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Maracuyá por amorosa

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Notas del fanfic:

todos los personajes pertenecen a Masami Kurumada.

Notas del capitulo:

Hola!!

Primeramente... ¡Feliz cumpleaños Shaka de Virgo!!

Debo decir que este fic es un regalo de cumpleaños para mi hermoso y amado Shaka de Virgo.

Sin más espero les guste.

 

Al fin lo había logrado… se sentía tan contento y dichoso; era una de las más grandes e importantes metas de su vida.

 

-Veo que al fin la encontraste… no quieres probar tu “descubrimiento” conmigo?-preguntó un atractivo hombre de cabellos azules largos, de tez trigueña y procedencia griega.

 

-Claro que no Saga… tú no me gustas…-fue la fría e indiferente respuesta que recibió.

 

-Shaka… cómo es posible que seas tan cruel conmigo?? Si sabes lo mucho que te amo!!

 

-Entiéndelo de una vez por todas: yo no puedo corresponderte como tú esperas, en el corazón no se manda y yo… amo a otra persona…-susurró el rubiecito audiblemente.

 

-E tratado de ser paciente y razonable contigo pero mi paciencia tiene un límite… así sea lo último que haga te tendré… y si es la fuerza, no me importará…-dicho esto se abalanzó sobre el rubio hermoso, tirándolo al piso por la fuerza casi animal que usó al lanzar su cuerpo contra el de Shaka.

 

-Quítate de encima de mío Saga, ¡Te lo ordeno!!-gritó fastidiado por la actitud tan infantil que tenía el otro cada vez que le entraba su capricho.

 

-Tú no eres nadie para ordenarme...-dijo al mismo tiempo que le tiró tremendo golpe en el rostro, haciéndolo sangrar profusamente tras abrirle una herida en el costado derecho del labio inferior…-acercándose a la herida la lamió lujuriosamente como un vampiro sediento de sangre, escuchando una protesta y un resoplido de dolor a causa del ardor provocado por su saliva.

 

Segado por su obsesión hacia Shaka, no le importó lastimarlo, sus sentimientos, las ganas que sentía por ser correspondido y probar por fin aquella dulce boca y nacarada piel hicieron que en un arrebato de obsesión y deseo arrancara toda la ropa que el hermoso ángel de cabellos rubios llevaba puesto, rasgando la suave dermis, dañando a aquel ser, lastimando su alma, tomando su virgen cuerpo en contra de su voluntad…

 

-Argh…mal-di-to…!!-gritó adolorido el custodio de la sexta casa… ¿Con cara se presentaría ahora ante su amado Ikki??... Si tan solo fuera aquel joven hombre de cabellos azules cortos quien lo poseyera… ¡Qué miserable se sentía! ¡Qué ruin!... Él no tenía culpa alguna de lo que Saga de Géminis le estaba haciendo… no era culpa suya el que el griego estuviera como poseído por el demonio, no era culpa suya el ser tan apetitoso, deseable, hermoso… ¿Qué había hecho mal para que los dioses lo castigaran de esa manera tan cruel y asquerosa?

 

Las cálidas y estrechas paredes de virgo sangraban profusamente. Ríos de sangre recorrían libremente las piernas del hindú, empezando en su lastimada entrada y terminando a la altura de las rodillas. Su mirada adolorida, agrietada, perdida en la inmensidad de su templo fue a posarse en un lindo osito de peluche que Fénix le había regalado en su primera cita. Aquel regalo le dio coraje y fuerzas para soportar tan salvajes arremetidas. Su alama estaba completamente destrozada; no volvería a sonreír, necesitaría mucho tiempo para reponerse emocionalmente y superar todo aquel trauma…

 

Una cálida sensación de humedad inundó su interior pero como se encontraba tan desgarrado sintió un ardor tan fuerte que gritó profundamente, un grito desde el alma hecha trizas, un grito que se oyó hasta el lejano Asgard, un grito que reveló su actual estado, su sufrimiento, su dolor, sus lágrimas, su desgarramiento de espíritu… Saga ni siquiera tuvo la gentileza de salir despacio de él, sacó su miembro bruscamente, dejándolo ahí tirado en el piso, en medio del charco de su propio sangre, aquel divino líquido carmesí que salía directamente de la virginidad robada del honorable caballero custodio de la sexta casa del zodiaco. Sin decir ni una palabra más, el regente de la tercera casa se fue, dejándolo cual muñeca rota sobre el frío piso, importándole un pepino su estado, su salud, su inconsciencia…

 

Durante horas permaneció ahí inmóvil, tirado, sin fuerza alguna para nada, ni siquiera para el simple hecho de intentar levantarse. Su vista estaba nublada por el llanto, no podía ver bien pese a haber regresado de la inconsciencia hace unas horas. Lágrimas amargas caían libremente por sus pálidas mejillas; deseaba morirse ahí mismo y no volver a despertar nunca más. Así jamás volviera a ver al amor de su vida prefería eso a tener que explicarle el porqué de su comportamiento en cuanto lo notara pues era inevitable que no lo hiciera…

 

***

Ikki, Ikki, Ikki… todo su mundo era y siempre sería el joven caballero de bronce hermano mayor de Andrómeda. Ese hombre con su comprensión, calidez, sencillez que oculta bajo la coraza de frialdad, soledad e indiferencia sanó las heridas, borró las cicatrices de su lastimada alma y corazón. Lo amaba como nunca amó a nadie, se derretía de solo sentirse a salvo entre sus fuertes y trabajados brazos; moría de tan solo recibir un casto beso suyo. En estos cuatro meses fue su único consuelo y salvación. Sus noches eran tan frías y oscuras cuando Fénix no estaba a su lado para abrazarlo y acurrucarlo… Ya le tenía la suficiente confianza como para poder entregarse a él, la única persona con la que estaría voluntariamente, la única a la que amaría por el resto de su vida para toda la eternidad.

 

*Prepararé un jugo de maracuyá para que no te asaltan esos pensamientos absurdos sobre dañarme Ikki, no lo harás, confío plenamente en ti porque te amo…*-pensó el rubio custodio de la sexta casa. Encaminó sus pasos hacia la cocina, dejando de lado su meditación para llevar a cabo sus planes. Mañana sería su cumpleaños y necesitaba estar con Ikki íntimamente, entregándole su cuerpo para purificarse y borrar todo el mal, daño que el muy maldito de Saga de Géminis le causó tras violarlo brutalmente, hiriéndolo, destrozándolo por dentro no solo físicamente sino también en alma y espíritu.

 

Con  gran entusiasmo Shaka preparó todo. Colocó velas aromáticas alrededor de toda su habitación, pétalos de rosa sobre la cama formando un corazón, champagne porsiacaso, fresas rojas y deliciosas para degustar en caso les diera hambre y una radio con CD de música romántica y sexy escondida entre las blancas cortinas.

 

Esa noche durmió en el piso de la sala, sobre unas colchas para no arruinar la sorpresa y no estropear el trabajo que le costó arreglar todo…

 

A la mañana siguiente, cuando recién habría los ojos se encontró con una imagen muy hermosa. Su amor le había traído un enorme ramo de rosas, una caja de chocolates entremezclados con tofis de todos los sabores existentes y como si no fuese mucho le trajo una estatuilla de Buda con una inscripción en japonés que traducido decía: “Feliz cumpleaños mi amado Shaka de Virgo”. Totalmente feliz y emocionado, se puso en pie y apenas lo consiguió se abalanzó sobre su japonés, besándolo con locura, hambruna, amor, erotismo… Tumbados en el suelo, el dorado sobre el moreno; ambos unidos en una amorosa y fuerte caricia labial.

 

-Feliz cumpleaños mi vida!!-fue lo único que el fénix pudo pronunciar tras despegarse de aquellos dulces labios.

 

*Este sin duda alguna será el mejor cumpleaños de toda mi vida*-Gracias por el saludo mi amor…-susurró Virgo mientras con sus finos brazos abrazaba el cuerpo del menor que aún permanecía bajo el suyo.

 

-Podríamos levantarnos por favor?? El piso está muy frío y mi espalda se está congelando-habló un divertido Ikki mientras observaba a su hermoso ángel riendo sonrojado, intentando esconder su mirada apenada al mismo tiempo que lentamente se levantaba, alcanzándole una de sus blancas manos para que la tomara y así poder ayudarlo a levantarse. Una vez parados, se quedaron mirando por unos cuantos minutos, sin decir ni una sola palabra.

 

El hindú estaba muy nervioso… ¿Cómo proponerle a Ikki que fueran a su recámara? Y lo más difícil… ¿Qué decirle cuando este le preguntara la razón de semejante petición?... Rayos!! Justo en ese momento tenía que asaltarlo el temor y la incertidumbre…

 

-Quieres tomar jugo de Maracuyá??-preguntó asombrando al Fénix.

 

-He??...sí, gracias mi amor… pero preferiría un jugo de naranja…

 

-Mi pollito, te recomiendo tomar jugo de Maracuyá!!-exclamó Virgo seguro. No podía permitir que Ikki tomase otro jugo o de lo contrario sus planes se arruinarían.

 

-Por qué quieres que tome un jugo con esa fruta??-interrogó curioso. Para ser francos a Shaka nunca le había gustado esa fruta tan exótica y hace unos meses atrás dicha fruta fue el centro de sus estudios… la razón… no la sabía…

 

-Te lo diré en cuanto termines el jugo!!-fue todo lo que se escuchó pues Virgo desapareció por un momento, internándose en la cocina, saliendo después con un gran vaso lleno de un líquido medio mostaza con amarillo.

 

-Toma mi amor. Que lo disfrutes!!-argumentó el dorado con una voz muy dulce e infantil.

 

Obedientemente y a causa de la sed Ikki se tomó todo el vaso de una sola, como quien dice “seco volteado”.

 

-Vaya mi amor, que sediento estabas…-comentó el rubio antes de tomar entre los suyos los labios de su amor. Nunca se cansaría de besarlo; simplemente aquellas carnosidades eran tan adictivas que él no podía resistir la tentación de seguir profanando aquellos labios tal como la primera vez que los probo. (Ellos se dieron mutuamente su primer beso)

 

Poco el beso subía de tono, permitiendo que las manos recorrieran el cuerpo del contrario, pasando por las espaldas, tocando y acariciando… Ikki sentía un calor sumamente agradable recorriendo enteramente su ser, posándose especialmente en su entrepierna, volviéndolo casi loco de placer.

 

Sin darse cuenta llegaron a la habitación del dorado.

 

-Shaka… tú preparaste todo esto??-preguntó un poco sorprendido tras observar los adornos del lugar, dando clara señal de que sería el testigo de la entrega mutua de sus cuerpos, almas y corazones.

 

-Sí…-contestó el rubiecito hermoso tras sentir como su amor lo tomaba de la cintura, lo cargaba y así llevado en brazos lo colocaba con delicadeza sobre la cama, colocándose él encima de Virgo.

 

Todo fue absolutamente hermoso. Saberse entre esos fuertes brazos, sintiendo las íntimas caricias, los besos, lengüetazos sobre su  virginal cuerpo lo tenían al borde de perder la cordura; ningún tipo de temor e inseguridad lo atacó en su momento de dicha. El hermano mayor de Shun besaba su cuello, sus hombros, descendía, bajando hasta su torso, atrapando entre sus dientes aquellas rosadas protuberancias sobresalientes en ese amplio pecho, jugando tortuosamente con ellas, mordiéndolas, besándolas, succionándolas, lamiéndolas, sacando gemidos y jadeos de los dulces labios y Shaka.

 

-ahhh…mmm…mmm…I-kki…

 

-Mi budita hermoso… eres tan delicioso que nunca me cansaría de  besar tu níveo cuerpo…-gimió incapaz de contener la electrizante corriente que inició en su miembro y terminó en su cerebro tras recibir tímidas caricias sobre sus hombros y pecho.

 

Reanudando su camino bajó al ombligo, degustó, atreviéndose a posar sutilmente su mano sobre aquel falo duro, erguido y caliente que clamaba atención. Una vez recorrido, acariciado, excitado aún más si era posible se alejó, dejando de lado el miembro de su hindú para dirigir su mano a la cadera, conduciéndola luego a la parte de atrás, a la estrecha entrada. Fénix no pudo evitar soltar una risita tras el respingón y el estremecimiento que recorrió aquel celestial ser en cuanto pecaminosamente sus dedos tantearon el recinto.

 

-Tranquilo, mi amor… yo nunca te haré daño, confía en mí…-intentó darle seguridad a su amado.

 

-Yo confío en ti, es solo que por más que quiera esos terribles recuerdos de lo que me pasó no me dejan en paz y justo vienen a mi mente en mi mayor momento de gloria… al momento en el que pienso entregarme a mi eterno amor!!

 

-Shhh… entrégate a mí sin temores… recuerda y ten presente siempre que te llevaré en mi corazón hasta el día de mi muerte y más halla…-murmuró amorosa y sensualmente, logrando poco a poco que el doradito se relajara mientras que tres de sus dedos preparaban el dulce recinto, ensanchándolo para que puede recibirlo.

 

Una vez listo y más que dispuesto para soportar la mayor unión de sus cuerpos, colocó las largas piernas de Shaka sobre sus hombros, llevando su duro miembro a la estrechísima entrada, empujando suavemente, entrando despacio, sintiendo la arrolladora estrechez apretar su virilidad con fuerza. Por un momento se quedó quieto, esperando a que su amorcito se relajara y acostumbrara a él. Una vez acostumbrado el mayor empezó a mover sus caderas, dando indicios de que el otro hombre podía continuar…

 

Empezaron con las envestidas, arremetiendo con fuerza, profundamente, tocando en cada vaivén el punto G, aquel punto interno en el cuerpo del angelito que lo hacía retorcerse de placer…

 

Tras feroces, placenteras envestidas llegaron juntos al orgasmo, liberando sus simientes uno en el cálido refugio de la pasión y el segundo sobre el vientre del menor. Completamente agotados se dejaron car sobre el lecho…

 

-jajajaja… verdaderamente mis estudios acertaron y sí, esa es la verdadera fruta de la pasión…-comentó el ángel tras haber recuperado un poco el aliento.

 

-De que estas hablando mi amor??

 

-Qué te insistí en que tomaras jugo de Maracuyá por la sencilla razón de que esa es la fruta de la pasión!!

 

-mmm… que pillin… lo tenías planeado, cierto??

 

-Pues sí…

 

Al final no fueron necesarias las velas, la música ni nada que no fuera la cama, los sentimientos, el amor y… la verdadera fruta de la pasión: Maracuyá.

 

Fin

Notas finales:

ojalá haya sido de su agrado y que no me odien por lo que Saga le hizo a nuestro rubiecito hermoso.

cuidense

nos leemos en otros fics.


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