- Oi, Nami, ¡despierta!
La voz del tirador sacó a Nami se su letargo – Usopp... ¿qué quieres... ? Me estaba... - bostezó – ….echando una siesta... - empezó a desperezarse.
- Ya me he dado cuenta, ya – respondió con ironía, en respuesta a lo cual, Nami le sacó la lengua – pero necesito que veas algo – hay unas nubes negras a lo lejos, han aparecido casi de repente, creo que se acerca una tormenta.
- Eso no es posible, yo misma revisé el cielo antes de echarme a dormir.
- Tú dirás lo que quieras, pero yo que tú le echaba una ojeada al cielo ahora.
Nami, mosqueada, salió a cubierta, seguida de cerca por Usopp.
- ¡La tormenta está muy cerca!¡Si hace un momento estaba a varias millas!¡¿Cómo es posible?! - gritó Usopp.
- No... no lo sé... - Nami estaba algo asustada, normalmente era capaz de prever cualquier fenómeno atmosférico, pero éste le había superado, no podía ser una tormenta normal – ¡avisa a todos!¡Hay que preparar el barco! - Usopp asintió y corrió hacia el interior del barco para avisar a todos aquellos que se encontraran en sus habitaciones.
- ¡Se avecina una tormenta! - gritó Nami para los que se hallaran en la cocina o la torre - ¡Corred!¡No es una tormenta normal!
Los Mugiwara se colocaron en sus puestos requeridos, siguiendo las órdenes de la navegante.
- ¡Sanji-kun , Zoro, recoged las velas!
- ¡Voy volando, Nami-swaaaannn! - respondió Sanji lanzándole un beso con la palma de la mano mientras subía por la red hacia el palo mayor.
- ¡Tómatelo en serio imbécil, y sube de una vez! - Zoro le seguía a escasa distancia.
- ¡Marimo, no me toques los cojones, que te meto el pie en la boca!
- ¡Inténtalo y te tiro al agua, cejas de sushi!
- ¡Ya vale!¡Haced lo que os he dicho, idiotas! - gritó Nami hecha una furia desde el suelo - ¡Nos va a coger la tormenta de lleno!¡Tenemos que prepararnos!
Pero ya era tarde, la tormenta estaba justo encima de ellos, y había traído consigo un fuerte huracán.
La navegante se dio cuenta de que era demasiado tarde, tenían que intentar meterse en el barco y rezar, pues no podían usar el Coup de Burst, porque estaba sin recargar.
- ¡¡¡¡¡Todos, meteos dentro del barco!!!!! - la voz realmente alarmada de Nami, hizo que todos se dieran cuenta del peligro que se les venía encima. Una ola enorme se acercaba a gran velocidad hacia ellos, y el mar estaba muy revuelto. La lluvía impedía la visión, y la navegante era incapaz de divisar el paradero de todos sus nakamas.
- ¡Chicos, agarraos, viene un tsunami! - gritó Usopp en el pasillo. Chopper abrazó a Luffy, y éste le sonrió y le dijo que se tranquilizara. Brook decidió tocar alguna melodía con su violín. Él quería ser como los de la orquesta del Titanic, tocar mientras se hunde. Todo un profesional.
Franky corrió hacia la habitación de Robin, entró y la abrazó, apoyándose en la pared - ¡Nami, Sanji y Zoro están fuera aún! - corrió hacia cubierta.
- ¡Sanji!¡Zoro!¡Bajad, no hay tiempo, rápido! - las lágrimas que corrían por sus mejillas de pura impotencia se confundían con la lluvia. No podía ver ni dónde estaban esos dos.
Usopp llegó a donde estaba Nami, la agarró del brazo y tiró de ella hacia adentro. Sanji y Zoro no aparecían. Usopp, les dio unos segundos para dar señales de vida y entrar a ponerse a salvo, pero la ola estaba a punto de impactar contra el barco.
Con lágrimas en los ojos, cerró la puerta y corrió arrastrando a Nami hacia el interior lo máximo que pudo.
La pelirroja gritaba sus nombres desesperada. La ola chocó contra ellos, y estuvo a punto de volcar el barco, pero el Sunny aguantó.
Al cabo de unos minutos, la tempestad pasó. Y todos salieron de sus habitaciones.
- ¿Estáis todos bien? - dijo Chopper.
- Sanji y... Zoro... no han entrado... - dijo Usopp con dificultad. Todos comenzaron a gritar y a lloriquear. Pero Luffy, intentando dejar a un lado sus emociones, les habló como un capitán.
- Vamos a salir afuera, vamos a mirar por todas partes, rastrearemos la zona con el minimerry y lo que haga falta. Les vamos a encontrar. Son fuertes, son valientes, y carecen de akuma no mi, así que pueden nadar... es imposible que hayan muerto – se le quebró la voz, al terminar la frase - ¡Venga!¡Todos a buscarles!¡Ahora! - se pusieron en movimiento. Nami corrió hacia cubierta, seguida de Usopp. Franky fue hacia el minimerry con Robin y Chopper; necesitarían un médico.
La navegante, seguida del tirador, salió a cubierta casi tropezando, y buscó con la mirada algún marimo, o una cabellera rubia, pero no hubo suerte – Si hubiera predicho esa tormenta... si no me hubiera echado la siesta... si no les hubiera dicho que recogieran las velas... ¡no había tiempo, debí darme cuenta y ponerles a salvo! - comenzó a sollozar.
- No seas dura contigo misma, Nami... - Usopp la puso la mano en el hombro – todo saldrá bien, ya verás como están bien... ¡a lo mejor están volviendo al barco nadando! - intentaba animarla, pero se dio cuenta de que no era fácil, y con razón.
Franky, Chopper y Robin comenzaron la búsqueda.
- Franky, ¿ves algo? - Robin miraba por las aguas, pero no conseguía ver nada. Aún habiendo pasado la tormenta, el mar seguía algo agitado, las aguas estaban revueltas y no conseguía ver nada bajo ellas.
- No, preciosa... el mar está muy oscuro, es imposible... no creo que se viese nada ni con el Shark Submerge...
- Chicos... vamos... - Chopper miraba el agua esperando que en cualquier momento Sanji asomara la cabeza y Zoro apareciera perdido 4 metros más allá, pero no ocurrió.
Tras varias horas buscando, apenados, decidieron volver al barco.
Chopper se acercó corriendo y llorando a Luffy, y le abrazó la pierna - ¿crees que estarán bien?
- Por supuesto que sí, Chopper. Además, no vamos a movernos de aquí. ¡Franky, evita que el barco se mueva de aquí!
- Capitán-san, algunas cajas con comida y sake se han caído durante la tormenta...
- Racionaremos las provisiones – contestó Nami, ya serenada.
- Yo me encargaré de la cocina hasta que encontremos a Sanji – dijo Usopp poniéndose manos a la obra.
- En cuanto al resto, no perdáis de vista el agua, ni el horizonte. En cuanto veáis algo que se les parezca, no dudéis, id a buscarlo como sea – Luffy estaba muy serio, tal y como exigía esa dramática situación. Se estaba comportando como un capitán. - Esta tarde reanudaremos las tareas de búsqueda. Nami y yo saldremos a realizar una partida de búsqueda por los alrededores. Y nos iremos turnando, siempre por parejas, y nunca dos usuarios de akuma no mi juntos, no queremos correr más riesgos.
Luffy volvió a adentrarse en el pasillo, mirando como la luz y la calma tras la tormenta dibujaban un sendero en la madera del suelo - Vamos a encontraros, chicos... os lo juro.