JongUp
Me encuentro de nuevo encerrado en esta gran habitación, solamente con mis nervios y con mi timidez al sentirme amenazado, o como en alerta. No puedo coincidir con la tranquilidad que el gesto de la persona que está a mi frente tiene en estos segundos. Simplemente no puedo porque, cuando estás totalmente enamorado de alguien no puedes ni si quiera respirar normalmente. Todo se vuelve tan tenso y todo me da vueltas tratando de parecer una persona interesante ante sus ojos, pero cuando hago alguna acción termino por hacer el ridículo. Nunca puedo pensar bien, y siempre parece que estoy distraído o como un tonto. Daría todo para no seguir siendo de esta manera.
A los pocos minutos escucho una voz, justamente la voz de esa persona que me hace sentirme de esta manera.
“Estás muy pálido, ¿estás bien Uppie?” podría asegurarles que en este punto de mi vida, hasta siento cómo se eriza mi piel al escucharlo.
Trago un poco de saliva antes de contestar, pensando siempre en lucir normal. No quiero que nadie descubra este amor que tengo hacia él, ¿Por qué? porque él es el hermano mayor de mi mejor amigo. “E-estoy bien, es el frío lo que me tiene así, hyung”
No estoy seguro de si creyó mi excusa, pero total, volvió a revisar su celular y yo volví a quedarme estático hasta que el maldito de Zelo regrese con las malditas bebidas que prometió traer ‘rápidamente’
“Entonces ¿Por qué no jugamos tu y yo una partida? Zelo se va a tardar, no sé qué diablos esté haciendo” arroja el celular y se acerca a mí con una sonrisa pícara, como siempre acostumbra sonreírme. Quizás por eso empecé con mi extraña confusión hasta enamorarme de él.
“Me parece bien” le dije cortante, no quería parecer emocionado. Se sienta en el suelo a mi lado para quedar cerca de los controles que, siendo de una consola no muy nueva, aún tienen los cables para conectarlos. Enciende el videojuego y comenzamos con una partida. Le agradecí al cielo y a la vida de que fuera algo en lo que no se necesita platicar tanto y en lo que soy bastante bueno. En el smash yo siempre he sido el mejor cuando de escoger a picachu se trata.
Continuamos hasta que le hice perder. Comienza a pasarse las manos por los cabellos dorados que tiene, y me sonríe jurándome que algún día me derrotará en esto. Sonrío por lo bobo que se ve en este tipo de ocasiones, todo iba mejor que antes cuando de pronto llega Zelo con una bandeja llena de múltiples cosas que su madre le ha de haber servido. Pasa entre los cables y todo bien, le entrega el jugo de naranja a HimChan y luego voltea para conmigo y trata de darme el mío, cosa fallida pues me arroja casi creo hasta su propio cuerpo contra mí. Ha tropezado el muy tonto.
“¡Mis galletas! ¿Qué has hecho malcriado del demonio? ¡Yo había hecho esas galletas!” se enoja el mayor y hace berrinche cuando ve la mayoría de aquellos circulitos crujientes tirados y rotos en el suelo. Por mi parte no digo mucho, pues me ocupo más en limpiar el jugo de mi camiseta. Presiento que este no es mi día en absoluto, sabía que venir a casa de JunHong no sería buena idea, pero véanme aquí.
“Lo siento Uppie hyung, si quieres puedo prestarte una de mis camisas”
“Me van a quedar grandes, pero bueno” digo sin más opción, cuando de pronto un diálogo me hace estallar en vergüenza
“¡Por dios JongUppie! cualquiera e volvería loco contigo con un cuerpo así”
Me sonrojo, me sonrojo a más no poder. Siento que me arden hasta las orejas y desvío la mirada tratando de ignorar lo que me ha dicho, pero el pelirrojo se pone de su lado dando comentarios de esta misma índole.
“¿Verdad, hyung? Le he dicho muchas veces que se meta de algo de modelo, le iría muy bien pero no quiere –dice sacando una camiseta de una de sus cajones- a pesar de que yo también bailo como desquiciado a mí no me sale todo eso” terminó mientras señalaba mis abs a los que se ha adherido la camisa mojada.
Sonrío sin decir nada, trato de dar unos pasos con intenciones de ir al baño, pero de nuevo algo me detiene.
“¿Por qué no te cambias aquí Uppie?” escucho su risita y yo me tenso por completo.
De pronto en una milésima de segundos pienso en una excusa: “porque en el baño podré limpiarme el jugo de la piel, no quiero quedar pegajoso” abro la puerta y me dirijo a donde ya había planeado.
Estando dentro de aquel cuarto diminuto, me miro al espejo y observo el extraño gesto que tengo en mi rostro. Me lamento de ello, es de esas veces en las que el destino a fuerzas quiere ponerte en vergüenza o en una situación que no desearías jamás. Comencé a quitarme la camisa y la pongo en algún lugar sobre el suelo. Continúo sin creerme las cosas que han sucedido en los últimos segundos y vuelvo a ponerme tan rojo los como los cherrys tomatoes que tanto ama aquel pequeño gigante. Lo maldigo unos segundos mientras trato de encontrar el papel. No hay. Luego busco alguna toalla cerca y no, tampoco hay.
Me repetía a mí mismo una y otra vez “hoy no es tu día” con un tono bajo y frustrado cuando de la nada algunos toques en la puerta me sacan de mis lamentaciones.
“Oye, creo que algo faltaba en el baño, vine a traértelo”
Cuando piensas que las cosas no pueden empeorar, la causa de tus ‘males’ se presenta una vez más. Era HimChan.
“Gracias hyung, puedes pasármela por la puerta, deja abro”
Hago lo que dije y abro solo unos centímetros aquella madera, pero, sin esperarme absolutamente nada, aquel chico rubio entra al mismo lugar que yo y cierra la puerta con seguro.
Estoy en shock.
Voltea a verme y tira la toalla por algún lugar que yo no si quiera me esforcé en ver. Tenía mi mirada sobre aquella persona que había ingresado a este maldito diminuto espacio. Me sonríe y se acerca un poco a mí, pero yo inconscientemente retrocedo la misma distancia que aquel conejo avanzó. Pronto termino chocando contra el mueble del lavamanos.
“Pensé que necesitabas ayuda, por eso vine” dice con voz baja y un poco ronca.
Ya sé que estoy sonrojado, no necesito ni mirarme en el espejo para saberlo.
Los 3 pasos de distancia que me separaban de él desaparecieron, cuando de pronto se aproximó para juntar no solo nuestros cuerpos, sino también nuestros labios. Me iba a desmayar, pero no me lo permitió, pues comenzó a morderme un poco mientras me besaba haciéndome reaccionar. Por algunos segundos pensé que estaba alucinando pues esto es demasiado bueno para ser verdad cuando de pronto, sus palabras me impresionan más de la cuenta.
“Tú me gustas más, JongUp”
Siento sus manos tomar mi rostro para dirigir una vez más sus labios con los míos para esta vez explorar toda mi boca. Sentí la textura de su lengua y el sabor de jugo de naranja que había bebido hace unos momentos.
Ni yo me lo esperaba, pero un gemido se escapa de mi boca sin aviso.
Podría morir de vergüenza, pero no quiero. No cuando parece ser que obtuve lo que he querido desde hace meses.
Sus labios comienzan a esparcir una serie de besos que lo llevan a encontrarse con mi cuello. Apenas siento sus dientes morder ligeramente mi piel que se me escapa otro gemido un poco más alto. Cubro mi boca y de nuevo estoy rojo.
Hace lo mismo una y otra vez, luego comienza abajar más hasta encontrarse con mi pecho. Jamás imaginé que me sentiría tan bien de esta manera cuando siento su lengua pasar por uno de mis pezones.
“D-detente” dije por lo bajo. Esto iba mal, me estaba sintiendo extraño, excitado, y obviamente no era el lugar ni el momento ni la circunstancia adecuada.
“Solo quitaré el jugo que te cayó” dijo reanudando sus actividades. Su lengua comienza a bajar más, pasando por aquellos abdominales tan trabajados que he obtenido con el tiempo. Me besa, me lame o a veces me muerde. Pero yo me estoy volviendo loco, por lo que se lo permito. Siento que sus manos me acarician hasta bajar a lo que es la orilla de mi pantalón y los estiran un poco.
Tragué en seco y cerré mis ojos esperando lo peor, pero todo se detiene y sólo siento nuevamente sus labios sobre los míos. Creo que le gusta dejarme sin aliento. Abro mis ojos y lo veo completamente feliz, como si lo que acabara de pasar fuese algo bueno.
Aunque lo sea para mí, no sé si esto sea real.
“¿Por qué dijiste eso?” hago referencia a su declaración. No puedo mentir, tengo miedo a que esto solo sea un jueguito que pueda romper mi corazón. Es lo único que falta para que este día no sea mi día.
“Porque lo sé. Yo te gusto y tú a mí, simplemente ya no podía aguantar más si seguías sonrojándote y siento tan lindo y hermoso como siempre, tan sexy y provocativo. Siendo sincero, te haría mío en estos momentos si tan solo no hubiera más personas en casa. Me gustas JongUp, demasiado”
No tengo palabras para decir. Aún no me lo creo.
Toma la camiseta de Zelo y me ayuda a ponérmela como puede, pues de nuevo estoy tan shockeado que no reacciono bien. Salimos del baño juntos, me llevaba de la mano y regresamos al cuarto de JunHong donde antes nos encontrábamos. Luego vi al segundo dueño de la casa jugar una partida ya con el suelo limpio y unas buenas cobijas sobre él.
“¿Por qué tardaron tanto?” ante esta interrogante, agacho mi mirada y vuelvo a sonrojarme aún más que antes. Siento cómo mi hyung aprieta mi mano un poco más y me regala una sonrisa cómplice.
“Es que yo no encontraba las toallas, mamá no me dijo dónde estaban y recorrí toda la casa por ellas” esa fue su excusa.
Nos sentamos juntos y yo ya tenía una risa de bobo en todo esplendor. Vimos cómo el menor de nosotros 3 terminaba la partida, y de pronto me dio un leve codazo para que volteara a verlo. Me entregó su celular y estaba justamente abierto en una nota recién escrita:
“Se me olvidaba decirte, desde hoy somos novios”
Cuando volteo a mirarlo, me da un beso con bastante prisa, procurando que Zelo aún no se diera cuenta de lo nuestro.