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Pequeño príncipe (BangLo) por SongJiAri

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Notas del fanfic:

Aquí otro BangLo, sólo que este one-shot es mucho más largo que "El niño del patio".

Notas del capitulo:

Otro one-shot de temática mágica para la colección, espero que les guste :).

“ Pequeño príncipe “ (BangLo)

 

“ Sus ojos me han cautivado, príncipe

Sus labios me han atraído desde el principio, su alteza

Esto es algo que no puedo hacer

Más no me importa

Yo quiero, en la parte más cercana del bosque del palacio verte

Con tu típica túnica blanca de príncipe del bando bueno

Que sea a la medianoche

Te prometo que allí estaré “

 

De Bang Yongguk para Choi Junhong.

 

Bang Yongguk, hijo de uno de los caballeros más importantes de la corona de Ciudad mágica Maldita, hacía no mucho se había encontrado con el pequeño príncipe del reinado mágico bendito y tras salvarlo de ser fuertemente atacado por unos ninjas malvados se empezaron a llevar muy bien.

 

En el momento que esa fue enviada estaban enamorados pero aún no se habían logrado ver sin que las autoridades, los caballeros o los sacerdotes de cualquiera de las dos religiones mágicas sospecharan; varias veces el príncipe Junhong había tenido que poner la excusa de estar rezando a su religión para que nadie sospechara.

 

Junhong dejó la carta encima de la mesa. De un momento para el otro la ocultó debido a que venía la reina, valga decir, su madre,

 

Madre – Hijo, los caballeros nos han informado de que han estado llegando cartas de un hijo de un prestigioso caballero de la corona maldita, ¿hay en las cartas alguna amenaza hacia ti o hacia el reinado?

Junhong – Sí, madre, las típicas amenazas de guerra – Mintió

Madre – Tranquilo, hablaré con los caballeros para ver si pueden aumentar la vigilancia en el bosque que lleva a Ciudad mágica Neutra, que es por donde podrían entrar en caso de querer atacar.

 

Junhong se alivió; al parecer no estarían en el bosque a donde iría él, el cual daba al centro de la ciudad por un lado y a Araso, un pueblo campestre por otro.

 

Bosque Asina del Sur – Medianoche

 

Junhong allí estaba, esperando por aquel algo estúpido pero gracioso caballero del bando contrario. Al fin Bang llegó, venía volando por los cielos como todo hechicero.

 

Yongguk – Me ha esperado mucho, su alteza, ¿estoy en lo cierto?

Junhong – Sí, aunque para mí no supone un problema… No me llames “su alteza”, que en confianza estamos.

Yongguk – Seguramente te viste obligado a decir que había amenazas de guerra en esos escritos… En sus ojos lo veo, pequeño príncipe.

Junhong – Has acertado – Respondió él riendo

Yongguk – Lo sabía – Dijo tomándolo de la mano – Ven, vamos bosque adentro, aquí estamos muy expuestos.

 

Junhong asintió y así lo hicieron, fueron unos dos kilómetros bosque adentro. Se detuvieron en medio del bosque.

 

Yongguk – Le tengo desprecio a tu religión por obligarte a acostarte con todo tipo de autoridades de la iglesia hasta que encuentres al ideal… La idea de que alguien te haya tocado antes no me agrada nada.

 

Junhong rió amargamente. Luego se puso serio.

 

Junhong – Tengo diecisiete años y esa obligación es a partir de los quince, aún así, no muchos me han tocado. Yo no puedo incitarlos, ellos tienen que venir a mí y muchos no lo hacen porque aún soy muy joven y quieren que conserve mi inocencia, que, por cierto, ya está perdida de las cosas por las que tuve que pasar acostándome con algunos de los sacerdotes.

Yongguk - ¿Qué te han hecho? – Preguntó interesado en saber sobre la religión del bando al cual pertenecía el menor

Junhong – Una vez me tocó un sacerdote sadomasoquista del cual salí llorando y siendo curado luego, aún recuerdo cómo me daba con el látigo que generalmente usan con los caballos. Y si mal no recuerdo, creo que fue el primero con el que tuve sexo.

 

Yongguk hizo una mueca, muy sorprendido.

 

Yongguk - ¿Y tus padres no hacen nada?

Junhong – Mi religión dice que debo ejercer esa obligación a partir de los quince… El problema es que no puedo rechazarlos, si vienen a mí, debo aceptarlos… Y no sólo aceptarlos, estoy obligado a gemir de placer durante el acto… Si no lo hago y me delatan ante mis padres estoy obligado a hacer cualquier cosa que el sacerdote pida. Es por ello que cuando toman mi cuerpo le soy fiel a mis fantasías para relajarme.

Yongguk – Eso… Es horrible, yo pensé que la religión bondadosa se regía por la pureza del ser y la igualdad, pero ya veo que no.

Junhong – Lo peor es que debo cuidarme aún con mis fantasías ya que en ellas apareces tu y no sería bonito que descubrieran que tengo algo contigo.

 

“En ellas apareces tu” – Esas palabras resonaban en la cabeza de Bang, quien sonrió de satisfacción; saber que el menor pensaba en él cada vez que alguno de esos horribles sacerdotes lo tomaban salvajemente le hacía sentirse importante.

 

Yongguk - ¿Quiere cumplir sus fantasías con la persona con la que las tiene, pequeño príncipe? – Le dijo acercándose a él con una sonrisa burlona

Junhong – Suena bien – Dijo cerrando los ojos esperando al contacto de los labios de Yongguk

 

Así pasó, Yongguk lo besó, pero no salvajemente como él lo esperaba, era un beso tierno, suave y casto.

 

Yongguk – Seguramente con algunos sacerdotes la pasaste muy mal, no permitiré que te pase eso conmigo – Le dijo al oído acariciándole sus hombros

 

Junhong sonrió ante el detalle de acordarse de él, acarició su mejilla.

 

Yongguk volvió a besar sus labios de la misma forma, bajando por su cuello expuesto, succionándolo, lamiéndolo suavemente, provocando que jadeos sonoros de parte del menor salieran de su boca.

 

Le quitó la túnica, dejando que esta cayera a sus pies, se sorprendió al ver que abajo no traía nada, Junhong se avergonzó y, con un notorio sonrojo, decidió explicarle el detalle.

 

Junhong – Mi religión me obliga a no llevar nada debajo de la túnica ya que deja ver mejor mi cuerpo e incita de algún modo a que se me acerquen.

 

Yongguk jadeó sorprendido, más no dejó su trabajo de acariciar al menor, lo levantó y lo llevó hasta una parte de suelo liso del bosque no muy lejos de allí, lo tumbó en el suelo y, posicionándose sobre él, volvió a su cuello, comenzando un sendero de besos, pasando por su pecho, succionando sus pezones, y bajando hasta encontrarse con el miembro del menor, el cual devoró por completo. Provocando que un sonoro gemido escapara de los labios de Junhong quien se llevó su mano a su boca y se la tapó para no llamar la atención a posibles personas que rondaran el bosque y/o a animales.

 

El vaivén que realizaba Bang sobre su miembro, sacándolo y metiéndolo en su boca, lamiendo cada centímetro de él, provocaba que quisiera cada vez más ser tomado por aquel hombre que en tan poco tiempo le robó por completo su corazón.

 

De repente, Yongguk sacó el miembro de Junhong de su boca, llevó dos dedos a la boca del menor quien comenzó a chuparlos sin vergüenza alguna.

 

Cuando Bang creyó que estaban lo suficientemente lubricados por la saliva los sacó, la mano tomó dirección a la entrada del menor, donde metió un dedo, Junhong no se incomodó; había hecho cosas muy horribles como para que aquello le doliera, Bang metió el segundo dedo, lo cual le causó placer.

 

Después de unos minutos de estar dilatando al menor sacó sus dedos y comenzó a meter su miembro, provocando que Junhong pidiera más, Bang lo entendía, si había estado con gente sadomasoquista, era obvio que esto ahora no le iba a doler.

 

Enseguida empezó un vaivén lento y delicado, como si el cuerpo del menor fuese a partirse en dos si lo hacía más fuerte, aumentó el ritmo, mas este ritmo no era salvaje.

 

El vaivén que realizaba Bang volvía loco al menor, quien pedía por más, aferrándose a su espalda, cuando creyó que era demasiado placer para una noche, de un sonoro grito llegó al orgasmo.

 

Yongguk aún no había llegado al orgasmo, pero tan sólo unas pocas estocadas rápidas más bastaron para que se viniera dentro del menor. Salió delicadamente y se vistió. Le llevó la túnica al menor, quien se la puso enseguida y pretendía irse al castillo de nuevo.

 

Yongguk – Tal vez si vas ahora los caballeros vean que saliste y no tengas otra opción de decirles que estabas conmigo.

Junhong – Pero… ¿A dónde iré entonces?

Yongguk – A mí casa – Dijo con simpleza – Hace mucho tiempo que se suprimieron las prohibiciones hacia los hechiceros o criaturas del bando bueno, por lo que nuestro amor no está prohibido, hasta nos podemos casar por la iglesia maldita.

Junhong – Ah… No lo sabía… ¿Entonces puedo ir?

 

Yongguk rió un poco ante la inocencia del menor.

 

Yongguk – Claro que puedes… - Llevó dos de sus dedos a la nariz del menor apretándola levemente entre sus dedos – Mi pequeño y hermoso príncipe

 

Castillo del reinado bondadoso – A las siete de la mañana del día siguiente

 

Jieun - ¡SU ALTEZA, SU ALTEZA! – Gritó desesperada cruzando el pasillo corriendo hacia la sala de los reyes, valga decir los padres de Junhong

Padre - ¿Qué ocurrió, señorita? – Preguntó intentando tranquilizarla

Jieun – Junhong… - Balbuceó con mucha dificultad de la desesperación

Madre - ¿Qué ocurrió con él? – Preguntó muy asustada

Hyosung – No está en su dormitorio – Dijo igual de preocupada – Lo hemos buscado por cada rincón del palacio, los mozos del comedor están ayudando a revisar de nuevo… ¡PERO NO ESTÁ!

Madre – Las cartas… - Balbuceó muy asustada

Padre – Oh no, las cartas que ha estado enviando ese Bang tenían amenazas… ¿Y ahora cómo puedo saber donde está mi hijo?

Hana – Su señoría, ¿quiere que mande a los caballeros a buscarlo por el bosque?

Padre – Si es posible sí, gracias Hana.

 

Hana salió del lugar con su amiga Sunhwa.

 

Madre – No puedo creerlo.

Padre – Pero… ¿Has leído las cartas?

Madre – No… - Balbuceó

Padre – Vayamos a leerlas, tal vez las amenazas no hayan sido de guerra, sino de cortar el legado del reinado.

 

Fueron al dormitorio de Junhong y encontraron la última carta enviada por Bang, en la que le pedía al príncipe para verlo en el bosque.

 

Padre – Claramente, esto es una declaración… Pero no sabemos si Junhong aceptó o se enfrentó a él y algo pasó…

Caballero 1º - Iremos diez caballeros en su búsqueda diviéndonos en áreas para explorar toda Ciudad mágica Maldita, cinco por el centro y cinco por la periferia.

Padre – De acuerdo. Si encuentran al tal Bang, tráiganlo con vida.

Los diez caballeros - ¡COMO USTED DIGA SU ALTEZA! – Dijeron mientras salieron corriendo

 

Ciudad de Darkan (Ciudad mágica Maldita) – Veinte minutos después

 

Caballero 3º - ¿Tienen sus intercomunicadores mágicos en caso de que algo pase?

Los demás – Sí.

Caballero 4º - Bien, es hora de dividirnos, los cinco primeros buscaremos aquí, ustedes avancen hacia Triso, Paomi y Trínoto, que aunque sean más bien pueblos es muy probable que el príncipe esté allí, ya que allí mandan brujos buenos a tortura.

Los demás – De acuerdo.

 

Se dividieron.

 

Caballero 1º - Darkan es una ciudad muy grande pero no debemos dividirnos más por si nos descubren.

 

Mientras tanto, del lado de Yongguk y Junhong

 

Junhong – Me encantaría poder pasar el resto de mí vida contigo.

Yongguk – Claro que podrás pasarla, si te quedas aquí.

Junhong – No sé si puedo quedarme aquí, me buscarán por mucho tiempo y aún así, aunque no me encuentren no me declararían desaparecido.

 

Yongguk cargó al menor cuan bolsa de papas en su hombro.

 

Junhong - ¡YA, BANG! Jajajaja por favor, bájame jajaja ya está – Pidió entre risas

 

No muy lejos, los caballeros se sobresaltaron al escuchar esa voz tan conocida para ellos.

 

Caballero 3º - Esa es la voz del príncipe.

Caballero 2º - Y por lo visto no fue secuestrado, esto fue voluntario.

Caballero 4º (por el intercomunicador) – Vengan YA, hemos encontrado al príncipe.

 

Del otro lado los caballeros asintieron y se encaminaron de regreso a Darkan.

 

Los cinco caballeros - ¿JUNHONG, SU ALTEZA, DÓNDE USTED SE ENCUENTRA? – Preguntaron en voz alta

 

Junhong – Oh no, nos encontrarán.

Yongguk - ¿Qué importa? Seguirás siendo mío – Dijo mientras lo besaba, Junhong no pudo evitar corresponder al beso, y mientras que se besaban, los caballeros los encontraron

Caballero 1º - ¿Qué es lo que su alteza se encuentra haciendo? – Preguntó rozando su espada contra el cuello de Junhong, provocándole un sobresalto y un escalofrío causado por la frialdad de la espada

 

Junhong no pudo responder.

 

Yongguk – Besándome, nuestro sentimiento es mutuo.

Caballero 5º - Una cosa es que su alteza se acueste con los sacerdotes, por religión está obligado a hacerlo hasta encontrar a su tipo… Pero… ¿Se acostó voluntariamente con usted?

Junhong – Sí, yo quería y fue mucho mejor que con cualquiera de los sacerdotes pervertidos con los que me tocó revolcarme.

Caballero 3º - Su alteza – Balbuceó muy sorprendido

Caballero 1º - ¡CUIDE SU LENGUAJE, JOVENCITO! – Dijo intimidándolo

Yongguk – Ven, ellos no valen la pena – Dijo cargándolo en brazos y desapareciendo con él

 

De vuelta en el palacio – Ciudad mágica Bendita

 

Padre - ¿Entonces eso pasó? ¿Él no volverá?

Caballero 1º - No lo creo…

 

Bang Yongguk y Choi Junhong se casaron por la iglesia maldita, el padre de Bang aceptó su amor dado que veía que el chico era buena persona con Yongguk y que estaba dispuesto a cuidarle y amarle por el resto de su vida.

Los padres y el reinado bendito, por su lado, tuvieron que adoptar a un niño que fuese el heredero al trono dada la pérdida de Junhong.

Notas finales:

¿Les gustó? ¿Les gustaría que más adelante hiciese otro fiction de temática de hechicería?


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