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Thanks and happy birthday por BombayLove

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Hacía prácticamente un año que no se sentía la tensión que los siete tenían en ese momento. No faltaba demasiado para la salida del nuevo álbum y, en consecuencia, del inicio de la nueva gira.

Ryo le estaba dando demasiada atención a su teléfono celular. Si bien respondía a todas y cada una de las inquietudes de sus compañeros y del personal que los rodeaba, que le restara importancia a los preparativos, le molestaba sobremanera. Alcanzó a verlo abordar el ascensor, por lo que apuró el paso.

– ¡Ryo-chan! Espera, Ryo-chan.

La voz de Tadayoshi quitó su vista de la pantalla de su teléfono. Con un rápido movimiento, detuvo las puertas del ascensor, para abrirlas con otro botón y darle el paso a su compañero de banda.

– Casi no llegas – Le dijo, una vez el ascensor empezó a descender hacia la planta baja, mientras apoyaba su cuerpo contra una de las paredes y sus manos tipeaban algo sobre la pantalla táctil.

– ¿Con quién te estás mandando tantos mensajes?

– ¿Mh? ¿Por qué lo preguntas?

– Curiosidad – Le respondió el menor, acomodando una de las tiras de su bolso sobre el hombro –. Has estado todo el día enviando mensajes…

– Te pareces a mi novia… Si es que tuviera una…

– ¿Y bien? – Re preguntó Tadayoshi, después de una interminable pausa.

– Uchi. Hoy es su cumpleaños.

– Ah – No pudo decirle otra cosa simplemente porque no podía agregar nada. Si bien compartió un tiempo considerable de su vida con él, nunca habían llegado a ser mejores amigos, algo que sí había alcanzado a lograr con Ryo. Abrió la boca, pero fue al mismo tiempo que las puertas del ascensor se abrieron, por lo que prefirió tragarse sus palabras.

– Vaya, no pensé que llegarías tan rápido.

Ahhh. El maldito irradiaba esa aura que unos pocos tienen, y que él particularmente repelía. Frunció el ceño, mirándolo de arriba abajo como si se tratara de un rival.

– ¿Ah? ¿Ohkura-kun? – Lo llamó. Volvió a mirarlo, esta vez, de abajo hacia arriba, enseñándole una de sus mejores sonrisas cuando se encontró con su mirada –. Pero qué cambiado que estás. Te ves muy diferente a lo que veo en las revistas.

– Supongo que eso quiera decir que me veo bien.

– Por supuesto que sí.

– Ohkura, no seas malo con él. Tenle un poco de consideración al menos el día de hoy que es su cumpleaños – Lo regaño You, entre risas.  

Frunció sus labios. Sintió, no que estaba ocupando su lugar de octavo integrante en la banda, sino aquel dado al inexistente noveno integrante.

– Disculpen, pero debo irme – Dijo Tadayoshi.

– ¿Te dijo Ryo que no voy a poder ir con ustedes? – Se disculpó Shota con el cumpleañero.

– Todos los años me hacen lo mismo – Se quejó Hiroki –. ¿Acaso tengo que pedirle a Kitagawa-san que me permita un día con mis viejos amigos?

– Si tú eres viejo, ¡¿qué nos queda a nosotros?! – Exclamó Subaru, riendo a carcajadas segundos más tarde.

– En fin, como todos los años, creo que quedaremos solo nosotros dos, ¿no? – Preguntó Ryo, pasando su brazo por detrás del cuello de Hiroki.

– ¿No quieres acompañarnos, Ohkura-kun? – Le preguntó el cumpleañero, mirándolo apenas de reojo, ya que Tadayoshi estaba de pie detrás suyo –. Será un poco solitario si solo estamos nosotros dos.

Sentía que las miradas de sus compañeros de banda lo penetraban como finas y puntiagudas agujas. Tragó saliva en seco y luego de lo que le pareció una eternidad, respondió.

– De acuerdo. Los acompaño.

 

El lugar elegido fue un karaoke. Sabían que tarde o temprano iban a terminar cantando canciones propias, canciones con voces que nunca pudieron ser grabadas de ese modo.

– Oigan, esperen, yo quiero cantar esa – Pidió Ryo, levantándose de uno de los sillones y dirigiéndose a la puerta.

– Y si vas a cantar, ¿adónde vas? – Le preguntó Hiroki, entre risas.

– A buscar más bebida, toooonto. No quiero llegar a tu edad, a ver si se me pega la estupidez – Dijo, mientras abría la puerta de la sala.

– ¡Ya los pasaste, Ryo! – Exclamó Hiroki, luego de que cerrara la puerta a su paso. Al darse cuenta que estaba por cantar solo, optó por dejar el micrófono en su lugar y acercarse a Tadayoshi, lanzándose a su lado, sobre el sillón –. ¿Estás cansado? Ryo me dijo que estaban ultimando detalles del nuevo álbum. Se lo dije al resto de los chicos, pero no a ti: Felicitaciones por el nuevo álbum.

– Gracias – Musitó Tadayoshi, agarrando su vaso para beber un poco.

– ¿Hay algo que quieras decirme?

– Nada en particular.

– Me doy cuenta que por algún motivo no te caigo bien. No era obligación que vinieras con nosotros, pero, al mismo tiempo, necesitaba que vinieras.

– ¿Para qué?

– Para que acompañes a Ryo el resto de la noche.

– ¿Eh? – Tadayoshi lo miró a los ojos, quizás por primera vez desde que había llegado a ese lugar. Sus palabras lo tomaron por sorpresa, es más, ni se las esperaba.

– Ryo está preocupado por ti – Le dijo, mientras sacaba su teléfono celular y revisaba su bandeja de mensajes –. Dijo que te  ve más flaco y que, aunque digas que estás comiendo sano, no lo estás haciendo. Cree que debe ser el estrés por la salida del nuevo álbum o por la gira. O simplemente porque te gusta hacer que él se preocupe por ti.

– Espera, espera, espera… Ryo estuvo… todo el día de hoy… ¿enviándote mensajes de texto por mí? – Hiroki asintió con la cabeza inocentemente –. ¿No fue porque hoy es tu cumpleaños?

– Claro que no. Sí me deseó un feliz cumpleaños en el primer mensaje que me mandó, pero después, me estuvo comentando cosas de ti.

– Ryo…, ¿hizo eso?

– Sí – Respondió Hiroki, sonriendo.

– ¿Se preocupa por mí…?

– Más de lo que te imaginas – Al cumpleañero le pareció tierna la expresión de duda e incertidumbre que decoraba el rostro de Tadayoshi en ese momento –. Bueno, me voy – Reiteró, levantándose y guardando su teléfono celular en el bolsillo de su pantalón –. Si Ryo pregunta, dile que me sentía mal y me fui en auto, ¿de acuerdo? Suerte.

El sonido de las salas que rodeaban la suya no llegaba a sus oídos porque sus pensamientos corrían de un lado a otro de su mente en forma tan veloz y sin descanso, que no le permitían oír sonidos ajenos.

– ¿Y Uchi? – La voz de Ryo lo quitó de su ensimismamiento, en parte –. ¿Ohkura?

– ¿Hablaste de mí con Uchi-kun? – La mirada del morocho se abrió de par en par, junto con su boca, curvada hacia arriba, formando una sonrisa.

– ¿Qué?

– Nada, olvídalo – Como si hubiera reparado tarde en las palabras que había dicho, desvió su vista.

– Anda, repítelo – Le pidió Ryo, sentándose a su lado, en el estrecho hueco que lo separaba del apoyabrazos del sillón, cuando podía sentarse con más comodidad en el sillón de al lado.

– Que no, ya basta.

– Vamos, Tatsu – Le dijo, con voz infantil.

– Basta, Ryo-chan.

Cuando quiso darse cuenta, Ryo estaba encima suyo, ambos acostados sobre el sillón, sin ningún sonido a su alrededor más que su respiración.

– Me voy a cobrar lo del Eight x eighter ahora mismo…

– No es mi cumpleaños…

– Es mi auto regalo para el mío.

Era suave.

Posesiva y adictivamente suave.

Igual a él. Sus besos eran igual a él.

Cerró sus ojos lentamente, no quería que al abrirlos todo terminara siendo un mal sueño, pero de ser así, el recuerdo iba a permanecer latente un buen tiempo.

Volvió a sentir el contacto con sus labios cuando se separó de él y depositó un sonoro beso sobre sus labios.

– Ry…

– ¿Y? ¿Te gustó? – Musitó Ryo, entrecerrando los ojos –. Debo decir que me moderé – Agregó, acurrucándose contra su pecho –. Si iba directo a un beso francés la primera vez, ibas a terminar huyendo – Bostezó, abrazando luego su cintura –. Tenemos paga toda la noche, así que, podríamos aprovechar y quedarnos a dormir…, ¿no?

Su mente volvió en sí al oír la acompasada respiración de Ryo. Al moverse apenas para mirar su rostro, se dio cuenta de que se había dormido. Quitó lentamente su teléfono celular del bolsillo del pantalón y buscó un número al cual le envió un rápido mensaje de texto: “Gracias y feliz cumpleaños. De parte de Ohkura Tadayoshi.

Notas finales:

Gracias por leer ^3^ *chu*


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