Capítulo XLIII: Rosa blanca
Casa de la familia Rokudo, 10 años en el futuro.
Mukuro estaba estático, al ver la habitación que se mostraba ante sus ojos heterocromaticos. Con razón su esposo no lo había dejado entrar al lugar. La habitación estaba pintada por colores amarillos y cálidos, había una gran cantidad de juguetes y una cuna. No pudo evitar caminar directamente hasta la cuna, sobre la cuna había un móvil de inmediato reconoció que eran los atributos de las llamas. Y entonces la vio, un sobre blanco sobre la cuna, la letra era de Tsunayoshi-kun.
No tenía la necesidad de abrirla para saber el contenido de la carta. Lo conocía tan bien como la palma de su mano, incluso aunque Tsunayoshi-kun, se había negado a comentarle algo de su alocado plan tenía algunas ideas para saber de qué se trataba.
Hola Mukuro,
Si estás leyendo esta carta es porque Nagi ya te dio la llave, imagino que estás furioso conmigo, pero hagamos un trato…..
Mukuro guardó la carta, mientras unas lagrimas se escapaban de sus ojos.
***
Base de la familia Millefiore, 10 años en el futuro.
Las mujeres de Cervello habían llegado con una tetera y tres tazas de té. De inmediato le ofrecieron una taza.
— Tsunayoshi-kun es hora de ponernos serios —dijo Byakuran.
— ¿Por qué no comienzas por la verdad?, yo no soy un invitado.
— Es muy astuto de tu parte haberlo descubierto.
— No es tan dificil, ¿cual es tu objetivo?
— Nada del otro mundo, casi lo consigo. Solo falta que me des tu anillo.
— ¿Y para qué querrías el anillo Vongola?
— Para completar mi colección —aseguro Byakuran mientras le daba un sorbo al té.
— Yo, me voy —aseguró el castaño mientras se ponía de pie.
— Oh, Tsunayoshi-kun, deberías sentarte. Deberías conocer tu lugar como rehén.
Tsuna, suspiro. Debía salir de ese lugar. Y más si estaba en calidad de rehén… De pronto se escuchó un estruendo.
— Uhm, parece que tenemos visitas antes de tiempo —Byakuran sonrió—. Yuni, no dejes que Tsunayoshi-kun abandone esta habitación —ordenó el albino antes de salir del lugar.
Tsuna se levantó.
— Lo lamento pero debo irme —aseguró el castaño.
— Me gustaría pedir, su protección Décimo Vongola, y no como un miembro de Millefiore, sino como la líder de la familia Giglio Nero.
— ¿Eh?
— No se sorprenda —dijo Yuni poniéndose de pie—. Me gustaría que usted me ayude a detener el Tri-ni-Sette.
— Yo, no sé a qué te refieres. Pero, confiaré en tí.
***
Byakuran observaba todo, de forma atenta a través de las cámara de seguridad. El ala norte de la base de Millefiore estaba siendo atacada por un escuadrón desconocido. Byakuran, sonrió en serio creen que serian capaces de detenerlo en su propia base.
Todo era un caso en esa parte, muchos hombres estaban heridos en el suelo del piso, la mayoría vestía el uniforme clásico de los miembros de White Spell.
— Al parecer hay traidores en nuestras filas —aseguro Byakuran.
El rostro de Irie Shoichi permanecía frío e inalterable.
— Genkishi, está cerca. Deberíamos enviarlo a él a lidiar con los intrusos.
— Oh, sería una maravillosa idea Sou-chan, si no fueras un traidor y al mismo tiempo solo eres una ilusión, una proyección residual del verdadero Shou-chan..
— Me sorprendió que no actuará antes, Byakuran-san.
— No debería sorprenderte tanto, Shou-chan, después de todo tu fuiste el que lo inició todo. Te he conocido a Shou-chan en cada mundo paralelo, y sin embargo nunca me ha comprendido. En cada mundo, siempre le he dado una rosa. Una de diferente color, claro que tu no podrías saber esto, en este mundo te di el emblema de la “Rosa blanca”. Siempre le regalado rosas, Shou-chan.
— ¿Byakuran-san?
— Todo esto solo es una distracción, pero el Tri-ni-sette siempre está conmigo, incluso si Yuni-chan y Tsunayoshi-kun huyen solo están retrasando lo inevitable.
***
Kokuyo Land, 10 años en el pasado.
Reborn, respiro. Antes de hablar, en verdad su dame-alumno del futuro parecía ser un líder responsable. Claro sin dejar de ser un dame.
— Gokudera, Lambo —habló el arcobaleno del sol—, necesito que les enseñen a los demás guardianes a usar las cajas armas.
— Existe un problema con su petición, Reborn-san —comentó Hayato—, las cajas armas solo pueden ser abiertas por su atributo correspondiente.
— En todo caso, solo Tsuna es capaz de abrir las demás cajas —añadió Lambo.
— ¿Por qué precisamente Tsunayoshi-kun/el herbívoro/Sawada/Tsuna? —cuestionaron los guardianes restantes.
— Debido al atributo de la llama del cielo, la llama del cielo permite abrir todas las cajas armas —hablo Lambo—. Ó solo que al igual que Yamamoto sean capaces de utilizar otras llamas.
— Puedo usar mas llamas, además del atributo de la lluvia —pregunto Yamamoto.
— Perdon, me confundi. Quise decir, Gokudera —dijo algo nervioso Lambo.
— Wow, en el futuro eres más formal conmigo, Lambo. Siempre me has llamado por mi primer nombre.
Lambo casi entraba en pánico, es verdad a pesar de que Takeshi parecía un despistado, solo fingía porque de despistado no tenía ni un pelo.
— Vamos a mi cuarto —hablo el arcobaleno—. Al parecer alguien me dejó un regalo.
Reborn entró a la residencia de los Sawada.
— Reborn-kun, ¡Bienvenido! —saludo Nana.
— ¡Buenas tardes mamma!
— Ara, ¿donde esta Tsu-kun?
— Está con Gokudera y los demás, al parecer tienes tarea pendiente. Tsuna me pidió que te avisara que a lo mejor tardaba.
— Reborn-kun —la mujer miró fijamente a Reborn—, cuida de Tsu-kun.
Reborn no supo qué responder, habia ocaciones en las que se preguntaba si Nana no sabía absolutamente nada de la mafia, por alguna extraña razón presentía que nada lo sabía todo, pero prefirió guardar silencio. Se dirigió a su habitación y entonces lo vio sobre su cama un maletín, completamente ajeno a sus pertenencias con el escudo de la familia Vongola grabado en él.
Cuando salió del lugar ya lo estaban esperando los dos guardianes adultos y los cuatro adolescentes.
— ¿Reborn-san eso es?
— El regalo.
— Esa maleta pertenece a Juudaime, ¿porque está en esta época? —pregunto Hayato.
— No es el momento para preocuparnos por pequeñeces, debemos hacer que ellos sepan usar las cajas armas.
Habían llegado a un lugar deshabitado.
— Bueno, Lambo entrena a Yamamoto y a Sasagawa —pidió Gokudera.
— Eh, estás seguro de querer entrenar a esos dos —inquirió Lambo mientras alzaba la ceja derecha—, no se si sea buena idea.
— Oh no te preocupes, el par que tu entrenas es meramente deportivo, ademas sera mas sencillo para tí. Pero ese par problemático. Déjamelo a mí —aseguró Hayato mientras sonreía.
— Como tu quieras, pero…
— No pasa nada, en este momento no son tan fuertes como su yo del futuro. Además alguien debe bajarles esos aires de grandeza.
***
Base de la familia Vongola, 10 años en el futuro.
Se escuchó que llamaban a la puerta, se escuchaba el sonido del timbre sonar una y otra vez.
— Iré a ver quien es —dijo Ryohei.
— Yamamoto, debemos salvar a Juudaime.
— Ahodera tiene razon, Takeshi.
Takeshi solo suspiro, en verdad se le olvidaba que trataba con los jóvenes Hayato y Lambo.
— Yamamoto-san —hablo Nagi—, debemos enseñarles a utilizar las cajas arma.
— Pero…
***
Yuni y Tsuna estaban caminando sin rumbo fijo al parecer de Tsuna.
— Yuni, estas segura que es el camino correcto.
— Lo es —aseguró Yuni.
De pronto apareció un hombre rubio frente a ellos Yuni corrió a abrazarlo. El hombre tenía el cabello rubio peinado hacia atrás.
— Princesa —dijo el rubio—, veo que lograron salir sin problemas.
— Si, aunque no pudimos recuperar los pacificadores —dijo Yuni.
— Usted es Ro… —Yuni cubrió la boca de Gamma.
— Sí, él es el Décimo jefe de la familia Vongola, Sawada Tsunayoshi —presentó Yuni.
— De todos modos debemos irnos, antes de que nos alcancen —hablo el rubio.
***
En algún lugar deshabitado, tiempo presente.
Hayato miraba a los dos guardianes problemáticos respirar agitados.
— No me digan que ya se cansaron mocosos —dijo Hayato con un tono sarcástico—, no duraría ni un minuto en el futuro.
— Callate herbívoro —se puso de pie Hibari.
— Kufufu, como si eso fuera todo.
— Es bueno ver que aún tienen energía, pero sus cajas armas se niegan a salir, incluso el par de deportistas ya lo lograron —asegurar Hayato hechandole mas sal a la herida.
Nuevamente la nube y la niebla alimentaron el sus respectivas cajas con sus llamas, pero la caja arma se negaba a cooperar.
— Hibari, tu flama es demasiado débil, Mukuro deja de jugar y empieza a espabilar.
Por su parte Lambo había dado por finalizado su entrenamiento el dia de hoy.
— Oe —pregunto Yamamoto—, ¿porque sus cajas armas no cooperan?
— Parece ser que no están concentrados, las cajas armas son el reflejo de sus dueños. Ryohei y tu son demasiados sencillos, por eso aceptan las cosas sin muchas explicaciones, pero. Tal vez, Mukuro se sigue negando a pertenecer al mundo de la mafia y Hibari, odia seguir órdenes.
***
Casa de la familia Rokudo, 10 años en el futuro.
Mukuro salió de su casa, mientras miraba todo. No podía decir que no está furioso con Tsunayoshi-kun, pero ahora tenía que regresar a proteger a Vongola.
La rosa blanca: significa pureza, guardar un secreto, inocencia, juventud, unidad, te merezco....
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Hola, aun desconozco las motivaciones de Byakuran, bueno no tanto. Amo al chico malvavisco aunque le toque ser el malo de la historia. Si no fuera por Byakuran y compañía no habría trama.
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Byakuran colo come malvaviscos.
— En serio no entiendo como acepte esto —aseguró el albino mientras come malvaviscos como si la vida dependiera de ello.
— ¿Será acaso por los malvavisco? —aseguró Legnael mientras señalaba las cajas con el contenido de malvaviscos.
— Puede ser —asintió Byakuran mientras seguía comiendo—, hablando de esto… ¿que le ofreciste a Xanxus?
—¿Que no te escuche Xanxus?, digamos que el hizo trabajo comunitario sin ser bien pagado.
— Y dices que yo soy malvado, tú eres maldad pura.