Minwoo POV
A mis 17 años de edad, iba caminando como siempre por la calle, dirigiéndome a la escuela, cuando un desconocido me paró.
-Disculpa, he visto que llevabas el uniforme del Seoul Performing Arts, y me preguntaba si podrías llevarme allí, yo me he perdido- Se justificaba riendo nerviosamente.
-Claro, voy para allí así que no hay problema.-Le contesté con una sonrisa sincera. Realmente no me importaba. Quizás si hubiera sido otra persona, me abría alejado con alguna excusa o le habría dado la dirección por otro camino, pero este chico parecía de confianza, por alguna razón no parecía un desconocido. No era alguien muy alto, sólo medía unos centímetros más que yo, pero se notaba deportista, ya que bajo la camisa y pantalones negros que llevaba, se podían apreciar unos tonificados músculos. De repente, ni si quiera yo sé por qué, me lo imaginé sin ropa. Sacudí la cabeza intentando olvidarme de ello. Vale, yo era gay, hacía años que había aceptado mi propia orientación sexual, pero no creí que él lo fuese así que pase del tema, pensando en el examen que tendría la próxima semana, pero el tema no quería salir de mi cabeza, en medio de todas esas formulas matemáticas que repetía sin descanso en mi cabeza, surgían incógnitas sobre esa persona, cómo se llamaría, o cuál sería su razón para ir a mi instituto, pues se notaba que ya era de edad universitaria.
-No quiero ser entrometido, pero ¿A qué vas a mi instituto? Se nota que no eres estudiante- Dije tras unos minutos caminando, tapándome la boca al instante, ni siquiera había pensado antes de hablar- ¡Oh! Lo siento, no quería ser maleducado, mejor me mantengo callado…
-No te preocupes, no importa. Tengo que encontrarme con una persona allí, bueno, con dos.
-Ah…-Contesté, algo desilusionado, pues puede que no lo volviera a ver. Iba a preguntarle su nombre, pero divise el instituto a unos veinte metros, así que prefería no saberlo, de otro modo no podría sacarlo de mi cabeza.
Llegamos allí y estaban mis amigos Kwangmin y Youngmin, que eran gemelos idénticos, excepto porque Kwangmin llevaba el cabello más oscuro, casi negro y Youngmin tenía un lunar en el lado derecho del cuello que su hermano no tenía, además la línea de su mandíbula era ligeramente diferente.
-¡Hola!-Me saludó Kwangmin cuando estuve lo suficientemente cerca.- Oh, Donghyun… ¿Por qué venís juntos? ¿Os conocéis?
En ese momento mi mente colapsó
-¿Eh? Ah, no so-sólo que me perdí y le pedí ayuda, así que me trajo. ¿Vosotros os conocéis?
-¡Claro! Este es el amigo que te dije que vendría con nosotros.
Esa última palabra me sacó de mi ‘shock’, miré a Youngmin en busca de respuestas, quien se acercó a mí y me dijo al oído mientras Kwangmin hablaba con ‘Donghyun’:
-Es mi primo, el que nos va a acompañar mañana a Japón.- Con lo de Japón se referían al viaje que me habían organizado por mi cumpleaños. Decían que los 18 es la mejor etapa de la juventud y que debes disfrutarla, pero yo siempre había pensado más como un adulto que como un adolescente, por lo que esa idea de ‘’disfrutar’’ la juventud que tenían ellos no me atraía demasiado.
-Ah…-Contesté ruborizándome un poco. Pasaría dos días y una noche con ese desconocido que me había atraído sin ni siquiera saber su nombre. Todo podía pasar y yo quería pensar que era un regalo del destino. Pero el caso era que yo era hombre, tal vez no era gay, tal vez me viera demasiado joven, tal vez sólo fue coincidencia, o tal vez estaba destinado a desear sin ser deseado. Pero el caso es que lo deseaba, por primera vez en mi corta vida, deseaba arrancarle la ropa ahí mismo y deleitarme con su cálida piel.
-Minwoo, Minwoo – Me llamaba Kwangmin, sacudiendo una mano en frente de mi cara y haciéndome salir de mi ensimismamiento.
-¿Qué?-Pregunté un poco molesto.
-Este es Donghyun, mi primo, tiene 24 años y estudia en la Universidad de Seúl. Ya que nuestros padres no pueden acompañarnos mañana, se lo pedimos a él.-Volvía a explicarme Kwangmin.
-Encantado, Minwoo.-Dijo mientras levantaba la mano para que se la estrechara y me sonreía. Me encantaba su sonrisa, lo hacía aún más atractivo con ese pelo marrón claro y esos ojos también marrones, con ese brillo especial…Esos bonitos y pálidos labios… tragué saliva, nervioso, estrechándole la mano. Estremeciéndome al electrizante contacto.
Su piel era suave . Pensé. Sin darme cuenta había estado más de treinta segundos sin soltarlo, mirándole a los ojos, disfrutando del contacto de su piel.
-Puedes soltarme, nos veremos a la salida.-Decía con una pequeña carcajada. Me di cuenta de lo que había hecho y me solté rápidamente, ruborizado y mirando a todas partes menos a él.
-L-lo siento, hehehe-solté una risilla nerviosa, ¿Por qué carajos me reí así?-Me voy a clase, hasta luego.-Hice una pequeña reverencia y me alejé casi corriendo para no llegar tarde a clase, aunque en realidad llegaba temprano.
Sentí cómo sus ojos se clavaban en mi espalda, tal vez yo también le había interesado…
Me estaba haciendo demasiadas ilusiones ¿No?