En unos de los mejores restaurantes de New York llamado " Elegancia " que abre a las 6:00 de la tarde hasta las 11:30 de la noche. Es un restaurante refinado y elegante donde solo las personas que poseían mucho dinero pueden entrar. Era muy famoso, por ser donde los artistas, empresarios, atletas u gobernadores iban a cenar, pero no cualquier famoso, sino uno que tuviera una alta posición económica, para entrar a dicho restaurante había que hacer reservación y era necesario ir en traje y vestido de noche.
Eran las 6:45, ya el restaurante constaba de unas cuantas personas que les gustaban cenar temprano. Para las 7:30 estaba casi lleno.
En unas mesas que eran para dos personas, estaba un hombre de 27 años cabello rubio y unos brillantes ojos azules, sentado solo, disgustando el primer platillo "Falafe con salsa tzatsiki" que sabía riquísimo hecho por su amor, él lo sabia, sabía cuando su novio hacía algo de comer, tenía su manera y era único, su sabor, esa forma única de equilibrar los alimentos.
Siguió comiendo mirando de vez en cuando hacia la cocina, pensando en lo ocupado que estaba su novio.
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En una mesa para cincos personas, pedido por reservación, se sentaron cuatro hombres y una mujer, todos con elegancia, era una familia de empresarios. Sentándose en una de la mejor parte del restaurante con una vista hacia un hermoso jardín que se hallaba fuera.
−En un momento los atenderán−habló un señor mayor que los había llevado a donde habían reservado.
−Mmm, todo se ve delicioso−unos de los hombres que se sentaron dijo observando el menú.
−Pero, está lleno de grasa cariño−dijo el más joven de los hombres.
−Se puede pedir que la disminuyan−habló dejándole un pequeño beso en la nariz del más joven.
−Bien, estamos aquí para celebrar que Jake y Mitchel por fin se casaran, ¡Felicidades chicos! −dijo Mark un hombre de ojos azules y cabello castaño con unas cuantas canas, que era muy guapo y se veía joven a pesar de su edad.
−Estaba tan ansiosa por que se casaran, Mitchell disculpa a mi hijo por ser tan lento−Exclamó la mujer del grupo, Patricia, una mujer muy atractiva de cabello negro y ojos del mismo color.
−Hehe, no se preocupe Patricia todo es a su tiempo−espetó Mitchell el prometido de Jake. De cabello claros y unos hermosos ojos ámbar. Jake era igual a su padre, cabello castaño y ojos azules.
−De lo que te compadezco hermano, mira que casarte con un consentido−dijo el hermano menor de jake. Eran distintos a los dos, solo con los mismos ojos, el cabello negro como su madre que le llegaba a los hombros.
−Son ustedes lo que me consienten, no hables de más Brian−Mitchell hizo un adorable puchero haciéndolo ver adorable a los ojos de su prometido y los familiares de este, quienes sentían cierta adoración hacia su yerno.
En eso apareció un mesero con una camisa blanca y un chaleco negro al igual que el pantalón, preguntando que ordenarían.
−Mmm, Vieiras con Coulis de Coral y Zanahoria−pidió Jack.
−Lo mismo−dijo su padre Mark.
−Langostino con salsa picante−pidieron los otros tres.
El mesero después de confirmar lo que ellos ordenaron se fue, mientras ellos bebían un vino blanco fresco.
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En la cocina llegaban cada vez más pedidos.
−Mesa #7. 3 platos de Langostino en Salsa Picante y 2 Cieiras con Coulis de Coral y Zanahoria−informó unos de los ayudantes.
El jefe que se encontraba de lo más calmado ordenó a sus ayudantes que eran 2 chicos y una chica. A unos de los chicos que pusiera los Langostinos en un sartén anti-adherente con dos cucharadas de aceite de girasol durante 2 minutos, a la chica que se encargara de cortar los pimientos y al otro chico que fuera preparando las vieiras mientras él se encargaba de preparar la salsa. Tenían que hacer eso en 20 minutos máximos.
− ¡El jefe es tan genial!−suspiró la chica que estaba cortando los pimientos.
−Sabes que Shon nunca, ni muerto se fijaría en ti, además él es menor que tú−dijo un chico de ojos avellanas que estaba esperando que los Langostinos se entibiaran.
−Púdrete James−
−Digo la verdad, tiene pareja y es un hombre−dijo James.
−No te creo, él es hermoso, con su cabello negro y esos ojos marrones que expresan confianza y seriedad, no creo que un chico tan hermoso como él saliera con un hombre−
−Jum, cree lo que tú quieras, él es un poco misterioso, no te conviene Clarisa−James se quitó del lado de la chica no sin antes coger un pimiento rojo y verde dejando a la chica pensativa.
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−Sorbetes de frutos rojos y Cassís ¡Listo! −exclamó el jefe repostero marcando sus hoyuelos con su encantadora sonrisa.
−Charles, no deberías de estar tan animado, aun te quedan muchos postres por hacer−dijo un chico de cabello castaño y ojos grises, aunque su voz salió burlona, su rostro no expresaba ninguna emoción.
− ¡Ahh no me lo acuerdes! −Puso sus manos en su cara para luego pasársela por su cabello rojo y cerrar sus ojos azules oscuros−Además ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿No deberías estar cocinando?! −preguntó poniendo su mano en su cintura.
−Solo vine a molestar a la princesa−dijo Edward haciendo que se le marcara un hoyuelo en la mejilla derecha al hablar.
− ¿Princesa? −preguntó ofendido.
− ¡Jefe nueva orden! −le informaron a Edward.
−Nos vemos en la salida, Chars−
− ¡Tonto! −Charles se puso a preparar un Mousse de Limón.
−Aquí los limones que me pidió jefe−llegó una chica pasándole los limones mientras él le regaló una sonrisa haciendo sonrojar a la chica.
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El hombre terminó su postre mirando la hora, 8:57 pm tenía allí una hora y media comiendo con lentitud y la hora parecía no estar de su lado. Pagó la cuenta y observó el lugar dándose cuenta de que Shon tardaría más de lo normal. Salió del restaurante esperando que el valet parkingt le entregara su auto. Se subió a su Austin Martín dejándole una buena propina al hombre.
Condujo solo una cuadra, parqueándose en una esquina apagó el auto, sacando su celular envió un mensaje. Encendió el auto de nuevo y arrancó hacia su departamento que quedaba a tan solo diez minutos del restaurante.
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En el restaurante cinco personas disgustaban el plato fuerte.
− ¡Quiero esto en mi boda! −Mitchell alagó la cena.
−Está muy rico−le siguió su prometido.
− ¿Por qué no contratan al chef? −preguntó Brian encontrando el platillo de lo más delicioso.
−Si, para que se encargue de la comida de la boda, lo haremos antes de retirarnos−dijo Mark quien estaba de acuerdo.
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En la cocina, todos se encontraban trabajando, pues ese día como otros estaba lleno. Edward, el chef que se encarga de preparar los platos fuertes estaba terminando de preparar unos de sus platillos "Pollo al estilo Bang-Bang", a pesar de tener 25 años al igual que Shon fueron asignados como chef principales también, con ellos Charles repostero principal de 23 años.
Los tres son amigos desde la secundaria con la pasión por la cocina como única cosa en común y su sexualidad. Terminó la decoración y la puso en la bandeja con los demás platillos para que la llevaran a la mesa que los ordenó.
−Encárguense de preparar la "Ternera Salteada con Cebollas" para cuatro personas−ordenó a los demás. Fue a donde su amigo el repostero que se movía con agilidad por la cocina. Como cualquier irresponsable dejó a los demás en la cocina.
− ¿Qué haces? −no era que él fuera muy sociable, pero no le gustaba estar con nadie más que con sus dos amigos, tampoco soportaba estar en un solo lugar por mucho tiempo.
− ¿Qué crees? −preguntó sarcástico el pelirrojo.
− ¿No deberían estar trabajando? −Shon apareció con unos pequeños frascos de sal y pimienta en las manos.
− ¡En eso estoy! −Charles hizo un pequeño puchero.
− ¿Y tú? ¿No deberías estar trabajando? −devolvió Edward.
−Estaba buscando esto−Shon le mostró los frascos.
−Me estoy tomando un pequeño descanso−dijo Edward.
−Oh, ¿Molestándome? −preguntó irónico Charles haciendo que Edward asintiera sin ninguna expresión, como siempre.
−Seguiré con mi trabajo, eso deberías de hacerlo también Ed−dijo empezando a caminar hacia su lugar de trabajo.
−Oye, ¡Espera!− llamó Edward a lo que Shon detuvo su andar− Espéranos en la salida, iremos al bar de la otra noche−le dijo Edward.
−Lo siento−se quedó un momento en silencio−No podre ir−
− ¿Es por Ryan? −se le salió preguntar a Charles. Shon no dijo nada, solo bajo la mirada, pero ellos supieron catalogar ese silencio.
−Esta bien, iremos otro día−le dijo Edward a lo que Shon le regaló una pequeña sonrisa−Pero cualquier cosa, aquí están tus amigos−dijo y Charles asintió afirmando lo que dijo Ed−
− ¡Gracias! −dijo yéndose del lugar.
− ¿Estás de acuerdo con la relación de Shon? −preguntó con eje de preocupación Charles.
−No−dijo−Pero si es lo que él quiere-murmuró.
Él como el mayor del grupo velaba por el bienestar de sus amigos aunque no lo hacía notar.
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Shon preparaba un nuevo platillo, pensando en el mensaje que Ryan le envió: "Llámame cuando salgas, me esperas y ni se te ocurra irte para ningún otro lado. Te amo." suspiró aunque su expresión era de una persona calmada él no se sentía así.
No le gustaba que Ryan le prohibiera salir con sus amigos a fiestas o simplemente para estar con ellos. A veces cuando salían tenía que ir acompañado de Ryan, se sentía asfixiado con los celos de Ryan y más cuando este se volvía muy posesivo y no lo deja ni siquiera salir afuera. Por eso le gustaba hacer las cosas como a Ryan le gustaban, para no alterarlo ni para discutir con él.
Terminó la "Tarta de Salmón con Salsa de Mango" con su habitual sonrisa.