Cap. 1.- En medio del vendaval.
Puedo sentir la fría brisa acompañada de las demandantes gotas de lluvia que caen sobre nuestros cuerpos desnudos iluminados por los incesantes relámpagos, mientras que nuestras voces son acalladas por los truenos. Sus gemidos… que delicia es poder escuchar su voz de esta manera y pensar que ella también lo ha escuchado; pero que importa, en este momento es mío… solo mío.
Su cuerpo, como tallado en marfil, sobre mí, sus manos posadas en mi cadera no dejándome escapar, adentrándose cada vez más en mi interior y yo presa de su deseo… nuestro deseo.
Siento su piel dura, el helor de su cuerpo contra el mío cálido, las hojas, piedras y tierra en mi espalda que llegan a lastimarme mientras nos movemos acompasadamente; y el vendaval cubriéndonos a ambos, siendo testigo de nuestra pasión febril…
-¡oh!, Jacob, deja de pensar- susurra en mi oído, mientras yo le sonrió y respondo entrecortadamente gracias a la excitación.
-Sabes… que… que no estoy pensando en… hhhaaa… nada- y busco sus labios nuevamente, el me corresponde adentrando su lengua en mi cavidad, no sé si son segundos, minutos u horas, pero sé que esos finos labios son capaces de llevarme a los cuernos de la luna y devolverme a la tierra con suma facilidad.
<<Ed.… Edward… aire, me falta… aire>> Y en el momento en que formulo mi pensamiento se separa de mí, lanzando una especie de gruñido que me encanta ya que pienso que no se quiere separar de mí. <<En parte sigo siendo humano, ¿podrías recordarlo la próxima vez? Podrías haberme matado. >> Para mi sorpresa él se echa a reír, mientras lo miro con el seño fruncido
-siempre te vas a los extremos Jake.
Acaricia mi mejilla lentamente, mientras inevitablemente un intenso sonrojo aparece en ellas
-jajajaja- su risa cristalina me anima a sonreírle cándidamente, con todo el amor que le profeso- eres tan hermoso cuando no me miras como si quisieras matarme.
-bueno… no sería capaz de matar a la sanguijuela con la que follo tan bien - al decir esto se me forma un nudo en la garganta, tragándome el dolor que siento al saber que solo hacemos esto cuando Bella, su amada esposa no se encuentra cerca o se encuentra “indispuesta”.
-no pequeño lobo bobo- dice tranquilamente mesando mis cabellos negros- follar es una palabra muy fea… se escucha mejor…-Se acerca más a mí para abrazarme posesivamente y susurrar cerca de mis labios-… se escucha mejor… hacer el amor
Por mi parte lo miro incrédulo… ¿acabo de escuchar bien?, ¿Él acaso dijo… qué? ¡Mentira!, ¡esto es una vil mentira!, él no puede, el no dijo…
-sí que lo dije y lo vuelvo a admitir… te amo Jacob Black, siempre será así – dice con determinación, determinación que puedo ver en sus preciosos ojos ámbar, el mira a mis pozos negros.
Tomo una bocanada de aire y su hedor entra en mis pulmones, el cual ya no me es tan desagradable como lo era antes. Me aferro a su espalda y en repuesta solo muevo mis caderas para que comience nuevamente con la tarea que habíamos dejado pendiente gracias a la conversación. Arqueo la espalda al sentir como toca ese maravilloso punto en mi interior, mis suspiros y los suyos se juntan en un beso, haciendo que surja ese frenesí que tenía guardado en mi interior, en el fondo de mi corazón.
-<< Te amo Edward Cullen>> - no sé si lo dije o lo pensé, pero me siento liberado, saber que él ya sabe de mis sentimientos, lo cuales no cambiaran, porque ya no hay vuelta atrás, sentimientos en los cuales Bella, Nessie, Vulturi o lobo no podrán interferir ya, porque Edward y yo ya éramos uno solo desde antes, desde ahora y para siempre…
Él sigue dándome más rápido y más fuerte, sus gemidos y los míos fundidos en una sola boca, paseo mis manos por su fría espalda. Edward toma mi miembro y lo comienza a masturbar y yo gimo sonoramente.
-¡Oohhh, si Edward, si, dame... ¡Dame mas... mas por favor...!- pido o más bien suplico mientras entrecierro los ojos al sentir que estallo, él se adentra un par de veces en mí y finalmente termina. Todo mi cuerpo esta perlado en sudor, el cual es alejado gracias a la lluvia.
-la tormenta ya está por acabar- digo yo una vez recuperada mi voz refiriéndome al clima
-no… - lo oigo susurrar, abrazándome vehementemente, a lo que yo también correspondo-… la tormenta acaba de iniciar
Y sé en este momento que no hablamos del clima…