Remembering Kyunsoo
Kaisoo (Jongin/Kyungsoo)
Jongin no recuerda los días, solo las memorias. No distingue si el lunes fue el 3 de setiembre, o si el martes fue el 4 de setiembre. Recuerda el lunes como el día en que escoge las uvas de las ensaladas de frutas, porque a Kyungsoo le gustan las uvas, y las ensaladas de frutas solo son ofrecidas los lunes en la cafetería del edificio.
“No puedo esperar a que sea temporada de uvas.” Kyungsoo dice mientras mastica. Jongin pone otra uva en la tapa del depósito por él. “No entiendo por qué no te gustan las uvas, sabes. Son tan buenas.” Él continua comiéndolas, cambiando de tema para hablar de otras frutas y su valor nutricional.
La verdad es que a Jongin le gustan las uvas, pero le gusta más hacer a Kyungsoo feliz.
Recuerda los martes como el día en el que corre detrás de globos perdidos en el parque después de la práctica. Hay una fiesta de cumpleaños allí, y siempre hay globos soltándose. Jongin acerca a Kyungsoo y luego esperan a que algún niño suelte accidentalmente uno.
… Luego están lejos, corriendo como tontos enamorados mientras tratan de adelantar al otro en alcanzar el globo que nunca será suyo. Kyungsoo tropieza en el pasto y Jongin rueda también solo para estar junto al mayor. Se estrellan al final, cuerpos demasiado cálidos para chocar en ese calor. Pero a Jongin no le importa mientras se acurruca más junto al mayor y sonríe al ver el sonrojo de Kyungsoo.
“¿Crees que alguna vez atraparemos uno?” Kyungsoo pregunta, sonriendo porque sabe la verdad, pero también porque sabe que Jongin mentirá por él, mentirá para hacerlo feliz.
“Por supuesto.” Y Jongin atraparía un millón de globos perdidos solo para ver a Kyungsoo sonreír de ese modo.
Los miércoles son el día de ensayos de baile, olvidando el mismo paso por casualidad y encontrando sus ojos en el espejo antes de irrumpir en risas. Los ojos de Kyungsoo se fruncen con la risa mientras se dobla en dos y aplaude. Jongin ríe, sus ojos sonriendo también mientras observa al mayor.
Los otros no se ven tan divertidos, aunque el resentimiento se disuelve mientras la risa continua. Después que los dos se recuperan, el ensayo continua y las órdenes son vociferadas mientras resuena la música, pero todavía hay la huella de una sonrisa en los ojos de Kyungsoo y en el corazón de Jongin.
Más tarde esa noche, los miembros recuedan el incidente.
“Ustedes son como dos gotas de agua. Dos gotas de agua muy estúpidas,” Sehun dice, sacudiendo la cabeza.
“O incluso almas gemelas,” Baekhyun agrega mientras come una cucharada de arroz.
Jongin y Kyunsoo ríen al mismo tiempo y esperan que nadie se dé cuenta de sus dedos entrelazados bajo la mesa de la cocina.
Los jueves son el día para enamorarse de Kyungsoo bajo la tenua luz de la sala de práctica en ropa deportiva con una bolsa llena de kimchi hecho en casa a su costado. Falta quince minutos para las seis de la mañana, y el mundo es de ellos por el momento.
Hombros rozándose, rodillas golpeaándose, Kyungsoo susurra, “es un nuevo día,” mientras el sol aparece sobre el horizonte de la ciudad. Jongin mira por encima, observa la luz del sol reflejándose sobre el rostro de Kyungsoo y sonríe.
Rodea a Kyungsoo con un brazo y lo atrae hacia sí, lleno de pensamientos sobre nuevos días y nuevas formas de hacer a Kyungsoo reir en su mente. Empieza con un beso – que se convierte en una sonrisa.
“Hmm, ¿Qué tipo de respuesta es esa?” Kyungsoo pregunta, pero está sonriendo incluso más brillantemente que el sol tras una larga noche de oscuridad.
“Te amo,” Jongin responde con facilidad, y Kyungsoo ríe nuevamente pero todo lo que Jongin escucha es, “yo también te amo.”
Los viernes, sábados y domingos son difíciles de diferenciar porque se mezclan en un largo recuerdo de Kyungsoo. Kyungsoo en el estudio de grabación, Kyungsoo en la cocina, Kyungsoo en la cama, Kyungsoo en todas partes y en cualquier lugar con Jongin.
Jongin no está seguro si Kyungsoo tropezó subiendo las escaleras hacia el dormitorio la noche del sábado o la tarde del domingo. No está seguro si vieron Pororo la tarde del viernes o la mañana del domigo. No puede decir con exactitud si Kyungsoo lo regañó para que tendiese su cama el sábado o la mañana del viernes. Y definitivamente no sabe cuál beso fue cada día – solo recuerda que todos fueron suaves e inocentes, murmuros de la seda sobre su piel.
De lo único que Jongin está seguro es que enamorarse – y mantenerse enamorado – es mucho más fácil cuando Kyungsoo está junto a él.
Jongin no piensa en los días, solo en los recuerdos. Los lunes no son una fecha, sino uvas esta semana, y tal vez otra cosa la próxima. Tal vez sea chupetines o galletas compartidas.
Ellos cambian cada día, cambian todas las semanas, pero solo algo se mantiene igual: Kyungsoo. Y mientras Jongin recuerde a Kyungsoo, lo recordará todo.