Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mutismo por TsukiNokuroUsagui

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

-Los personajes no son mios, le pertenecen a la sensei Maki Murakami-

 

Sé que puede sonar ridículo el quedarse sentado o recostado sobre el mismo lugar por mucho tiempo sin moverse, manteniendo lo misma posición, como si me hubiese vuelto un mueble en este cuarto, tan silencioso que hasta yo mismo me pregunto si sigo respirando o no.

No es la culpa de nadie. Si hubiese que culpar a alguien entonces debería ser yo, por aceptar las cosas como se me fueron dadas, dejar que todo se acumulase y llegase a un punto en donde todo ha implosionado y me hallo totalmente desnudo y sin protección de la vida, de mis miedos, de mis demonios.

"Usted sufre de depresión"

Nunca pensé que una simple palabra pudiera etiquetar a una persona como lo hacen con las vacas cuando las marcan con fuego. Hay quienes tras un accidente quedan en coma, pierden alguna facultad de su cuerpo y por ello les quedan secuelas, como posibles problemas psicológicos. Sin embargo yo no tenía motivo, no tenia razón de ser, yo ya sabía cómo era este juego, este mundo de la fama, que al principio te puede aceptar con los brazos abiertos para luego darte un abrazo pulverizante. También sabia como era Eiri, como era "eso" que nosotros llevábamos y que no se podía llamar relación.

Sé que no lo quise hacer. Si me pongo a pensar tengo aún cosas que deseo hacer, metas que lograr, lugares que quiero visitar, pero en ese momento parecía una opción tan llamativa, tan liberadora..

Las vacaciones forzadas nunca me han venido bien, tener que estar en casa sin tener nada que hacer es significado a tener tiempo para pensar que es lo más detesto, porque me doy cuenta de mi realidad y es una donde cada día que pasa no me gusta.

Soy gay, sí, nunca podre tener hijos, pero ese no limita a que no pueda tener una familia con la persona que amo. Pero tras diez años de carrera y de amor idílico todo sigue igual o peor.  Eiri con sus acostumbradas salidas y sacadas de pies del plato y yo teniendo que hacer el que no me doy cuenta, el tonto, como él me dice.

No soy tonto, Eiri. Que sea, o haya sido, muy escandaloso era porque necesitaba llamar tu atención, necesitaba saber que esos ojos siquiera en algún momento se posaban en mi, en mi; la persona, no en mi; el cuerpo. Sé que tras tantos años llega  la costumbre y ya ciertas heridas se habían hecho cayo pero simplemente ese día que hice eso exploté, no lo pude soportar más.

No creas que es solo por ti, al final si permití que "esto" me afectase fue porque al final fui yo el que quiso que así se diesen las cosas, supongo que yo también me obsesione contigo, pensé que eras el único, cuando para ti era uno de mucho, aunque fuese al único al que rindieses cuentas.

Y ahora estas con el cargo de conciencia, que me pregunto cuánto durara.  Tú me ves aquí echado y en tus ojos veo molestia, sé que me he vuelto un paria en esta casa.

"Shuichi, es hora del almuerzo"  me dices cuando entras el cuarto sin tocar la puerta, la cual no tiene cerrojo porque la ha s mandado a sacar estratégicamente para que no me vaya a encerrar y valla a intentar hacer lo mismo. Y me pregunto porque te has tomado la molestia.

No te respondo y te ofuscas la poca paciencia con la cual naciste exigua hace gala de su naturaleza azotando la puerta, avanzando a zancadas mientras haces que el tatami cruja bajo tus pies. Llegas a la cama y me tomas de los hombros obligándome a mirarte.

"'¡Respóndeme! Di algo, lo que sea, pero deja de estar así. "  Dices la última frase casi como un susurro, casi como si de verdad lo sintieses. No te entiendo Eiri, fuiste tú el que me gritaba que me callase, el que no te contestase cuando discutíamos, el que me dejaba en claro que yo era mantenido y aprovechado, cuando no era así; el que me hacía sentir tan poca cosa cuando decidía hacer cara a tus sinvergüencerías que solo me dañaban y me dejan como un estúpido.

Después de mirarnos por unos segundos mientras tu mirada luce dolida, yo aparto tus manos y me vuelvo a colocar los audífonos haciendo que la música inunde mis oídos, transportándome lejos y mientras me voy perdiendo veo como te paras de la cama y te marchas maldiciendo e insultando no se qué sandeces, pero las puedo intuir por cómo se mueven tus labios y por el ceño fruncido que llevas, ya tan habitual en ti como un sello de nacimiento.

No te quiero hablar. Para qué hacerlo si ya nada volverá a ser siquiera lo que antes era, donde tu venias y me robabas minutos de mi vida en la cual me mostrabas aquello que alguna vez pudiste ser con alguien en el pasado, pero que nunca fue porque ya no vive y que por eso tampoco sería conmigo, sino solo aquí, en el intimo lugar de las sabanas de una cama, la cual al amanecer despertaba fría y sin memorias. 

Llega la noche y de seguro me he quedado dormido porque me siento ligero casi me flotase, no he ingerido alimentos no se cuantas horas porque Eiri se ha mantenido casi la mayor parte del día en la casa y ahora lo único que hago aparte de estar recostado como un mueble escuchando música, es vigilar los sonidos de la casa para saber cuándo se encuentra sola u ocupada por su dueño.

Todo se escucha tan monótono, supongo que es el anhelado silencio que el tanto demandaba, en algo siquiera logre hacerlo feliz. Lo que hice no lo quise hacer y como estoy en fase de observación, si no pongo de mi parte seré llevado a un instituido de recuperación que es lo menos que deseo. Siquiera hasta ahora han camuflado mi desaparición de los escenarios como un viaje que he tomado al extranjero para disiparme, pero la entrada a un hospital psiquiátrico seria el fin de lo poco que me queda.

Con la poca energía que me queda decido levantarme y dirigirme a la cocina para prepararme algo.  Por los pasillos tengo remembranzas de lo que pudo ser y no fue. Tantas personas habían querido tener una relación conmigo, personas que a lo largo de mi vida habían sido tan atentas pero que yo nunca di una oportunidad por serle fiel al que no conoce esa palabra en su vocabulario. Sin poder reprimirlo una sonrisa a medias se forma en mis labios, esa misma que tiene Eiri y que tras tanto tiempo comencé a copiar, que tonto de verdad soy.

Estoy a punto de hacerme un emparedado cuando la puerta se abre estrepitosamente, haciendo que brinque del susto. Te veo ahí, entrando a punto de caerte siendo llevado por una mujer que te sostiene lo mejor que puede, mientras los dos están tan ebrios que ninguno se da cuenta de mi presencia.

Con total descaro intentas besarla, mientras ella te sigue el juego y con zapatos y todo entran a tientas a la casa. Prendes la luz de la sala mientras te quitas el saco y tienes la mirada ida, hasta que tus ojos se posan en esa cosa estática que se encuentra en tu cocina.

"Shu...Shuichi" Pronuncias mi nombre como si fuese un fantasma y parece que mi sola presencia te ha vuelto sobrio porque tus ojos lucen preocupados mientras balanceas tu mirada entre yo y ella.

Intentas avanzar para explicarme pero hago lo que crees que no puedo, o debo, pero simplemente  me lo había evitado por el tedio de tener una plática sin fondo, que no iba a llevar a nada.

"No te preocupes Eiri, ya me iba a mi cama, tu puedes seguir en lo tuyo"

Me miras con tanta sorpresa que tus labios tiemblan sobre tu rostro, sin llegar a articular ninguna palabra. Me doy media vuelta e intento escabullirme de tu presencia cuando siento tu fuerte agarre sobre uno de mis brazos.

"Shu, espera, esto no es lo que parece. Yo... bueno, solo fui a beber y... " me hablas como queriendo que te hable pero para que, me siento cansado. Intento zafarme de tu agarre pero no me dejas solo comienzas a ofuscarte por mi renovado mutismo.

"Háblame, maldición, ella no es nada , es solo un affaire de una noche, no iba a ser mas"

Entonces siento como el pecho se me estrecha y se me hace difícil respirar. Ya no puedo, tu no eras parte de mi sueño, pero me absorbiste tanto que perdí toda visión de lo que verdaderamente quería y ahora encima por lo que luche está a punto de ser lanzado por la borda.

"Déjame"

"...¿Qué?"

"¡Que me sueltes te digo, ya no soporto esto, quiero que me dejes en paz si te la quieres tirar, hazlo, yo estoy muerto para ti y está bien porque para mí tu también estas muerto!"

Tengo tantos sentimientos encontrados como odio, frustración, ira, que tengo miedo de mi mismo. Tengo que salir de ese lugar, sino lo hago ahora no podre salir vivo.

"¿A dónde vas?"

"Al sanatorio, para curarme de ti"    

 

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final!

Sorry si algunos lo encontraron raro pero si pueden me gustaria que me comenten para saber que les parecio :3

Cuidense y recuerden que la vida a pesar de todo es bonitaa y es una niñ@s! =D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).