quería hacerlo y por alguna razón sentía que de no hacerlo, se arrepentiría el resto de su vida.

No voy a darleto, ahora es mío... Mejor usa ese dinero para algo mejor - Siguió avanzando, llevando a ese chico quién hasta ahora lo miraba, los ojos que tenía... La noche anterior no se había percatado, del hermoso color que estos tenían...
En un impulso, de esos en los que el cuerpo le gana a la mente, se avalanzó de nuevo sobre el pelinegro dandole una patada con todas sus fuerzas en la espalda, derribandolo en el suelo y se colocó encima de él

Lo intenté por las buenas... - Dijó contra el oído de éste sacando algo de su bolsillo - Este chico no te pretenece, ¿entendiste? - Colocó aquel objeto que recién habia sacado en el cuello del otro, dejando que sintiera el filo de su navaja que siempre iba con él, sin embargo esta era la primera vez en mucho tiempo que sentía la necesidad de usarla

Me las vas a pagar hijo de... - Se vió interrumpido cuando ese objeto pareció estancarse más en su garganta

Ahora te irás... Y por tu propio bien, espero que no vuelvas por aquí... - Sus palabras eran frías, como un hielo - Largate - Se quitó de encima de aquel sujeto y se pusó entre Anubis y Sion, por si éste intentaba algo.
Pero aquel pelinegro se levantó del suelo y los miró con rabia contenida a ambos

Esto no se termina aquí, me las van a pagar por ésto - Dijo antes de darse la vuelta y avanzar de manera rápida y molesta hacía su vehículo.

El silencio se hizó presente después de la partida del pelinegro, ni siquiera Nezumi sabía como es que se había metido en ese asunto y se encontraba un poco intraquilo, su mente viajaba a otros lugares, recuerdos, de la ultima vez que había amenazado a alguien y no recordaba un motivo que lo hubiera hecho hacerlo.

Eh... Yo... Gracias - Dijó Sion detras de él, tenía la cabeza agachada y la cara completamente roja

No fue nada... - Miró alrededor y vió que algunos de los vecinos se habían girado a verlos, al parecer habían causado un gran alboroto - Vamos a dentro - Comenzó a avanzar hacía el interior de su casa, odiaba que lo miraran

¿Eh? - Se pusó todavía más colorado

Date prisa y sigueme - Ordenó al ver que no se había movido de ese lugar.

El castaño hizo caso de las palabras del otro y entró en la casa de manera un poco tímida, y encontró que estaba llena de libros por todos lados, por lo que se quedó a admirarla un poco, el aroma de esa casa era mágico, era un aroma extraordinario, una combinación entre libro viejo y libro nuevo.

Supongo que aquí podemos hablar tranquilos - Se sentó en una de las sillas que tenía cerca - ¿Cuál es tu nombre?

-  Sion... - Aún con un leve sonrojo sobre las mejillas - Yo, de verdad muchas gracias por ayudarme, no sé que hubiera pasado si no me hubieras ayudado en ese momento, de nuevo gracias

-  No fue nada particularme asombroso - Dijo restandole importancia - Dime, ¿A qué diablos se refería ese tipo cuando dijo que: "te había comprado"? - En ese momento se había puesto serio por completo.

By:
[~Sora Jigoku~]

Notas finales:

Hi desu~! Bueno, a quién haya leído este primer capítulo espero por favor sea tan amables de darme su opinión sobre el y decirme si vale la pena que lo continúe, es el primer fic que escribo sobre esta pareja e intenté lo más que pude respetar las personalidades de estos dos, agregé a un personaje inexistente y más adelante mostraré a otros personajes, claro si es que a alguien le gusto lo sificiente para que lo continué, con un solo review que me diga que le ha agradado prometo que lo que seguiré hasta el final.
Gracias de antemano por leerlo y por darle una oportunidad.

También traté de que se quedará con el concepto de que al inicio del anime y manga -cuando Sion y Nezumi se conocieron- Sion tenía el cabello castaño, pero ya después se hará blanco (?), ¿Cómo? Eso de verán después

Aclaraciones:
(1) Anubis, es el nombre recurrente que uso para los malos de las historias que escribo xD por lo tanto éste personaje no existe y pueden sentirse completamente libres de odiar (?). Verdaderamente no se la razón de que me guste tanto ese nombre para alguien malo, no sé, suena tan... "Anubis", es raro de explicar, pero ya después prometo usar otro nombre.

¡Cuidense y nos leemos pronto! 


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