Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SWEET AND BAD CHILD por LeeJinhyunnie

[Reviews - 68]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hi~! Bueno... Este es mi primer fanfic, así que espero que os guste ^^

Tengo que aclarar las edades de cada uno: todos tienen 2 años más en comparación con la edad que tienen ahora.  Siento si es confuso, pero lo vi conveniente para la historia :/

Por cierto, sus looks son como en su reciente comeback de Badman :B

Y os dejo leer ya. ¡Nos leemos más abajo! :3

Capítulo 1: El trato.

Un disparo. Un sonoro disparo. Eso es lo que se escuchó en aquel callejón sin salida. A altas horas de la madrugada de un viernes, un chico de apariencia joven se recargaba en la enladrillada pared de ese oscuro callejón. En su mano izquierda portaba una vieja pistola, que si bien desviaba las balas, podía dar lugar a la confusión para cualquier persona que osara molestar a su dueño.


El callejón, pobremente iluminado por la desgastada luz de una farola, estaba adornado con graffitis de todos los colores, tamaños y formas que pudieran existir. Dichos graffitis contenían palabras obscenas que invitaban a toda persona que se acercara, alejarse de ahí rápidamente, porque sin duda era un lugar peligroso. La poca luz que emitía la farola, empezó a parpadear, y finalmente se apagó por completo, dejándolo todo más oscuro de lo que ya estaba.

El chico alzó su muñeca derecha intentando divisar la hora que marcaba su reloj. Las 5 y media de la madrugada, y allí se encontraba parado, guardando su pistola dentro de la parte trasera de su estrecho pantalón. Con paso firme, se acercó al cadáver de su víctima número 7 de ese mes. Le registró, y cuando encontró algo de dinero, lo cogió y se lo guardó en uno de los tantos bolsillos interiores de su chaqueta. Se merecía una pequeña recompensa al menos, después de todo estaba ayudando a la policía para erradicar la venta de drogas en el país.

Los policías sabían que él guardaba información muy valiosa acerca de este asunto, ya que el mismo se había dedicado a vender drogas hacía varios años, aunque nunca llegó a consumirlas. Cuando los oficiales descubrieron su negocio, hicieron un trato: El no sería encarcelado si a cambio les ayudaba a acabar con esos tipos de negocios que atemorizaban la salud de ese país. Por aquel entonces, el era "el rey" en ese ámbito, que por circunstancias de la vida se vio obligado a ejercer. Pero el no se quedó atrás, les ayudaría si a cambio le daban una buena suma de dinero, a lo que los policías accedieron. Y así vivía desde hacía 4 años. Era cierto que el cuartel de policía no podía permitirse darle mucha cantidad de dinero, por eso de vez en cuando el cogía el dinero que tuvieran en ese momento sus víctimas. Los policías no sabían de esto, ni debían saberlo.

El vivía cómodamente desde que se alió con la justicia, esa era una de las razones principales por las que aceptó el trato. Estaba cansado de la rutina, de huir de la ley, y de sentirse presionado por sus compradores. Llamó al cuartel de policía al que ayudaba para informarles de su acción, y para que se deshicieran del cadáver.

Caminó hasta llegar a su departamento, que no estaba muy lejos de ese lugar; Ya recogería su verdadera recompensa al día siguiente. 

Cuando llegó a su hogar, se dio una rápida ducha, y tras ponerse ropa cómoda, se dispuso a dormir.


Eran las 11 de la mañana, su teléfono empezó a sonar estridente, despertándole. Alzó su brazo izquierdo y lo alcanzó, contestando sin mirar quien era.


-¿Hm?- Preguntó aún adormilado.
-¿Bang? Soy YoungJae- Contestó una voz joven desde el otro lado de la línea.
-El mismo... ¿Qué pasa?- Preguntó mientras se incorporaba en la cama.
-Te necesitamos en comisaría-
-¿Para qué? Anoche cumplí con mi trabajo-
-Lo sabemos, pero te necesitamos para otra causa-
-¿Otra causa? ¿A caso no te acuerdas de nuestro trato?-
-A la perfección, pero estoy seguro de que esto te beneficiará para tu trabajo-
-¿Se puede saber de qué se trata?-
-Lo sabrás en cuanto llegues. Te espero aquí en media hora-
-Descuida, llegaré antes- Y dicho esto, colgó, tiró el teléfono en algún sitio de su cama, y tras pegar un gran suspiro, se levantó.


Buscó algo que ponerse en su armario, algo simple y cómodo a la vez. Se peinó rápidamente y fue hasta su cocina, donde se preparó un café, tomándoselo en cuestión de segundos. Cogió su preciada pistola, guardándola en un bolsillo interior de su chaqueta, también cogió las llaves del coche que le prestaba la comisaría. Volvió a su habitación por su teléfono, que fue guardado en uno de los bolsillos de su pantalón, y se marchó camino al cuartel de policía.


En cuanto llegó, estacionó el 4x4 color blanco frente a la comisaría, pareciera que le habían guardado el sitio. Salió del coche, lo aseguró, y tras guardarse las llaves en el otro bolsillo del pantalón, se encaminó a la entrada con paso seguro.


-¡YongGuk!- Le saludó uno de los agentes de policía con un apretón de manos.
-¡JongUp!- Le correspondió con la misma efusividad.
-¿Qué te trae por aquí? ¿Otro trabajo? ¿Ya terminaste con el último asignado?- El agente JongUp era prácticamente novato comparado con los demás agentes que trabajaban ahí. Apenas llevaba 2 años allí, y aunque rendía en el trabajo como cualquiera, siempre se enteraba tarde de los nuevos casos y de los logros.
-Sí, anoche lo terminé. Y estoy aquí porque YoungJae me llamó hace poco diciendo que me necesitaban para un nuevo caso. ¿No sabes nada de esto?-
-Siento decirte que no... Ya sabes que nunca soy el primero en enterarme de las cosas. Aunque ahora que lo pienso...- Se puso una mano en el mentón, en modo pensativo. -El jefe YoungJae no estaba solo cuando entró hoy a su despacho...-
-Ah, ¿no? ¿Con quién estaba entonces?- Se acercó a él con una ceja ennarcada.
-La verdad es que no me lo presentaron, pero era un chico joven, me atrevería a decir que era mucho más pequeño que tú. Y tenía una cara muy seria, aunque se le notaba nervioso, también entusiasmado- Se explicó mientras fotocopiaba unos papeles.
-Espero que no pase lo que estoy pensando...- Se quedó mirando a la fotocopiadora con cara pensativa.
-¿Qué cosa?- Le preguntó haciéndole volver en sí.
-Nada, suposiciones mías. Gracias por la información- Le respondió con una sonrisa.
-No es nada. Bueno, e de continuar con mi trabajo. ¡Hasta otra!- Se despidió también con una sonrisa.


YongGuk suspiró desanimado y puso rumbo al despacho del YoungJae.
En cuanto estuvo frente a la puerta, se quedó mirándola y tocó tres veces con suavidad, esperando una afirmación para que la dejaran entrar.
YoungJae le abrió la puerta, cosa que extrañó a YongGuk, ya que nunca se daba esas molestias.


-Jefe YoungJae- Le saludó como si de un comandante del ejército se tratara y se adentró en la sala, percatándose de la figura de un joven sentado en una silla frente al escritorio de ese despacho.
-Bang, toma asiento, por favor- Y así lo hizo. Se sentó justo al lado de ese joven de mirada inquieta pero decidida.
-¿A quién tengo el placer de dirigir mi mirada?- Preguntó sarcástico mirando al joven, quien no articuló nada.
-Te presento a Choi JunHong, tu nuevo compañero de trabajo- De repente su sonrisa se borró. Sus intuiciones eran ciertas.
-¿Qué? ¡Vamos Jae! ¡Sabes de sobra que no me hace falta ningún compañero para mis casos! Y además, ¡esto no entraba en nuestro trato!- Se levantó de la silla amenazante, cuestionándole.
-No tienes porqué recordarme cosas que ya sé, Bang YongGuk. JunHong está especializado en temas de traspaso de estupefacientes, y como se acaba de incorporar al cuerpo de policía, vi oportuno que te ayudara- Le explicó con una calma bastante trabajada.
-¡Pero no me hace falta ninguna ayuda!-
-Eso es lo que tú piensas, pero no siempre podrás arreglártelas tu solo. Tus casos cada vez son más complicados, llegará un momento en el que necesitarás ayuda, entonces me lo agradecerás-
-No estés tan seguro... ¿Y qué hay del trato?-
-Tranquilo, sigue en pié. Seguirás recibiendo la cantidad de dinero que te corresponde, pero también se la daremos a JunHong-
-Hasta que os arruineis y me dejeis sin blanca- Se volvió a sentar rodando los ojos con resignación.
-Eso no sucederá si completas tus misiones como hasta ahora. ¿De acuerdo?-
-Si no me queda otro remedio...-
-Sabía que acabarías aceptando. Bien, aquí tienes tu recompensa de ayer- Le entregó un sobre con el dinero correspondiente.
-Gracias jefe- Guardó el sobre en un bolsillo interior de su chaqueta. -¿Le queda algo más por decirme?- Le preguntó más por cortesía que por interés.
-Si. La semana que viene la tienes libre- YongGuk abrió los ojos a más no poder, sorprendido.
-¿No hay casos nuevos?-
-Aunque no te lo creas, no, no los hay. Pero si encontramos alguno, te llamaré enseguida, así que mantente alerta- Empezó a ordenar unos papeles que yacían encima de su mesa.
-Por supuesto. ¿Algo más o puedo marcharme?-
-No, espera. JunHong se quedará en tu casa-
-¿Cómo? ¡Imposible!- Se volvió a levantar como bestia enjaulada.
-Ya que de aquí en adelante sereis compañeros, tendreis que llevaros bien. Por esa razón se quedará contigo; Aprovechad la semana que teneis libre para conoceros mejor. No permitais que vuestros percances afecten al trabajo-
-¡Pero YoungJae...!-
-¡Pero YoungJae nada! ¡Es una orden! Me encargué de que llevaran sus pertenencias a tu departamento mientras conversábamos. Ahora si me permitis, tengo trabajo que hacer- Le interrumpió para después volver a ordenar papeles.


YongGuk salió de ahí echo una furia seguido por JunHong, quien continuaba sin decir ni una palabra.
Ignorando por completo las preguntas de algunos policías acerca del porqué del comportamiento del mayor, ambos salieron de la comisaría, y muy a su pesar, YongGuk dejó entrar a JunHong en el 4x4, ya que no era suyo.


-¿Qué edad tienes mocoso?- Le preguntó mientras conducía.
-19 años. Y no me llame más mocoso, haga el favor. Tengo un nombre- Le respondió mirando al frente, serio.
-Vaya, por fin hablaste, pensé que te había comido la lengua YoungJae. -Se rió socarronamente. -Te llamas JunHong, ¿no?- Él solo asintió. -Pues déjame decirte unas cuantas cosas. Primero: Se supone que somos compañeros de trabajo, no soy tu superior, no me trates de usted, me haces sentir más mayor. Segundo: A partir de ahora, por orden del oficial YongJae, viviremos también juntos, y como soy mayor que tú, y además es mi departamento, acatarás todas mis órdenes sin rechistar. Y tercero: No me gusta tu nombre, desde ahora te llamaré... Zelo. ¿De acuerdo?-
-Como quieras, pero no sé que tiene de malo mi nombre- Le miró relajándose un poco.
-Me parece muy aburrido, eso es todo- Le miró un segundo para volver la vista al frente.
-Bueno...- Volvió a mirar hacia delante. El resto del camino transcurrió en silencio.
-Ya hemos llegado, Zelo- Informó aparcando el coche cerca de la entrada.

Ambos bajaron, YongGuk aseguró el coche y después entraron al departamento, donde efectivamente, ya estaban todas las pertenencias del joven.


-Ah, y otra cosa, tienes que ayudarme con las tareas domésticas. Que ni se te ocurra pensar que vivirás aquí sin hacer nada- Le dijo mientras dejaba las llaves en un cuenco de la entrada.
-Gracias por darme la bienvenida a tu hogar...- Le agradeció con ironía mientras cogía sus cosas.
-Estabas muy equivocado si creías que te iba a recibir con una bienvenida. Por cierto, tu habitación está al fondo del pasillo, aunque en realidad es el cuarto de invitados, pero como nunca tengo alguno, puedes adueñarte de él- Le dijo mientras se quitaba la chaqueta, dejándola en uno de los reposa brazos del sofá de cuero negro que se encontraba en esa minimalista sala.
-Vale. Gracias...- Se dirigió hacia su nueva habitación con todas sus pertenencias en mano, que no es que tuviera muchas, solo las necesarias.
-No me agradezcas, si de mi dependiera, podrías habitar en la comisaría- Se rió y le dio un sorbo a su refresco, previamente cogido del refrigerador.
-Que amable eres... Presiento que nuestra convivencia será estupenda- Dijo con un deje de sarcasmo. Realmente presentía que vivir con él cambiaría sus perspectivas de la vida. De alguna u otra forma, así lo creía.
-Antes no hablabas y ahora me vienes con sarcasmos... Te prefiero callado- Dijo el mayor desde el salón mientras el menor ordenaba sus cosas en la habitación.
-Vale...- Se rió por lo bipolar que era ese chico, y siguió guardando sus pertenencias.

Notas finales:

¡Hola de nuevo! ¡Espero que os haya gustado!

Ya tengo hechos dos capítulos más, que serían el capítulo 2 ambos, ya que lo dividí en dos partes porque me parecía algo extenso. Así que si el fic tiene aceptación, trataré de actualizarlo pronto :3

Bueno, ¡cuídense~!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).