Hace tiempo atrás, hace exactamente 17 años atrás nacieron voces gemelas, preciosas y perfectas, pero había ciertas... diferencias...
Ambas eran hermosas y llenas de armonía, pero eran opuestas y parecidas al mismo tiempo... mientras que una era angelical, la otra era demoníaca pero llena de inocencia... "la voz del ángel y del demonio" era así como eran llamadas ambas voces...
Mientras que Atem un joven de piel morena, cabellos tricolor morado en sus puntas, negro de centro y la parte de su flequillo dorado como el sol y de ojos carmesí; el mayor poseía aquella voz privilegiada y angelical, Yami, de piel blanca como la nieve y exactamente igual en apariencia a su hermano mayor, era el menor y aquel bello demonio que mostrando lo más oscuro reluciendo de forma majestuosa, te mostraba aquel lado que nadie quería conocer de sí mismo y a la vez que te hacía ser más y mejor al superarlo...
Pero su hermano mayor nunca pudo aceptar aquella genuina voz que robaba las miradas de todos, nunca lo pudo perdonar... nunca pudo aceptar su propia oscuridad...
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El me lo dijo aquella vez... aquel día que me di cuenta que el odio de mi gemelo había llegado a niveles des mensurados...
-tu corrompes a la gente Yami... por eso te llamas Yami, Yami significa oscuridad... tu eres la oscuridad de los corazones ajenos, aquella oscuridad sellada que nadie quiere ver... siempre serás despreciado por todos... nunca habrá nada bueno para ti...
¿Cuándo...? ¿Cuando había nacido el odio de mi hermano mayor? ¿Cuándo se había vuelto tan grande y poderosamente destructiva su rabia hacia mi?...
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Era un día diferente al resto, pese a que se mostraba como algo común, pese a que se mostraba como un día normal, algo no andaba bien, algo "no era normal"... así que... con miedo me fui de mi casa, de aquella mansión que me custodiaba...
Debido a mi voz, y, a que era "un demonio" como me decía mi hermano mayor, yo no iba a la escuela, yo solo recibía educación privada, siempre fue así y no me quejaba... así viví por muchos, muchos años
Hasta aquel día... el día en que por fin decidí dejar esta vida de paz...
Aquel día había ido a la escuela a la que asistía mi hermano mayor, al ser idénticos "con la única diferencia de nuestras pieles, ya que la mía era blanca y la de el mas morena" éramos como 2 gotas de agua... así que fue muy fácil entrar a la escuela fingiendo ser el... por suerte, al estar solo y siempre siendo intimidado por mi propio hermano yo casi siempre era serio, pero detrás de esa seriedad se escondía alguien tímido y asustadizo, así era yo... pero no lo sabía demostrar, estaba emocionado, estaba asustado y quería correr por todo el lugar como cuando éramos pequeños mi hermano Atem y yo
-Yami ¿qué haces aquí?- escuché por la espalda la voz de mi hermano, gire rápido y lo vi con un grupo de personas que no reconocía
-solo decidí venir a verte ¿eso es tan malo hermano?- pregunte serio, mi miedo me dominaba al estar ante aquella aterradora mirada que a leguas mostraba ira y odio hacia mi
-¿desde hace cuanto que mi propio hermano mayor me odia tanto?- pasó como una ráfaga aquel pensamiento por mi cabeza, entonces vi como él se acercaba a mí y me daba un fuerte puñetazo en mi rostro tirándome al suelo
-no quiero... ¡que te me acerques sub normal!- grito el, yo le vi asustado mientras sentía un estrujón en mi pecho, me levante con la mirada gacha negando que viera mis ojos, mis puños estaban cerrados con fuerza haciendo que mis nudillos estuviesen blancos, mis labios hacían una curva que no era ni sonrisa ni odio, una lagrima estuvo a punto de caer, pero levante mi rostro rápido y lo vi
-será... mejor que me aleje de ti... ángel inalcanzable- susurré impidiendo que alguien mas oyese mi voz, solo yo... solo mi verdad...
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Salí corriendo del lugar, escuche la voz de mi hermano llamarme, gritarme a lo lejos que me detuviese, gritarme que no podría escapar por siempre de él, "solo llamándome por fenómeno" hasta que finalmente termine por llegar a una barranca que estaba a un costado de nuestra casa pero lo suficientemente lejos de la misma
Al lograr llegar al barranco fue que por fin me vi obligado a frenarme, ver no solo al frente, sino a mis espaldas donde yacía mi hermano Atem mirándome muy molesto, ira, desprecio y muchos deseos oscuros mas era lo que se arremolinaba en aquellos rubíes que el poseía...
-estas perdido Yami- rugió con la voz mas lúgubre y de ultratumba que alguna vez le llegué a escuchar a alguien como el
-¿por qué...? ¿Por qué tu odio hacia mí? ¿Tal vez porque mi voz llama más la atención en los coros? ¿o porque nuestra madre me miraba mas a mi mientras que nuestro padre solo te exigía solo a ti?- pregunte mientras me cruzaba de brazos a forma de protección
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-¿cómo puedes?... ¿cómo puedes mostrarte tan calmado?... ¿cómo puedes llegar a ser un demonio y aun así poseer ese atisbo de inocencia y bondad?... eso es... lo que me irrita...
-me irritas... te... detesto... Yami...- susurré mientras lo miraba con todo el odio de mi corazón, el me miro asombrado bajando un poco sus brazos cruzados
-¡eres un maldito demonio! ¡Nadie te puede querer, nadie te aprecia! ¡Estás solo!- le grite con todo mi odio mientras lo tomaba del cuello de la ropa y lo zangoloteaba un poco
-¿por qué? ¿Por que eres un espejo que refleja todo lo malo en mí? ¿Por que fuiste tú el que me ha obligado a volverme en algo que no deseo?... ¿por qué tu, mi hermano, has nacido siendo un demonio inocente y lleno de pureza?... me irrita
-¡¿que pasa?! ¡¿No te piensas defender?! ¡Al menos moléstate!- grite al ver que no hacía ningún gesto, que solo mostraba ese rostro frio y sin expresión, me irritaba bastante
-¿por qué debería de molestarme si no me has hecho nada?- pregunto como si fuera cualquier cosa, eso hizo que explotara por fin
Uno, otro y otro y otro y todavía otro más, comencé a dar golpes a diestra y siniestra sin tomar en cuanta donde siquiera estaba pegando, el solo cerraba los ojos, no gritaba, no los evitaba, solo cerraba los ojos y se dejaba hacer con dolor, ante esta muestra de impotencia de poder defenderse me cabreó mas y terminé por azotarlo y tirarlo en el suelo
Cansado y viendo que ya no se movía me di la media vuelta comenzando a caminar mas...
~un niño sin nombre creció... para ser... la mano...~
Me frené en seco al escuchar su voz... el... estaba cantando... ¿aun en su estado?... cierto... el siempre ha cantado no importaba la situación, mas no me iba a quedar callado
Gire de nuevo sobre mis talones y lo encaré de nuevo viéndolo con odio, el solo me miro y calló por unos momentos
-me irrita... la oscura distancia entre Yami y yo... me irrita... el saber que me enamoré de un demonio como Yami... me irrita
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Lo vi, como él se detenía y se perdía en alguna parte de sus pensamientos mientras veía hacia la nada y luego como caminaba viéndome solo a mí, así que, sabiendo lo que iba a venir cerré mis ojos y continué cantando más y más...
~para vigilarte, para cuidarte, o matar bajo órdenes~
Mas mi voz fue acallada, una fuerte patada me asfixió y casi me obliga a desmayarme, solo logre ver más o menos como él se acercaba a mí, así que, usando todas mis fuerzas logré alejarlo de mi, pero no vimos una laguna, el no sabía nadar, yo sí, pero me dolía demasiado el cuerpo luego de sus golpes, así que, aun arrastrándome llegue a la orilla donde el luchaba por su vida
-Atem... hermano... toma... mi... mano- decía con trabajo, el trató, luchó pero aun así, el miedo le estaba controlando, así que, me lancé al agua y logre tomar su brazo para así lanzarlo hacia la superficie, al ver que ya salía del agua me relajé y me permití el lujo de desmayarme
... ... ...
Cuando abrí mis ojos me encontré con que estaba en mi cama... a decir verdad imaginé que moriría ahogado en aquel lago, mas solo permanecí en cama por todo un mes, según tengo entendido, uno de nuestros sirvientes nos encontró a ambos y me salvó a mí; por mi no había problema ya que yo siempre estaba dentro y no sería gran problema este asunto pero... para mi hermano...
Así de la nada, su actitud amable "con todos menos conmigo a solas" cambió al grado de volverse tosco, ya no sonreía al resto como acostumbraba, ya no era amable, ya... ya no era mi hermano... ya no era ese ángel que mostraba ser frente a los demás... el... se había vuelto... oscuro...
Desgraciadamente me di cuenta tarde... escuche por los doctores que al beber el agua de aquel lago contaminado había afectado no solo su salud sino también sus cuerdas bucales... así que... ahora estaba afónico, nunca más iba a poder volver a hablar, ya no se escucharía su voz nunca mas...
-hermano... ¿puedo pasar?- mas solo recibí un florero que logre tomar antes de que se estrellara contra mi cara, al lograr ver noté a mi hermano muy molesto en la cama, con su pijama viéndome con ira y con su mano extendida, clara muestra de que él había lanzado el florero
Movió sus labios de forma rápida, pero se tomo la garganta que estaba vendada e hizo una mueca de dolor, ante esto yo me acerque a él sin que se diera cuenta y para cuando el noto mi presencia yo lo abrace apegando su cabeza en mi pecho y abrazándolo con fuerza le hablé
-esta bien, te juro que yo me volveré tu voz de ahora en adelante hermano... así que, por favor... no te rindas... no me dejes solo...- le suplique, el que, en esos momentos me estaba atacando por fin se quedo quieto y ya no se movió, aun podía sentir su respiración, aun podía sentir las cálidas y desgarrantes lagrimas que empapaban mis ropas... aun sentía su dolor a flor de piel... y lo único que podía hacer era esto... ser su voz y olvidarme de mi
... Y así había dado inicio a una nueva forma de vida... el aprendió la mímica para hablar y yo siempre fui su voz... así duramos algunos años hasta que finalmente, a los 17 recién cumplidos ambos tuvimos una fiesta lejos, en una cabaña de campo alejados del mundo y sus ciudades para así descansar... estábamos ambos solos, el y yo, el no me decía nada, solo hasta llegada la noche cuando de verdad estuvimos solos, sin servidumbre, sin mayordomos, sin familia... solos... en la oscuridad del bosque...
El toco mi pierna con un leve golpe de su pie, yo, que en ese momento leía tranquilo lo vi y sacó una caja que me entrego, tome la caja sorprendido y leí que decía *De: Atem Para: Yami No abras esto hasta que te diga* lo mire intrigado y con sus señas me dijo
-*sígueme, tengo algo que mostrarte*- pese a que yo me había vuelto su voz, aprendí a leer un poco sus labios, sabía cuando estaba molesto o incluso en sus formas de tratarme o en sus mismas palabras... el era muy frio conmigo y con lo que me decía... aun me seguía diciendo esas palabras hirientes, pero cuando lo hacía, lo decía con sus labios, nunca usaba sus manos... y nadie más lo sabía... eso... siempre lo hacía cuando estábamos en público y me obligaba a mi a decir que solo me decía cuanto afecto tenía hacia mi... lo que en realidad era desprecio... y aunque le preguntara él nunca me respondía...
... ... ...
Caminamos por mucho rato, tal vez una hora, hasta que se comenzó a escuchar poco a poco el sonido de una posible cascada... una vez llegando a un barranco logre ver a un costado nuestro una gran cascada que estaba a muchos metros del suelo, Atem, me hizo señas y me dijo
-*ya puedes abrir tu obsequio*- yo asentí y con algo de emoción me incline y en el suelo abrí la caja rompiendo el papel y los listones... este sería el 1º regalo que Atem me daba desde hace mucho tiempo... así que lo abrí notando un collar de cuero con picos, lo mire extrañado y él me hizo la seña para que se lo entregara y posteriormente que me parara de espaldas
Sin chistar obedecí y pude ver como con sus grandes manos pasaba ese collar que tenía toda la pinta a ser de perro por mi cuello y luego atarlo y el cómo este mismo hacía un clik, gire a ver a mi hermano y este sonreía de medio lado con maldad
-*ahora este es tu castigo por poseer aquella diabólica voz*- uso sus labios para hablar aunque no saliera sonido alguno
-¿hermano que es esto?- pregunte desconfiado mientras trataba de quitarme este collar que me quedaba como gargantilla, pero por desgracia note muy tarde que tenía un candado justo donde se amarraba, algo asustado logre medio ver aquel candado plateado y luego, con desespero trate de quitármelo de encima
-*no podrás, este es un collar de castigo... si hablas... te mueres*- me mostró un pequeño control con un botón rojo
-*en el momento en que yo quiera activaré esto, y cuando el collar sienta las vibraciones emitidas por tu voz, esa cosa te dará una fuerte descarga eléctrica y si gritas será lo mismo, y al siguiente grito significa más vibraciones y supongo que ya habrás comprendido que se trata de un circulo vicioso... así hasta que te mueras Yami... ¿comprendes?*- esa mirada oscura y aterradora, ese mirar lleno de ira y deseos de venganza... así que... aun no apretaba el botón... use ese momento para...
-solo... quiero saber algo... hermano...- el me hizo la señal para que prosiguiera
-¿por que... me odias tanto? ¿Qué te hice para que me odies así?- le pregunte con sinceridad y dolor en mi pecho, el me miro con mas ira, odio y dolor y por primera vez... en todo este tiempo... en todos estos años... el... habló...
-tu corrompes a la gente Yami... eres un demonio peligroso- fue todo lo que pudo decir, luego, perdiendo su voz continuó
-*por eso te llamas Yami, Yami significa oscuridad... tu eres la oscuridad de los corazones ajenos, aquella oscuridad sellada que nadie quiere ver... siempre serás despreciado por todos... nunca habrá nada bueno para ti... esa es mi razón*- dijo lleno de ira y dolido por lo que yo podría jurar sería algo mas... baje la mirada
-¿así que esa era la razón por la que mi hermano me odiaba tanto?... no... No creo... pero... si era por mi... entonces... yo...- le vente mi rostro serio y vi a mi hermano
-hagamos un último trato hermano... aceptaré este collar sin intentar siquiera quitármelo, nunca haré el mas mínimo esfuerzo por sacármelo de encima... a cambio... me dejaras en paz... para siempre... tendrás mi voz a cambio de mi propia libertad- el sonrió de esa forma macabra y asintió
-comencemos Yami- volvió a decir y activó el control, sentí una corriente pasar por mi cuerpo pero era leve, luego vi como el destruía aquella pequeña cajita que sería mi salvación, lo mire y el, aun con esa sádica sonrisa me habló en susurros pues su voz había vuelto a desaparecer
-*ahora con esto... jamás podrás romper tu palabra*- yo asentí y moví mis manos ahora para hablar
_*ahora cumple tu con tu promesa y déjame en libertad de ti mismo*_ el sonrió de medio lado y asintió, yo cerré los ojos con una sonrisa cálida y vi al cielo nocturno, el rió un poco a mis espaldas y fue muy tarde
-¿quieres tu libertad...? ¡Aquí está!- y con una de sus poderosas patadas me lanzó por la cascada... no pude siquiera gritar por el gran susto, solo pude tratar de respirar y ver como mi hermano mayor Atem se alejaba a gran velocidad de mi al tiempo que me hacía señas con la mano de una despedida... cerré mis ojos y rogué por que el agua me ahogara y me dejaran por fin morir en paz...
-mi propio hermano me ha traicionado... por favor... quiero desaparecer de aquí... ya no... Ya no quiero vivir más...- supliqué antes de caer en la inconsciencia completa
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-despierta... despierta... tienes que despertar- no paraba de decirme una extraña voz a mitad de las sombras...
Poco a poco y con mucho dolor comencé a abrir mis ojos notando una habitación completamente blanca, un ligero bip sonaba insistente y de forma rítmica sin detenerse en ningún momento... también podía escuchar a lo lejos el ajetreo de varias personas pasar con algo de acelero por el lugar...
-¿donde... estoy...?- pensé mientras me levantaba de la cama y me tomaba la cabeza con dolor
-¡ha! ¡Ya despertaste!- gire rápidamente mi vista a la persona que me había llamado y ahí... lo encontré...