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Run my love por Tsukii_Na_MS

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Notas del capitulo:

El primer capitulo de la historia de Woohyun y Sunggyu de mi anterior fic "Me quiere, no me quiere"

intentaré actualizar lo mas seguido posible :DD

bueno espero que lo disfruten y que les guste n.n

Mi vista se encontraba totalmente nublada, era difícil saber si el motivo de la deficiencia en mi visión era por la lluvia que caía con extremada fuerza y precisión, o mis lágrimas que salían sin permiso mojando mi cara totalmente, aunque a estas alturas no sabía cuál de las dos circunstancias eran las culpables de la humedad en mi rostro.

Mis pies dolían, no sabía cuantos metros había corrido sin parar y sin mirar atrás, pero ahora que inspeccionaba un poco el lugar en donde me encontraba, dudaba que solo hayan sido unos metros.

Perdido, sin noción del tiempo y sin una adecuada orientación, caminaba con mis manos en los bolsillos intentando calentarlas un poco aunque esta acción realmente estaba siendo inútil considerando el estado de mi ropa.

No sabía cuánto tiempo había permanecido corriendo, huyendo de la más reciente realidad que atormentaba mi vida, pero por más que había corrido, no conseguía dejar mis problemas y mi vida atrás, seguían siguiéndome haciéndome sentir miserable.

Una mano rozó con mi antebrazo haciéndome dar un pequeño salto, inundándome de miedo instantáneamente hasta que caí en la cuenta que era un hombre despistado, hablando por teléfono que no había notado mi presencia y sin querer había provocado ese roce.

Era como un perrito abandonado que paseaba por las calles de Seúl, desorientado, mojado y lleno de miedo y agobio que expresaba por cada poro de su ser.

Las personas no lo notaban, estaban demasiado preocupados por sus propias vidas y problemas que aunque vieran a su lado a un pobre hombre moribundo, no lo habrían tomado en cuenta. ¡Qué falta de humanidad poseen las personas de ciudad!

Supuse que habían pasado unos treinta minutos desde que había salido de aquel lugar y aún seguía sin explicarme el motivo de la salida incesante de mis lágrimas. Odiaba tener esos reflejos y sentimientos humanos.

Vi a un pobre hombre sentado en una esquina con un aspecto realmente penoso, estaba en la entrada de un callejón olvidado, todos pasaban a su lado y lo miraban de mala manera, algunos incluso murmuraban quejas y comentarios nada agradables hacia al pobre señor.

Estaba temblando, acurrucado encima de unos pliegues de cartón mientras caían gotas de agua sobre su cuerpo ya que el resto del agua era retenida por un pequeño techo ya muy deteriorado de un restaurante, sus lágrimas salían incluso estando dormido, me sentí mal, yo llorando y quejándome cuando en el mundo había gente en peores condiciones pero eso no alivianaba mi carga, me sentía igual de infeliz.

Me acerqué al hombre y conforme iba avanzando divise a un cachorro a pocos centímetro de el, se encontraba en una especie de casita y estaba envuelto en unas mantas, alrededor de su cuello note como tenía amarrado un pañuelo viejo y desgastado…  El perro era de aquel hombre.

Es curioso como las personas que tienen menos, son las que dan más a la gente que los rodea sin pedir nada a cambio, al contrario de las personas inundadas de riquezas que no tienen ni la consideración de ayudar a su prójimo. Había preferido pasar frio el que dejar a su querido amigo sin protección contra el viento y lluvia.

Me quite mi chaqueta, era larga, caliente y realmente cara, pero eso no importaba, tenía miles de estas en mi casa y en este momento yo no la ocupaba para nada, había alguien que lo necesitaba más que yo y que no podía tener ni siquiera un techo digno.

Deslicé con cuidado el abrigo sobre su cuerpo procurando que lo cubriera y protegiera un poco del frio, saque de mi bolsillo el dinero que traía conmigo, conté unos cuantos billetes, los necesarios para volver a mi casa y el resto se los puse al señor bajo su brazo.

Acaricié al pequeño cachorro y con una sonrisa en mi rostro me dispuse a continuar caminando, al menos hasta encontrar algo conocido, esas calles de Seúl eran desconocidas para mí.

La lluvia cada vez se volvía más fuerte y sonaba peligrosa, ya no me importaba refugiarme mientras iba caminando, estaba lo suficientemente mojado para que no me incomodaran las gotas de agua que caían despiadadamente sobre mi cuerpo.

Descansé mi espalda contra la pared de un extenso callejón, lentamente iba descendiendo hasta que  me senté en el frio suelo de concreto característico de la ciudad.

Sollozos comenzaron a salir descaradamente de mi boca mientras mis ojos se cerraban tratando de apaciguar el dolor que sentía en ese momento, ¿Cómo había ocurrido todo esto? ¿Por qué las cosas tomaron este rumbo?

Al cabo de un rato sentí como unas manos muy conocidas ya por mi cuerpo me levantaban del  lugar en donde me encontraba sentado, ponía encima de mis hombros un abrigo y me cubría de la lluvia con una sombrilla.

“Oh pequeño Sung Gyu, ¿Dónde te habías metido? No sabes lo preocupada que estaba por ti”

Sin mirarla a la cara, seguí sus pasos a tientas ya que no lograba divisar nada por haber cerrado muy fuerte mis ojos, levante mi mirada y divisé algo que se asemejaba a un carro… Me llevarían de nuevo a mi casa.

Entré a la limosina y oculté mi cara a través de los mechones mojados de cabello que caían sobre mi rostro, me situé hasta al fondo y evite la conversación y cercanía con las personas que se encontraban dentro.

“Mi niño, sé que no quieres hablar en este momento pero no me vuelvas a pegar estos sustos por favor”

Una de sus delicadas manos se situó sobre mi rostro verificando que estuviera bien y al mismo tiempo intentando calmarme y que sintiera su cariño.

Al cabo de poco tiempo, la limosina se detuvo y escuché el rechinido del gran portón metálico que ocultaba mi casa de la vista de personas curiosas, eso significaba que en realidad no había recorrido gran cantidad de terreno y que mi pesadez había jugado con mi mente haciéndome creer que llevaba corriendo sin rumbo durante miles de horas.

La bella y delicada dama me condujo fuera de la caja metálica que tenía por transporte y a paso rápido me dirigió a la parte trasera de la mansión-aterradoramente-solitaria-disfrazada-de-hogar-perfecto, o como solía llamarla yo, casa.

Entramos cautelosamente y casi corriéndome me llevó a rastras hasta la segunda planta y entramos a mi cuarto. La chica se dirigió al cuarto de baño y al instante ruidos de puertas abriéndose y cerrándose se escucharon en toda la habitación, a los pocos segundos volvió .

De manera poco gentil me tiró sobre la cama, sacó mi camisa de manera rápida y me colocó alrededor de mi cuerpo una toalla. Con desesperación y murmurando ciertas palabras inaudibles en lo que supuse era español, secó mi pecho, espalda y cabello, nuevamente se alejó y de mi closet sacó unas prendas y me las tiró encima.

“Vístete y termina de secarte, iré por un chocolate caliente y más te vale que cuando regrese estés bajo las cobijas”

Mi bella y hermosa noona como siempre preocupándose por las locuras de su dongsaeng, de verdad apreciaba todo lo que hacía por mí. Cada vez me sorprendía más lo que era capaz de hacer por mí, era una simple sirvienta de mi casa que me llevaba apenas un par de años, 3 para ser exactos, y aun así tuvo la delicadeza y paciencia de ir a buscarme a altas horas de la noche a nada más ni nada menos que al centro de Seúl. Era extranjera, originaria de centro américa que había terminado en Corea por el simple hecho de volver a empezar de cero su vida, su nombre era Naila.

“Aquí tienes Gyu, ¡Te dije que quería verte dentro de las cobijas! ¡Uy pero que terco!”

Tal y como ordenó, me metí dentro de las cobijas y ella se acercó lentamente extendiéndome la taza con chocolate. Gustoso la acepte y tomé de ese delicioso líquido que le devolvió el calor necesario a mi cuerpo.

Sentí las manos de mi noona friccionando contra mis brazos para hacerme entrar en calor mientras seguía protestando en su idioma natal, lo único que atiné a escuchar fue “Niño estúpido”

“No creas que te salvarás de esta, mañana a primera hora quiero que me expliques con detalles que pasó, descansa mi niño”

Y diciendo esto, plantó un beso en mi frente, despeinó mi cabello y me dedico una cálida sonrisa con un deje de angustia. De verdad se veía preocupada por mí pero se limitó a esos gestos de cariño tan comunes en ella y salió de mi habitación dejándome completamente solo.

Unos cálidos rayos de sol  dieron contra mis ojos… Ya había amanecido.

Sentía mis ojos inchados y me costaba mirar, supuse que era el efecto de las lágrimas de la noche anterior.

No habían transcurrido ni 5 minutos cuando escuché como la puerta se abría lentamente dejando ver la silueta de Naila.

Apresuradamente entró en mi habitación llevando consigo un carrito con muchos alimentos sobre el, aunque en realidad solo cosas calientes traía.

-Mi niño, estabas hirviendo el calentura toda la noche, esa mojada que te diste no fue nada buena para ti.

Sus ojos estaban un poco cerrados, se repintaban bajo ellos una línea morada. Se notaba a simple vista que no había podido dormir bien.

-Noona, no era necesario que te desvelaras por mí.

-No no no, ¿cómo dices eso? Si tu madre se diera cuenta de que te escapaste de aquí te iría muy mal, además no te preocupes por mí, ya logré controlar tu fiebre, solo estás un poco resfriado.

Tomo mi temperatura y me obligó a tomar un té caliente que según ella, en su país se usaba mucho para estos tipos de resfriado.

-Ahora sí, cuéntame que te pasó mi niño.

No quería recordar todo pero tenía que desahogarme, hablar con alguien o si no sentía que el dolor en mi pecho iba a matarme. Todas las personas no son capaces de soportar el dolor sin desahogarse con alguien, contándole sus penas.

 

*********** FLASH BACK ************

Me sentía en las nubes, no hay mejor sensación que estar al lado de la persona que amas mientras esta te consiente de todas las maneras posibles.

Siempre he sido una persona muy cariñosa y por lo tanto, me encantaba que tuvieran el mismo trato conmigo.

Estábamos sobre la cama, yo me encontraba contra su pecho, acariciando sus brazos lentamente mientras una sonrisa adornaba mi rostro completo.

Él me tenía rodeado con sus brazos, removía mi cabello de vez en cuando y me daba suaves besos sobre mi rostro.

No podía sentirme más feliz.

-Gyu, quería que hiciéramos algo que te va a encantar –me dijo mientras besaba mis labios muy tiernamente.

-¿Qué cosa es? –pregunte entusiasmado.

-Solo no hagas nada.

Comenzó a besarme más apasionadamente, se situó sobre mi cuerpo y sostuvo mis manos por encima de mi cabeza. Yo me removía bajo el, pero no por placer, si no por incomodidad, aun no estaba listo.

-Howon para, no estoy listo.

-Te va a gustar, solo déjate llevar.

Continuó con su labor, mordiendo mi cuello y tocando todo mi torso, realmente me sentía incómodo y no quería hacer eso. Mordía todo rincón de mi cuerpo y descaradamente tomó mi miembro y lo sujetaba fuertemente.

-No Howon, ya suéltame. –Lo separé de mí dándole un empujón y golpeándolo, me estaba haciendo daño.

Mi mejilla comenzó a arder, me había dado una cachetada. Estaba atónito y mi cara demostraba lo confundido que me encontraba.

-¡Ya me cansé de estar como un niño como tú! ¡Nunca nada de nada! –gritaba en la habitación, mostrando su muy visible frustración.

-¡No me siento preparado para esto! Por favor espérame un poco más –mis lágrimas comenzaron a caer rápidamente sobre mis mejillas y mi respiración se volvió agitada.

-¿Esperarte más? ¿Crees que soy de hierro? ¡Ya me da igual perder la estúpida apuesta!

-¿Apuesta? –la conversación o más bien,  la discusión cada vez se volvía más confusa.

-¡Si, una apuesta! Lograr enamorar al niño rico y follarmelo, aunque no perdía la apuesta del todo.

-¿Estás hablando enserio? –más lágrimas y cada vez más rápido caían de mis ojos.

-¿Por qué estaría mintiendo? ¿Crees que podría enamorarme de una basura como tú?

Ante estas palabras salí corriendo. Yo había sido un total estúpido.

Justo en ese momento, como si el destino intentara burlarse de mí, una lluvia lo suficientemente fuerte azotó el centro de Seúl pero poco me importó, solo quería huir de la realidad.

En ese momento juré no volver a enamorarme, al fin y al cabo las personas siempre se me habían acercado por interés, ¡JA! ¿Cómo fui tan tonto? ¿Cómo se me llegó a ocurrir que alguien se interesaría por mí?

Seguía corriendo, llorando… hasta que perdí mi rumbo… mi corazón estaba destrozado y yo me encontraba totalmente decepcionado.

************ FIN DEL FLASHBACK ***************

Mis lágrimas de nuevo caían sin cesar.

Las manos de mi noona removían las pequeñas gotitas que inundaban de nuevo mi rostro.

-¡Ay mi niño!, te dije que ese Howon no te convenía.

-Noona, perdón por no hacerte caso…

-Mira pequeño, a veces el mejor de los consejos no son de utilidad si la persona quien los recibe no quiere escuchar… Tranquilízate, lo olvidarás… pero tendrás que ir al instituto hoy mi niño.

Al escuchar esas palabras me tensé, no quería verlo, no a él y menos ser la burla de sus compañeros… El niño rico que se enamoró…

No discutí con Naila, mis padres se alterarían al saber que falté al instituto y me gritarían hasta quedarse afónicos. No quería ser el causante de otras de sus peleas.

Luego de vestirme y arreglarme para ir al instituto, me quedaron cinco minutos libres.

Abrí la ventana del segundo piso en que me encontraba, descansé mis brazos en las barandas y observé el paisaje de mi alrededor.

Este mundo era muy bello, la naturaleza, sus árboles y flores, las curiosas nubes y los animales. ¿Por qué teníamos que estar en constante sufrimiento en vez de contemplar la belleza que nos rodea?

Una corriente de frío me envolvió por completo haciéndome sentir escalosfríos, miré mi reloj y  mis cinco minutos habían terminado.

Subí a la limosina mientras mi noona se despedía de mí, ella sabía que no iba a ser un día fácil.

Cuando llegué al instituto me armé de valor y crucé esas enormes puertas, era uno de los institutos más prestigiosos de toda Corea pero todos los chicos de ahí eran una escoria completa.

No le hablaba a ninguno, entre ellos no existía amistad, solo la competencia de saber cuál era mejor, más inteligente… ninguno se relacionaba entre sí, solo se hablaban para discutir algún trabajo.

Mi padre no me envió a un instituto privado, decía que prefería una buena educación en vez de pagar un lugar en donde podría hacer lo que se me diera la gana.

Todos los estudiantes se enteraron que era rico, que venía de una familia con excelente posición social y con mayor razón me excluían, excepto Howon, el era del grupo de chicos que eran sociables, que disfrutaban de la vida y no se dedicaban por completo al estudio.

Así fue como comenzó a ganarse mi corazón.

Quité esos pensamientos de mi mente, no quería recordarlo, me decepcionó demasiado.

Al entrar al lugar noté como su grupo de amigos se encontraban con él al lado de mi clase, desgraciadamente su clase era al lado de la mía, así fue como lo había conocido.

Bajé mi mirada y me dispuse a caminar con más rapidez, quería evitar contacto de cualquier tipo con él.

“Hey Sunggyu, ¿Es cierto que eres un santurrón? ¿Te da miedo jugar un poco?”

Gritó esa frase… cerré mis ojos con fuerza y continué caminando hasta llegar casi a mi destino, noté como los estudiantes comenzaban a reunirse a mi alrededor escuchando todo lo que decían los compañeros de clase de Howon.

Una mano sostuvo mi antebrazo haciéndome sentir dolor por la fuerza que ejercía en mí.

“Después de lo de ayer, ¿No te avergüenza venir al instituto?”

Ya lo sabía, él le diría a todos lo que ocurrió. Al parecer todos los estudiantes estaban enterados de la apuesta excepto yo, que como un idiota caí en su trampa. Todos parecían no importarles el hecho de que Howon fue rechazado para tener sexo, se encontraban más interesados en el hecho de que yo dije que no estaba preparado y que me encontraba como una colegiala enamorada.

Un chico pasó a la par mía y me tiró todos mis cuadernos, la gente comenzó a murmurar cosas. Era increíble como todos eran tan apartados y poco sociables pero cuando se trataba de un chisme, estaban presentes y en primera fila.

Howon me dedicó una sonrisa burlona y dando la media vuelta se fue. Los demás estudiantes comenzaron a reírse y a señalarme.

“El niño rico solo eso tiene, dinero” “Que estúpido que fue” “No es nada inteligente” “¿Cómo no se dio cuenta que estaba siendo utilizado?”

Recogí mis cosas y corrí a encerrarme al baño, mis lágrimas corrían sin descanso, ya me había hartado de ser tan frágil y llorar por todo.

Me escapé del instituto y me fui directamente a mi casa, ahí por lo menos tenia a Naila que siempre estaba en las buenas y en las malas, en mi caso, siempre estaba en las malas.

Cuando crucé la puerta, escuché a mis padres discutir, se les había hecho una costumbre discutir por cualquier cosa.

Cerré la puerta y ante el ruido ambos volvieron a verme.

-¿Qué haces aquí? –me preguntó mi padre enfadado.

-Quiero que me cambies de instituto. –mencioné evadiendo su pregunta.

-¿Qué estás diciendo? –su ceño se fruncía cada vez más.

-Tú quieres que sea exitoso y un excelente ejemplo en la empresa, soy la burla del instituto por ser rico, ¿Quieres que tu hijo sea conocido por ser el hazme reír? –sabía que con esas palabras no se iba a negar.

A mi padre no le importaba nada, solamente mantener su reputación limpia. Me miró con duda pero finalmente aceptó. Así de fácil, cuando su imagen podría quedar en ridículo o quizá bajara su reputación, no le importaba lo que iba a hacer con tal de mantenerla “limpia”.

Subí a mi habitación y cerré la puerta de un solo golpe.

Me tiré a la cama y me quedé pensando, justo cuando creía que mi vida iba mejorando, volvió a ser la misma basura de siempre.

Naila llego a mi habitación, se veía preocupada, era lo único bueno que tenía en mi vida, la única que se preocupaba por mí y la única que me demostraba amor o me quería.

-Noona ¿Qué pasa? –me miro con un deje de angustia y preocupación, no la había visto así.

-Mmmm no sé, últimamente tus padres discuten más de lo habitual, no son discusiones normales, siento que se saldrá de control.

-Nada pasará, siempre son así… discuten hasta por ver quien ocupa más oxigeno de los dos.

-Esperemos que no pase a más, ¿Y tú que haces tan temprano por acá?

-Howon… todo el instituto lo sabe y bueno… ya te imaginarás el resto…

-¿Qué harás?

-Empezar desde cero…

Notas finales:

espero que les haya gustado :) actualizaré el domingo si Dios lo permite n.n

espero sus reviews :) nos vemos


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