-¡Que pase el que sigue! – gritaron del otro lado del mostrador.
- ¡Voy! – grité de vuelta, acercándome al mostrador – Hola, necesito algunas cuer… - miré hacia adelante y vi al vendedor.
- ¿Cuerdas de guitarra eléctrica, o acústica, o cuerdas de bajo? – me preguntó el chico, sin inmutarse, mientras me miraba.
- Gui…guitarra – sentía mi corazón latiendo desbocado en ese momento ¿Podría ser posible? ¿Acaso ese vendedor era la persona que alguna vez tanto desee? Miré la placa que tenía al lado derecho en su pecho decía “Kohara”…Esto realmente debía ser una mentira o solo un sueño, eran demasiadas coincidencias.
-¿eh? – me preguntó el vendedor, Kohara, ya que yo había tartamudeado y quizás no me entendió.
- GUITARRA – dije fuerte y claro, haciendo que toda la gente que se encontraba en la tienda me mirara con extrañeza.
- Aquí tienes – me entregó una pequeña bolsita, donde estaban las cuerdas de la guitarra. Yo solo las recibí aun shockeado.
- Gracias – le sonreí y me di media vuelta, para salir.
-Ehm…amigo, debes pagar primero las cuerdas, la caja se encuentra ahí - rió por lo bajo, y me sonrojé hasta por los codos, tenía demasiada vergüenza. Me indicó hacia donde debía ir. Indignado por ser tan estúpido, fui a la caja a pagar, y luego salí como bala de la tienda.
Caminé hasta una especie de plaza aun metido en mis pensamientos. Ese chico debía ser quien yo creía ¿o había cambiado tanto yo, que no me había reconocido siquiera? Miles de preguntas rondaban por mi cabeza. Quizás era cosa del destino que nos encontráramos y el no me recordara. Luego de pensar bastante rato, lo decidí: tenía que hablar con él, para salir de mis dudas. Fui nuevamente a donde estaba la tienda, y merodeé por afuera sin parecer una persona muy sospechosa. Me sentía como un psicópata pero era necesario hacerlo. Estuve vagando por las distintas tiendas de las calles, me tomé un café y comí una donut, hasta que ya era la hora que comenzaban a cerrar las tiendas, o eso suponía yo.
Me acerqué nuevamente a la tiendita de música. Me quedé parado afuera, en una especie de congelamiento, cuando estas pensando algo pero tu cuerpo no te obedece para hacer lo que tu cerebro le pide. Miré adentro, y ahí estaba el chico, alto con pelo castaño, y una piel perfecta, Kohara. Cuando miré, él estaba tomando sus cosas y poniéndolas dentro de una mochila negra.
-¡Me voy, Kai-san! – se despidió el chico, dirigiéndose a otro que estaba ordenando las últimas cosas de la tienda.
- Adiós, olvida lo de –san, Kohara, no soy tan mayor ^^ , que tengas un buen regreso a casa! – le respondió el otro, mientras el castaño salía de la tienda. Y ahí estaba yo, di un paso hacia adelante y quedé frente al castaño.
-Estamos cerrando, ¿necesita algo? – preguntó cordialmente, sin dejar de sonreír.
- Sí, necesito hablar contigo – Las palabras fluyeron de mi boca como nunca lo planeé. Tomé la mano del chico y lo llevé conmigo unos pasos más allá de la tienda.
- ¿Qué te pasa?! ¡No te conozco! –gritó sorprendido.
- No…¿No me recuerdas?
- Qué!? – puso cara de duda
- No recuerdas nada de lo que ocurrió esa vez, cierto? – dije agachando la mirada.
- … - miró al horizonte sin saber qué decir quizás buscando algún recuerdo vago en su memoria. – si al menos me dijeras tu nombre, podría hacer memoria.
- Soy Hiroto.
- ¿Hiro…!? – se cubrió la cara, yo me alegré de que hubiera recordado – eh, no recuerdo, aunque tu rostro me suena familiar. Puse cara de decepción.
- El bar ‘Black cat’, una noche de invierno… - me callé porque el castaño ponía cada vez más rostro de duda, y de que yo estaba loco.
- Pude haber estado ebrio… porque ese bar no tiene muy buenos comentarios que digamos… yo nunca ando por esos lados, excepto si es que voy con un amigo.
- ahá…pero conoces a Tora cierto?
- sí!, es uno de mis amigos… ¿Estábamos los tres ahí, tú, Tora, y yo? …lo llamaré entonces…así quizás entienda- se quedo callado un momento y miró mi mano, aun tomando la suya - ¿Podrías soltarme?
-eh, lo siento mucho.
- Adiós – se despidió con la mano y salió corriendo.
**Kohara****
Llegué a mi departamento a tocar guitarra, ese tal Hiroto me había confundido completo. Debía llamar a Tora, para poder aclarar mis dudas. Tomé mi celular y marqué el número de mi amigo.
-¿Tora?
- Hai – respondió alegre.
- Soy Kohara.
- ah, ¿Cómo has estado, mi Pony? – dijo juguetón
- No me llames Pony ¬¬ todo bien, pero tengo algo que preguntar. ¿Conoces a un chico llamado Hiroto?
- Uno bajito, ¿cara de bebé?
- ahá
- ¡Ya sé quien es! – casi me reventó el tímpano, lo fuerte que gritó.
- ¡Dime, Tora, por favor! – rogué.
- ¿Decirte qué? – Tora se hizo el tonto, odiaba esa actitud!
-¿Quién mierda es Hiroto? – me estaba desesperando.
- Pony, no te enojes, ya te digo. Hiroto es un chico ~
- Eso ya lo sé, baaka!
- Bueno, lo conocimos en un bar--- estábamos tú y yo, tú acompañándome como siempre a mis días de copas y estábamos algo ebrios. Lo que logro recordar es que, llegó ese chico y nos pusimos a conversar como si nos hubiéramos conocido de toda la vida, de hecho creo que él fue a la misma escuela que nosotros…bueno, la cosa es que se pusieron a hablar entre ustedes, y yo me quedé ahí solo, pero entró un chico, que venía a pasar sus penas de amor llamado…creo que Takanori.
- Ya… y qué más pasó con Hiroto?
- Hiroto y tú comenzaron a hacer juegos de quién bebía más, hasta que estaban casi muertos por tanto alcohol, si ni siquiera lo recuerdas, imagínate cuanto tomaste! Y te haces el santo >:C .
- ¡Ya lo sé!, pero termina de contarme!
- Ya, el Pony ebrio jeje. Al final, te fugaste con Hiroto a no sé dónde.
- ¿Me fugué!? Ah… ahora recuerdo algo, solo sé que me desperté en mi departamento y me dolía demasiado la cabeza, no había nadie conmigo.
- Y no te diste el tiempo de revisar al menos todo?
- Nop.
- Eres muy despistado, quizás hubieras encontrado alguna señal que alguien estuvo contigo…en la noche jajajaja – rió fuertemente por el teléfono.
- ¿ah!?
- Kohara, idiota, eres demasiado inocente, a veces te haría bien mal pensar las cosas un poco.
- ¿Qué quieres que piense? Si él es un hombre, yo también.
- Eso no dice nada.
- ¡QUÉEE!? – grité algo sorprendido por la extraña actitud de Tora.
- Ya, Pony, tengo que cortar, viene llegando el pedido de pizza, wii! – gritó emocionado. – ahí me avisas como te va hablando con el enano, ese.
- Okey, disfruta tu pizza. ¡Adiós! – me despedí.
- ¡Adiós! – Tora cortó la llamada, y yo aun tenía el celular puesto en la oreja, escuchando ese molesto pitido. Me fui a lanzar a mi cama. ¿Qué podía haber hecho esa noche? Prendí el computador y comencé a pensar qué podría haber hecho… había una sola opción, pero no recordaba, por ser un maldito ebrio!. Lo único que sabía era que nunca más en mi vida iba a ir a beber junto con Tora.
Por varios días esos pensamientos estuvieron atormentándome, no sabía que debía hacer y por lo menos, Hiroto no se apareció ningún día afuera de mi tienda. Y si él era un psicópata?, y yo solo un estúpido que se dejó llevar por el momento?
Así pasó una semana, hasta que Tora me invitó a ir con él a un bar. El imbécil me llevó al mismo de antes, el ‘Black cat’. Siempre decían que ese era el lugar donde se llenaba de prostitutas, y podía pasar de todo sin importar si eras hombre o mujer, pero por lo menos con Tora no había tenido malas experiencias, ya que un barman* de turno era su amigo, quizás por eso no nos había ocurrido nada.
Serían algo como las 23.30, y entramos al bar. La música ambiente, el olor a tabaco y alcohol, y esas paredes color carmesí que traían a la mente un lugar acogedor, aunque no quisiera admitirlo, extrañaba un ambiente así. Nos fuimos a los asientos que estaban al lado de la barra.
-Déme dos vasos de cerveza grandes, por favor – pidió Tora, con una sonrisa, mientras el barman asentía, preparando los vasos. Hubo un silencio incómodo entre nuestra conversación – quería hablar contigo, Kohara, jeje – sonrió ampliamente.
- ¿Cómo ha estado tu vida, Tora – kun? – Pregunté – últimamente has estado actuando algo raro, no será que… ¿estás enamorado?
- Qué cosa andas diciendo – se sonrojó, y bajó la cabeza intentando que yo no lo notara.
- No me mientas, te conozco hace mucho como para equivocarme. Vamos, cuéntame, por favor – puse una cara tierna para convencerlo
- está bien, lo admito, hay alguien.
- ¿Quién es? – estaba emocionado por saber quién por fin había tocado el corazón de Tora.
- No te reirás de mi, y tampoco me mirarás raro ¿cierto?
- No, nunca lo haría, lo sabes – lo miré a los ojos.
- Ya, recuerdas que te conté que había un chico, esa vez que estuvimos aquí y pasó todo lo que tiene que ver con Hiroto? – asentí – ehm…hemos estado saliendo juntos…y…no creo que esté nada mal salir con un chico. – rió para sus adentros.
- ¿Un hombre!? – estaba algo sorprendido, de Tora me esperaba de todo, menos que le atrajera un chico.
- Sí, mi Pony, un chico, hombre – se sonrojó mucho, e intentó ocultar su rostro. – pero no sé que piense él de mi, quizás piense que soy un enfermo – se entristeció su mirada- o quizás sea bi…y hayan posibilidad… - se quedó callado mirando hacia la puerta porque alguien estaba entrando. Me volteé y mi corazón comenzó a latir rápido, mucho más rápido que lo normal. Aguanté la respiración por unos momentos sin saber cómo actuar.
Ese chico bajo, joven, que no le importó esperar todo el día con tal de hablar conmigo, estaba ahí, en la entrada. Era Hiroto.
PD: * Barman, creo que todos saben, pero igual, es el hombre que atiende en el bar, y se encarga de preparar las bebidas y todo eso. :3