Capítulo LII: Reunión
Base de la familia Millefiore, 10 años en el futuro....
Byakuran miraba el monitor de su pantalla, era aburrido esperar a que todo se diera de acuerdo a sus planes, pero eso era lo divertido. El desafío que representaba —Rokudo Tsunayoshi—. Ahora que lo pensaba sería divertido decirle esta información al Tsunayoshi adolescente.
Aún quedaban afinar algunos detalles, para obtener los anillos Vongola. Claro que eventualmente los anillos serían suyos. No sería divertido si no era capaz de ir sembrando un poco de ilusión en sus adversarios, aun lo inquietaba la mentalidad de Rokudo Tsunayoshi, durante un segundo dudó en enviarlo al pasado. Solo le quedaba vencer a su versión joven e ingenua.
***
Base de la familia Vongola, 10 años en el futuro…
Gokudera lucia fastidiado, malditas cajas armas. Aún no era capaz de manipularlas las malditas cajas y eso lo estaba sacando de quicio. De pronto observó que el Yamamoto adulto lo miraba con aquella estúpida cara divertida.
— Gokudera, deberías calmarte —sugirió el adulto.
— Tsk… imbécil —gruñó el menor—, ¿como carajos podría calmarme si Juudaime está secuestrado en la base enemiga?... se supone que somos sus guardianes, ya deberíamos estar planeando como recatar a Juudaime.
— Gokudera, precipitarse no solucionara las cosas. Además, de momento tanto Lambo como tu aun están aprendiendo a utilizar las cajas armas. Mukuro, está viendo la parte táctica, y Hibari está investigando algunos detalles. Recuerda Gokudera que tu eres el guardián de la tormenta, todas tus decisiones son tomadas y editadas antes de lanzarte a atacar fieramente.
El menor observó el semblante serio de Yamamoto. Le inspiraba confianza, pero aun asi seguia siendo un idiota.
— En el pasado…
— ¿Que ocurre en el pasado? —inquirió el mayor curioso.
— Tú… olvídalo…
— A veces eres tan terco y necio —comentó el mayor.
Obviamente el de ojos verdes le dedicó una mirada de odio al guardián de la lluvia.
De pronto entró Lambo. Caminando de forma pesada.
— Oh, supongo que ya terminaste de entrenar con senpai —dedujo Takeshi.
— Algo así —respondió de forma cansina el chico de cabellos rizados—. Tsuna estará bien.
— Es Tsuna, debe estarlo —aseguró Takeshi.
Por la puerta entró Mukuro, lucía bastante fastidiado.
— Aún no ha llegado la alondra —bufo para sí mismo Rokudo.
— No de hecho no responde —comentó Ryohei, quien venía caminando detrás del ilusionista.
— ¿Ocurrió algo? —inquirió Takeshi.
— Sí, necesito algunos detalles de Ave-kun.
— ¿Qué detalles?
— Los que no nos dijo, Tsunayoshi-kun.
La mirada del guardián del sol y de la lluvia se mostró pensativa.
— Tsuna, debió tener sus razones.
—Todo, es tan descabellado. Típico de él —comentó Mukuro.
Se escuchó como el sonido de autos estacionados, los guardianes de inmediato se dirigieron a la ventana, era dos vehículos, reconocieron el ferrari negro de Hibari, y detrás de él estaba un automóvil negro, con la insignia de Giglio Nero.
— ¿Giglio Nero? —espeto confundido Ryohei.
Los menores solo escuchaban algunos murmullos de lo adultos.
Continuaron revisando por la ventana, observaron claramente como Hibari bajo, portando su usual traje negro, Hibari de inmediato al sentirse observado dirigió su mirada afilada hacia la ventana. —Esto iba a ser una completa molestia—. Vio como la líder de Giglio Nero bajó del auto.
Pero definitivamente, lo que no tenía lógica alguna para los guardianes adultos fue cuando Irie Shoichi baja del auto. Era completamente bizarro.
— Iré a ver —comentó serio, Takeshi.
— Esa Alondra, nos debe muchas explicaciones —gruño Mukuro.
— ¿Qué es lo que ocurre? —regunto Lambo.
— Supongo que iremos todos —comentó Ryohei—. No es como si nosotros supiéramos mucho.
Comenzaron a dirigirse a la entrada principal.
— Habla de una buena vez, Ave-kun. ¿Que carajos significa todo esto?, es más que hacen ellos aquí —miro a lo recién llegados.
— Somos aliados —comentó Yuni.
— ¿porque creriamos precisamente en ustedes?... pertenecen a Millefiore —espeto Takeshi.
Gokudera estaba apunto de lanzarse a maldecir, cuando Takeshi lo sujetó suavemente del hombre.
— Cálmate —pidió Takeshi.
Gokudera no dijo nada.
— Hablemos adentro —dijo Hibari—. Tetsuya, lleva a Tsunayoshi a una de las habitaciones de huéspedes —ordenó la nube.
Al escuchar el nombre del cielo de Vongola, los presentes comenzaron a impacientarse.
— Tsunayoshi-kun… esta bien —inquirió Rokudo preocupado.
— Sawada Tsunayoshi, esta bien. Solo esta descansando después del estrés psicológico que sufrió —comentó la nube.
Mukuro y los demás guardianes se apresuraron al auto. Mukuro observó a la versión joven de su esposo.
— Entonces… ¿Tsunayoshi-kun, esta en el pasado? —preguntó el de mirada heterocromática.
Hibari y los demás guardaron silencio. Lambo y Gokudera se acercaron a ver a Tsuna, el castaño permanecía profundamente dormido.
— Ave-kun, ¿por que esta Irie Shoichi en este lugar, y además también la segunda líder de Millefiore?
— Mukuro-san —interrumpió Yuni—. Lo mejor será que yo e Irie-san les expliquemos algunos detalles, que dejó el Décimo Vongola de esta época, de momento explicare brevemente algunos hechos.
— ¿Qué fue lo que le hizo Byakuran?
— Al Sawada Tsunayoshi de esta época, fue enviado al pasado, él fue quien envió a su versión joven, en compañía de sus guardianes de la tormenta y el trueno.
— Fue ese maldito, hombre malvavisco —gruño el chico de las bombas.
— No. Fui yo.
— ¿Que demonios le hiciste a Juudaime/Tsuna? —dijeron molestos y furiosos los adolescentes.
— Solo seguía la Voluntad de ese carnívoro —añadió Hibari—. El fue el que me dijo que sometiera a su versión joven a la prueba de sucesión Vongola.
Mukuro, Ryohei y Takeshi se acercaron completamente furiosos hasta donde estaba el guardián de la nube.
— Hibari —la lluvia gruño el guardián de la lluvia—. Como demonios le hiciste caso a Tsuna.
— El lo pidio, el sabia que ustedes no cumplirian con esa orden —comento Hibari.
— ¿Que demonios le hiciste a Juudaime? —se acercó completamente furico la joven tormenta.
— Como diablos pudistes hacer eso —gruño Mukuro molesto—. Cuando hizo esa prueba.
— Mi deber —comentó Hibari—. Ustedes también tienen sus propias obligaciones,ya sean de esta época o del pasado.
Por eso la nube distante, solo actuaba en cuando sus ideales coincidían con los del cielo...
***
Terreno baldío, cuidad de Kokuyo. 10 años en el pasado…
Reborn miraba a los guardianes de Tsuna.
— En verdad, creen que son capaces de actuar como un equipo, después de la paliza que les dieron ayer.
— Kufufu, sinceramente prefiero luchar solo.
— Luchar solos —inquirió Nagi—. En este momento no sirve, por que aun carecen de poder. Los anillos son pieza clave en la revuelta del futuro.
— Nagi, olvidalo —espetó el guardian del trueno—. A no ser que….
Continuará.
Notas Finales: Lo se, soy malvada.