Lo miro sentado bajo ese árbol de cerezo era la hora del recreo fue al principio del otoño y el viento llevaba consigo esos hermosos pétalos rosa que caían sobre su cabello negro, sentado al otro lado del patio lo dibuja lentamente fijando cada detalle en el papel. Era un gran dibujante era su pasión desde muy pequeño, por eso en cada recreo se sentaba en la misma banca del patio de la escuela y dibujaba a las personas de su alrededor, tenia cuadernos llenos de sus dibujos en cada página tenia plasmado un momento diferente a personas diferentes, ahora dibujaba a ese chico que dormía bajo ese árbol de cerezos nunca lo había visto pero supo en el instante en que dibujo sus labios que ese chico marcaria el inicio de algo desconocido que llamaban amor.
El instituto Asakura era una preparatoria muy privilegiada, era famosa por su forma de educar a los jóvenes más privilegiados e inteligentes años del país y tenía otro detalle era solo para señoritas o así era hasta este año cuando también empezaron a admitirse caballeros
Asakura contaba con 2 canchas para basquetbol, 2 para tenis, 1 para bádminton, una pista de atletismo profesional y una piscina techada con climatizador, además tenía un patio enorme con una impresionante variedad de flores diferentes camino empedrados lo recorrían y los lados bancos esculpidos se podían observar, también contaba con un hermoso bosque con árboles de cerezo.
Alejandro era un chico alto bien formado del cuerpo, sus ojos verdes delataban su alma inocente, su cabello castaño brillaba bajo el sol, su piel era blanca por lo que se ruborizaba fácilmente, sus manos agiles volaban sobre el papel y una simple hoja podía transformarla en toda una obra de arte, esperaba poder graduarse de la prestigiosa preparatoria Asakura para poder ir a la Universidad y poder cumplir su sueño de ser diseñador grafico, por eso practicaba sus dibujos en cualquier parte y a todo hora incluso cuando se despertaba por la mañana y recordaba una escena hermosa de un sueño agarraba papel y lápiz y la dibujaba, gracias a su talento en dibujo había conseguido ser aceptado con una beca en Asakura, si no hubiera conseguido una beca no abría podido asistir a una escuela de ese nivel, sus padres se habían divorciado hace 1 año aproximadamente y como su madre se había vuelto a casar y su padre tenía otros hijos le había tocado aprender a vivir solo, sus padres le pasaban una mensualidad bastante grande pero la mayor parte de ella la ahorraba para poder comprarse lo que quisiera.
Le gustaba leer y practicar diversos deportes pero su favorito era la natación, había ganado competencias por ello pero ahora solo lo practicaba como un pasatiempos, algunas tarde cuando ya no había gente en el instituto iba a la piscina y practicaba un rato o tomaba un libro de la biblioteca e iba al pequeño bosque de cerezos y lo leía contemplando un pequeño riachuelo que pasa cerca.
Alex como le decían, tenía una vida feliz, tranquila y serena , tenía muchos amigos y se llevaba muy bien con la gente, su sonrisa era cálida y transmitía un aire de dulce inocencia aunque tenía ya 17 años, sin embargo en cuanto vio a aquel chico durmiendo debajo de ese árbol su corazón agitado comenzó a latir descontroladamente y le entraron deseos de conocerlo más y poder llegar a ser su amigo o quizás algo más que su amigo…