Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Con Ayuda de un Médium por HarumiUzumaki

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La idea se me ocurrio una noche que no podia dormir.

Los personajes no son mios son de Masashi Kishimoto, yo solo los tomo para crear locas historias d:

Notas del capitulo:

Espero les guste y sea de su agrado.

Cualquier falta de ortografia, disculpenla. :D

 

 Te Encontré.

Caminar ya no se le hacía tan difícil, lo había estado haciendo por días y no pensaba detenerse hasta encontrar a la persona que lo ayudaría.

Había escuchado maravillas de él y sobre todo de la ayuda que brindaba para que los fantasmas encontraran la paz. Así que después de indagar un poco sobre esa persona se decidió ir a buscarlo.

Ya se encontraba cerca, reviso la dirección para comprobar que no se equivocaba. Sonrió al darse cuenta que se encontraba en el lugar correcto.

-Te encontré…

Camino hacia la entrada de la casa, dudoso si debería continuar. Un vago pensamiento atravesó su mente, y si estaba dormido. Como saberlo la casa estaba oscura, no quería incomodar y mucho menos a esa hora.

Pero no podía esperar más, lo había estado buscando por días y su problema era urgente.

Camino unos pasos más decidido en lo que hacía, se pregunto si debería tocar o solo entrar. Opto por lo segundo y camino sin detenerse, traspasando la puerta sin problema, aun no se acostumbraba a ello.

Se quedo quieto viendo el lugar, era una casa bastante sencilla y acogedora, se pregunto cuándo fue la última vez que estuvo en un lugar así, ya ni lo recordaba.

Siguió observando el lugar hasta que diviso una tenue luz proveniente de una habitación. Se acerco despacio, sin mucho apuro, avanzo hasta que estuvo frente a un joven que leía un libro.

El lugar en el que ingreso era la sala de estar, pudo divisar un estante lleno de libros junto a la ventana, frente a este un sillón de cuero negro, en donde se hallaba sentado el joven leyendo, el cual era alumbrado por una pequeña lámpara.

Se puso a observar al joven por un instante, tenía los ojos y el cabello negro ónix a la altura de la barbilla, la piel tan blanca como la nieve, y estaba vestido con jeans negros y una camiseta azul oscuro.

No supo cuanto tiempo estuvo parado frente a él, pero tenía prisa, así que decidió hablar.

-Podría ayudarme por favor. -Al parecer su voz sonó suplicante, ¿pero porque paso eso?, ni él lo sabía.

El joven de cabellos ónix alzo la vista asombrado, que cosa hacia un intruso en su casa y no uno cualquiera, sino un fantasma. Se percato de eso cuando lo vio transparente y algo brillante.

Pero que hacia un fantasma desconocido en su casa, eso lo tenía que averiguar, antes que lo eche de mala manera.

-Se puede saber quién te dio permiso de entrar.-trato de sonar calmado.- Que acaso no sabes que no puedes entrar  en las casas así. -Estaba molesto, como se atrevió ese fantasma a entrar sin su permiso.

-Lo siento, no trato de ser un entrometido dettebayo, pero es que… yo necesito su ayuda. –Sabía que no debía entrar a las casas así, pero él lo hacía por algo urgente.

-Que acaso no te enteraste. Estoy retirado, ya no ayudo a los fantasmas desde hace tiempo.

- No lo sabía. –Ahora que haría, ya nadie lo iba ayudar. Eso no le podía estar pasando, primero que se muere de improviso y ahora que no lo iban ayudar.

-Bromeas verdad.-dijo volviendo en sí. –Es que… si tu ya no me ayudas entonces… yo, creo que me va dar un infarto.- Puso una mano sobre su pecho y comenzó a respirar agitadamente.

-Pero que cosas dices dobe, si ya estás muerto.- No lo podía creer, que clase de fantasma se comportaba así. –Y porque necesitas mi ayuda. –Eso lo inquietaba, que clase de fantasma lo buscaba para que lo ayude, si eran las personas las que lo buscaban para ayudar a los fantasmas.

-Es que… necesito que me ayudes averiguar sobre mi muerte.

-¿Qué,  acaso no sabes de qué falleciste?

-Sí, es solo que mi muerte fue provocada.

-Podría saber de qué falleciste.

-En un accidente automovilístico, solo que, el auto estaba bien cuando mi amigo lo conducía y de la nada nos volcamos.

-Nadie se accidenta de ese modo así nada más. –Lo dijo mas para sí mismo que para su ¿invitado?

-Por eso necesito tu ayuda, no podre estar tranquilo e irme a descansar allá arriba hasta saber quien causo la muerte de mi amigo y mía.

Eso al azabache lo tenía confundido e interesado, por alguna razón quería saber la verdad sobre la muerte del fantasma, pero por otra no quería inmiscuirse en ese asunto. Pero el bichito de la curiosidad gano.

-Vamos hacer algo sí. –Dijo viéndolo directamente a los ojos. –Voy a ayudarte, que te parece si mañana  hablamos mejor las cosas. –Necesitaba pensar mejor y para eso tenía que descansar.

-Enserio, gracias, muchas gracias ttebayo. –No podía ponerse más feliz, al fin lo iban a ayudar.

-Sí, ahora que te parece si te marchas y mañana vuelves para que hablemos.

-Irme, no tengo a donde ir. –Había estado caminando por días, que salir para volverlo hacer. ¡No gracias!

-Ni creas que te voy a dejar pasar la noche aquí. –Pero que se creía ese fantasma, después de haberse entrometido en su casa sin su permiso, ¡que!, creía que lo iba dejar pasar la noche ahí, ¡ni loco!

-Pero… está bien. –Se puso de pie y avanzo hacia la puerta. –Ya mañana nos veremos… ah…

-Sasuke, Sasuke Uchiha y tú eres…

-Naruto… Uzumaki creo, no recuerdo bien mis apellidos.

-Bueno Naruto, ya mañana nos vemos, adiós. –Y comenzó hacerle señas con la mano para que se fuera.

Sin hacerse esperar, Naruto salió de la casa del mismo modo que entro.

Al fin estaba solo, necesitaba descansar y acomodar sus ideas.

Pero que había pasado, acababa de aceptar ayudar a un fantasma, ¿pero porque?, si hace un mes atrás se juro así mismo no volver a ser un médium y hace unos instantes rompió tal juramento. ¿Pero porque lo hizo?, así, porque aquel fantasma intruso llamo su atención, no solo porque le interesara su caso, sino por su apariencia, con sus cabellos rubios alborotados, sus ojos celestes cual cielo azul, su piel bronceada y esas extrañas marquitas en cada mejilla que le parecieron bigotes. Por alguna razón le pareció familiar, pero no recordaba a quien y ese atuendo poco común que estaba usando, pantalón de algodón negro y una sudadera anaranjada, a donde iría con tales prendas. Se pregunto.

Y a que se refería al decir que le provocaron la muerte, eso sí le interesaba, tal vez tras la muerte del rubio habría un gran caso.

Pero ahora tenía que dejar de pensar en el fantasma e irse a dormir, ya que ni siquiera se dio cuenta a qué hora  subió a su habitación, ni en qué momento se comenzó a poner el piyama, pero no le tomo importancia ya que se puso a pensar sobre que haría mañana.

 

Sacar la basura, brillante idea se les había ocurrido a su oneesan y su oka-san, la respaldaba en eso. Por eso detestaba estar de vacaciones y más porque le dejaban los quehaceres de la casa. Agradecía que su oka-san estuviera para ayudarlo en algunas cosas. Pero igual no le gustaba lo que tenía que hacer a diario.

Saco la basura y la puso en la vereda, para cuando viniera el basurero se la lleve.

Miro al frente  a la casa de su vecino  y diviso a alguien durmiendo en la entrada, estaba sentado y apoyado contra la pared y recargaba su cabeza sobre sus rodillas. Pero no era alguien normal sino un fantasma, que hacia un fantasma en la entrada de la casa de su vecino, ya que según había escuchado su vecino de había retiro de eso de la clarividencia.

Corriendo se metió a su casa y se puso a observar por la ventana.

-hijito que estas mirando. –Se acerco hacia la ventana una mujer de cabello corto castaño claro y ojos azules brillantes. –Oh!... un fantasma, pero quien será.

-No lo sé oka-san, pero en cierto modo me llama la atención. –Comento un pelirrojo con la mirada seria.

 

El ruido del despertador retumbo en sus oídos, comenzó  a estirar la mano para apagarlo, pero no lo encontraba. Se sentó perezosamente y comenzó a buscarlo con la mirada sobre la cómoda que tenia a lado de la cama, no vio al bendito despertador que seguía  sonando más fuerte y recordó que le día anterior de un almohadazo lo había votado al suelo.

Diciendo porque a mí, se puso de pie y comenzó a buscar el despertador y lo encontró al costado de la cómoda y a su lado la almohada que lanzo el día anterior.

Se pregunto desde cuando se había vuelto tan desordenado, así desde que comenzó a vivir solo.

Recogió el despertador, lo apago y lo puso en su lugar, recogió la almohada, la sacudió y la puso sobre la cama.

Salió con paso lento de su habitación y bajo hasta la cocina, comenzó a revisar el refrigerador y no encontró nada que comer. Renegando subió a cambiarse, bajo tomo la cartera con las llaves y salió de su casa.

Casi le da un infarto cuando volteo a ver a la pequeña sombra que estaba sentada al lado de su puerta y lo peor, el conocía a esa sombra.

-Dobe, se puede saber que haces aquí. –dijo alterado.

La pequeña sombrita levanto la cabeza asustada. –A quien llamas dobe, teme además a donde querías que me  fuera. –Estaba molesto y como no estarlo si lo habían levantado de una fea manera.

-Naruto no me digas que pasaste la noche aquí. –Hablo más calmado.

-Sí, pase la noche aquí. –Se puso de pie. –Además que problema hay, no tengo a donde ir.

-Por eso optaste por quedarte afuera de mi casa.

-Sí, y que hay con eso. Además si no tuviera apuro no me quedaría, ttebayo. –Estaba serio, necesitaba resolver sus problemas pronto porque si no, ya sería demasiado tarde.

-Bueno ya que, me puedes esperar, voy a comprar unas cosas cuando regrese hablamos. –Y comenzó alejarse dejando a Naruto solo.

Este solo opto por volverse a sentar y apoyar su cabeza en la pared. Tenía que esperar a Sasuke, no le quedaba de otra.

Pero algo le incomodaba y era cierto niño de la casa de enfrente que no paraba de mirar por la ventana en la dirección que él estaba. El sabia que las personas no podían verlos, bueno los veían cuando el fantasma se manifestaba ante ellos, pero el ahora no estaba haciendo eso, así que ese niño no lo podría estar viendo, ¿cierto? , entonces porque seguía observando en su dirección.

Era imposible que ese niño tenga algún don igual que el tal Sasuke, ¿verdad? ¡No!, eran alucinaciones suyas, ese niño no lo podía estar viendo, así que era mejor dejar el asunto de lado, ya que no quería saber nada de ese niño y tampoco quería problemas con el fantasma que había en esa casa.

Para su suerte Sasuke apareció con un par de bolsas. Abrió la puerta y paso al recibidor.

-Vamos Naruto, pasa. –Se hizo a un lado dejando un espacio para que el fantasma entrara.

-Gracias. –Se puso de pie y algo dudoso entro a la casa.

Sasuke cerró la puerta y guio a Naruto hacia la cocina.

Ahora que observaba mejor la casa era de estilo minimalista, bastante sencillo y de colores neutros. Junto a la sala de estar estaba las escaleras que daban al segundo piso y al lado izquierdo de estas, la cocina-comedor.

Entro y se sentó en el primer taburete que encontró.

-Quieres comer algo. –Pregunto dejando las bolsas sobre la encimera.

-No como nada, gracias. –Como preguntaba algo así, que acaso se había olvidado que era un fantasma.

-“Ay” lo siento, olvide que eras un fantasma. –Era enserio. –Ahora si Naruto, dejándonos de bromas. –Entonces lo decía en son de broma, maldito. –Dime exactamente para que necesitas mi ayuda.

-Que,  no te lo había dicho ayer.

-Me dijiste una parte, no toda la historia completa. –Se sirvió una taza de café. –Además como quieres que te ayude si no se nada, recuerda soy médium no adivino. –Esto último lo dijo con sarcasmo.

- Chistosito, bueno te contare lo que recuerdo y te aseguro que no será gran cosa.

-Estas empezando a olvidar verdad. –Naruto asintió. –Bueno dime lo que recuerdes servirá de algo.

-Bueno… mi amigo fue a recogerme, no recuerdo a donde iríamos pero fuimos a recoger su auto al taller, al parecer lo habían reparado, cuando estábamos por la carretera algo paso y nos accidentamos, ttebayo…

Esa muletilla a Sasuke le pareció graciosa y algo familiar, donde la había escuchado, no lo recordaba.

-Eso es todo lo que recuerdas…

-Sí, luego estuve caminando y buscándote para que me ayudaras

-Y tú amigo, porque él no está contigo. –Eso le daba curiosidad, donde estaba el amigo del rubio.

-Pues, él se fue al cielo. –Dijo con voz triste. –Me dijo que lo llamara si necesitaba alguna ayuda, pero, no recuerdo su nombre solo su apariencia y tampoco sé cómo llamarlo.

-Yo si lo sé, pero si no sabes su nombre no servirá de nada.

-Y, ¿cómo vas ayudarme? –Tenía curiosidad, quería saber cómo lo ayudarían.

-Tengo un primo que puede ayudarme, pero necesito  saber más de ti

-Como… que cosa…

-Recuerdas algo sobre tu pasado, como tus familiares o algo por el estilo.

-No recuerdo  casi nada de mis familiares, tampoco recuerdo mi edad y a las justas recuerdo mi nombre y uno de mis apellidos. Por eso necesito que me ayudes rápido, porque si no voy a terminar olvidando todo y no quiero ser un alma errante.

-Está bien, te ayudare lo más antes posible.

-gracias, ahora no sé cómo pagarte tanta amabilidad. Dettebayo.

-Pues con dinero con que mas, ni creas que esto lo estoy haciendo gratis.

-Pero yo no tengo nada ttebayo.

-Tú no, pero algún familiar tuyo sí. Ya que cuando averigüe sobre ti saldrá el nombre de algún pariente tuyo y ahí les voy a cobrar. –Sonrió de medio lado.

-Yo que te creí una buena persona teme…

-Si lo soy, si no lo fuera no te estaría ayudando dobe. Además tengo que comer no, las cosas no son gratis.

-Si eso lo sé. Ahora dime ¿dónde me voy a quedar? –Pregunto sonriendo.

-Disculpa quien dice que te vas a quedar en mi casa dobe…

-No seas así teme, no tengo a donde ir y no pienso seguir durmiendo afuera de tu casa. –Dijo haciendo un puchero.

-Ese no es mi problema, te voy a ayudar, con eso debería bastarte no crees…

-Anda no seas malo, déjame quedarme en tu casa, sí, además me voy a podar bien, lo juro…

-No. –Comenzó a caminar hacia la sala.

-Te conviene que me quede… así estando cerca… te podría decir lo que recuerde y te serviría para que me ayudes, si.

-Te lo pensaste mucho verdad dobe, pero está bien. –Dijo sonriendo de medio lado y volteando a ver al Uzumaki, que tenía una cara de enojo por la ofensa.

-Mira teme si no fuera porque me estas ayudando, juro que te mataría.

-Me estas amenazando, porque si es así, pues no te podrás quedar en Mi Casa. –Resalto lo ultimo para dejarle en claro al rubio lo que decía.

-No, no, no, era broma como crees Sasuke kun. –Dijo con una sonrisa falsa. – Teme me las vas a pagar algún día. –Pensó el rubio poniendo una cara de maldad. –Y puedo saber en dónde voy a dormir.

Sasuke lo pensó, tenía una habitación disponible, la que fue de su hermano y para su suerte estaba desocupada.

-Sígueme. –Comenzó a guiar a Naruto al segundo piso, en donde le mostro la habitación. –Te quedaras aquí hasta que todo termine.

-Qué bonita habitación, ¿de quién fue? –Pregunto mientras observaba asombrado.

-De mi hermano mayor, pero él ya no volverá  y que bien que te guste. Bueno tengo cosas que hacer. –Comenzó salir de la habitación. –Así lo olvidaba. –Se asomo por la puerta. –Todo lo que necesites me lo pides a mí, mi habitación está al frente, siéntete como en tu casa y por favor, nada de travesuras ni de estar asustando a los vecinos.

-Que me crees,  se comportarme y para serte sincero no me agrada mucho la gente.

-Pues ya somos dos, bueno me voy.

Sasuke bajo las escaleras pensando en cómo resolvería el caso de Naruto.

Ya lo sabía, podría buscar a su primo, al fin de cuentas él era policía y le dijo que lo llame cuando tuviera un apuro. Qué bien, podría contar con él.

Solo esperaba que nada malo pasara mientras Naruto estuviera en su casa.

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, la continuo...

Comenten y critiquen, estan en todo su derecho.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).