Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

" M y P l a c e " por zafiroeindigo

[Reviews - 223]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nota aclaratoria:

“Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película "La Otra Tierra", ya que ESTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental y visual; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA.”

 

Uno, Intento dar una trama sostenible.

Dos, Intento mostrar a los personajes con conflictos reales. 

Tres, solo escribo con tal de entretenerme y entretenerles.

:)

ahora a proseguir...

 



Notas del capitulo:

  

Nota Aclaratoria:

“Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película "La Otra Tierra", ya que ESTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental y visual; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA.”

Dada estas explicaciones, podemos proseguir…

 

 

-  M y   P l a c e -

 

M i s t a k e

(Capítulo I)

 

Era una noche bastante oscura y silenciosa. Las calles parecían solitarias, y las luces del pudiente barrio se encontraban apagadas. Todas, salvo las de una gran casa neoclásica. Aquella casa rompía con toda la armonía del lugar. En ella el ruido de la música y los gritos juveniles rodeaban el espacio. Una gran fiesta se estaba dando en el lugar, celebrando el termino de lo que para unos es una tortura y para otros un lugar repleto de nostalgia; la escuela.

Dentro de la casa, los jóvenes bailaban al compás de la música, mientras sostenían sus vasos rebosantes de bebida alcohólica. En una esquina un joven y atractivo muchacho de ojos azules, alejaba de si a una chica de ojos blanquecinos, luego de besarla desenfrenadamente, intentando pedirle algo de espacio. Se acercó al equipo de música, y descendió su volumen. Las quejas no tardaron en escucharse. Naruto Uzumaki sonrió, intentando con sus manos apaciguar el ambiente, levantó su vaso de cerveza, mientras carraspeaba para hablar fuerte y claro:

-¡Cálmense-ttebayo!, luego que diga esto, ahí emborráchense todo lo que quieran, ¿ne?- Comentó irónico, sacando un par de risa de los presentes. – Solo quiero decir que a pesar de que ya no veré esas horribles caras mañaneras, llenas de sueño…- nuevamente se escucharon un par de risas, Naruto sonrió, tomó un poco de cerveza y continuó. La muchacha ojiblanca reía bajito; - los voy a extrañar porque ya nuestros caminos se dividen y no sabemos que nos deparará el futuro. A pesar de eso; no se olviden de quien tienen a su lado en este momento; de todas formas, todos tienen facebook así que no hay escusas para no vernos, ¡¡no  se van a escapar de mí, así que sigamos con la fiesta-ttebayo!!-; Naruto gritó mientras todos, incluido él, levantaban sus tragos dando un gran sorbo.

Luego de aquello, todos aplaudieron, algunos levantaban el pulgar dando su aprobación a las palabras dichas por él. Naruto volvió a subir el volumen de la radio. Mientras la ojiblanca tímidamente se acercaba al rubio.

- Eso fue excelente, Naruto-kun-, la ojiblanca sonrojada miraba de reojo al chico. Naruto colocó su mano tras su nuca, algo incomodo.

- No es para tanto, Hinata.- dijo sincero, mientras se alejaba del lugar, junto a Hinata, para tomar un poco de aire. Al salir, Naruto respiró profundamente. Intentando destenzarse, bebiendo lo último de su vaso. Naruto observaba la única luz apreciable en esa densa oscuridad; una hermosa luna brillante y extrañamente muy cercana. El rubio estaba absorto en sus pensamientos, hasta que la chica le jaló abruptamente de ellos.   

- Naruto-kun, ¿has pensado que vas a hacer? ¿Qué te gustaría estudiar?- preguntó tímida pero con un deje de esperanza en su voz.

 

Naruto solo sonrió algo poco convencido, de todas formas expuso su punto de vista, mientras movía su mano observando el poco contenido de alcohol que albergaba su vaso.

 

-La verdad, ni idea jeje.- respondió sincero. Hinata lo observó algo confundida. Naruto sonrió nervioso, pero continuó; - Creo que somos muy jóvenes; algunos de aquí, como yo, aún no hemos ni siquiera cumplido los dieciocho. Es difícil pensar y decidir en que es lo que vas a hacer de aquí en adelante, mal que mal es lo que harás para toda tu vida… - Naruto calló unos segundos, Hinata bajo la mirada algo pensativa; - ¡Pero estoy seguro que lo que escoja, sea lo que sea, seré el mejor-ttebayo!- Naruto hiso el gesto de la victoria hacia Hinata. Esta solo se rió.

- Lo se Naruto-kun; siempre cumples tus promesas; supongo que esta es una de esas, ¿ne?- Hinata se acercó tímidamente hacia él y le abrazó; ambos se observaron a los ojos.

- Tenlo por seguro.- respondió un sonriente Naruto; mientras se fundieron en un beso. De pronto escucharon unos silbidos desde dentro de la casa. Un chico se asomó por la ventana.

 

-¡Naruto! Otro día te cojes a tu novia- decía un chico con rasgos bastante orientales y con unas marcas rojas; Kiba.- ¡Entren ahora!, ¡Va a empezar el karaoke, y Shikamaru comienza la ronda!-.

- jaja Eso no me lo pierdo- dijo Naruto mientras agarraba la mano de Hinata y entraban a la casa.

 

Pasadas las horas, se apreciaba el tsunami que dejaba el alcohol en el cuerpo de los jóvenes. Naruto tomaba un vodka solo, se sentía algo mareado. Solo reía mientras observaba como uno de sus amigos de infancia cantaba y se tropezaba con todo lo que se veía a su paso. Un chico moreno se le acercó, tenía una apretada cola de caballo algo desordenada. Se le veía un poco cansado, pero muy relajado.

 

-Ah... Mendoukse, a Kiba solo le gusta llamar la atención. Mis tímpanos van a reventar. ¿Por qué no vas a cantar tú mejor?, Naruto; - como respuesta el rubio solo rio, negando con la mano.

- Ie Shikamaru, es bueno ver a otro cantando que no sea yo. Todos los años lo hago-.

- Pero es mucho más agradable que escuchar a ese imbécil-. Dijo un cansado Shikamaru. Naruto sonrió, él había cantado en la escuela durante algunos años. Muchos se burlaron de él en un principio, pero luego de una presentación exitosa, notaron la gran pasión y voz que tenía el rubio. Era algo que le gustaba y relajaba, pero no lo tomaba como algo profesional; solo un hobby que le hacía relajarse en días complejos. Sus pensamientos frenaron al sentir un olor en particular. Observó detenidamente a Shikamaru, y apreció en su mano que llevaba un cigarro de cannabis, recién estrenado. Naruto sonrió mientras estiraba su mano hacia él. Shikamaru chasqueo con la lengua, pero le acercó el cigarro.

- No seas exagerado, déjame este. Tú tienes unas buenas hierbas aquí en tu casa. Además tienes la suerte que tus padres no te dicen nada. - Dijo Naruto mientras inspiraba un poco de hierba, apoyando su cabeza en la pared, sentía el sutil humo traspasando sus pulmones. – Si mis padres supieran; me dan el sermón de mi vida-. Comenzó a reír. Naruto le ofreció a Hinata; pero esta se negó rotundamente. – ¡Hay, Hinata eres muy santa-ttebayo!-  se rieron al mismo tiempo Shikamaru y Naruto. Hinata al apreciar que el efecto de la marihuana que estaba comenzando en ellos, decidió alejarse un poco, mientras aplaudía al momento en que Kiba terminaba de cantar y se recostaba en el sofá acurrucado, no pudo evitar sonreír al ver como el hombre al lado de Kiba intentaba alejarse para tener un poco de espacio. Hinata le observó durante largo tiempo, finalmente él también la observó. Pero él sonrojado levemente desvió su cara; en ese momento Hinata se preguntó que le estaría pasando a su querido primo Neji. Curiosa se acercó a él.

 

Las horas continuaban pasando, ya eran las cinco y algo de la mañana. Y el dueño de casa, Shikamaru, empezó a dar por finalizada la fiesta y a despedir a los invitados. Naruto se despidió de Hinata con un beso, al finalizarlo, pudo apreciar a lo lejos al primo de Hinata desviando la mirada con un leve gesto de enfado en su rostro, mientras abría la puerta del auto e ingresaba en él. Naruto observó la situación curioso, no comprendiendo la mirada que le había dirigido. Hinata caminaba rápidamente hacia el auto, al apreciar que Neji entró. Hinata abrió la puerta del auto, volteó levemente hacia Naruto y se despidió con un gesto de mano. Naruto devolvió el gesto, mientras él ingresaba en su camioneta.

 

Naruto se acomodó, intentó concentrarse, aún cuando sentía un leve mareo a causa del alcohol y el efecto de cannabis. Observó por el espejo retrovisor que el auto de Hinata se marchaba hacia el lado contrario de donde él se dirigía, al igual que otros, mientras algunos se dirigían hacia el mismo lado que él, pero zigzagueaban con sus costosos autos el camino a causa de las sustancias. Naruto rió levemente. Abrochó su cinturón de seguridad, aunque le costó un poco, abrió la ventana de la camioneta para sentir algo de aire, colocó la llave y arrancó. Intentaba mantener sus ojos centrados; el sueño comenzaba a cobrar factura. Pero se sentía relajado al sentir la brisa del viento golpearle la cara, no podía evitar cerrar por leves momentos sus ojos zafiros.

 

En otro lugar, un auto antiguo pero bien remodelado frenaba al toparse con un semáforo en rojo. El hombre joven, de cabello negro azulado, tés blanca y ojos iguales a los de aquella noche obscura, observaba el semáforo esperando a que cambiara de color. De pronto sintió movimientos en la parte trasera del automóvil. Sus ojos observaron por el espejo retrovisor. Una niña pequeña de no más de cuatro años, despertaba somnolienta. El hombre le sonrió levemente, mientras observaba de reojo el asiento copiloto. Su mujer embarazada de aproximadamente unos seis meses, comenzaba también a abrir sus ojos esmeraldas, mientras se quitaba con sus manos su pelo rosado de su rostro.

 

-Ya vamos a llegar, Rin. Intenta dormir un poco más- el hombre le habló a la pequeña.

- Oto-san, salimos muy temprano de allá ayer y ¿aún no llegamos?-. El hombre sonrió. La madre de la niña, volteó a verla.

- Calma, Rin. Estamos entrando a Konoha.- Se volteó a ver a su marido,- es una pena volver a casa, fueron unas vacaciones espectaculares, ¿ne?,- El hombre joven asintió, mientras la niña vitoreaba y hablaba:

- Espero volver pronto allí. Ne… Oto-san, Oka-chan; ¿por qué no nos vamos a vivir allí?-. La mujer ante la proposición de su hija, solo rió.

- No podemos vivir en el paraíso para siempre, hay responsabilidades y tú debes volver al colegio.- La niña decepcionada calló. Ambos adultos se observaron cómplices; El hombre habló condescendiente.

- Pero podría llegar a ser algún día-. La mujer sonrió y besó a su esposo, mientras la niña volvió a vitorear. El hombre acercó y posó la mano en el estomago de su mujer, sintió una leve patada de su hijo menor. El hombre miró el semáforo, que ahora estaba en verde, apretó el acelerador, mientras quitaba su mano del estomago de su mujer.

 

…Quién iba a pensar. Que sería la última vez, el último segundo en que sentiría aquella calidez que le brindaba su familia.

 

Todo pasó a una velocidad vertiginosa. Sin capacidad de reacción, sin poder intentar detener nada. En ese instante el tan temido destino hiso acto de presencia. El auto avanzando lentamente el cruce, y por la otra calle; una camioneta a gran velocidad. El hombre solo pudo ver un par de enceguece doras luces acercándose a una velocidad descomunal, escuchó a su mujer gritar; no podía hacer nada solo debía esperar el golpe; cerrando sus ojos con fuerza y esperando un posible final.

 

 

Sus ojos zafiro se abrieron levemente. Solo lograba divisar algunas sombras. Comenzó a sentir un insoportable dolor de cabeza, intentó levantar una de sus manos, pero no lo logró al parecer estaba fracturada. Intentó con la otra mano, frotó levemente con su mano lo que al parecer era una herida, al mirarla notó una gran cantidad de sangre. Sin poderlo evitar se asustó; pero aún más al enfocar su visión y apreciar como la parte delantera de su camioneta estaba completamente destrozada; pero milagrosamente la parte del conductor solo tenía algunos hundimientos; se podría decir que casi estaba sano y salvo. Naruto sin comprender comenzó a observar hacia afuera, fue ahí cuando su corazón dio una sacudida dolorosa. Delante de su camioneta se encontraba un auto destrozado, no tenía que ser genio para comprender que había chocado a un auto por causa de su borrachera. En ese momento Naruto comprendió que sobrevivió gracias a la carrocería de su camioneta. Intentó abrir la puerta como pudo, hasta empujarla. Bajó lentamente, ya que la herida en su cabeza continuaba sangrando.

 

El rubio sabía que no podía huir de allí, su mente le obligaba a afrontar, tenía que observar la realidad que se le avecinaba. Jamás pensó cometer el pecado terrenal más repudiado. Sus pupilas se dilataron al ver en una de las esquinas de la calle, un pequeño cuerpo, completamente doblado y ensangrentado; no fue difícil identificar a la niña. El cuerpo de Naruto tembló de pies a cabeza, su corazón golpeaba fuertemente contra su pecho; sinceramente no podía creer la visión que el amanecer comenzaba a darle. Desconcertado se dirigió al automóvil, ya que sabía que acercarse a la niña no resolvería nada; esa niña yacía en el frío pavimento.

 

Al llegar al automóvil, no pudo evitar llevarse la mano hacia su boca; las lágrimas aparecieron inevitables; la visión de la niña lo había afectado, pero la visión de la mujer le llenó el alma de desconsuelo, rabia consigo mismo y profundo pesar, lloraba y lloraba, no podía y no sabía que más hacer, en su cabeza solo pasaba el pensamiento que había matado a una mujer en pleno embarazo; y lo peor, podía verse parte del vestido de la mujer mojado en la parte baja; evidenciando la rotura de la placenta debido al impacto; uno de los brazos de la mujer estaba completamente destrozado y parte de su rostro; ya que ella había recibido todo el impacto desde la camioneta. Naruto no pudo evitar gritar desconsolado. Había sido un irresponsable en todo significado de la palabra; había asesinado a una familia completa.  En su desesperación no logró ver que el hombre movía levemente la mano. Naruto comenzó a observar hacia los alrededores por si encontraba alguna persona que pudiera avisar a la policía. Pero sus ojos sorprendidos y sus oídos atentos detectaron un leve quejido; Naruto desvió atento su llorosa mirada hacia el hombre. Que tenía la cabeza gacha. Con una herida grave en la cabeza.

 

El rubio tembloroso, tomo con sus manos la cabeza del hombre y la recostó en el respaldo. De pronto un hombre se acercó impactado, pero antes que el hombre hablara, Naruto movía levemente sus labios, le costaba sacar la voz por el impacto psicológico, hasta que finalmente le gritó:

 

-¡Llama a una ambulancia! ¡Aún está vivo!, ¡por favor!- El hombre se detuvo y sacó rápidamente su teléfono celular. El rubio solo se acercó al hombre herido, sacó los mechones oscuros de su frente herida.

 

El hombre comenzó a abrir levemente sus ojos, pero no podía apreciar absolutamente nada, solo una voz angustiada y joven; reconoció que podría ser la voz de un adolescente, sin comprender el porqué sintió una enorme tristeza al escuchar esa voz sumamente dolida. 

 

-Es… escucha, ya… ya viene la ambulancia; ¡¡lucha, lucha por favor!!- Decía aún con lágrimas en sus ojos; desesperado no podría su mente soportar ver otra muerte más, ese hombre tenía que vivir.

 

El hombre intentó hablar pero nada salía de su boca, poco a poco comenzó a sentir un inmenso dolor en todo su cuerpo, pero su vista aún no mejoraba; comenzó a desesperarse, abrió su boca lo más que pudo y solo pudo dar un grito desgarrador.

 

De pronto se escuchó la sirena de una ambulancia. Naruto se dirigió al hombre.

 

-Tran… tranquilo, cálmese por favor, la ambulancia ya está llegando. Solo aguante un poco más; por favor-. No entendiendo el porqué nuevamente esa voz le tranquilizo, no quiso darle más vueltas en su adolorida cabeza. Lo primero era saber, qué había pasado y como estaban su esposa e hija. De pronto el sueño comenzó a invadirle, sin poder evitarlo, sus ojos se cerraban lentamente.

 

-¡¡¡No te duermas!!!, ¡¡¡despierta-teb… - No pudo seguir escuchando, aunque quisiera, su mente solo quería descansar por unos segundos, nada más que eso.

 

La ambulancia finalmente abrió el paso, junto con los bomberos. Logrando sacar al hombre herido. A la mujer y a la niña las dejaron allí.

 

Naruto solo podía apreciar nervioso como se llevaban al moreno de allí. Observó dentro del auto. De pronto una voz de uno de los paramédicos le sacó de sus pensamientos.

 

-¡Oye tú!, ¿sabes cómo se llama el herido?- Naruto solo negó con la cabeza. El paramédico volvió a gritarle, - ¡¿Qué esperas?!, ¡Revisa en la guantera! -. El rubio asintió, nervioso se acercó hacia el automóvil, intentó no observar a la mujer. No podía creer aún que estaba pasando todo aquello.

Luego de merodear un poco, encontró los documentos de conducir. Abrió la cartera. Una fotografía del hombre moreno, y aún lado su nombre, solo alcanzó a leer:

 

-Uchiha Sasuke; 23 años. Conjunto habitacional: Fundo Uchiha numero 432; Konoha. – Luego de terminar de leer, el paramédico le quitó el papel de las manos, mientras entraba a la ambulancia y se retiraba del lugar. Naruto con tristeza observó el cuerpo de la niña, y le pidió al hombre que estaba cerca:

 

-Ahora llama a la policía- El hombre le observó con algo de tristeza, en ese momento cayó en cuenta que a pesar del horrible crimen que cometió el muchacho, era valiente y asumiría su error; Naruto miro fijo a la mujer fallecida; - …Yo, Uzumaki Naruto, de diecisiete años, maté a la mujer y a la niña-. Desvió su mirada, luego de decir estas palabras. El hombre comprendió que debía delatar al chico; sin dudarlo marco.  

 

Naruto solo pudo observar el cielo algo nebuloso, unas pequeñas gotas comenzaron a caer; cerró sus ojos agradeciéndolas, ese día el cielo lloraba aquellas dos muertes, junto a él.

 

 

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

-5 años después-

 

Una reja se abría, mientras se escuchaba el manojo de llaves retumbar por todo el lugar. Un guardia se dirigió al joven, la luz entraba con fuerza dentro de la fría celda, llenando con un poco de calidez el tenebroso lugar.

 

-Vete, eres libre. Intenta no caer de nuevo aquí-. Sonrió levemente el guardia.

 

Naruto, ya de unos  veintidós años, agarraba su mochila, e inspiraba su infaltable cigarro; asintió hacia el guardia y caminó fuera de la celda.

 

No había ni rastro del Naruto de hace cinco años en sus vestimentas. Las cuales en esas épocas eran costosas y provocativas. Hoy en día con suerte se vestía con un chándal naranja holgado y un pantalón del mismo color. Así como su vestir había cambiado, también lo hiso su actitud. Aún era alegre con las personas, pero en los momentos de soledad, su introspección era tal que se hacía daño a sí mismo, sus ojeras eran ahora muy marcadas; sin sus pastillas para dormir era imposible conciliar el sueño, ya que siempre la culpa invadía su mente; aún hasta dormido.

 

Naruto caminaba por los pasillos, algunos de los reos, le mandaban besos otros se despedían con un gesto de mano, que Naruto correspondió. Le ayudo bastante conocer ese mundo. Tal como en el exterior había de todo, personas presas por cosas tan triviales como ser vendedores ambulantes, y otros que habían hecho atrocidades y no poseían ni pisca de remordimiento. Daba gracias a los dioses sentir remordimiento, así siempre pedía perdón a la familia que había asesinado y que encontraran la paz en el paraíso, que lo disfrutaran ya que él jamás conocería aquello al momento de su muerte.

Cada paso que daba le recordaba lo bueno y lo malo, lo inexperto en un principio al entrar allí, no faltaba el que intentaba propasarse. Pero tuvo aliados que le ayudaron. En ese momento comprendió que el ocultar sus facciones, era la mejor forma en que nadie se diese cuenta de su presencia, así que el chándal naranja y el gorro negro, le ayudaban bastante para pasar sin ser visto.

 

Al llegar al final del corredor, lo primero que apreció fue a sus padres, recibirles con un gran abrazo, y como luego de unos ruidos ensordecedores llegaba corriendo su hermano mayor; igual de rubio que él, pero con el cabello lacio y largo, y unos pequeños pero enigmáticos ojos azules; Deidara, el que le apretujaba al igual que sus padres.  

 

- Hijo mío, al fin, esperaba tanto que llegara este día.- Lloraba mientras abrazaba a sus dos hijos.

- No exageres Oka-san.- dijo con una leve sonrisa Naruto.

- Naruto, sabes que decidas lo que decidas de ahora en adelante con tu vida, te apoyaremos.- Le sonrió su padre tan rubio y de ojos azules como él.

- Gracias Oto-san.- agradeció Naruto.

- Ototo, te ayudaré a llevar tus cosas.- dijo alegre Deidara. 

-Ie, Ie Dei-niisan. Yo puedo solo.- Reclamó Naruto. Deidara se negó y llevó las cosas él. Mientras todos comenzaron a caminar hacia fuera. Naruto se despidió de los guardias de las salidas. Al momento de ingresar en el auto Naruto suspiró algo cansado.

 

El rubio mayor encendió el automóvil y comenzaron el viaje hacia su hogar. Naruto abrió la ventana, el viento meció su cabellera, cerró sus ojos. Se había dejado crecer un poquito el cabello, ahora más mechones caían por su frente, haciéndolo ver más adulto. De pronto Naruto abrió sus ojos, la imagen viva del choque atravesó su mente al momento en que su padre se detuvo en un semáforo. El mismo semáforo en que cinco años atrás había ocurrido esas muertes. Observó que en el lugar del accidente, específicamente en el poste de luz, se encontraba un pequeño altar con unas velas. Solo logró ver que dentro del altar había una imagen. El auto de su padre comenzó a moverse. Naruto observó el altar hasta que éste se perdió en el horizonte.

 

Cerró la ventana, no quería pensar en nada más. Solo dos cosas estaban en su mente.  La primera, no depender más de sus padres. Y la segunda; encontrar como fuera a Uchiha Sasuke y confesarle su crimen.

 

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

Los días pasaron, Naruto declinó el habitar su vieja habitación, no quería reencontrarse con el Naruto del pasado. Lo único que se llevó de la habitación fue unos escritos que se encontraban pegados en la pared. Los que había escrito cuando estaba en la cárcel y pidió a su madre que los dejase en su dormitorio. Se llevó su cámara fotográfica y su macbook, hacia años en que no tecleaba en su laptop regalón. No quiso llevarse la cama completa, por lo que solo tomó el colchón. Naruto se mudó a una pequeña ampliación que se encontraba en el patio de la casa.

 

En un principio sus padres, más que negarse se preocuparon; les confundía y preocupaba que su hijo menor comenzara a alejarse de la familia. Naruto argumentó en que ya se había acostumbrado a su espacio y que mal que mal, el haber vivido cinco años lejos de la familia, le había ayudado a ser más independiente. Naruto intentó tranquilizar a sus padres diciéndoles que iría a la casa a desayunar, lavarse y comer todos los días. Sus padres sonrieron en ese momento y abrazaron a su hijo; Naruto había crecido. Deidara al enterarse de esto, le costó mucho aceptarlo, ambos eran muy unidos cuando adolescentes, le costaba trabajo acostumbrarse a un Naruto algo más reservado, sabía en el fondo que su hermano menor seguía siendo el mismo de siempre, pero los años en ese lugar lo habían cambiado y sabía que el gran conflicto de Naruto era que le costaba entrar nuevamente en el círculo familiar. A pesar de todo, Deidara aceptó la petición de su hermanito; pidiéndole que cualquier cosa que aconteciera contara con él.

 

Fue en ese momento en que Naruto tomó la palabra de su querido hermano mayor:

 

- Ne, Deidara, ¿eres sensei en la escuela primaria de Konoha?- preguntó interesado. Mientras observaban en la cocina la televisión. El ruido de esta se escuchaba bastante lejano. Dejándoles hablar con más privacidad.

- Hai. Hasta que tú querido hermanito encontró trabajo.- Dijo orgulloso Deidara. Naruto sonrió.

- Ya era hora. Te costó bastante.- dijo con cizaña Naruto. Deidara frunció el ceño e infló sus mejillas; Naruto no pudo aguantar la risa al ver esa cara; - Jaja… gomen gomen. Lo digo porque quiero trabajar.- dijo decidido.

Deidara lo miró curioso, pero contrariado al mismo tiempo.

-Pero Naruto, tú solo terminaste el colegio, no creo que puedas entrar como ayudante.-

Naruto bajó un poco la vista, pero sonrió, mientras comía su ramen instantáneo.

-No quiero ser ayudante. Con ser auxiliar me basta.-

- Pero Naru, ¿no quieres comenzar la universidad?; ¿aprovechar al máximo ahora que saliste de ese lugar?- dijo un preocupado Deidara, observando fijamente a su hermanito; no quería que éste hiciera el aseo; Naruto debía estudiar, recibirse, encontrar un trabajo y dedicarse a tener tranquilidad. Pero aquellos al parecer no eran los planes que pasaban por la cabeza del rubio menor.

- No. Creeme, el ser auxiliar está bien para mí-ttebayo.- Naruto al ver que su hermano no comentaba nada; añadió - Al menos por ahora-.

Deidara solo asintió, no quería presionar a su hermano. Mejor esperar a ver como tomaba su curso la situación.

-Bien. Hablaré mañana con ese Uchiha-. Dijo Deidara, mientras tomaba un poco de agua. Como reacción, Naruto paró de comer inmediatamente… ¿Uchiha?... ¿Podría llegar a ser?, al parecer su hermano no sabía o no recordaba el nombre de ese hombre.

- ¿Uchiha?...- preguntó tragando fuertemente.

- Hai. Uchiha Itachi. Es el director de la escuela Konoha, un tipo muy misterioso; pero… ¿Por qué me preguntas?-. Dijo curioso.

Naruto negó con la mano, sorbiendo lo último de su ramen. – No por nada.-; Naruto pensó que a lo mejor solo podría ser un alcance de apellidos. A pesar que ese apellido era poco común, no creía que podría ser algo cercano a Uchiha Sasuke.

 

Luego de unos días, Deidara cumplió con orgullo su promesa. Uchiha Itachi aceptó entrevistar a Naruto. Impresionante fue al ver al hombre, porque se parecía bastante a ese otro Uchiha que vió en el accidente. Ese rostro jamás lo olvidaría. Le costó trabajo mirarle a los ojos. Pareciera como si reviviera el suceso ahí mismo. ¿Acaso el recuerdo jamás se iría de su mente?...

 

-Disculpa, ¿pasa algo?- Preguntó serio Itachi. Interrumpiendo los pensamientos del ojiazul. Naruto intentó reaccionar de inmediato.

- Ie, ie; continue.-

Itachi lo miró muy serio con el ceño fruncido. Como si taladrara sus pensamientos y le reclamara por lo que cometió. El corazón de Naruto golpeaba con fuera. Su rostro comenzó a ponerse blanco. Itachi en ese momento, dejó de mirarle con esa frialdad, algo confuso por la actitud del rubio.

-¿Te sientes bien?-.

Naruto se levantó e indicó con el dedo la máquina para tomar agua. Necesitaba un poco. Itachi asintió. Naruto le dio la espalda un momento, tomó varios vasos de agua hasta que finalmente se armó de valor. Debía enfrentar la situación, ese Uchiha no tenía nada que ver con el otro.

-Estoy bien, solo tuve un leve mareo por el dolor de cabeza.-

- Comprendo-. Itachi tomó de uno de sus papeles, una cierta cantidad, mientras los ordenaba y Naruto volvía a sentarse en su lugar. - Bien. Sigamos, acá está tu contrato. Léelo muy bien, antes de firmar.- finalizó Itachi acercándole los papeles.

Naruto miró impresionado los papeles, no pudo evitar sonreír. Mirando al moreno; este era el primer paso para recomenzar su vida. - Gracias.- palabra que salió desde el fondo de su ser.

 

 

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

Habían pasado unas semanas desde que comenzó a trabajar en la escuela. Era bastante complicado, ya que debía limpiar cada vez que los niños ensuciaban. Pero no se sentía mal con su trabajo, ya que le ayudaba a pensar en que debía hacer en los próximos días. Naruto llevaba el carro de limpieza hacia el lugar en donde podían descansar. Allí se encontró a un chico pelirrojo; su nombre era Sabaku no Gaara. Le costó bastante en un principio intentar alguna conversación con el chico, porque era bastante hostil. Pero conforme pasaron los días, comenzaron a hablar y discutir más seguido. En ese momento el pelirrojo, observaba la televisión mientras daban un anuncio. Naruto se recostó cansado observándolo:

 

“Pronto se realizará el decimonoveno festival de Cine de Konoha; uno sin duda de los más prestigiosos de nuestra nación. Además de una importante selección de film. Las categorías de cortometrajes darán la posibilidad de estreno a los nuevos cineastas de nuestro país. Si quieres concursar, debes filmar o grabar en un máximo de 15 minutos un cortometraje con el pie forzado: Cinco personas y una calle. El plazo de entrega es en cuatro meses más. Si quieres que todos puedan conocer tu trabajo; no dudes en concursar”

 

El pelirrojo observó atento el comercial.

-Si tuviera algo de dinero y un poco de tranquilidad, no dudaría en participar-.

Naruto se sorprendió al escucharle.

-¿Te gusta el cine?-.

Gaara sonrió de medio lado. -Lo estudié dos años y medio.-

Naruto le observó impresionado.

-¡Vaya que bien-ttebayo!, ¿por qué no participas?-.

Gaara lo miró algo cansado. Se levantó y tomo sus cosas.

-No lo pude aprender todo, tuve que retirarme porque no pude seguir pagando mis estudios.-

Naruto lo observó con tristeza, pero negó con la cabeza y frunció el seño mirándole.

-Pero a pesar que lo tuviste que dejar por eso, ¡debes desarrollar lo que aprendiste-ttebayo! . Naruto miraba decidido a Gaara. El pelirrojo desvió la mirada.

- No era bueno escribiendo. Me destaque en fotografía y otras áreas. El escribir era mi debilidad.- Naruto no respondió nada;- Sin técnica para escribir, no se llega muy lejos.-

Gaara terminó de tomar sus cosas, mientras salía del lugar.

 

Naruto se quedó observando por la ventana unos segundos mientras encendía un cigarro, debía ser difícil sin duda lo pensaba. Naruto sabía que en el fondo, no poder cumplir un sueño, te llevaba solo al vacio interno. A él le gustaba escribir. Amaba escribir, lo comprendió en la cárcel. Ya lo hacía en sus tiempos de escuela, pero en ese sombrío y frío lugar, lo único que le llenaba era el plasmar sus emociones en el papel. Pero la angustia carcomía su alma cada vez que pensaba que tendría que vivir sin poder mostrar a nadie sus escritos.              Simplemente pensaba que esa era su paga por aquel error, y debía aceptarlo. Convencido de ello, tomo sus cosas y abrió la puerta. Tan absorto estaba que no notó como un hombre que vestía entero de negro chocaba fuertemente con él, haciéndole caer al suelo y derramando el líquido para limpiar.

 

-¡Oi, por qué no se fija por donde…  - pero sus palabras murieron poco a poco al ver a quien le enfrentaba desde las alturas. Sus ojos se dilataron. Su cuerpo dio un leve remezón. Quería verle, quería enfrentarle, decirle la verdad, pero no esperaba jamás encontrárselo de esa manera. A pesar de que había cambiado, su rostro se mostraba ojeroso y algo demacrado, vestía un buzo muy holgado algo desgastado, pareciera como si hace minutos se hubiese levantado de la cama.

 

-Eso te pasa por salir sin fijarte quien anda en estos pasillos; dobe-. El hombre con su mirada fría solo se alejo, sin ayudarle ni nada. Naruto no puso atención al líquido derramado, solo sintió una leve punzada en su corazón, mezcla de un montón de sentimientos, pero por sobretodo rabia.

 

-¡Baka!- insultó al aire, dudaba que éste le hubiese escuchado, mientras ordenaba todo, volviendo a entrar a la sala. Su corazón latía frenético. Siempre en su mente estaba el momento en que volvería a verle y enfrentarse a la realidad. Pero jamás pensó que el destino nuevamente le daría una mala pasada. Esperó unos momentos y volvió a salir.

 

El ojiazul observó como fuera de la sala de dirección, al fondo del pasillo, Uchiha Itachi y Uchiha Sasuke conversaban; Naruto los observaba fijamente, eran parecidos. Muy parecidos, sin duda eran familiares; eso ya lo tenía claro.

De pronto Itachi observó a Naruto, le saludó con la mano  y le llamó con la mano. Ya era de imaginar que el rubio en ese momento solo quería desaparecer. Sin poder negarse, caminó hacia ellos. En su mente aquella distancia entre ellos y él, era como caminar por una cuerda floja. No creía poder sostenerle la mirada a Uchiha Sasuke.

 

-Perdona por sacarte de tu trabajo- pidió disculpas el moreno mayor, Naruto solo hiso un gesto con la mano de despreocupación, mientras bajaba su mirada a ratos. Sentía que los ojos de Sasuke le taladraba el alma. –En fin, si no me equivoco hace poco me pediste si podía conseguirte algún trabajo extra además del de la escuela, ¿verdad?-.

Naruto solo asintió.

-Bien, tengo un trabajo para tí.- sonreía mientras posaba una mano en el hombro del menor. – El es Uchiha Sasuke; mi ototo-chan-. Naruto solo abrió sus ojos sorprendido, para luego bajar la vista. Perfecto, el destino se enseñaba con él, no esperaba aquello. Pensaba que eran familia, pero no tan directa. Una duda asaltó a su mente en ese momento. No sería… Naruto solo miró ansioso a Itachi… ¿No sería que Uchiha Itachi sabía quién era él?... No, eso era impensable. Jamás el hermano del hombre a quien le había arruinado la vida, le daría algo que le beneficiara.

 

-Te he dicho mil veces que no me digas así, Itachi.- Naruto salió de sus pensamientos, al escuchar al Uchiha menor. Mientras este se quitaba la mano de su hermano mayor.

 

-Tranquilo ototo.- sonrió levemente a Sasuke, mientras este seguía serio. Itachi se dirigió a Naruto. – La casa de Sasuke está hecha un asco. Me pediste un trabajo como este, y que mejor que un trabajo gracias a un conocido.- Naruto se sintió en aprietos, no podía declinar la oferta. Le tenían entre la espada y la pared.

- Eh…-

-No necesito a nadie Itachi-. Dijo serio el pelinegro.

Naruto le observó de reojo y Sasuke le devolvió la mirada, pareciera como si Sasuke le mirase con sumo desprecio; -Menos a un niño- Finalizó. Naruto apretó sus manos con fuerza. Sus ojos desafiantes se enfrentaron.

- No sé si te has enterado pero tengo 22, de niño no tengo nada.- Dijo desafiante el rubio

Sasuke le observó de arriba abajo, sonrió con ironía; - Ja… con esa respuesta infantil te has delatado solo, dobe-. 

-¡¿Qué has dicho, teme…- dijo enfadado Naruto. Itachi viendo que de las malas palabras a los golpes solo faltaba un paso, se colocó en medio de los dos.

- Ya cálmense los dos. No sirve de nada pelearse-. Itachi miró a Sasuke dirigiéndose a él,- Tú necesitas una mano con la limpieza y el orden, y Naruto necesita el dinero, no necesitan de una buena convivencia para eso.- argumentó Itachi. Sasuke meditó un momento, miró al rubio. El que se sintió un poco incomodo, pero le miró desafiante.

Sasuke desganado aceptó.

-Bien. A cambio no quiero que vengas todo el mes a molestarme.- miró serio a Itachi. El mayor solo sonrió incomodo. Sasuke se dirigió al rubio.

- y tú Narukyo…

- Naruto, Uzumaki Naruto, ese es mi nombre completo- dijo categórico. No le gustaba el tono en que le hablaba.

-Como sea, ¿Cuántas horas trabajas aquí?-. dijo sin importancia.

-Entre 7 am a 1-ttebayo -, Sasuke le observó curioso por esa muletilla.

- A las 2 en mi casa. ¿Tienes papel donde anotar?-. Naruto metió sus manos en los bolsillos de su overol, al no encontrar nada, negó con la cabeza.

- Yo voy a buscar, esperen-, comentó Itachi, entrando a su propia oficina.

 

El silencio era como un peso en el alma del rubio. Aun no creía que estuviera frente a él. Ahora que le observaba bien, a pesar del desgaste físico que tenía por lo obvio; aún tenía un rostro joven. El rubio aún recordaba la edad de éste que se encontraba marcada en la cedula de identidad, hoy el moreno debía tener 28 años. Aún era joven, pero a causa de no preocuparse por el mismo, pareciera que tuviera unos años más encima.

 

-Mañana irás a las 2 en punto, no me gusta el retraso. Y te irás a las 8.- le observó con el ceño fruncido.

El rubio le miró incrédulo. -¡¿Nani?!, ¡no soy tu esclavo-ttebayo!- Le dijo con ira. – No me puedes pedir que trabaje una hora más de lo que hago aquí-.

-Te pagaré lo mismo que se te paga aquí. Así que no te quejes, usuratonkachi.- se volteó mirando hacia una ventana cercana. Naruto aguantó su ira, sus manos estaban casi moradas por como apretaba sus puños. Ese Uchiha tenía un ego por las nubes. 

Segundos después llegó Itachi, mientras le entregaba un papel escrito a Naruto.

-Esta es la dirección, espero que no te sea difícil llegar. Mi ototo es un ermitaño.- Sasuke volvió sus ojos rápidamente hacia Itachi, mirándole con enfado. Pero Itachi no se inmutó, -  Su casa queda a las afueras, en el papel agregué los buses que te acercan allí. Cualquier duda, ahí está el teléfono de mi ototo. –Naruto asintió mientras recibía el papel.

- Eso último era innecesario Aniki.-

Naruto miró a Sasuke, ¿acaso el moreno menor siempre era así?, ¿o habrá él causado ese comportamiento por lo sucedido?, un vacio se instaló en su pecho al pensar en esa posibilidad. Bajó su mirada algo apesadumbrada.

-¿Qué paso?, ¿no entendiste alguna cosa?- preguntó confundido Itachi al ver el rostro de Naruto. Naruto dio un pequeño salto al reaccionar, miró de reojo a Sasuke, este ya no tenía el ceño fruncido, le miraba curioso. Naruto pasó sus ojos hacia Itachi, sonriendo.

- Ie, ie. Solo que tengo un poco de hambre. Creo que ya es la hora del almuerzo.-

Itachi observó el reloj que marcaba las una y el término del trabajo de Naruto.

-Tienes razón. Ve Naruto, nos vemos mañana. –

- Hai. – asintió el rubio.

-Mañana a las 2 en mi casa.- dijo categórico el moreno menor.

El rubio frunció levemente el ceño, -¿y cuánto me lleva llegar de aquí a la casa?-

-Una hora-

-¡¿Nani?! ¿Y a qué hora almorzaré-ttebayo?- dijo haciendo un leve puchero enfadado. Sasuke solo pasó a un lado de él.

- Ese no es mi asunto. A las dos, usuratonkachi. Si no, pierdes el trabajo. – dijo marchándose, Itachi y Naruto solo podían apreciar la espalda del moreno mientras se marchaba.

- Gomen ne Naruto-.

- Ie. Me ha dado trabajo y se lo agradezco, no tengo de qué quejarme - Dijo sonriendo a Itachi, mal que mal y a pesar de todo, era su compensa.

 

En aquel momento, un rubio de cabello largo, llevaba una montonera de libros de arte en sus manos intentando no perder el equilibrio, caminaba con cuidado para no toparse con nada hasta llegar a la sala de dirección, a lo lejos se percató de la presencia de su hermano menor y el Uchiha.

 

- ¿Naruto? ¿Qué haces aún acá?- preguntó confundido.

- Estaba conversando.- sonrió.

Itachi y Deidara se observaron un momento. Deidara miró a su hermano. – ¿Te llevo a casa? Aun estoy en la hora de almuerzo, puedo ir a dejarte y volver.-

-Ie oniisan, tienes que almorzar, además te toca clase, ¿no?-

-Ah… y con el curso mas desordenado. – Suspiró desganado, - pero tengo que hacerme el ánimo -.

- Jeje te deseo suerte niisan. Yo tomo mis cosas y me marcho a casa; - se despidió de ambos. –¡Hasta mañana-ttebayo!- dijo mientras se dirigía a la pequeña sala a buscar su bolso.

 

Deidara se volvió a Itachi, taladrándole con la mirada.

-¿De qué hablaban tú y mi ototo?-

Itachi sonrió de medio lado. – Ha… ¿estás celoso?-

Deidara continuó con su mirada seria. – No seas estúpido. ¿De qué hablaste?- más que una pregunta parecía una exigencia.

-Vaya como tratas a tu jefe.- levantó sus hombros riendo sarcástico.

Deidara suspiró cansado;- No me hagas hablar Itachi; por favor. No tengo tiempo para tu acoso. Repito; ¿qué le dijiste?- Itachi pasó su rostro a uno más serio.

-No te preocupes, él hace una semana me preguntó si tenía un trabajo extra porque quería ganar algo más de dinero. Y yo solo se lo dí-.

-¿Trabajo de qué?

- Lo mismo que acá

- ¡¿Nani?!, ¡Kuso!...- maldijo Deidara, estuvo a punto de estampar los libros en el suelo, pero se contuvo;- ¡El debería estar estudiando, no trabajando como condenado!-  

Itachi miró por el lugar donde se había marchado el rubio.

-Si él se siente bien yendo por este camino. Tú por muy hermano que seas, no debes obstaculizarlo.- Deidara miró interesado a Itachi. – Es normal preocuparse, pero el debe vivir su vida como quiera, Deidara. Si para él, hacer estas cosas es su compensa. Él sabrá hasta cuando lo hará.- Deidara miró confuso a Itachi. - Mal que mal, el haber estado en la cárcel siendo tan joven, debe haber sido muy complicado para él.- Finalizó Itachi. Deidara solo asintió.

Itachi golpeó con su dedo índice la frente del rubio, acercándose a él, quedando solo a centímetros de distancia.

-¿Por qué no almorzamos juntos en mi despacho?-

Deidara se quedó algo sorprendido mirando esos ojos negros. Algo en ellos le irritaba, pero al mismo tiempo le llamaban a explorarlos.

Deidara de un manotazo sacó la mano del Uchiha de encima.

-¡¿No tienes a quién más molestar idiota?! No tengo ánimos para esto- medio gritó teniendo cuidado de no votar los libros. Itachi solo le miraba tranquilamente.

Deidara enfadado le entregó un papel.

-La cartola de notas del tercer grado.- Itachi la recibió. – Si no tienes nada más que decirme; me retiro.- Deidara dio media vuelta. Dando pasos enfadados hacia la biblioteca para devolver los libros.

Itachi solo lo observó desde la distancia, sonriendo algo incomodo por el carácter del rubio. El moreno solo podía pensar en el por qué su hermano y Deidara solo sabían gritarle; frustrado entró a su despacho a almorzar a solas.

 

 

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

Naruto a ratos observaba de reojo el reloj de pasillo, mientras limpiaba con la escoba; solo faltaban minutos para las una. Para correr a arreglar todo y enfrentarse a él.

 

De un momento a otro sonó con fuerza el timbre de la escuela. Naruto rápidamente ordenó sus cosas, corrió lo más rápido que pudo a la sala; dejó agua hirviendo en la maquina,  mientras ordenaba su bolso, aprovechando, cambió su overol azul a su ahorra chándal naranja; mientras terminaba de cerrar el cierre del chándal la maquina finalizó. Naruto sacó de su bolso un ramen instantáneo, le colocó agua. Miró el reloj. Habían pasado 8 minutos. Por suerte la estación de buses estaba a tan solo tres cuadras. Naruto esperó a que el ramen absorbiera toda el agua. A hacerlo, tomó su bolso, y su ramen y salió caminando apresurado.

 

-¡¡¡Shotto matte!!!- Gritó llegando donde el bus se encontraba, ya estaba a punto de salir de allí. Cansado le entregó el ticket al chofer al subir.

El ojiazul se adentró en el bus hasta encontrar su lugar. Con cuidado se sentó mientras abría su ramen instantáneo, miró deprimido su tan adorada comida. La que con el zamarreo de la caminata y el tiempo que pasó se había sobrecosido y para colmo estaban más o menos fríos; no había cosa más desagradable que comerlos así. Resignado comenzó a comer mientras el bus salía de la estación.

 

Ya  había pasado una media hora o un poco más, Naruto apoyado en el ventanal despertaba poco a poco. Observó hacia arriba, un pequeño reloj marcaba la hora, 1:47. Naruto se inquietó. ¿Aún no llegaban?, observó los asientos, muy pocos pasajeros quedaban en el bus. El rubio miró hacia afuera. Sonrió levemente al ver el lugar. Eran unos campos verdes muy frondosos y llenos de vida, entremedio lograban verse casas bastante grandes. El rubio volvió a leer el papel:

 

   Aquí las instrucciones, debes pedir que te dejen donde comienzan los árboles de Sakura; donde vive mi Ototo se llama “Conjunto habitacional: Fundo Uchiha numero 432; Konoha.”. Cualquier duda, su número es el: 55206308.

 

Naruto observó por la ventana, recordaba más o menos el lugar cuando tomó la cedula de identidad del moreno,  jamás pensó que en ese momento estaría yendo a ese lugar. El rubio puso más atención al camino hasta que a lo lejos pudo ver unos árboles de Sakura, aunque se encontraban secos, estaba seguro que eran árboles de flores de cerezo. El ojiazul rápidamente tomó su bolso y se acercó al chofer indicando su próxima parada. El chofer solo asintió mientras detenía el bus.

 

Naruto caminaba por el camino de los árboles. Se entristeció al verles, los árboles de Sakura en invierno eran algo secos, pero aquellos parecieran que no hubiesen recibido agua en meses. Al seguir caminando, logró encontrarse con un muro de arbustos secos y un panel de fierro que impedía el paso. Se preguntó si ese sería el lugar, de pronto entre los arbustos secos se veía un numero, el ojiazul removió algunas ramas y pudo leer: “Fundo Uchiha”; 432. Había un pequeño timbre en un lado, supuso que debía estar en buen estado y sin dudar, lo marcó.

 

Esperó unos minutos, supuso que algo no estaba bien, porque ya hace rato había tocado el timbre y aún nadie sabía. Quizás el moreno quería hacerle una mala pasada, humillándole para llegar allá y luego no abrir. El rubio colocó su bolso en su hombro, comenzando la caminata hacia la carretera. Ojala pasara luego otro bus de vuelta al centro de Konoha.

Pero tras unos pasos, la puerta sonó con fuerza y se abrió. Naruto observó intrigado, pero nadie salió a recibirle. Confundido, asomó su cabeza a través de ella. Muy a lo lejos, observó una casa al parecer bastante descuidada, al igual que los árboles dentro del fundo. Naruto pasó y cerró la puerta tras de sí, mientras caminaba lograba apreciar la inmensidad de hectáreas que tenía el lugar; lástima que pareciese todo como si estuviera muerto.

 

Luego de una caminata de unos cuantos minutos llegó. Era una casa, mitad de construcción solida y la otra mitad de madera. En sus mejores años, debió ser una casa perfecta. Hoy, solo era sucia y descuidada. Al igual que el auto, un modelo KIA antiguo se encontraba a un lado de la casa, el ojiazul calculó que ese auto debía ser más o menos a principio de los 90. Tocó la puerta con fuerza, se sentía nervioso. Se preguntaba a ratos el porqué de haber ido, pero estaba seguro. Hoy le diría la verdad.

 

Mientras esperaba, sentía un vacio en el estomago y unas punzadas en medio; supuso que debía deberse a lo que enfrentaría e unos momentos más. La puerta se abrió con rapidez, mostrando a un moreno desordenado y en pijama. Naruto se sorprendió al verle, ¡¿por favor, eran las 2 y aún estaba en pijama?!

 

El moreno miró su reloj de mano;- Las 2 con diez minutos- le observó enfadado.

-No me esperaba que tu casa estuviera tan lejos de la carretera.- se justificaba el rubio, frunciendo el ceño.

-Si te vas a comprometer a llegar a las dos, ingéniatelas y llega a la hora, dobe. –  

- Teme, eres un…- de pronto un retorcijón en su estomago, sacó a Naruto de sus pensamientos. Sasuke le observaba, pero sin cambiar su expresión enfadada.

-  Pasa.- dijo el moreno, abriendo la puerta, mientras se volteaba yendo a alguna parte de la casa, sin esperar al rubio.

Naruto entró algo adolorido y cerró la puerta. El dolor le molestaba, no tenía que perder tiempo. Debía decirlo.

-Ne… Sasuke, yo…-

- ¿No viniste a trabajar?, comienza. Yo voy a preparar un té.-

 

El rubio sin poder decir o hacer más comenzó a limpiar el living. Había un montón de libros repartidos, y al parecer también una inmensa colección de películas repartidas. Unos trípodes desordenados y algunos accesorios de cámaras. En ese momento notó que quizás el moreno debía dedicarse a la fotografía o algo parecido. El dolor comenzó a volver, inquieto se sentó en el salón aferrándose con su mano el estomago. Sin poder evitarlo corrió a la cocina.

 

-¡¿Ne… ne… donde está el baño?!- Medio gritó el rubio. El ojinegro sin inmutarse le indicó hacia la derecha. El rubio fue corriendo hasta encontrarlo. A los pocos minutos salió, su cara estaba empapada. Se sentía extraño, algo debió hacer estragos en su estómago.

 

Se sentó nuevamente en uno de los sofás, observando la gran pila de libros y demás cosas. ¿Cómo ordenaría todo aquello?, de pronto una taza de algo caliente interrumpió su visión. Sasuke le entregaba la taza humeante. Naruto miró escéptico. Sasuke suspiró cansado, argumentando:

 

-Son una mezcla de hierbas, te sentaran mejor.- tomó su propio té en su tasa.

 

Naruto tomó rápidamente el té, sabía que debía ordenar. Pero el ver a Sasuke tan calmado pero al mismo tiempo tan ausente, sabía que todo lo que acontecía se debía a lo que él le había causado; ya no podía retractarlo más.

 

-Ne… Sasuke, yo debo decirte algo importante-. Dijo serio. Mientras apretaba un poco su chándal naranja con sus manos, bastante nervioso, el moreno le observó.

 

Ya no podía ocultarlo más. Naruto dejó el tazón encima de la mesa. Ambos se observaban detenidamente, la mirada rasgada de color ónix versus los enormes y sinceros ojos color zafiro.

El rubio sabía que no podía más con ese peso en su corazón.

 

 

Continuará…

Notas finales:

¿Qué pasará?, ¿lo contará? Esto y más en el segundo capítulo titulado “H e l p”

Iré actualizando constantemente, este fanfiction está algo avanzado en lo que llevo escrito, por lo que iré actualizando cada semana o un poquito más, pero de seguro no más de dos, contabilizo unos 10 a 13 capítulos. En fin, muchas gracias por dedicarse a leer estas páginas. Espero que esto haya sido de su agrado. Nos vemos en el capítulo 2.

 

“Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película "La Otra Tierra", ya que ESTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental y visual; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA.”


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).