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Miracle of december (KaiSoo) por Lesly

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Notas del fanfic:

Un KaiSoo más a la lista >w<

la canción es hermosa ;w; y no pude evitar hacerlo

Notas del capitulo:

Nos vemos en las notas finales C:

Después de haberse puesto la bufanda, el gorro y los guantes, salió de su casa. En las calles, el clima era helado. Años antes le habría fascinado. Habría reído y jugado con los pequeños copos blancos de nieve que caían del cielo nocturno. Pero ese día, no era el caso.

Era diciembre, sólo quedaban algunos días para que la navidad llegase, de modo que salió a hacer las compras navideñas. Ese año había decidido invitar a su familia, no tenía con quién festejar, y tampoco quería ser un amargado. Su familia se limitaba a sus padres, su hermana mayor, su cuñado y su sobrina. Aunque no eran muchos miembros, debía comprarle regalos a todos, también necesitaba nuevos adornos con motivos navideños, pues los que tenía le traían recuerdos que, francamente no deseaba.

Metió las manos a los bolsillos de sus pantalones y se encogió dentro de su bufanda. Había demasiada gente para su gusto. Niños corriendo, adultos sonriendo. Padres comprando juguetes para sus hijos. También había una gran cantidad de parejas demostrándose su amor en público. Pero él, al parecer había perdido por completo su espíritu navideño. Ni siquiera los adornos de navidad y olor a ponche y galletas lo alegraban.

Cuando llegó a la plaza, notó que ya habían instalado el árbol de navidad de cuatro metros. Cada año lo ponían, y también cada año él iba a verlo, pero no solo, quizá era por eso que en ese día se sentía patético.

Se sentó en una banca frente al árbol. Las personas caminaban tranquilamente, sin importarles que estuviese nevando, pero a KyungSoo tampoco le importaba. Ahí, sentado, mirando las esferas gigantes en colores dorado y rojo que colgaban del pino, comenzó a recordar. Apenas el año anterior había estado ahí, sintiéndose como el hombre más feliz del planeta.

 

 

 

 

 

-Amor, vamos, es tarde. Aún necesitamos hacer las compras-. KyungSoo tomaba fotografías al gigantesco árbol. Al escuchar que su novio lo llamó, él lo miró y le sonrió.

-Unas fotos más y ya-. Pidió, colgándose del brazo del más alto, quien lo miró inquieto. –Por favor JongIn. En invierno las tiendas las cierran más tarde. Ya sabes que me encanta venir aquí, y más si es contigo-.  JongIn no se pudo resistir a la ternura de su novio. Le encantaba verlo feliz, y él también amaba ir a ese lugar con el otro, así que terminó aceptando. Pero no se lo iba a poner tan fácil.

-Sólo con una condición-. Sentenció. KyungSoo lo miró confundido, acto seguido, sonrió. Ya sabía a qué venía eso.

-¿Qué condición? Haré lo que sea-. La cámara fotográfica quedó en segundo plano. Ahora la atención del mayor estaba centrada únicamente en su pareja. Ambos se miraron intensamente a los ojos.

-Quiero un beso-. Respondió. –La única condición es que me des un beso con esos deliciosos labios que tienes-. KyungSoo enrolló sus brazos alrededor del cuello del más alto, que por su parte, lo tomó de la cintura. Sus rostros se fueron acercando lentamente, pues no había ninguna prisa. El cuerpo de KyungSoo temblaba, no estaba seguro si era por el frío, o por la cercanía con su amante, pues, a pesar de llevar más de siete años conociéndose y cuatro siendo pareja, JongIn provocaba en él las mismas sensaciones que cuando comenzaron su relación. Cuando estaba con el menor, su estomago se comprimía, era una extraña pero deliciosa sensación. Se sentía nervioso y su cuerpo temblaba, pero al mismo tiempo sentía que podía ser él mismo, sin miedo a ser juzgado. Cuando por fin sus labios entraron en contacto, JongIn atrajo a KyungSoo un poco más cerca de su pecho. Sus labios se movían al son de los villancicos navideños. El momento no podía ser más perfecto.

Cuando se separaron, KyungSoo ocultó su rostro en el hueco del cuello de JongIn, deseando que éste nunca se marchara de su lado.

Ese día tomaron cientos de fotos, individuales y de ambos juntos. Era por ese tipo de cosas, que el invierno era la estación favorita de KyungSoo.

 

 

 

 

 

 

Cuando consultó la hora en su móvil, se sorprendió al ver que había transcurrido una hora. Ya era casi media noche, por suerte las tiendas aún no cerraban. Se levantó y se dirigió primero a la tienda de juguetes. Su sobrina era una pequeña de siete años a la que le encantaba jugar. Eligió un par de muñecas y un juego de té. Sí, era un tío al que le gustaba consentir a su pequeña, pero él pensaba que tenía que aprovechar mientras pudiera, pues la niña pronto crecería, y estaría preocupada pensando en muchachos. Sacudió la cabeza, molesto ante la idea. No, Sulli era muy pequeña aún, faltaban muchos años para que dejara de ser una niña, o eso quería creer él.

Pagó los juguetes con su tarjeta de crédito y salió del lugar. Antes de elegir el regalo para los restantes, se le ocurrió ir por un café. Entró a una pequeña cafetería de la plaza. El interior era cálido, se quitó los guantes, el gorro y la bufanda. Se sentó en una de las últimas mesas, no pasó mucho tiempo cuando una mesera llegó para tomar su orden.

-Caballero ¿Qué desea?-. Preguntó amablemente la chica.

-Sólo un café americano por favor-. La mujer apuntó en su libreta y le sonrió. KyungSoo devolvió el gesto.

-En un segundo estará listo-. Dijo. KyungSoo murmuró un “gracias”.

Observó el lugar. Había adornos por todas partes con motivos navideños, como cada año. Ir a esa cafetería también era una tradición que tenía junto con JongIn, y aunque sabía que no le hacía bien el recordad, era la única que había en aquella plaza.

Minutos después la mesera de antes llegó con su café. KyungSoo agradeció y comenzó a beberlo. Normalmente lo tomaba con azúcar, pero en ese momento su mente estaba vagando en otro lugar, así que no le importó para nada.

 

 

 

 

 

 

-Cariño ¿ya elegiste?-. KyungSoo puso su dedo índice en sus labios, pensativo, mientras observaba el menú.

-Quiero un americano-. Contestó. JongIn rió.

-Siempre eliges lo mismo, no sé por qué te pregunto-.

-¿Y tú pedirás un mocha?-. KyungSoo preguntó sonriendo. Sus labios formaban un  corazón. A JongIn le encantaba.

-Me conoces demasiado bien-. Sus manos se entrelazaron sobre la mesa. Cualquiera que los viera en ese momento, se daría cuenta que estaban enamorados.

-Es lo que siempre pides-. Dijo KyungSoo. Con su pulgar acariciaba la mano de su novio. –Pero sí, te conozco incluso más que tú mismo-.

 

 

 

 

 

 

Sin haberse terminado su bebida, pidió la cuenta. Una vez que la pagó y se aseguró de dejar propina, salió del establecimiento.

El aire helado azotó contra su rostro. Apresurado, se volvió a colocar las prendas que se había quitado. Antes de que comenzara a caminar, una pequeña niña tomó su mano y puso un dulce en forma de bastón en ella. La niña estaba sonriendo, KyungSoo hizo lo mismo y observó cómo la niña regresaba corriendo con su madre.

 

 

 

 

 

 

-Abre la boca-. Ordenó el menor. KyungSoo lo miró desconfiado. –Sólo hazlo-. KyungSoo obedeció y abrió su boca. Su seño se frunció cuando su novio metió en su cavidad uno de esos dulces en forma de bastón que tanto odiaba.

-JongIn, sabes que no me gustan estos dulces-. Regañó, sacándose el dulce se su boca. Antes de que siguiera protestando, los labios de su amante se apoderaron de los suyos.

-Sabe dulce, pero no tanto como tú-. Dijo JongIn una vez que se separaron, haciendo sonrojar al más bajo. KyungSoo lo golpeó en brazo.

-Si sabes que odio esos dulces ¿por qué lo haces?-. JongIn rió.

-Entonces ¿cuál es tu dulce favorito?-. KyungSoo simuló pensarlo.

-Veamos. Eres tú-. Dijo feliz.

 

 

 

 

 

KyungSoo no se había dado cuenta de que estaba llorando, hasta que el aire hizo efecto con sus mejillas húmedas. Quitó la envoltura del dulce y comenzó a caminar de vuelta a su hogar. Ya compraría los demás regalos después.

Cuando llegó a su casa, dejó su bufanda y gorro en el perchero de la entrada y se dejó caer en el sofá. Le dolía estar sin JongIn, pero, después de todo, el que el menor se fuera había sido culpa suya.

 

 

 

 

 

 

-Soo, duchémonos juntos ¿sí?-. JongIn entró a la habitación con una toalla en las manos. KyungSoo estaba en su computador.

-No, hazlo tú solo. Yo ya me duché hace un rato-. Dijo, ni siquiera lo volteó a ver. JongIn no protestó, simplemente asintió y se dirigió al cuarto de baño.

Al día siguiente era domingo y JongIn tenía planeada una cita con su novio. Pensaba que tal vez de esa manera podrían pasar unos momentos agradables juntos. Los últimos días KyungSoo se había distanciado un poco.

JongIn no estuvo sorprendido cuando KyungSoo dijo que no podía. Al parecer el mayor ya tenía planes, planes que no lo incluían a él, por supuesto.

El mes de febrero transcurrió igual. JongIn tratando de conseguir la atención de su pareja, y KyungSoo ignorándolo por completo.

No fue sino hasta el 17 de febrero que JongIn no quiso seguir aguantando más esa situación. Cuando KyungSoo llegó del trabajo, se sorprendió al ver la maleta del menor hecha.

-¿Qué pasa? ¿Saldrás de viaje?-.  Cuestionó confundido. Se quitó en sacó y lo colgó en el perchero. JongIn evitaba a toda costa su mirada.

-No KyungSoo. Me voy definitivamente. Esto no puede seguir así. No puedo soportarlo más-. Las lágrimas comenzaron a salir. KyungSoo no entendía nada.

-¿A qué te refieres? ¿Qué quieres decir con eso?-. El menor rió amargamente.

-No me digas que no sabes. Estos últimos dos meses has estado distante conmigo. Me ignoras, ni siquiera hemos tenido una cita-.

-¡El trabajo me mantiene ocupado, JongIn, ponte en mi lugar!-. Lo interrumpió KyungSoo. JongIn por fin lo miró a los ojos.

-¿Cómo es que tienes tiempo para salir con tus amigos, pero conmigo no?!-. JongIn tenía razón, KyungSoo no tenía un argumento válido, así que prefirió callar. –Si ya no me quieres, debiste habérmelo dicho. De esa manera ambos nos abríamos evitado problemas-. Su voz se cortó.

-¡No, no es eso, yo te amo JongIn!-. KyungSoo también había comenzado a llorar. El más alto agarró su maleta y se dirigió a la entrada. KyungSoo quería detenerlo, pero cuando logró reaccionar, ya era demasiado tarde. JongIn se había marchado.

 

 

 

 

 

 

Ya era 24 de diciembre. KyungSoo se había puesto su mejor traje. Preparó pavo relleno, galletas, ponche y otros alimentos, pues fu familia asistiría a cenar.

Cuando faltaban diez minutos para que dieran las 10:00pm, su teléfono móvil sonó. En la pantalla aparecía el número de su padre.

-Hola padre ¿qué ocurre?-. Escuchó un silencio del otro lado de la línea.

-Hijo, lo siento, pero no podremos ir-. Sonaba arrepentido. KyungSoo de pronto de sintió triste y decepcionado.

-¿Por qué?-. Quiso saber.

-Nos surgió un inconveniente. Cuando te veamos te platicamos. Lo lamento mucho KyungSoo, feliz navidad-. Eso molestó a KyungSoo ¿en verdad creía que podía tener una feliz navidad en esas circunstancias?

-Sí, como sea-. Colgó. No se molestó en ocultar su tono de enojo.

Y ahora ¿Qué haría? Esta solo, había preparado cena para seis personas y no tenía ni una mascota con quién comerla. Decidido por no quedarse en casa lamentando su existencia, se puso su saco y salió de su vivienda.

Tomó un taxi en la calle y le dio las indicaciones. Jugaba con sus manos nerviosamente. No sabía si lo que iba a hacer era imprudente, pero en caso de ser así, no le importaba. Se había cansado de no hacer nada, de quedarse todo el tiempo de brazos cruzados. Pero eso iba a cambiar, había decidido luchar por lo que quería.

El taxi se detuvo. KyungSoo pagó y se bajó.

Se encontraba parado frente a la puerta de aquella casa. En ese momento los nervios y el miedo se habían apoderado de él. Levantó la mano dispuesto a golpear la puerta, pero entonces se arrepintió. De pronto se sintió fuera de lugar. Bajó la mano y se dio la vuelta dispuesto a irse, pero en ese momento la puerta se abrió.

-¿KyungSoo?-. El nombrado se giró, asombrado.

-JongIn, perdón por molestar, yo no quería…-.

-JongIn, espérame-.  Una chica salió tras él.

-Molestar-. Terminó en un susurro. Su cuerpo reaccionó solo, estaba dispuesto a correr, pero JongIn tomó su brazo.

-¿Qué haces aquí?-. Preguntó. Aún no salía de su sorpresa.

-Yo… nada, olvídalo, no sabía que tenías compañía, perdón por molestar-.

-Soy Yuri, la prima de JongIn-. Se presentó la chica. KyungSoo miró a JongIn, éste estaba sonriendo.

-Yo pensé que…-.

-Pues pensaste mal-. Le cortó el menor.-En este momento estaba a punto de llevar a Yuri a casa de mis tíos ¿te gustaría acompañarnos?-. KyungSoo asintió con la cabeza.

Los tres subieron al automóvil de JongIn. Yuri atrás y KyungSoo en el asiento del copiloto.

El viaje fue silencioso, incluso algo incomodo. JongIn aparcó el auto frente a una enorme casa.

-Llegamos. Yuri, por favor avisa a mis padres que mañana vendré. Ahora mismo tengo asuntos qué atender-. Le lanzó una mirada al mayor.

-Está bien. Adiós KyungSoo, fue un gusto conocerte-. Se despidió y salió del auto. JongIn comenzó a conducir de regreso.

KyungSoo miró por la ventana todo el camino. No tenía el valor para mirar a su ex-novio. “Ex”, odiaba esa palabra. Llegaron al hogar del menor, éste lo invitó a pasar. KyungSoo aceptó.

-¿Quieres algo de beber?-. Ofreció al abrir la puerta. –Preparé ponche de frutas-.

-JongIn, necesito hablar contigo. Para eso vine-. Ambos se quedaron en silencio.

-Siéntate-. Ordenó JongIn, señalando el sofá. KyungSoo lo hizo.

-JongIn, todo este tiempo yo no…-. Su discurso se vio interrumpido por unos carnosos labios. Esos labios que tanto había deseado.

-Te he extrañado demasiado. No sabes cuánto-. Dijo JongIn, acariciando con amor su rostro.

-Yo también. Por favor, perdóname, fui un tonto-. JongIn lo calló con otro beso.

-No digas nada Soo. Olvidemos lo que ocurrió. Eso ya quedó en el pasado, no soporto estar un segundo más sin ti-. Ambos se tumbaron en el sofá, abrazándose, como si no quisieran separarse el otro, y es que así era.

-Por cierto, hoy estás muy guapo-. Comentó el menor. KyungSoo rió feliz.

-Gracias. ¿Me podrías dar ponche?-. Pidió. JongIn dejó un último beso en los labios de su ahora pareja antes de levantarse y ofrecerle una mano para que lo siguiera.

-Claro. O te podría dar otra cosa, en mi habitación-. Dijo insinuante. KyungSoo se mordió el labio.

-¿Qué es?-. Preguntó.

-Si quieres saberlo, sígueme-. Habló JongIn, comenzando a subir las escaleras. KyungSoo sin dudarlo lo siguió. “Me alegro de tenerlo de vuelta”, pensó.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado ;D

me gustaría que me digan en un review si les gustó C:

No puse que está finalizado porque, les quiero preguntar si quieren epílogo C: 


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