Oscuridad… Siempre esta oscuro… No me gusta, pero sé que es por mi bien… ¿Por qué nací así? ¿Porque es tan malo?... ¿Acaso fui una mala persona en mi vida pasada?... ¿Por qué ser castigado así?
Escucho que alguien toca la puerta. Uno… dos… tres… No más toques. Es mi familia. Es seguro.
- MIsaki-kun es hora de levantarse, se te hará tarde para la escuela- es mi hermano Takahiro.
- Ya voy onii-chan- me levanto y me dirijo al baño.
Tomo una ducha lo más rápido que puedo, no me había dado cuenta de que era tan tarde. Después de vestirme voy al espejo frente a mi cama y me los pongo. No son muy cómodos, pero no tengo opción. Si alguien descubre mi secreto estaré en problemas y mi familia pagara el precio.
Sacudo la cabeza, debo dejar de pensar esas cosas. Si soy cuidadoso nadie tiene porque enterarse.
- Muy bien, que empiece el día- digo con una gran sonrisa
En el comedor me esperan todos, ya están desayunando. Huele muy muy bien.
- Hey!!! Me tocaba hacer el desayuno hoy- les reclamo
- No es nuestra culpa que te quedaras dormido- se ríe mamá.
Hago una mueca que rápidamente se convierte en sonrisa y todos nos reímos un poco. Me siento a la mesa y me sirvo 3 hotcakes y un buen vaso de leche.
- Mamá eres la mejor cocinado- le dice mi hermano mientras se lleva un gran bocado a la boca.
- Si lo se amor- Mamá le sonríe dulcemente.- pero no lo olviden muchachos, una vez casados su esposa es la mejor cocinera del mundo
- ¿Y no cocina bien?- le pregunto
- Aun si incendia la casa entera, sigue siéndolo
Volvemos a reír. Mamá es una mujer muy dulce. Aunque ya es algo mayor su cabello café sigue teniendo un bello brillo y su suave sonrisa siempre ilumina sus ojos castaños.
- Escuchen a su madre niños, algún día se lo agradecerán- papá le toma la mano a mamá y nos sonríe.
Papá siempre está leyendo el periódico, es un hombre muy simple, con necesidades simples. Mi hermano se parece mucho a él, ambos con cabello y ojos negros.
Después de desayunar me apresuro a lavarme los dientes y doy un rápido vistazo a mi aspecto. Mi cabello, castaño igual al de mamá, esta revuelto y es imposible de peinar. Nunca he tenido problemas de acné, por lo que mi piel está bien. Y finalmente… mis ojos, oscuros como los de mi padre…
Niego nuevamente con la cabeza. No debo pensar en esas cosas. Es peligroso.
Mi hermano y yo nos dirigimos hacia la escuela. La casa se despide de nosotros y nos desea buen día.
Al caminar por la ciudad me quedo observando el cielo gris. Los libros de historia dicen que el cielo solía ser azul antes de que las guerras comenzaran. Y muchos dicen que en las ciudades de los ricos aún se puede ver. Pero seguro sólo es un rumor.
En las grandes pantallas de los edificios se ven los anuncios de hoy. Al parecer lloverá, que sorpresa. Hoy es el día de las Naciones Unidas, el día en que todos los países del mundo hicieron la paz.
- Misaki apúrate, se nos ira el tren- me apremia Takahiro.
No sé cuál es la prisa, el tren viaja a 10,000 kilómetros por hora, llegamos a la escuela en 10 segundos. Pero que se le va a hacer. Me subo rápidamente, muchos de mis compañeros del salón están en el mismo vagón, así que no vamos tan tarde.
A veces me sorprende que los trenes sean tan grandes, en cada vagón hay asiento para al menos 300 personas. Aunque claro, con el paso de los años la población ha crecido mucho. Miro a los pasajeros, cada uno está ocupado en sus aparatos electrónicos, ninguno le presta atención a nadie.
De vez en cuando alguno me mira y le sostengo la mirada. Negros. Otro me mira. Cafés. Una niña. Negros. Un anciano. Cafés.
Para cuando bajamos del tren ya había contado 4 pares de ojos cafés y 6 negros. De trecientas personas, sólo 10 levantaron la mirada. Me dirijo a la escuela y me separo de mi hermano.
- Te veo en la tarde Misaki- me revuelve el cabello y se va corriendo.
Takahiro es un genio en cuanto a la escuela, así que desde los 14 años ya está en la universidad, mientras que yo teniendo 17 estoy en segundo año de preparatoria. No soy especial, al menos no en ese sentido…
- Waaa ya deja de pensar en eso- me regaño en voz alta, lo que hace que algunos se me queden viendo.
Apenado me dirijo mi edificio. Saco mi tarjeta y la deslizo por el identificador. Un segundo después la plantilla donde estoy parado se eleva y me lleva hacia mi salón.
Una vez acomodado en su lugar me levanto para saludar a sus amigos.
- HEY MINNA!!!- los saludo con una gran sonrisa.
- Hola Misaki-kun- me saluda Rika, sus ojos negros brillando.
- Hola Rika-Chan- puedo notar como se sonroja cuando le sonrió sólo a ella.
Rika es muy bella, su largo cabello negro y brillante enmarca sus delicadas facciones. Me gusta y a veces siento que yo también a ella.
- Ya ya, tendrán tiempo para novios después- dice Gou-kun, mi mejor amigo.
- N-no somos novios- dice Rika apenada.
- Eh? Pero si mira lo sonrojada que estas- juega apretándole los cachetes mientras ella reniega.
Es así casi todas las mañanas. Mis amigos son muy animados y siempre no la pasamos bien, nos conocemos desde siempre. Siempre les puedo contar todo y ellos a mí. Bueno, casi todo…
- MISAKI!!!- me grita Gou.- ¿Qué te pasa hoy? Estas muy distraído
- Jeje lo siento, sólo pensaba en algunas cosas- les respondo nervioso.
Antes de que puedan preguntarme algo más entra el profesor Kamijou. Nos sentamos rápidamente pues sino se pone a lanzarnos cosas de su escritorio. Ese hombre tiene la puntería de un demonio. Siempre te da en la cara.
- Takahashi Misaki- El profesor pasa lista
- Presente- le respondo rápidamente
Rayos, estaba distraído, un segundo más y hubiera terminado muy mal…
El profesor aleja su mano de la grapadora, estoy a salvo. El profesor viene de una familia rica, por lo que él también lo es a pesar de su apariencia…
Hace ya varios años, debido a algunas sustancias que se utilizaron en la guerra, dejaron de nacer personas con ojos de color. Ahora están casi extintas, por lo que el gobierno sintoniza cada nacimiento por si nace alguien con ojos que no sean negros o cafés. Normalmente esos niños nacen en las familias ricas, ya que casi todos ellos son así. Les llamamos “Niji”.
El profesor Kamijou permanece con su familia porque está en sus genes el poder tener hijos con ojos de color. Algún día se casara, lo más probable es que sea con un hombre, para que sus genes no intervengan tanto y aun así ayuden.
Aunque claro de vez en cuando nace un bebé así entre los de clase media. Cuando eso sucede se le paga una muy fuerte cantidad de dinero a la familia y el bebé pasa a manos del gobierno, donde crece con una familia rica y más adelante tendrá que casarse con alguien que también sea Niji.
“A muchos les puede parecer un poco cruel, pero sólo el 5% de la población tiene ojos de color. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas” eso había dicho el gobierno.
Entonces sentí un gran golpe en la cara, algo duro y liso. Un libro.
- Takahashi-kun continua la lectura por favor- me pidió el profesor volviendo a sentarse.
- Ah, si- por el rabillo del ojo pude ver a Rika señalándome la parte donde se habían quedado. Era un ángel.
- Después de que todos los países se unieron en uno sólo se declaró que habría dos clases: La media y la alta. Esto con el fin de acabar con la pobreza y que todos tuvieran una buena educación. Tomo casi 100 años en que este programa se completara pero finalmente en el año de 2300 ya no había más pobreza…
Sonó el timbre.
- Muy bien, hasta aquí por hoy. Mañana quiero sus ensayos a primera hora de la mañana. Si no están en mi escritorio para cuando entre…- sonrió casi sádicamente.
Todos nos quedamos congelados del miedo. Pobre diablo el que no lo entregara.
-Nee Misaki-kun- me llamo Rika, venia corriendo.- ¿Puedo acompañarte a casa?
- C-claro- Podía sentir mi cara caliente.
De camino decidimos tomar un café. El lugar lo elegí yo, era mi lugar favorito. Un sencillo edifico color verde olivo con tapiz café. Algo viejo pero bastante acogedor, además el que el lugar lo atendieran personas y no maquinas lo hacía muy acogedor.
- Dime Misaki ¿A dónde piensas ir cuando te gradúes?- me pregunto Rika mientras tomaba su quinta galleta.
Me gustan las mujeres con buen apetito.
- Aun no lo sé… No quiero ser doctor como mis padres y no soy un genio como mi hermano como para ir por una ingeniería, pero creo que me gustaría entrar a la edición de mangas- le respondo emocionado.
- ¿Enserio? Tienes que estudiar mucho de diseño y manejo de pantallas táctiles para eso
- Lo sé, pero lo que lograre lo vale jeje
Una vez que terminamos el café nos dirigimos a mi casa.
- ¿Y de qué hiciste tu ensayo?- me pregunta para romper el silencio
- Oh, lo hice de como inventaron el papel a base de los desechos y así evitaron la contaminación
- Vaya, es impresionante, yo sólo hice unas páginas sobre que nos deberían dejar convivir más con los Niji, seria lindo verlos de vez en cuando para variar ¿No crees?
Le devuelvo la sonrisa lo más que puedo. En realidad estoy más nervioso que antes. Primero porque su sonrisa es muy linda, y segundo no me esperaba que sacara ese tema.
- Este… la verdad no me interesa mucho- espero que esa respuesta la satisfaga
- ¿No te parece injusto que los mimen tanto sólo por tener un iris diferente?
No tengo tanta suerte
- N-no, la verdad, no es como si viviéramos mal… digo podemos ser ricos también algún día…
- Pero sigue siendo injusto, si tan sólo…
- Ya déjalo- la interrumpo
Me mira confundida. No es de extrañar, nunca la había callado. Pero simplemente no soporto el tema… Creo que es en parte porque comparto su opinión, pero se perfectamente que no es la única razón.
- Lo siento Rika, no es personal, es sólo que…- piensa rápido, piensa rápido.- Me duele un poco la cabeza- le sonrió inocentemente.
- Por la mueca que estás haciendo te creo- Oh, eso dolió.
Por fin llegue a casa. Rika se fue sólo un momento después, rechazando la invitación de mi mamá a cenar, poniendo de excusa que aún no imprimía su trabajo.
Después de la cena les doy las buenas noches a todos y me dirijo a mi cuarto. Como siempre está muy oscuro. Las ventanas siempre están cerradas con las persianas de acero delgado. Enciendo la luz y me dispongo a hacer mi tarea.
El ensayo para entregar mañana descansa sobre mi escritorio. No puedo evitar pensar en lo que dijo Rika; seguro seria genial que nos dejaran convivir a todos juntos, pero por el momento sabemos que es imposible. Seria problemático si alguno se enamorara de un Niji o viceversa.
Bueno ¿en verdad sería tan malo o es lo que los demás quieren que pensemos? Cada quien debería tener el derecho a decidir con quién vivir, con quien casarse, de quien enamorarse…
Por suerte no tengo que preocuparme de esas cosas. Me gusta Rika y estoy seguro de que yo a ella. En dos semanas será su cumpleaños, seguro será buen momento para pedirle que sea mi novia, aceptara, andaremos por un par de años. Sus padres me quieren mucho por lo que no se opondrán cuando les pida su mano. Nos casaremos, tendremos una familia, yo trabajare para que nunca nos falte nada y cuando llegue el momento me jubilare y envejeceré junto a Rika mientras disfrutamos de nuestros nietos
Ese es mi plan de vida. Es lo que más deseo en el mundo y si las cosas siguen como hasta ahora seguro podre hacerlo.
Una vez que he guardado mi trabajo, me cambio a mis pijamas. La casa la tiene lista como siempre.
Una vez vestido me dirijo a mi espejo y me los quito cuidadosamente. A una parte de mí no le parece justo, pero también sabe que no hay nada que hacer. Mientras nadie descubra mi secreto, no hay de qué preocuparse…