Era una bella mañana de Agosto y ahí estaba la más exclusiva escuela de música en todo Japón: La academia NG. Estratégicamente ubicada en las afueras de Tokio, su terreno era tan grande que incluso tenía su propia pequeña ciudad, sólo los jóvenes más ricos y talentosos del mundo tenían derecho a estudiar en aquella escuela.
Era el principio del curso y los estudiantes comenzaban a llegar en sus costosos coches.
- Ya estoy aquí- dijo resignado un rubio de ojos dorados.- Más les vale que hayan hecho caso a la solicitud de mi padre.
- No se preocupe joven Eiri, las peticiones del señor son ordenes aquí- dijo sin emoción su chofer.
Y justo en ese momento un joven pelirosa iba cruzando la calle y poco falto para ser arroyado por el lujoso mercedes negro.
- ¿Qué te pasa idiota?!!- Grito enojado el pelirosa
El chofer bajo la ventanilla y le miro con desprecio.
- El que debería preguntar eso soy yo, a un lado mocoso- Dijo irritado el chofer.
- ¿Que acaso estás loco? ¡Es un maldito cruce escolar! ¿Qué estas ciego?- Le recrimino el pelirrosa acercándose a la ventanilla- Discúlpate- corto.
- No me voy a disculpar, eso te pasa por no fijarte, ahora quítate- le dijo comenzando a cerrar la ventanilla.
Pero el pelirosa fue más rápido y le abrió la puerta al coche.
- De aquí no te vas hasta que te disculpes- dijo el pelirosa molesto.
- ¿Pero qué demo…?- Soltó el chofer, pero antes de que pudiera hacer cualquier cosa la ventanilla de atrás se abrió.
- Deja ya de molestar niño- dijo el rubio.- Odio perder el tiempo.
El pelirosa voltio rápidamente hacia la dirección del rubio, se quedó pasmado unos segundos, en los cuales sintió que le temblaba el mundo al ver aquel bello joven de ojos fríos y dorados como el oro.
- ¿Qué tienes retraso mental o qué? Muévete idiota- Dijo el rubio, quien miraba al pelirosa como si fuese un insecto.
En ese momento el pelirosa reacciono y lo miro desafiante.
- No hasta que se disculpe- casi grito el pelirosa
- Arranca Jones, si lo atropellas es su problema- y sin más subió la ventanilla.
El chofer aprovecho que el pelirosa se distrajo y cerró la puerta rápidamente y arranco.
El pelirosa solo atino a echarse para atrás, pero piso mal y termino cayendo de espaldas contra la banqueta.
- Shuichi!!!- Grito un pelirrojo llegando a su lado- ¿estás bien amigo?- le pregunto mientras lo ayudaba a levantarse.
-S-sí, eso creo- respondió un poco aturdido el pelirosa.- Gracias Hiro-sempai
- No es nada, pero dime ¿Qué sucedió?- pregunto Hiro preocupado
Shuichi se terminó de poner de pie y al recordar lo sucedido se puso rojo del coraje.
-¿Shu-Shuichi? Tienes fuego en los ojos- comento algo nervioso el pelirojo
- Me las pagara ese…- Gruño enojado Shuichi
- Bueno bueno ya, después te vengaras- Dijo Hiro dándole unas palmadas a su amigo en la espalda- si estás bien es mejor que nos apresuremos o llegaremos tarde
A Shuichi se le iluminaron los ojos, su estado de ánimo mejoro tan rápido que no pareciera que se hubiera estado enojado nunca, tomo a Hiro por el brazo y prácticamente lo arrastro hacia le escuela. L aventura de sus vidas estaba por comenzar.
Llegaron rápidamente a la recepción de la escuela, donde le indicaron a cada uno sus nuevas habitaciones y les dieron sus horarios, también les recordaron que tenían sólo una hora para bajar a la ceremonia de bienvenida.
Shuichi se despidió de Hiro, pues al ser un año menor le tocaba en otro edificio. Se dirigió hacia su habitación, saludando a uno que otro conocido en el camino.
- SHUICHI NA NO DA!!!!!!!!!!!- saludo un enérgico muchacho de ojos azules mientras abrazaba por atrás a Shuichi.
- Ryuichi!!!-dijo sorprendido el pelirosa- ¿Cómo estás?- saludo sonriente mientras se quitaba a Ryuichi de encima.
-Muy feliz ya que llegaste!!!- Contesto el castaño*.- ¿En qué habitación estas? Kuma-chan y yo estamos en la 202 na no da!!!
- Yo estoy en la 409- dijo sonriente Shuichi al ver a Ryuichi abrazando al conejo rosa.
- Eso no es justo, Ryuichi quería estar cerca de Shu-chan- y lo abrazo con fuerza
- Ya nos veremos en las clases, no te preocupes n_nU
Shuichi platico un rato con su amigo y después de despedirse se dirigió a su habitación.
- Veamos… 404… 405… 406… 407… 408… AJA 409- dijo aliviado Shuichi y poniendo su código la puerta se abrió automáticamente- WOW
La habitación era enorme, tenía cuatro áreas separadas por paredes de vidrio, la primera a su derecha era la cocina, la cual era de buen tamaño y estaba muy bien equipada, Shuichi se acercó al refrigerador y al abrirlo comprobó que estaba lleno de deliciosa comida, la cual en gran parte eran cosas que le gustaban, aunque una que otra lucia muy mal, era verde y fresca: Vegetales. En el Congelador había helado de fresa, pizzas instantáneas y una que otra paleta de hielo.
Cuando abrió la alacena el alma le salieron lágrimas de la felicidad que sintió ¡¡¡Había al menos 10 docenas de Pockys de fresa!!!! La vida no podía ser mejor. Aunque también había muchos otros dulces y algo que le resulto tan horrible que se le enchino la piel: Avena.
Tomo unos cuantos Pockys y se fue a explorar. La habitación de la izquierda era la única cuyos vidrios eran blancos y al entrar vio que se trataba del baño. Contenía dos lavabos con un enorme espejo, dos escusados con paredes de piedra a los lados, un yacusi y dos regaderas con paredes de cristal blanco. Estaba bien surtido con productos de primera calidad.
Salio de ahí y se dirigió a las últimas dos habitaciones. Al fondo la habitación de la derecha tenia vidrio con polarizado marrón dorado y en la puerta se podía leer el nombre: Yuki Eiri. Mi compañero de cuarto supongo, será mejor saludarlo pensó Shuichi pero cuando toco la puerta nadie respondió y al intentar abrirla noto que estaba cerrada, insistió un rato.
- Que raro- dijo Shuichi- pero que se le va a hacer.
Finalmente Shichi se dirigió a la habitación izquierda, cuyos vidrios estaban polarizados de color morado eléctrico y en la puerta se leía: Shindou Shuichi.
- Heme aquí- dijo sonriente y abrió la puerta.
Su habitación era todo lo que había soñado y más. Tenía una cama King size con una sobrecama de colores chillantes, lámparas de lava gigantes sosteniendo el respaldo. Había un gran piano negro al frente de una enorme ventana que daba hacia la ciudad con una bellísima vista. En el gran estante frente a la cama había un estero de última tecnología y en la pared sobre el colgaba una gran pantalla.
Había un gran escritorio lleno de útiles escolares, una nueva computadora, una Tablet, un iphon, una laptop y una copia del reglamento escolar.
El closet era una habitación blanca en la que ya habían acomodado toda su ropa por colores, tallas y ocasiones. Sin embargo Shuichi sabía que la mayor parte del tiempo usaría el uniforme escolar y eso lo deprimía un poco.
Salió del closet y brinco a la cama, era tan como da que no le molestaría echarse un siestecita…. Pero no, no podía, tenía que ir a la ceremonia de bienvenida. Se levantó de un brinco, se puso rápidamente el uniforme escolar y salió de su cuarto.
Justo cuando estaba por abrir la puerta de la entrada esta se abrió y le dio un buen golpe en la nariz.
-AUUUUU- se quejó Shuichi
- ¿Pero qué…?- exclamo sorprendido el que abrió- Se puede saber qué haces aquí mocoso
Shuichi reconoció rápidamente esa voz y levanto la vista de golpe.
- ¿Tu qué haces aquí?- pregunto Shuichi sobando su nariz.
- Es mi habitación mocoso, ahora sal de aquí antes de que llame a seguridad- dijo frio pero amenazante.
- ¿Tu eres Yuki Eiri?- pregunto sorprendido Shuichi- Soy Shindou Shuichi, t-tu nuevo compañero
Esta vez el sorprendido era Yuki.
- ¿Por qué sabes mi nombre? Y ¿Qué es eso de compañero de habita…?- Yuki dijo de hablar y fijo su vista en los cuartos de atrás- Son dos… Ahora si los mato- dijo molesto y salió dando un portazo.
El ojivioleta se quedó parado en el lugar.
- Que tipo más grosero y antipático- se quejó Shuichi- ni pregunto si estaba bien.
Una vez que confirmo que no se había roto la nariz, salió rumbo al lugar donde se llevaría a cabo la bienvenida.