Han transcurrido cinco largos años desde que en ese maldito día toda mi vida fue de mal en peor. Todo comenzó cuando Atem atravesó la puerta del paraíso para irse para siempre dado que su alma merecía descansar en paz después de cinco mil años sin hacerlo. Luego que el desapareciera ante mis ojos y el de mis amigos. Yo caí rodillas al suelo hecho un mar de lágrimas ya que no solo había perdido a uno de mis mejores amigos sino también al hombre amaba con todo mi corazón y toda mi alma. Mis compañeros hicieron todo lo posible por consolarme pero no lo consiguieron porque ellos no sabían que yo amaba profundamente a mi faraón, lo que ellos sabían era que nuestro lazo de amistad era muy especial tanto para Yami como para mí.
Mis amigos tuvieron que cargarme desde Egipto hasta mi casa ya que yo no tenía fuerzas ni ánimo para moverme por mi propia cuenta y no solo sino que mi sonrisa a la que todos les gustaban había desaparecido de mi rostro para siempre.
Al cumplirse un año de la partida de Atem, mi mejor amiga Anzu se fue de su casa y del país en secreto ya que no le informo a nadie su decisión sino que tomo sus cosas y se fue sin importarle el dolor que le causo a su familia, a sus amigos y a mí. Cuando yo me entere de la fuga de mi amiga me negaba a creerlo de las bocas de mis amigos, así que yo mismo me arme de valor, salí de mi encierro y fui a su casa con la esperanza de verla. Sin embargo cuando llegue ahí solo pude ver a sus padres destrozados y su cuarto vacio.
Luego de ver aquello mis esperanzas de ver a mi amiga desaparecieron, me retire de la casa de Anzu en silencio, al estar fuera baje mi cabeza para que no se vieran mis lagrimas, las cuales derramaba por a ver perdido a mi única mejora amiga.
Ya han pasados dos años del adiós de mi faraón y un año de la desaparición de mi amiga. Ese día Honda vino a verme para despedirse dado que se iba a cumplir uno de sus grandes sueño de la vida, el primero era recorrer el mundo en su motocicleta y el segundo conocer al amor de su vida.
Después de decirme que se marchaba, me dio un abrazo, me dijo que mi animara, que siguiera con mi vida y que estaríamos en contacto a cada semana. Luego de aquello se fue de mi casa y yo lo único que pude hacer es volver a mi habitación a sentir que otro compañero me había abandonado.
Al cumplirse tres años de la macha de Atem, dos años de la huida de Anzu y un año del viaje de Honda, mi mejor y último amigo Katsuya vino a verme para contarme dos noticias la primera era que estaba de novio con Seto Kaiba, cuando me lo dijo no me lo podía creer dado que ellos se la pasaban peleando todo el tiempo pero al final de cuentas le creí ya que el mismo me mostro una foto donde salían dándose un beso. Al ver esa foto imagine que en ella estábamos Yami y yo y no puede evitar volver a llorar en frente de mi comadre quien no dudo en abrazarme para consolarme. Después que me pude calmar me conto la segunda novedad y esta era que se iba con él y su hermana Serenity a China a estudiar pero que me vendría a ver cada fin de semana del mes con esa promesa, me abrazo y se marcho.
Y Ahí va mi último amigo.
Al cuarto año de la despedía de Yami, mi absuelto sufrió una enfermedad horrible, la cual comenzó con unos dolores incontrolables por lo que mi abuelo se vio obligado a hospitalizarse para que lo sedaran todo el tiempo para poder aliviar su dolor. Mi único familiar tuvo que estar hospitalizado todo un año hasta que Ra se lo llevo al cielo con él, dejándome solo totalmente solo.
Y ahora que se han cumplido cinco años de la última vez que vi a Atem, tome la decisión de ir a Egipto para visitar su tumba con la intención de contarle todo lo que siento para que me guie o para que me lleve con él. Así que tome un dinero que tenia ahorrado, una maleta y me fui al aeropuerto de Domino en donde compre un pasaje para mi destino y me senté a esperar a que llegara la ahora de mi vuelo.
No tuve que esperar mucho dado que mi avión llego veinte minutos después que llegue yo al lugar, me pare de donde estaba, me subí al avión, me volví a sentar y espera a que esta nave despegara hacia Egipto. El vuelo demoro aproximadamente diez horas hasta que por fin llegamos a nuestro destino, en donde espere a que el avión aterrizara y luego de hacerlo baje en dirección a un hotel donde tenía una reservación dado que habíamos llegado de madrugada y estaba muy oscuro como para ir al tiro a la tumba de mi faraón .
Al llegar hotel pedí la llave de mi habitación y me fui a recostar porque estaba realmente agotado y necesitaba descansar para el día de mañana.
Al otro día me desperté con los rayos del sol que tocaban mi cara, lo que me indico que ya era de día, me pare de la cama en dirección al baño en donde me bañe, me cambie de vestimenta y salí del hotel en busca de la tumba de mí amado. A pesar de caminar y caminar no encontraba nada estaba a punto de darme por vencido hasta que gracias a Ra, me pude encontrar con una vieja conocida.
- Ishizu- digo feliz al verla.
- Yugi, que sorpresa tenerte por estos lados – me dice sorprendida al verme en la calle de su pueblo.
- Disculpa ¿podría pedirte un favor?- le pido mirándola a los ojos.
- Claro, ¿Qué puedo hacer por ti?- me pregunta con curiosidad.
- ¿Podrías llevarme a la tumba de Yami?- le pregunto con interés y nerviosismo.
- ¿Para qué?- me interroga con algo de desconfianza.
- Necesito decirle algo muy importante – le digo muy seriamente.
- De acuerdo, ven conmigo
Comencé a seguir a Ishizu por todo el camino hasta que después de tres horas caminando por fin llegamos a donde descansa el alma de mi amado Atem. Al ver aquella sepultura, me acerque a ella, lo toque con mis manos mientras tomaba aire para decir en voz alta lo que quería decir mi corazón.
- Mi querido y amado faraón, no sabes la falta que me haces, como gustaría tenerte a mi lado y poder sentirme acompañado justo ahora que estoy tan solo ya que mis amigos se han ido, mi abuelo a muerto y yo soy un muerto viviente. Por favor Yami dame una señal, ¿Qué pudo hacer con esta vida? ¿Debo seguir? O ¿Me vas llevar contigo? O ¿Debo matarme? Por favor respóndeme –llorando- Yami-Grito.
Después que grite, me sentí mareado y caí al suelo quedando inconsciente, lo único que recuerdo es el grito de Ishizu.
Pov Yami
Aquella mañana yo me encontraba tomando una siesta en medio del bello bosque del cielo, el cual esta cubierto de arboles y flores de todo tipo. Yo continuaba con mi descanso hasta que sentí un fuerte dolor en pecho, el cual provoco que me despertara sobresaltado dado que tenía un mal presentimiento así que me levante angustiado y corrí hacia la pared de los espejos, esta pared nos permite ver a los humanos que viven en la tierra, lo único que necesitamos es pensar en el nombre de la persona que queramos ver.
Seguí corriendo hasta que llegue a ese lugar, en donde me encontré a la guardiana de este sitio ya que ella tiene el poder para hacer que los espejos funcionen.
- Isis por favor muéstrame a Yugi Moto- le pido a la guardiana.
- ¿Por qué quieres verlo faraón?- Me pregunta con interés.
- Porque tengo un mal presentimiento – le digo preocupado por mi hikari.
- Está bien-lo hace
- -miro a mi aibou hasta que él se desmaya- Yugi –grito angustiado.
- ¿Qué paso faraón?
- Nada, debo estar solo –me voy-
Luego de ver lo que vi no pude quedarme tranquilo, algo malo le pasaba Yugi y no puedo hacer nada para ayudarlo dado que el está vivo y yo estoy muerto. Si tan solo pudiera volver a la vida podría cuidar de él pero eso es imposible. En eso pensaba hasta que un brillo aprecio frente, lo mire curioso pero no daba buena espina tocarlo por lo que no lo hice sino hasta que escuche la voz de Ra.
- ¿Qué sucede Atem?-me pregunta Ra.
- Algo malo le sucedió, al humano que robo mi corazón padre y yo no puedo hacer nada para ayudarlo- le contesto a mi padre con seriedad y preocupación.
- Claro que puedes- me lo dice con una sonrisa
- Pero Ra el está vivo y yo estoy muerto, ¿Cómo se supone que lo hare?- pregunto a mi padre confundido.
- Toca ese círculo de luz- me ordena.
- -lo hace- ¿Qué es esto?
- Tu nuevo cuerpo- me menciona mi padre aun sonriendo.
- Eso quiere decir, ¿que los dioses me están dando otra vida?- pregunto sorprendido al ver mi nuevo cuerpo.
- Así es pero esta vida es para que la disfrutes no para salvar la tierra
- Se lo agradezco mucho- digo haciendo una reverencia.
- Usa tu cuerpo y ve de una vez, ese humano te necesita- me ordena y yo obedezco.
- Hai
Obedecí a mi padre, me puse mi cuerpo y me transporte a la tierra. Al aparecer en esta, comencé inmediatamente a buscar a mi aibou.
Fin Pov Yami
Abrí mis ojos lentamente y mire para todos lados, me di cuenta que no estaba en frente de la tumba de mi amado sino en una recamara, no recuerdo como llegue aquí ni que hacia aquí, trate de pararme de la cama donde me encontraba acostado pero todo me daba vueltas, así que no quedo de otra que volver a recostarme hasta que entro Ishizu a la habitación con una bandeja en sus manos a la vez que me miraba muy angustiada.
- ¿Cómo te sientes?- me pregunta preocupada por mi salud.
- Mareado, ¿Qué me paso?- respondo mirando el techo.
- Te desmayaste- me dice recodando lo que me paso.
- ¿Por?- cuestiono confundido.
- No lo sé pero creo que no es nada bueno-me dice a la vez que saca un paño que tenía en la frente.
- Entiendo
- Lo mejor que puedes hacer es descansar-me dice con una sonrisa.
- Gracias, eso hare
Cerré mis ojos otra vez pero no pude dormir, solo lo fingí estarlo para que Ishizu me dejara solo y tal como quise ella se fue. Nuevamente abrí mis ojos para luego sentarme en la cama total el mareo ya se había pasado estaba a punto de parame cuando….
- Yugi
CONTINUARA