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While You Were Sleeping por LatexoHPo

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Notas del fanfic:

Vale, esto será un two o three shot. No muy largo. Es una de mis parejas favoritas ^^

 

(Se me había olvidado =P): Los personajes pertenecen a Marvel Comics, la perversión a mí.

Notas del capitulo:

Primer capítulo. Espero que les guste!

Metabolismo. Todo lo que quedaba en Bruce Banner después de una transformación era el incremento obscenamente enorme de su metabolismo (cosa aparte las heridas, golpes y moretones que desaparecían en un abrir y cerrar de ojos de su piel). Por eso era capaz de devorar una gigantesca cantidad de calorías (sin preocupaciones tontas como "engordar") una vez que despertaba de largas horas de sueño. Largas y felices horas que a veces se prolongaban hasta 48 o más. Bruce era capaz de dormir tanto y tan profundamente que, cuando eso pasaba, era la envidia de Tony Stark.

Tony tenía serios problemas para dormir. Estrés, decía Pepper. Sobreexposición de adrenalina, decía Barton. Mucho café, decía Steve. Descontrolada vida midgardiana, decía Thor. Ego que alcanza la estratósfera, decía Natasha. Pesadillas, le había dicho un día Bruce. Tony se le quedó mirando aquella vez y no dijo nada. Porque Bruce fue el único que dio en el blanco. Eran las pesadillas. Quizá un poco del estrés que decía Pepper (por algo podía jactarse de conocerlo mejor que nadie), pero era más que nada las pesadillas. Horribles visiones que le provocaban abrir los ojos de golpe, sudando como un demonio, el pulso a galope y un tremendo horror en el pecho. Y luego le era imposible volver a dormir temiendo volver a la pesadilla de turno.

Y por supuesto, fue Bruce el bálsamo a su insomnio crónico por culpa de las pesadillas. Había sucedido un mes antes, después del ataque de una serie de robots creados por Doom que desataron la locura en Manhattan. Por supuesto, no fueron problema para Los Vengadores, que acabaron con la amenaza en poco tiempo. Aunque Doom había logrado escapar.

Apenas pisaron la torre, y Hulk cedió su espacio a Bruce, éste cayó en su "sueño de belleza" como le decía Clint. Tony se ofreció a llevarlo a la cama. Lo había dejado ahí, descansando. Sin embargo, cuando dieron las tres de la mañana y él, Tony, seguía sin poder pegar un ojo, decidió ir a echar un vistazo a su amigo. Bruce dormía plácidamente, o al menos eso le pareció a Tony. Se sentó en la cama, muy cerca del científico, escuchando la suave respiración y, una vez sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, mirando el lento movimiento de su pecho. Arriba, abajo… suave… tranquilo, acompasado. Tony tragó en seco y sin pensarlo demasiado se metió bajo las sábanas a una prudente distancia de Bruce.

Estaba de costado, así podía seguir disfrutando de la suave respiración de Bruce y el lento movimiento de su pecho. Fue un impulso, estuvo seguro, porque a los pocos minutos ya tenía una mano sobre ese pecho. Fue otro impulso, se dijo cuando se acercó más y aspiró el aroma que emanaba de Bruce. Si había pensando que su amigo apestaría después de transformarse, se vio turbado al descubrir que no era así. Bruce olía a… Bruce. Es decir, el aroma de su jabón aún estaba ahí, mezclado con un poco de sudor, sangre y tierra; había también algo que se le antojó como una mezcla extraña de sustancias químicas. Sonrió, Bruce olía a hombre… a Bruce.

Se dio cuenta entonces, mientras seguía sonriendo como un bobo, que estaba enredando sus dedos en el vello del pecho de Bruce… jugando con él. Se detuvo bruscamente. ¿Qué estaba haciendo? Y entonces Bruce se movió un poco, sólo un poco, un pequeño espasmo entre sueños. Balbuceó algo incomprensible para Tony. Y Tony se alejó temiendo haber despertado a Bruce.

Sin embargo, cuando volvió a mirar, Bruce Banner seguía durmiendo profundamente. Tony estuvo seguro entonces de que se había sonrojado. ¡Demonios! ¡Tony Stark no se sonrojaba! ¡Tony Stark no se inmiscuía en la habitación de otro hombre para verlo dormir! ¡Tony Stark no acariciaba pechos ajenos!… A menos que fueran de mujer… ¡Qué demonios! Tony tenía sueño, quería dormir. Sería un secreto. Sólo suyo y del hombre a su lado que no se enteraría que ahora compartían un secreto. Porque Tony Stark mandó todo al infierno y se volvió a recostar, todavía más cerca de Bruce. Separó un brazo de su amigo, lo pasó por sus propios hombros y posó su cabeza en el pecho mullido de su "hermano de ciencia".

Y Tony Stark pudo dormir aquella noche. Dormir de verdad. No pesadillas, no terrores nocturnos. Sólo paz.

Despertó siete horas después, todavía abrazado a Bruce. Abrazado por Bruce, porque el brazo de su amigo estaba rodeando su espalda. Y se sintió tan bien que se permitió volver a sonrojarse y sonreír estúpidamente. Luego se levantó con cuidado, aunque ahora ya estaba seguro de que nada podría despertar a Bruce después de transformarse. Eso lo comprobó al día siguiente, cuando encontró al científico a hora temprana desayunando como loco todo lo que tuviera a su alcance. Steve (bendito anciano noble y desinteresado) le estaba sirviendo, Thor lo acompañaba y parecían competir por ver quién engullía más huevos revueltos y panqueques mientras Natasha y Clint le ponían al corriente sobre la posible ubicación de Doom.

Y cuando Bruce le miró a los ojos y le sonrió cálidamente con la boca llena de huevos, Tony Stark supo que no se había enterado de nada.

Quizá era insano, mezquino y quizá injusto para Bruce, pero Tony esperaba ansioso que cualquier cosa desatara la furia de Hulk para poder volver a esos cálidos brazos y dormir. Las pastillas ya no hacían efecto, el licor lo mataría más pronto que tarde, el sexo… ¡con un demonio! Ni siquiera tenía ganas de sexo. Sin embargo, no era tan horrible persona como para provocar una transformación deliberadamente y sin motivo real. Porque ante todo, respetaba el dolor (no solamente físico) por el que su amigo atravesaba cuando Hulk aparecía. Porque le quería, era su hermano, su amigo, su…

Ya no lo sabía. Sólo sabía que necesitaba dormir, y esa necesidad también se mezclaba con otra: necesitaba a Bruce.

Para su fortuna, Doom apareció, Doom y sus engendros robóticos mejorados. La lucha fue basta, tardaron demasiado para el gusto del millonario que sólo esperaba acabar con la amenaza y regresar a la Torre a dormir. Hulk estuvo espectacular y finalmente, después de mucho desgaste físico y emocional, ganaron. Esta vez Fury se llevó a Doom para encerrarlo.

Cuando llegaron a la Torre lo primero que hizo Tony fue quitarse la armadura y estar al pendiente de que Bruce regresara, y cuando lo hizo, se apresuró a tomarlo en sus brazos y arrastrarlo a su habitación mientras le decía al resto del equipo que ya habría tiempo de celebrar la victoria, siempre habría tiempo. Todos estuvieron de acuerdo y, aunque un poco extrañados, cada uno se marchó para un merecido descanso.

Eran casi media noche, pero Bruce todavía no caía en brazos de Morfeo.

"¿Ganamos?", preguntó atontado y soñoliento, tomándose precariamente los restos hechos jirones de sus pantalones. Apoyándose en el cuerpo de Tony. Casi llegaban a su habitación.

"Sí, Grandote. Ganamos, como siempre", le sonrió el millonario. "Necesitas dormir". Y yo también, pensó Tony casi ansioso.

Bruce ya no contestó. Simplemente se dejó caer en la cama una vez llegaron a ella. Tony lo movió un poco para sacar la cobija y las sábanas y comprobar que ya estaba durmiendo profundamente. Al parecer así era. Bruce estaba un poco sucio, manchas de tierra, sangre seca, verdugones, heridas que comenzaban a sanar frente a sus ojos. Nada fuera de lo normal. Sin embargo, algo extraño sucedió con él, porque decidió en un momento que no quería que Bruce despertara dos días después así, sucio. Así que, resignado ante la promesa de una buena noche de sueño reparador, fue al baño y regresó con una toalla humedecida y un pequeño cuenco con agua.

Quitó lo que había quedado de los pantalones de Bruce. El científico estaba de espaldas, con la cabeza apoyada en la almohada y un brazo fuera de la cama. Tony hizo a un lado la sábanas y comenzó por pasar la toalla por el cuello, bajando gradualmente y repasando los omóplatos, todo lo largo de la columna vertebral… las nalgas.

Tony ya no se preguntó qué demonios estaba haciendo cuando una de sus manos acarició el, sorprendentemente, suave trasero de Bruce. Pero un momento después negó con la cabeza para despejar sus pensamientos y volvió a su tarea. Limpió las piernas, y cuando llegó justo detrás de las rodillas, Bruce se estremeció un poco. Tony alejó su mano y la toalla presurosamente. Ahora se daba cuenta de que estaba actuando raro, ¿qué excusa le daría a su amigo si despertaba y le viera limpiándolo? Pero Bruce no despertó. Tony agradeció a los dioses habidos y por haber y continuó lo que estaba haciendo.

Cuando se levantó para girar a Bruce y continuar con la limpieza, algo le detuvo. Bruce estaba totalmente vulnerable ante él. Desnudo. Completamente. Su cansancio pasó a segundo término cuando se decidió por fin a girar el cuerpo de Bruce. Y entonces se alejó un poco para ver ese cuerpo en todo su esplendor. Tal vez fuera por Hulk, quizá era la yoga a la que el científico se sometía cada mañana, pero su cuerpo era simplemente… lindo. ¡Nada de eso! Era atractivo. Los músculos se marcaban suavemente, y el vello corporal le hacía parecer un enorme, tierno y mullido oso de peluche. Un oso de peluche bastante sexy.

¡Qué demonios…!

Tony cerró los ojos y se llevó una mano al rostro. ¡Genial! Ahora Bruce le parecía sexy. Bueno, nunca había negado que Bruce tenía un rostro francamente atractivo… y esos brazos…

Tragó saliva y enjuagó la toalla en el cuenco de agua. Procedió entonces a repasar con ella el cuello, el pecho, los brazos, las piernas… y aquello que dormía tan inocentemente entre esas piernas. Tony trataba de convencerse de que no estaba haciendo nada malo. Sólo estaba limpiando a Bruce. Aunque seguramente el tocar un pene ajeno, uno cuyo dueño no estaba consciente de ser tocado, no estaría en los estándares normales de algo "bueno".

Bien. Basta. Tony terminó por repasar con la toalla los pies de Bruce y entonces admiró su obra. Bruce estaba completamente limpio. Las marcas de las heridas apenas eran visibles ya. Y la visión de ese cuerpo perfecto y desnudo fue encantadora. Turbadoramente encantadora, eso se lo dijo el hormigueo en su propia entrepierna. ¡Pero qué cojones pasaba con él!

Gruñó en frustración y se metió al baño. Quizá una buena ducha fría antes de dormir le sentaría bien y acabaría con esos tontos pensamientos. Cuando salió de la ducha, más relajado y menos… duro, pasó por su mente por un momento el irse a su propia habitación y pasar la noche en vela pensando qué era eso que Bruce le provocaba. Pero, diablos, tenía sueño. Necesitaba dormir, necesitaba a Bruce.

Apagó la luz y se metió en la cama. Acomodó las sábanas sobre su cuerpo y el de Bruce, y finalmente recargó su cabeza en el pecho ajeno. La suave respiración, el aroma que Bruce emanaba y el acompasado ritmo de ese corazón le llevaron a dormir en menos tiempo del que se imaginó. Perdió la consciencia pensando en Bruce, en lo bien que se sentía estar sobre su cuerpo, en lo sexy que era. En las ganas locas de besar ese cuello, de acariciar ese trasero, de jugar con ese vello, todo bajo los francamente adorables ojos marrones de su dueño. Su último pensamiento medianamente coherente antes de dejarse llevar por el sueño, fue que deseaba a Bruce Banner. Que quería a Bruce Banner. Que estaba enamorado de Bruce Banner.

Notas finales:

¿Les gustó? Espero que sí =)

Espero también me lo digan en un review!

Gracias por leer!

Látex.


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