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Un día de lluvia. por Stig Al-sayf

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Si aquí por primera vez en mucho tiempo, esta este ente que se hace llamar Stig Al-sayf >o<

Se que alguien me habrá extrañado y tendrá un altarcito con mi muñeco vudú y pues solo estoy aquí pare recordar que no era necesario que me insertaran agujas en mi espaldita ¬¬

XDD

Pero aquí lo importante no es mi “aparición” de nuevo en escena, estamos aquí por segundo año consecutivo porque:

¡¡Amamos el Fugamina!!

 *mueve los brazos de forma descontrolada, le pega a la mesa del computador y termina rodando por el suelo*

¡¡yeah!! Otro año mis queridas lectoras donde como ya va siendo costumbre publicaremos un fic para esta bella fecha.

Antes de leerme a mi tienen que leer por obligación a ItaDei_SasuNaru fan quien ya subió su fic  Hacernos felices ¡GO, GO! Que yo los espero.

Notas del capitulo:

Hola otra vez Bien pasemos aclarar ciertas cosas: 1-yo no vendo drogas, así que dejen de acosarme por tal tema xD 2-este fic esta inspirado en una película de Jean Reno, creo que no muy conocida y que me vi hace años en Tv llamada Jet Lag. El fic guarda ciertas similitudes pero no esta basado en la película. 3-para los mas jóvenes, le quiero decir que Pierre Nodoyuna (Dick Dastardly, El Barón Rojo) fue el villano de una serie de dibujos animados de Hanna-Barbera de la serie lo autos locos. Ya un poco vieja tal serie por eso tal vez las nuevas generaciones no den con la comparación del personaje. 4-los personajes no son míos pero el chico belga es todo mío. 5-no se lastimo a ningún Neil y de ante mano fue nombre al azar. Tampoco quiero generar odio entre países. Todo es confines de humorismo barato. 6-improvise con el Aeropuerto, no conozco ninguno personalmente u.u Y antes de comenzar le deseo un ¡feliz 16 de enero!Ahora si a leer.

 

Si todo aquello que pudiera salir mal, lograra manifestarse en un solo día. Solo llegaría hacer posible en un aeropuerto, como si la humanidad no viviera ya con el miedo de que algún avión se caiga, explote en pleno vuelo o pongan durante un viaje de dieciocho horas toda la saga de crepúsculo una y otra vez.

Un mal día comenzaría en tal lugar primero con una muy mala manifestación de lluvia torrencial  y la huelga inesperada pero supuestamente anunciada de los pilotos de aviones. Mientras los Aviones estaban en el área de despegue y aterrizaje mostrando sin mucho esfuerzo la visión de un cementerio de chatarra muy grande. La pista solo parecía cobrar un poco de vida cuando alguno que otro empleado con chaleco naranja corría de un lugar a otro. Pero a lo que se refería algún movimiento de los aviones, bueno era más factible llegar a Japón en triciclo que en algunos de eso gigante inamovibles.

El anterior pensamiento era una clara manifestación su mal humor, ya que solo tal exageración era una posibilidad cuando estaba irritado y eso solo podía ser Fugaku Uchiha. pero es que todo tenia un motivo que solo desencadenaría prontamente en una crisis nerviosa, la cual no era ni por la edad—a la mierda se podía ir la crisis de la mediana edad en ese instante— o mucho menos por el posible rechazo  que seguro le esperaba cuando regresara a casa.

Todo se resumía en la mala suerte, que encontró muy divertido juntar la maldita tormenta, la huelga de pilotos y un vuelo que hacia escala ¡en parís, Francia! ¡Maldita suerte!

Fugaku odiaba Francia, todo en aquel lugar le hacia retorcer las tripas y poner muecas de disgusto. No era solo un simple odio surgido de la nada, todo tenía una razón y aunque no la tuviera seguro que con el tiempo aquel país le hubiera dado una.

Con frustración su frente choco en varias ocasiones contra el cristal de la ventana, por la cual se podían observar los aviones  y no muy lejos la torre Eiffel.

—señor, por favor tome asiento

Con un suspiro Fugaku dejo de mirar por la ventana y dirigió su mirada de desdén a todo el recinto; donde la mayoría de pasajeros esperaba en las sillas, suelo o unos encima de otros, Para terminarposando su mirada  en el empleado que le había acabado de hablar.

—aquí estoy bien.

—no creo que romperse la cabeza contra la ventana mejore todo.

Gruñendo ante tal verdad insolente, Fugaku fulmino con su mirada aquel joven, el cual solo se cruzo de brazos y aparentaba inmunidad ante su mirada enojada.

—tal vez solo hace falta un sacrificio para darle termino a este caos.

Dijo Fugaku dándole a entender aquel jovenzuelo que estaba próximo a hablar con su jefe o encargado, si no lo dejaba en paz.

 —gustoso me ofrecería, la mayoría de usuarios parecen menopaúsicos y créame que si logra salir un maldito avión, el primero que lo abordara será usted y el rubio insoportable de la esquina. Así que tome asiento para que deje de matarme de los nervios.

Así que aquel insolenten le mando a sentarse y le dejo con la palabra en la boca. Tal vez si no  hubiera en estado en aquella situación  le hubiera dado una lección. Pero Fugaku se encontraba agotado, machacado, atormentando y con varias horas invertidas en su reloj que se había quedado parado en algún punto no fijo.

Cayendo en la silla y poniendo su pequeña maleta al lado, encontró que nada parecía mermar su cansancio, así que miro su celular por millonésima vez; noto que el fondo de nekos—que Sasuke, el menor de su hijos le había puesto—era su único consuelo ante una mala señal, cero llamadas y un mensaje muerto con la palabras: “ya no mas, te quiero pero ya no mas”

Ese te quiero final, le llego en medio de un sueño intranquilo en un hotel barato, le quito todo razonamiento porque le costo diez minutos en entenderlo y otro poco de tiempo en vestirse, coger maleta y embarcarse en un vuelo largo con escala y terminar en el infierno.

—veo que también te alejo de la ventana. Por algún motivo creo que todo este desorden le da un poder oscuro y malvado, porque en mis cinco sentidos hubiera mandado a volar aquel chico.

Fugaku levanto la cabeza y siguiendo la voz, se encontró mirando hacia atrás, donde estaba sentado un hombre rubio, de profundo ojos azules y una pequeña sonrisa. En su agrio estado de ánimo, Fugaku hubiera ignorado el intento de conversación de aquel tipo pero estaba cansado y al menos aquel rubio no tenía acento de ninguna clase.

—algo me decía que si no le hacia caso, iba a sacar una barra de pan extra duro y me perseguiría hasta quebrármelo en la cabeza.

La risa que salió de aquel hombre, hizo que Fugaku sonriera de lado y mentalmente se diera una palmadita por su sentido del humor, que no siempre sus chistes eran bien recibidos.

—eso ha sido lo mas gracioso que he oído en horas.

—gracias, gracias. Por lo general me suelo presentar en el bar más cercano.

Esta vez la risa del rubio fue contagiosa y terminaron extendiéndose la mano para un apretón y presentación entre risas.

—Minato Nakamize.

—Fugaku Uchiha

Una infantil sonrisa se poso en aquellos labios, logrando por un momento que el Uchiha olvidara tan pocas pero trágicas cosas del pensamiento, que no dejaban de darle rodeos y más rodeos.

— ¿así que eres de Japón?

Fugaku asintió y termino de comprobar que Minato también lo era, aun que no tuviera a simple vista rasgos o un acento marcado.

—yo también, aunque he viajado tanto; que ya no soy ni lo uno, ni lo otro.

Minato se levanto de su asiento y sin miramientos tomo asiento al lado de Fugaku, brazo contra brazo  y pierna con pierna. Ya que los asientos eran ridículamente pequeños y juntos. El silencio entre ambos se impuso y a pesar de que era un poco incomodo para Fugaku no sintió ningún malestar, tal vez era porque su mirada se desviaba hacia Minato observando con curiosidad la maleta llena de sellos de diferentes partes del mundo, un traje no tan caro como el suyo pero en buen estado, sin corbata y unos cuantos botones desabrochados. comprobando que a pesar del diluvio de afuera, adentro y gracias a tanta gente hacia bastante calor.

—creo que el aeropuerto tiene un bar ¿Qué tal una copa?

Ante la fantástica idea y la escusa perfecta de tomar algo de alcohol, Fugaku acepto inmediatamente la invitación de Minato.

—me caería de mil maravillas, además a lo mejor haga mi famoso stand-up comedy

—algo me dice Uchiha que si te conociera mejor, diría que tal sentido del humor es impropio de ti.

—pero nos acabamos de conocer y antes de que tengas tiempo de correr, te mostrare que tan impropio estoy el día de hoy.

Con mejor animo ambos salieron de aquel caos internacional y miraron en todas direcciones, notando como el resto del aeropuerto estaba casi vacío, tal parecía que a la mayoría de seres humanos les encantaba estar confinados a lo que se podría nombrar como una manada de ñus.

—nadie dijo que iba hacer fácil volver a casa.

Ante tales palabras Fugaku asintió y pidió un whisky para pasar el sabor  amargo de tal verdad. Porque era muy fácil correr, huir. Pretender ser una persona egoísta y frívola. Lo difícil siempre estaba en aceptar la derrota, en comprobar que aun había sentimientos y en apagar el miedo que se daba cuando se retrocedía en los propios pasos.

— ¿Qué nombre le pondrías a tu stand-up comedy?

Regresando a parís, Fugaku apuro su trago y paso la mano por su cara notando que pronto le saldría la sombra de la barba.

—bueno he tenido éxito con “gruñón e inexpresivo” “te doy cinco billetes, si te ríes” pero creo que el de hoy se llamaría “accidente un millón en Francia”

Algo en Fugaku le hacia sentir especial al hacer reír a su compañero, tal vez tenia que ver con que era la risa mas sincera que había escuchado desde la de sus hijos, tal vez era porque  Minato estaba tan deprimido como el. y la verdad era que Fugaku le podría desear tal estado de animo a medio mundo pero no a Minato, el rubio no merecía estar triste por nada.

Pidiendo otro trago, el Uchiha por propia iniciativa comenzó a relatar su primer incidente en tierras francesas.

—mis primos fueron lo que me criaron, no eran los adecuados pero Madara e Izuna tomaron con paciencia las noches de miedos infantiles, enfermedades, rebeldías y me hicieron su hermano, el caso es que con ellos fue que comenzó todo. Ya que para mi decimo cumpleaños se les ocurrió venir de paseo a Francia y pues para no aburrirte y que te puedas reír de nuevo…—Fugaku vacío de nuevo su vaso y miro a Minato quien le miraba muy interesado por su historia—me perdí, Madara termino en la cárcel e Izuna a un paso de casarse debido a que no quería aceptar que hablaba un terrible francés.

—sabes por tal trauma infantil, invito el próximo trago y hasta una botella de vodka para que hagamos un brindis.

Mientras brindaba con Minato, Fugaku deseo que la mala suerte que tenia al pisar tierras francesas solo fuera un trauma de la niñez.

—ahora es mi turno de ser gracioso, puede que parezca muy Amateur pero tengo mis momentos.

—eso lo quiero oír.

Ante el tono de reto y el hecho de que ya sentían los efectos del alcohol, ambos olvidaron las líneas que delimitaban el espacio personal de cada uno, acercándose de a poco, tanto tímida como fugazmente pero acercándose.

—pues prepárate y pide la botella porque te daré guerra Uchiha.

Pidiendo la botella y uno que otro pasa bocas salado para no terminar demasiado borrachos, ambos se embarcaron  en historias de terror, angustia, risa, tristeza, realidad, vida y cotidianidad. Cosas que solo le podrían pasar a dos esquivos y testarudos pasajeros de avión. Uno con la soledad y derrota en un mensaje de texto y el otro con muchas millas acumuladas y la incertidumbre de pisar tierra.

Así que terminaba la botella, pasa bocas y dos cervezas. Minato y Fugaku se marcharon del lugar, vagaron por cada espacio y miraron las vitrinas de las tiendas cerradas. para terminar su recorrido frente al gran tablero de luces que parpadeaba y mostraba cada vuelo posible cancelado.

—no fue mi plan mas elaborado y acertado pero termine saliendo por un tiempo con un tal Neil, el sexo no era la gran cosa, tampoco lo era el pobre Neil. pero era un intento de hipster aceptable y a veces decía cosas interesante.

Triturando una menta con sus dientes, Fugaku asentía a cada palabra de Minato y maldecía a tal Neil—tal vez porque Itachi le dijo que era divertido maldecir a un Hipster— la culpa podía ser del alcohol o de Minato.

—pero no era esa clase de hipster o persona que le hubieras presentado a Naruto

— ¡claro que no! Es como si les presentaras tus conquistas de una sola noche a Sasuke e Itachi.

—tienes toda la razón, además nadie con dos dedos de frente se queda con un Neil como pareja.

—exacto Uchiha.

Ambos torpemente chocaron sus puños al tercer intento y volvieron a caminar. Cansados de arrastrar las maletas y oliendo a licor se presentaron en la taquilla mas cercana de atención al cliente, donde la dura mirada de un joven dictador ya conocido les recibió.

—venimos en son de paz.

Dijo Fugaku levantando las manos, por su parte Minato se atraganto con su risa. Terminado en el suelo poco después con el Uchiha, casi llorando de la risa.

—al menos están de buen humor, lastima que yo no pueda decir lo mismo del mío.

Dijo el joven empleado logrando que los dos adultos se recompusieran un poco, se ajustaran los abrigos, levantaran las maletas y dieran a conocer su idea de irse al hotel más cercano para pasar la noche; porque volver con los ñus no era una opción.

—llamare un taxi y les daré un dirección, al menos en esta época la mayoría de hoteles están casi vacíos y si no lo estuvieran vendería mi alma para que se alejaran de mi.

—estas aun paso de ser el único francés que tal vez me caiga bien.

Dichas tales palabras Fugaku se apoyo en lo más cercano para no caerse, siendo lo más cercano Minato quien a su vez estaba a un paso de caer al piso.

—para mi fortuna soy belga, así que nada de tomarme cariño.

— ¿puedo yo encariñarme contigo?

Pregunto Minato aun que su mirada estaba mas fija en Fugaku que en el chico belga.

—por favor vayan a la salida, el taxi no tardara en llegar.

Rubio y Uchiha tomaron sus maletas y emprendieron camino, mientras Fugaku juraba en voz alta que Neil no era un nombre.

—serán idiotas… ¡estimados usuarios borrachos! ¡La salida es hacia el otro lado!

Y justo cuando parecía que ambos iban a dar una vuelta perfecta, Minato tropezó y Fugaku le siguió terminado de nuevo en el piso pero más adoloridos que felices.

—sabia que no debía juntarlos.

Dijo el joven mientras iba a pararlos.

XOxo

Un viaje rápido en taxi, mas la complicada decisión de escoger una habitación entre doscientas libres y aclarar que no estaban de luna de miel, mucho menos rumbo a una noche de pasión Término por bajarle un poco el alcohol de la cabeza. Y terminar en la habitación 0116; de dos camas y una hermosa y gris vista de parís que Fugaku cerro de un golpe con la cortinas, para luego voltearse y apoyarse en la pared.

—así que aquí estamos.

Ante tales palabras Minato se fue quitando el abrigo, el saco y los zapatos. Fugaku sufrió de una leve taquicardia ante tales gestos hechos por Minato, por lo tanto no tenia la culpa si su mente se iba hacia otros pensamientos.

—no me mires de tal forma después de todo, sabíamos que así iba a terminar nuestro encuentro Uchiha.

—claro, uno no se hace amigo de un desconocido, se va de copas con él y hablan de cada error, pequeño logro, lagrima o risa para que la situación no termine claramente en escases de ropa y…

— ¡ganarte, en ser el primero en entrar al baño!

Grito Minato, logrando abrir la puerta con la maleta en la otra mano mientras empujaba a Fugaku y terminar de cerrar la puerta con una risa malvada.

— ¡eres un tramposo!

Grito el Uchiha, mientras con paciencia se quitaba la mayoría de la ropa hasta quedar con los pantalones a medio desabrochar y dejaba a mano sus implementos de viaje personales.

—solo relájate.

Grito Minato desde el baño, Fugaku como respuesta solo gruño y tomo el teléfono para pedir una llamada internacional a la vez que reunía el suficiente aire para soltarlo, en cuanto escuchara:

—¡Ku-chan!

De parte de un efusivo Madara Uchiha.

—hola hermano.

Escuchando un ligero forcejeo al otro lado de la línea, Fugaku decidió que lo mejor era relajarse y acostarse.

— ¿Dónde estas? ¿Cómo estas?

Ante las dos preguntas de rutina de Izuna, el Uchiha solo contesto escuetamente.

—estoy bien, atascado en parís por el mal clima y la huelga de pilotos.

—bueno querías una señal pues ya la tienes. El destino, lo místico y todo lo cósmico te grita que es una mala idea volver a intentarlo.

Quedando perplejo ante tan inesperadas palabras de Izuna, la línea quedo en silencio y a pesar de quiso y estaba en todo su derecho de enojarse. Fugaku solo pudo concentrarse en el sonido de la ducha y el susurro de una melodía, quedando su ánimo en un estado neutral.

—ahora tu puesto de hermano mas querido me pertenece Izuna.

—cállate Madara.

Excluido como siempre de las conversaciones vía telefónica, dejo que pelearan un rato y luego dejo claro por decima vez aquel año que los quería a ambos por igual.

—no estoy enojado, tal vez un poco ebrio pero próximo a dormir en una cómoda pero fría cama de hotel.

— ¿solo?

Fue la pregunta en coro de sus queridos hermanos mayores, que parecían tener siempre poderes sobrenaturales cuando se trataba de un momento privado del Uchiha menor.

—no, tengo cuatro mujeres, dos hombre, mucha droga y un tipo disfrazado de delfín que no deja mirarme con lujuria.

— ¡oh Dios!, estas de esa clase de humor de cómico barato. —Dijo Madara moviendo su cabeza en forma negativa. —por lo tanto debes de estar solo, ya que nadie en su sano juicio te aguantaría.

Mordiéndose la lengua para no llevarle la contraria y gritar que ya había encontrado al primero ser humano que le soportaba e incluso see reía de su molesto sarcasmo y chistes malos, Y que para rematar era un lindo rubio. Fugaku tuvo que pasar de morderse la lengua a triturar su mejilla para evitar una intervención ¡de sus hermanos, en Francia! No, gracias.

—solo los llame para que sepan que estoy bien, que no me estoy mortificando y que seguro mañana todo mejorara.

—puedo intentar tomar un vuelo y hacerte compañía Ku-chan.

— ¡Izuna detenlo!

— ¡si señor!

Grito Izuna a la vez que hubo un sonido de forcejeo, luego silencio para terminar con un fuerte golpe.

— ¿Qué le hiciste, Izuna?

—…bueno le puse una zancadilla.

—quería que lo detuvieras con palabras pero agradezco que lo detuvieras.

—sabes que es muy terco cuando se trata de ti.

—llamare luego, no se preocupen.

—bueno, cuídate y ¡viva Francia!

—cuando no es el uno es el otro, ¡adiós!

Fugaku colgó y casi grita al ver tan de cerca los ojos azules de Minato, quien estaba acostado a su lado.

— ¿Cómo te acostaste, sin que te sintiera?

—soy un ninja.

Dijo Minato sonriendo con pequeñas gotas de agua cayendo de las puntas de su cabello rubio, que se precipitaban por su provocativo cuello.

—casi me matas de un susto.

—tachare eso de mi lista de pendientes.

Dicha tal cosa, Minato se levanto de un salto y se quito la toalla de un rápido movimiento para luego lanzarle  al Uchiha la toalla en toda la cara. El cual con emoción se la quito rápidamente del rostro, quedando desilusionado y sorprendido al que ver que Minato ya tenía puestas unas bermudas.

—te presento mis bermudas mata pasiones.

Ante la risa de Minato, Fugaku le lanzo la toalla con el agregado de una almohada a su malvado compañero de habitación, que pese a todo seguía riendo.

—estabas tan concentrado hablando.

—mas te vale cuando salga de ducharme hayas pedido algo de comer rubio.

Y de un portazo el Uchiha cerró la puerta del baño, porque nadie jugaba con sus ilusiones libidinosas y se salva de su mal humor.

— ¡¿también me quito las bermudas?!

Pero Minato era especial, era lo inesperado, el elemento que destruía cada ecuación y le seguía provocando con su sonrisa.

— ¡ojala tuviera tanta suerte!

Grito Fugaku y Minato volvió a tener un ataque de risa.

Al terminar de ducharse, afeitarse y cepillarse los dientes. Fugaku salió con sus pantalones de dormir y una camiseta gastada de los Ramones. Esa camiseta que siempre le arrancaba una sonrisa a Itachi, después de todo la mayoría de padres no compartían los gustos musicales de sus hijos y menos que sobrevivían al punk.

—Uchiha tenemos un problema.

—claro que si, te pusiste una camisa tendré mas trabajo al quitarte la ropa.

Para su regocijo Fugaku vio como por un leve momento Minato se sonrojo.

—no es esa clase de problema.

— ¿pero podría ser un problema en el futuro?

Recibiendo un lindo gesto coqueto de uno de esos ojos azules. Fugaku guardo una vaga esperanza, el problema era que tal esperanza solo parecía concentrarse en un encuentro de una sola noche y Fugaku quería mas de una noche con aquel rubio, el problema como siempre era la vida, el tiempo, la maldita vía láctea todo parecía interferir.

— ¿entonces?

—dado que estamos en los días de menos afluencia turística y de que son las dos de la mañana, ya no hay nadie en la cocina del hotel.

Suspirando y tratando de no ceder tan rápido a su mal humor por falta de comida, Fugaku evito las ganas de abrir las cortinas y gritar:

¡maldita seas Francia! Así que lo mejor era lanzar una pregunta.

— ¿no habrá alguna manera de no morir de hambre?

—bueno~

Ante la sonrisa traviesa de Minato, el Uchiha frunció ligeramente el ceño y algo en su interior entro en pánico, para luego caer de un zape en el olvido. Al imaginarse en una emocionante aventura con Minato, era como tener ocho años de nuevo pensó Fugaku.

—te apoyo en lo que sea que estés pensando, pero no quiero terminar preso, creo que en el archivo de la policía de Francia no se guardan buenas referencias del apellido Uchiha.

Una pequeña risilla fue lanzada y entre pasillos, escaleras y una enorme cocina solitaria, Fugaku se encontró sentado y viendo aun habilidoso Minato preparando lo que prometía ser una deliciosa comida.

— ¿así que eres un chef?

—si, viajo de un lugar a otro, cocino por un tiempo en lugar sin contracto fijo. Así que cuando me aburro de las cocinas de cinco estrellas, me voy al otro lado del mundo aun pequeño restaurante hasta que me vuelva aburrir y tome mi maleta para irme.

Minato apago la hornilla. Saco dos platos, dos copas y mientras iba por el vino. Fugaku por mera curiosidad se metió a internet desde su celular y escribió el nombre del rubio y justo cuando no podía tener los ojos mas abiertos de la impresión, Minato le entrego una copa de vino y le miro curioso.

—tú—Fugaku carraspeo—eres famoso, tienes mas reconocimientos que cualquier Chef que llegase a conocer ¿Cómo es que nadie te salta encima?

Con un leve encogimiento de hombros y poniendo los platos en la mesa, Minato se tomo el tiempo en responder.

—bueno mi secreto esta en no aparecer en televisión o ningún otro medio de ser posible y de no quedarme un lugar durante mucho tiempo.

Ante el tono melancólico que utilizaba Minato, Fugaku solo pudo asentir y dejar su celular de lado. Si el era un hombre privado debía ya conocer los limites de la privacidad de las otras personas.

—Lamento si…—con extrañeza Fugaku vio como Minato tomaba su celular y comenzaba a escribir. — ¿Qué haces rubio?

—pues te busco en internet, tienes cara de ser famoso.

Riendo Fugaku tomo el tenedor, pincho un pequeño trozo de la comida y se la llevo a la boca deleitándose con el sabor, además el vino iba muy bien con la comida.

—yo no soy famoso, solo soy el encargado de una pequeña empresa que tengo en asociación con mis hermanos. La cual me hace viajar una o dos veces al mes.

Levantando la vista, Minato le sonrió comprobando que nunca tendría suficiente de esas sonrisas.

—bueno eso no es lo que dice la lista de los villanos mas temibles, de Wikipedia.

—no me parece gracioso.

Dijo Fugaku haciéndose el serio.

—claro que si, eres casi el numero uno, solo superado por Heinz Doofenshmirtz

No aguantando la risa que venia amenazando con salir desde hace unos segundos, Fugaku le quito el celular a Minato para luego ambos comenzar a reírse como locos. Nunca habían reído tanto en sus vidas y aunque la idea de besarse después de terminar de reír era perfecta, la comida se enfriaba  y ninguno creía en si mismo lo suficiente para prometer algo duradero y sencillo.

Para cuando el reloj iba dando las cuatro de la mañana ninguno había dormido, el clima seguía siendo pésimo pero al menos ya no había truenos y aquella habitación del 0116 estaba sumida en el silencio.

— ¿crees que hoy podremos viajar?

Fugaku parpadeo varias veces y se paso las manos por el rostro, el cansancio estaba presente pero no podía cerrar los ojos lo suficiente para quedar dormido.

—tal vez si, tal vez no.

—tu pensamiento filosófico me sobrecoge.

—pues el mayor legado que podría dejarle al mundo como pensador con insomnio, es que la incertidumbre es la mayor certeza.

Bostezando sonoramente y levantándose de su cama Minato camino un poco y con una sutil patada que hizo gruñir al Uchiha, se acostó en el reducido espacio que este le pudo dejar y sin timidez abrazo a Fugaku.

—eres mejor de humorista fracasado, que de filosofo.

La sensación de aquellos brazos rodeándolo y el enredado de sus piernas mas abajo logro que la mente del Uchiha empezara a divagar, lista para un pequeño descanso.

—no es sano que me dejen mucho tiempo pensando, soy mas un hombre de acción.

Dijo Fugaku a la vez que Minato buscaba un lugar cómodo para apoyar su cabeza y que mejor lugar que el pecho del Uchiha.

 — ¿y en que pesaste Fugaku?

—mmm en muchos Por que

— ¿Cómo cuales?

— ¿Por qué llegue a pensar que tendría otra oportunidad? ¿Por qué meda miedo quedarme solo? ¿Por qué no te he besado?

—porque yo también tengo mis interrogantes, tal vez no los ves, pero presientes que no soy la mejor persona a la cual debes besar. Ya que no quiero compromisos, huyo de la idea de enamorarme y odio el hecho de que miles de persona hayan probado mi comida menos mi hijo.

El abrazo cobro mas fuerza entre ambos y el dormir fue la mejor cura para ellos.

Notas finales:

Next!!


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