“… Quizás sea buena idea que hables de ello, si no te importa, claro, siempre es bueno saber más de ti…”
Saber más de mi eh?
Y ahí me encontraba yo, sentado en mi escritorio, debatiéndome conmigo mismo si debía ó no hablar de ello, ya había pasado un año y cuatro meses, y aun no lo entendía, aun no lo aceptaba… aun dolía.
Otra carta.
Al día siguiente también recibí una carta, todos los días recibía una, todos los días desde hace dos años y medio, hoy 30 de Junio había recibido mi carta número 911, una por cada día de estos dos años con seis meses.
“… quiero verte…”
¿Uh?
“… quiero verte…”
Una broma, esto es una broma.
Mi vista sólo se fijaba en aquella frase, en aquella pequeña frase en medio de la carta, en aquella frase trazada con esa elegante y hermosa letra que conocía mejor que la mía, aquella letra que había visto 911 veces, esa letra que llenaba mis cajones de hermosas palabras.
Luego de releer esa línea, más veces de las que debería, proseguí con el resto de la carta; una dirección con hora y fecha marcada.
“… el río Han, el próximo miércoles a la 1:00 pm…”
De tantos lugares en Seúl ¿tenía que ser precisamente allí?
“… te esperaré el tiempo que sea necesario…”
¿Y ahora qué?
Mi corazón latía tan rápido que pensé que tendría un paro cardiaco en ese mismo momento, mis piernas no parecían tener la suficiente fuerza como para soportar mi peso. Rayos, ¿cuál es el número de emergencias? ¿911?
Oh… maldita ironía.
Justo en la parte inferior derecha de la carta firmaban dos letras, aquellas dos letras que firmaban todas las anteriores.
“Me”
¿“Yo”?
Debía ser una extraña broma, ¿qué clase de firma es esa? ¿Cómo puedes escribirle a alguien por más de dos años y no saber el nombre de esa persona?
Genial.
Dos años en esto y apenas hoy me doy cuenta de que no tengo idea de cuál es su nombre.
Bravo Kyungsoo, bravo.
¿Involucrándote con alguien que no conoces? Por alguna razón, esto se ha vuelto un tema bastante común en mi, debo dejar de hacerlo ¿Qué pensaría Jongin sí…?
Ah… Jongin.
Ya ha pasado un año, no puedo seguir así.
Me rindo.
Tal vez no deba ir, quizás sólo deba dejarlo pasar y concentrarme más en mi.
¿Y sí lo hago sentir mal? ¿Y sí esta persona es buena?
No, ese no es el punto.
Y ¿Cuál es entonces?
Dios, estoy enloqueciendo.
Si no hubieran llamado a la puerta en ese momento, quizás me hubiera terminado lanzando por la ventana de mi pieza.
Allí estaba mi mejor amigo, mirándome con una gran sonrisa.
- ¿Listo para perder la cabeza, dodo?
Si, eso es justo lo que necesito, dejar de pensar por un momento. Olvidar todo y dejarme llevar.
- Claro - le respondí - deja que tome mi chaqueta.
Me dirigí al armario en busca de una chaqueta. Una tarea simple: abrir las puertas del closet, tomar una prenda e irme con mi amigo. En cualquier otro caso hubiera sido muy fácil, si tan solo la manga de aquella prenda de cuero no hubiera hecho su aparición en una esquina del armario.
Me tomé unos segundos para observarla, luego estiré mi mano hacia la prenda y la rocé con mis dedos, no pude evitar que un sonoro suspiro de exasperación se abrirá paso entre mis labios, tomando por sorpresa a mi amigo, que esperaba sentado en mi cama.
- Pasa algo? - preguntó, alzando una de sus cejas.
- No, nada
Tomé rápidamente la prenda de cuero y me la puse, ni siquiera se porque la tomé, solo lo hice y la ajusté en mi cuerpo, sabiendo que ella no me permitiría olvidar nada mientras la llevara puesta, pero aun así lo hice.
- Linda - escuché decir a Baekhyun, quien levantaba sus pulgares en signo de aprobación.
- Si, lo se - le respondí, mientras tomaba mis llaves y mi cartera de la mesa de noche.
- Ahora ¡vámonos! - caminaba animadamente hacia la puerta, tirando de mi para que lo siguiera.
- Supongo que esta noche tampoco será para olvidar. – dije en un tono inaudible para Baekhyun.
¿Qué has hecho conmigo Kim Jongin?
Me dispuse a cerrar la puerta de mi habitación con llave, al darme vuelta me percaté de que Baek ya se hallaba caminando en dirección a la salida, troté suavemente hasta alcanzarlo y entrelazar nuestros brazos. Ya me había resignado a que esa noche no la pasaría tan bien como mi amigo lo tenía planeado.