Era bastante el tiempo que llevaba Jonghyun observando a aquel chico de ojos rasgados, su nombre era Lee Jinki y su aspecto puede que no tuviera nada especial pero era un chico muy amable. Unas gafas ocultaban sus ojos y su cabello castaño cubría casi toda su frente. Tenía una sonrisa encantadora en su rostro que parecía no querer desaparecer con nada. Para su plan era necesario que aquel chico se encontrara sólo y eso era justamente lo que aquel otro chico, Taemin, le impedía. Llevaban casi una hora charlando y después de haber esperado todo ese tiempo sólo para hablar a solas con Jinki, el estado de ánimo de Jonghyun solo iba de mal en peor, pero debía esperar por el bien de su tan preciado plan. Necesitaba hablar a solas con Jinki así que tendría que esperar lo que fuera necesario y mientras lo hacia su mente divagaba en sus recuerdos.
Después de un largo y agotador día de clases, Jonghyun se dirigía a su habitación arrastrando los pies y apoyándose en las paredes del pasillo para evitar desplomarse debido al cansancio, mientras pasaba por la habitación de su hermana escuchó sin querer un fragmento de su conversación que despertó enseguida su curiosidad. Su hermana estaba teniendo una típica charla de chicas con su mejor amiga y pensó que luego podría chantajearla con decirle a los demás el nombre del chico que le gustaba así que decidido a escuchar se detuvo y apoyó su cabeza contra la puerta para escuchar mejor.
− So Dam-ah, ¿recuerdas que el otro día me pediste que te ayudara a conquistar al chico que te gusta?
− ¡Si! ¿Me ayudarás con eso eonni?
− Te lo prometí, así que lo haré.
− Waa~ ¿qué debo hacer? – preguntó So Dam emocionada.
− Mira, la solución a tus problemas amorosos está en esta botella.
Jonghyun se asomó un poco por la puerta y logró ver como So Dam tomaba una pequeña botella transparente con un liquido de contextura extraña.
− ¿Qué es esto?
− Una poción de amor
− ¿De verdad? ¿Funciona?
− Claro tonta, de otro modo no te la daría. Lo único que tienes que hacer es poner algo tuyo dentro y dársela a la persona que te gusta.
− Eso suena un poco asqueroso… - se quejó So Dam.
− Es más asqueroso tener un amor no correspondido – se burló su amiga.
− Hehehe, tienes razón.
− Siempre la tengo. ¡Ah, se me olvidaba una cosa! La poción sólo funciona… – de repente la amiga de So Dam se quedo en silencio - ¿No te sientes observada?
− Qué tontería, no hay nadie en casa. Sólo sigue contándome – la animó So Dam.
− De todos modos, cierra la puerta por si acaso – pidió la amiga de So Dam.
− Está bien.
Jonghyun se aparto rápidamente de la puerta para evitar que lo descubrieran espiándolas, luego de que estuviera cerrada volvió a acercarse pero por más que acercaba su oído a la puerta no podía escuchar nada, por lo que se fue a su habitación. Aunque no logró escuchar el nombre de la persona que le gustaba a su hermana y ya no podría chantajearla, una mejor idea que incluía –amores no correspondidos y pociones de amor– estaba formándose en su mente.
Al día siguiente fue el primero de su casa en levantarse y sin que su hermana lo notara se coló en su habitación y tomó la botella que contenía la poción de amor. Se dirigió a la cocina, tomo un jugo de frutas de la nevera y lo remplazo por la poción. Luego la metió en su mochila y se encamino a la escuela para ejecutar su plan.
Cuando al fin ese pequeño engendro del mal que distraía a Jinki se fue, se acercó al mayor a toda prisa, cómo si lo hubieran liberado de un largo encierro.
− ¡Hyung! – lo llamó Jonghyun.
− ¡Oh! Jonghyun – saludo el mayor dándole una sonrisa angelical – ¿pasa algo?
− Si, necesito pedirte… - comenzó a hablar Jonghyun siendo interrumpido enseguida por Taemin.
– Onew hyung~ – Taemin se acercó nuevamente a ellos – olvidaba decirte que Key hyung quiere que almorcemos en su salón.
En ese momento, Jonghyun sólo quería tomar a Taemin y ponerlo en el otro extremo del mundo para que se alejara de Jinki por un buen rato y le permitiera seguir con su plan. Pero por el momento se conformó con sujetar a Jinki del brazo y arrastrarlo hasta un lugar apartado de la escuela y de Taemin.
– Nos vemos luego, Taemin. – trato de despedirse Onew, pero era demasiado tarde para ser escuchado porque Taemin ya había desaparecido de su campo de visión.
Cuando finalmente estuvieron solos, Jonghyun fue directo al grano, sacó una botella de jugo de plátano de su bolsillo y se la ofreció a Onew.
− Toma Hyung. – dijo Jonghyun con una sonrisa nerviosa en su rostro.
− ¿Qué es esto? – preguntó Jinki mientras recibía la botella con cautela. Jonghyun miró en todas direcciones y se aseguró de que no hubiera nadie alrededor antes de responder.
− Es una poción de amor. – explicó Jonghyun – quiero que se la des a Kibum.
− Espera, espera… déjame ver si entendí bien. ¿Esperas que esto – dijo Onew apuntando la botella de jugo en su mano – haga que Key se enamore de ti?
− Exacto – Respondió el menor con confianza. Y la confirmación de Jonghyun fue suficiente para que Jinki estallara en carcajadas.
− No puedes estar hablando en serio. Es la tontería más grande que me has dicho hasta ahora. – dijo Jinki cuando por fin pudo controlar su ataque de risa, pero luego de decirlo no pudo evitar volver a reírse.
− No son tonterías Hyung~ Es de la amiga de So Dam y ella es una especie de bruja. ¡Tiene que funcionar! Por favor dásela a Key ¿sí? – pidió Jonghyun nuevamente.
− ¿Y porque no se la das tú? – cuestionó Jinki controlando sus carcajadas, aun sin tomar muy enserio todo lo dicho por Jonghyun.
− Sabes que no me permite acercarme a él. – le recordó Jonghyun.
− Olvídalo Jonghyun, son sólo tonterías de chicas. – se negó Jinki, sacudiendo sus manos y restándole importancia.
− ¡Hyung! Sólo tienes que dársela, ¿si? Soy tú donsaeng favorito, tienes que hacerlo – volvió a insistir Jonghyun.
− Ambos sabemos que Taemin es mi donsaeng favorito – corrigió Jinki con el entrecejo fruncido haciendo que Jonghyun lo mirara con reproche.
– No planeaba utilizar esta técnica contigo, pero ya que no coperas… – masculló Jonghyun. A continuación acorraló a Jinki contra la pared y apoyo uno de sus manos junto a su cabeza mientras invadía descaradamente su espacio personal.
– Hyung – lo llamó Jonghyun con voz seductora, mientras lo miraba fijamente a los ojos en su faceta de galán.
– Está bien, está bien. Sólo aléjate de mí. – respondió Jinki, notablemente nervioso por la cercanía con Jonghyun.
– Gracias Jinki hyung, sabía que podía contar contigo – dijo Jonghyun, deshaciéndose de inmediato de su personaje y alejándose con una amplia sonrisa.
– Sólo lo haré para que te des cuenta de que todo esto es una gran estupidez – advirtió Jinki, con reparo mientras Jonghyun simplemente seguía sonriendo. No podía estar más feliz porque pronto Kibum estaría enamorado de él.
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Para la hora de almuerzo Jinki y Taemin se reunieron en el salón de Kibum como lo planearon. Taemin y Key conversaban animadamente mientas Jinki comía con lentitud de vez en cuando dándole miradas furtivas a Key. ¿Qué pasaría si esa poción de verdad funcionara? Se río de sí mismo, como podía siquiera pensar en considerar esa posibilidad, el mismo había dicho que era una estupidez.
Ya casi terminaban de comer, por lo que Jinki sacó la botella de jugo con la poción y la puso sobre la mesa junto al plato de Key.
− Un regalo. – se justificó ante la mirada extrañada que le dirigieron ambos chicos.
− Ya tengo mi jugo, gracias. – respondió Key, tratando de no ser descortés pero rechazando el supuesto regalo del mayor.
− Pero este es mucho más sabroso. – trato de convencerlo Jinki, no se suponía que fuera tan difícil hacer que Kibum se bebiera la poción.
− No quiero, no me gusta el plátano. – declaró Kibum, volviendo a concentrarse en su comida.
− Dámelo a mí, hyung. – pidió un emocionado Taemin tomando la botella de jugo.
− ¡No! – exclamó Jinki asustado, arrebatándole la botella de las manos a su dongsaeng favorito.
− ¿Por qué no? – Preguntó Taemin haciendo un puchero – Key hyung no la quiere, además dijiste que era deliciosa~
− Es que...tú… – comenzó Jinki, intentando encontrar alguna excusa convincente para evitar que Taemin bebiera el jugo – ...eres intolerante a la lactosa, no puedes tomarlo. – dijo apresuradamente, sonriendo con nerviosismo.
− Pero el jugo no tiene lactosa… - dijo Taemin confuso – además no soy intolerante a la lactosa ¡Bebo todos los días leche de plátano! – le recordó Taemin.
− ¿Lactosa? Hahhaha. – Rió nerviosamente, ante la mirada sospechosa de Kibum, quien ya intuía que algo raro estaba planeando Jinki. – ¿Quién dijo lactosa? Hahahah. Yo dije fructuosa. – corrigió Jinki, con una sonrisa forzada en su rostro – Key, bébelo, bébelo es para ti – insistió Jinki acercando de nuevo el jugo al plato de Key.
– Ya te dije que no quiero. Si es tan delicioso tómalo tú. – dijo Kibum, mirando la botella con desconfianza.
– ¿Eh? ¿Yo? –balbuceo Jinki perplejo, nunca pensó que situación se volteara de aquella manera.
– Tómalo tú – le ordenó Key con una mirada retadora.
– Pero… yo lo conseguí para ti – trató de defenderse Jinki.
– Y yo no lo quiero y amablemente te lo estoy obsequiando – dijo Kibum tratando de sonar encantador y ciertamente lográndolo de una manera aterradora – Bébelo… al menos que tenga algo extraño dentro – amenazo, Kibum. Jinki tragó pesado ante la atenta mirada de Key.
Jinki comenzó a evaluar a toda velocidad sus opciones. Si no lo bebía, Kibum sospecharía de él y lo extorsionará hasta confesarle que intentó ayudar a Jonghyun a embrujarlo. No quería ni pensar lo que podría hacerle después si se enteraba. Pero sí lo bebía Jonghyun lo mataría por arruinar su oportunidad de enamorar a Kibum. Estaba entre la espada y la pared. Y definitivamente Key daba mucho más miedo, por lo que suspiro abatido y bebió todo el contenido en la botella de una sola vez.
– Ves no tenía nada raro. – mintió Jinki tratando de sonar convincente, cuando lo cierto era que aquella poción tenía un sabor asqueroso que casi lo hizo vomitar. Key le dirigió una última mirada sospechosa y luego termino de comer su almuerzo.
Jinki aprovechó la primera oportunidad que tuvo para salir corriendo de allí y dirigirse a su salón con la intención de ocultarse de Jonghyun, ya que el mayor pasaba la mayor parte del tiempo saltándose las clases y evitando estar en el salón. Pero para su sorpresa y mala suerte, cuando llegó allí Jonghyun ya lo esperaba sentado en su asiento y en cuanto lo vio entrar se abalanzo sobre él.
− ¡Jinki Hyung! ¿Lo hiciste? – preguntó Jonghyun sin hacer ningún esfuerzo por ocultar su ansiedad.
− Bueno… no exactamente… - respondió Jinki, moviéndose sobre sus pies con inquietud. No estaba seguro si debía contarle a Jonghyun la verdad.
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Taemin se dirigió a su salón, con una extraña sensación recorriéndole el cuerpo. Su día había comenzado de manera extraña, en el camino se había topado con dos personas que le habían ofrecido amablemente su ayuda, la primera le ofreció una bolsa de dulces y la segunda se ofreció a cargar su mochila en el autobús, algo muy extraño en la vida de Taemin. Esos dos acontecimientos consiguieron dejarlo alerta, algo extraño sucedería ese día o al menos eso presentía.
Y sus predicciones se cumplieron cuando el profesor anunció que un alumno nuevo se uniría a la clase. Dicho alumno, atravesó la puerta dejando ver a un joven alto y atlético, de cabello más o menos largo, bastante oscuro, de piel morena y ojos grandes. Al verlo por primera vez el mundo de Taemin se sacudió, sintió un cosquilleo en su estomago y su corazón comenzó a latir tan rápido que pensó que moriría. Con un poco de suerte logró reaccionar de su shock a tiempo para escuchar su nombre, pero de nuevo fue noqueado, su voz era terriblemente profunda y sexy… ¿sexy? Esa palabra ni siquiera estaba en el vocabulario de Taemin hasta que lo conoció. No le despegó la mirada de encima ni porque se sentó delante de él, pero no podría hablarle hasta el término de la clase. Después de un rato se halló a si mismo ideando miles de formas para acercarse al alumno nuevo, y cuando logró llegar a la conclusión de que la mejor manera de acercarse era la confrontación directa se puso de píe y avanzó los pocos pasos que lo llevaron hasta el puesto del chico.
– Hola, mi nombre es Lee Taemin. – saludó Taemin alegremente.
– Soy Minho. – respondió Minho con indiferencia.
– Lo sé. – Respondió inconscientemente – quiero decir… te presentaste en frente de la clase – aclaró a toda prisa dando un risita nerviosa, no quería dejar que su primera impresión fuera la de un acosador – Si necesitas algo, como un recorrido o las notas de clase, puedes pedírmelo. – ofreció con actitud amable.
– No es necesario, para eso está el presidente de la clase – respondió Minho cortante, mandando por un tuvo la amabilidad de Taemin. Por si fuera poco, luego se puso de pie y se encamino al asiento del presidente estudiantil dejando a un desconcertado Taemin tras él.
¿Qué fue eso? Se pregunto Taemin, sólo trataba de ser amable con el chico nuevo y bueno, estaba un poco interesado en él pero no era como si fuera a comérselo o algo, además ni siquiera había sido muy obvio. Sabía que este día sería extraño y sus sospechas se confirmaban. Nadie nunca lo había evitado de esa forma tan indiferente, Taemin era el chico lindo y tierno que le agradaba a todo el mundo. Y realmente lo había dejado en shock la actitud fría de Minho, pero no se quedaría de brazos cruzados no. De alguna manera haría que Choi Minho cayera ante su ternura.
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Jinki decidió que sería mejor decir la verdad. Le contó lo ocurrido a Jonghyun con lujo de detalles y para su sorpresa el menor no se veía enojado ni molesto, sólo parecía un poco preocupado y curioso… y muy decepcionado.
– ¿No te sientes diferente? – preguntó Jonghyun con curiosidad, dándole un mirada inquisidora.
– ¿Eh? – Jinki lo miró sin comprenderlo y sintiéndose un poco intimidado.
– Tomaste la poción, deberías estar enamorado de mí. – explicó Jonghyun.
– ¡No lo estoy! –Se defendió Jinki de inmediato, pero no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran ante la idea. – Te dije que era una tontería. – recordó Jinki para alejar el repentino nerviosismo.
– Supongo que tenías razón, hyung – dijo Jonghyun con aire desganado.
Y allí murió su conversación, Jinki no sabía que decir para hacer sentir mejor al menor, la verdad era que tampoco eran muy cercanos y no conocía mucho de él. Su relación se limitaba a la del alumno modelo de la escuela que daba tutorías un alumno de bajas calificaciones, así que no sabía que palabras eran las adecuadas en ese momento. Lo único que se le ocurrió fue darle un abrazo, pero no se atrevería a hacerlo ni en un millón de años y de todas maneras probablemente terminaría siendo golpeado hasta la muerte antes de siquiera poner un solo dedo sobre Jonghyun, no por nada era conocido como el matón de la escuela. Finalmente se decidió a hacer lo que mejor sabía, sonreír.
– Tranquilo, ya encontrarás otra manera – lo animó, mientras le daba una de sus relucientes y alegres sonrisas a Jonghyun, ignorando la extraña sensación de malestar que se formaba en su estomago.
Continuará...