Yo salia como siempre de mi casa por la mañana para ir a la universidad, iba aburrido pensando en mis cosas cuando derrepente resbalo y me caigo de boca al suelo.
- Ahhhhh que dolor me he comido el suelo y encima se me caen los libros de la universidad – pensé mientras los recogía.
En ese momento escucho una risita encima de mi cabeza que por alguna razon me enfada mucho,miro para arriba para decirle dos o tres cosas pero cuando le miro siento un pinchazo en mi pecho pero no sabía que era.
- ¿Estas bien? - me pregunto aquel chico
- Si, estoy bien gracias – dije secamente, sin saber porque
Aquel chico que acaba de conocer se agacho y me ayudo a recoger los libros que se me habían caído.
- ¿Vas a la universidad de Juntendo? - me pregunto el chico
- Si, por que – dije un poco extrañado
Se levanto cuando solo me quedaba un libro y se fue caminando por el mismo lugar donde había venido y se fue tan misterioso.
Cuando llegue a la universidad me encontré con el chico que me había ayudado hacia escasos minutos y no pude evitar ponerme un poco sonrosado y tampoco puede evitar momento antes cuando sin querer le habia mirado a esos ojos color miel.
Ese chico que me había provocado aquel pinchazo en el pecho se dirigía a mi y yo sin poder evitarlo le devolví una sonrisa de agradecimiento.
- Ojayo – dijo el chico – soy Akira Nakamura
- Ojayo – dije yo – yo soy Riku Saitó
Nakamura-san se me quedo mirando con esos ojos de color miel que sentí que me iba a fundir como continuara así y volví a sentir aquel pinchazo pero esta supe donde era. Al momento me dejo de mirar y se fue caminado, yo me quede quieto en el sitio sin saber que hacer al momento lo puse el se giro y me hizo un gesto con la cabeza que me indicara que lo siguiera y hace lo hice.
Corrí para alcanzarlo pues llevaba un poco de ventaja y lo conseguí alcanzar.
- ¿Adonde vamos? - le dije
- Pensé que podríamos caminar hasta las clases juntos pero me da que no va hacer posible
Mire el rejos y casi no me da algo es verdad era las 8:28 y mis clases empezaban a las 8:30, sin pensármelo dos beses salí corriendo hacía mi clase y no pude ni siquiera despedirme de Nakamura-san. Pero lo unico que pude ver al alejarme de su lado (no quiero) era esos ojos de color miel que me tenian absorvida a su lado y que no podría olvidar. Pero al entrar e la clase en la que tendria que estudiar el resto del año descubri a un chico que me era familiar y que al verme se levanto de su sitio y se acerco a mi lado y me saludo.
- Hola, Riku-san. ¿Te acuerdas de mi? - dijo el chico