“ Temperatura sol “ (BangLo)
(Narrador Yongguk) Una vez quedamos los dos solos tras los demás haberse ido al cine, me llevaste a la habitación, una vez estuvimos los dos dentro, me acorralaste contra la pared, pusiste el seguro de la puerta y me dijiste con un tono notoriamente provocativo al oído:
Zelo – Quédate quieto, hyung… Te gustará.
“¿Qué carajo?” pensé, ¿cómo era que un inocente jovencito podía ser tan provocativo?
Todos te veían como un joven inocente, tímido y hasta vergonzoso, pero allí yo comprobaba que no. Caminaste hasta la cama para luego tumbarte en ella, frente a mí, te miraba perplejo, sin poder creer tus acciones en contraste a tu linda imagen.
Tenías puestos unos vaqueros negros tan ajustados que se veía la sensual línea de tus piernas, una camiseta sin mangas y encima de la camiseta una camisa a cuadros roja y negra desabrochada, te sentaste en un hueco que dejaste entre tus piernas. Me miraste seductoramente, te mordiste el labio y subiste la camiseta que tenías debajo, dejando ver tu abdomen, te lo acariciaste mirándome con deseo. Te sacaste la camisa lentamente, dejando ver tus brazos.
Estaba haciendo un enorme esfuerzo por no tirarme a la cama contigo y hacerte mío, tu espectáculo me excitaba a pesar de ser muy extraño en ti.
Me ordenaste con un dedo que me acercara, así lo hice, me ayudaste a sentarme en la cama frente a ti y te posicionaste encima de mí, sentándote sobre mi miembro a horcajadas. Frotaste tu despierto miembro con el mío unas cuantas veces, torturándome. Te separaste un poco de mí para dejar mi torso desnudo en milésimas de segundo. Cuando al fin reaccioné y me di cuenta de que lo que estábamos haciendo estaba mal, te separé un poco de mí y con la respiración entrecortada por la excitación te dije:
Yongguk – Zelo… Esto no está bien.
Zelo - ¿Quién lo dijo?
Regresaste a mis labios y me besaste tiernamente. Lo cual me sorprendió por lo que venías haciendo hacía instantes.
Yongguk – Zelo… - Te dije a modo de advertencia
Te separaste de mí y me miraste con tristeza.
Zelo – Hyung, si yo no te amara, no estaría haciendo esto, lo hago porque te amo y porque contigo me siento lo suficientemente bien como para dejar de ser yo.
Me sorprendí.
Zelo – Aunque no llevemos una relación formal, déjame demostrarte que por amarte hago LO QUE SEA.
Sin darme tiempo a responder me sacaste mis pantalones y mis boxers, dejándome completamente desnudo. Acercaste tu rostro a mi miembro, y allí noté la cierta ternura en tus ojos por sobre la pasión que había en ellos.
Te metiste mi miembro en tu boca, causando que soltara un gemido grave y largo. Comenzaste a chuparlo y a lamerlo de manera lenta pero segura. Vi tus ojos cerrados; te veías extasiado por esto.
Cuando creí que iba a llegar al orgasmo, tiré de tu cabeza para sacarte mi miembro de tu boca. Me besaste tiernamente.
Zelo – Te amo lo suficiente como para entregarme a ti por primera vez.
Sonreí bobamente y te besé los labios con pasión. Quité tus pantalones junto a tu ropa interior, forcejeaste contra mi cuerpo, poniéndote encima de mí y te autopenetraste con mi miembro; vi tu expresión que no denotaba dolor alguno. Comenzaste a brincar sobre mis caderas lentamente, aumentaste el ritmo, haciendo que el ambiente se volviera más caliente, diste vueltas sobre mi miembro, provocándome un delirio de placer. Te acercaste a mi oído y comenzaste a gemir en él mientras aumentabas más el ritmo y rasguñabas lentamente mi cuello. Cuando te llegó el orgasmo, gritaste de placer y te desplomaste sobre mí, al sentir tus estrechas paredes apretándome, yo también llegué.
Cuando lograste volver a respirar normal, saliste de adentro de mí y me dijiste:
Zelo (con ternura) – Te amo, hyung…
Te acurruqué contra mi pecho y te dije al oído:
Yongguk – Yo también te amo.