Zelo
“¿Por qué no tenía ropa y por qué estoy aquí?”
“¿No recuerdas a noche?”
Capítulo 1
1.- Un poco más bajo que yo
2.- Lindo
3.- Viste bien
4.- Amable
5.- Guapo
Bien, pues el Hyung que tenía repentinamente frente a mí acertaba en varios puntos por los que una persona me puede gustar. Sin embargo, tengo muy mala suerte.
Cuando subí a mí vuelo no pensé que me fuera a encontrar con JongUp hyung, el cual, es muy buena persona y un poco distraído, raro. Y también tenía algo que suponía conocido, sobretodo por que yo pasé por una situación similar en el pasado; esa ligera obsesión por platicar acerca de otro chico, de mencionar su nombre varias veces. De no saber que su mundo puede que gire alrededor de una sola persona.
Moon JongUp está enamorado del otro hyung que recién me gusta a mí.
De HimChan.
Se le nota en la mirada, fue simple para mí llegar a esa conclusión desde que ese sujeto se adentró de la nada en la habitación del hotel horas después de que llegamos a Nueva York.
Y a HimChan le gusta JongUp.
He ahí mi mala suerte, de nuevo un amor no correspondido para mí, de nuevo siendo un tercero en discordia. La historia de mi vida.
Pero está todo bien porque estimo a esos dos chicos, ellos son amables conmigo sin saber nada acerca de mí, me cuidan, me animan, me causan molestias y son considerados conmigo. Quizás de esas amistades que dentro de mis 17 años no he conseguido con nadie de los que me rodean.
Por eso lo dejo pasar, aunque no quiere decir que se las deje fácil. Sé que soy un diablo, me meto cada vez que puedo y disfruto de esa amabilidad idiota que posee Kim HimChan.
También sé que pasó algo con ellos, lo supe cuando el último día de estancia en Nueva York entraron juntos a la habitación de la mano y Uppie hyung se veía nervioso, alterado. La sonrisa que sobresalía de los dientes del pelinegro me lo decía todo, y yo solo pude aceptar ir con ellos de regreso.
Mi plan inicial sería hospedarme en la casa del mayor en Corea, pues yo no tenía nada que hacer ahí. No quería regresar a la casa de mis padres a donde nunca me han querido y de la que siempre he salido renegando. Yo debí volver a Japón donde mis abuelos paternos me esperan con los brazos abiertos.
Pero no, ahí estaba en Busan, caminando por toda la extensión del aeropuerto.
Salimos y lo primero que vemos es a un tipo extraño recargado en un auto muy bonito. Éste sujeto le sonrió a HimChan y dijo algunas cosas con él, ambos riéndose bastante. Yo los miré detenidamente; no quiero ser lastimoso conmigo, pero yo no comprendo ese tipo de amistades. Nunca he tenido una así.
“Él es Zelo, de quien te hablé” pronunció el dientes de conejo hacia su amigo, el cual me analizó de pies a cabeza e hizo que se me erizara la piel. Un escalofrío raro recorrió mi cuerpo. Me enfadé apenas comenzó a reír, ¿Se estaba burlando de mí? ¿Algo gracioso le dijo HimChan? ¿Por qué me conoce?
“Nada, pues mucho gusto Zelo” Sonrió mostrando toda su dentadura. Parecía un idiota.
“Eres raro, hyung” me limité a decirle lo que pensaba.
Subimos al auto una vez que HimChan lo besuqueó, lo que me hizo reír y relajarme más.
Luego el tipo se sentó en el lugar del piloto y con cuidado arrancó el auto. Hacía bastante frío ahí dentro pero por alguna razón no prendían la calefacción. Sé que puedo vivir sin una cobija en estos momentos, pero me sentí celoso cuando HimChan le cedió su chaqueta a JongUp.
“¿Por qué ese tipo habla tanto con HimChan hyung?” cuestioné aún incrédulo. ¡¿Y si esos dos eran pareja?! ¡No!
“Porque es su jefe y su mejor amigo” Esa respuesta me dejó satisfecho, así que alejé el pánico de mí.
“¿En serio? ¿Ese tipo?”
“Sí, ¿Por qué?”
“No sé, me sentí raro cuando lo vi” le expliqué sencillamente. Sí, es verdad, ese tipo me hace sentir de manera extraña, como… como no sé. Nunca había experimentado algo así antes. Me siento como una presa fácil ante sus ojos.
“YongGuk hyung es una muy buena persona, no te hará nada”
“Bien… -ignoré eso último, a fin de cuentas no me interesa ese Bang SongGuk- y… ¿A dónde estamos yendo?”
No me contestó pero de inmediato fue a preguntarle no sé qué a ese tipo. Quizás no se habían percatado de que yo debía de regresar a algún lado, que de preferencia debía de ser la casa de HimChan.
Llegamos primero a la morada de JongUp hyung, se despidió de mi y de los otros dos pero a penas se bajó, el más moreno golpeó a HimChan en el hombro y éste último salió también del auto a supongo ayudarle con la maleta al mas bajito.
Pensaba en que sólo sería eso, pero las palabras del moreno me desconcertaron tanto que abrí mis ojos como platos.
“Bien, pues que pasen buenas noches, mañana nos vemos”
Arrancó sin pedir opinión de nadie, ni si quiera considerando de que debía de devolverle el auto al idiota de Himchan.
¡Ni si quiera notando que me estaba secuestrando!
“¡¿Qué maldita sea estás haciendo?!” le reclamé mientras observaba a través del parabrisas que aquella pareja decidía subir al departamento. Mi plan se estaba arruinando por culpa de ese tipo.
“Tranquilo Zelo, te dejaré en casa como dije”
“¡Pero no quiero ir a mi casa! ¡Debía quedarme con HimChan Hyung en la suya!” le grité bastante enojado, a lo que él sólo me miró por el espejo.
“¿Por qué debías hacer eso? ¿No eras de aquí? ¿De Corea?”
Hice mis labios hacia atrás dudando en qué decir “Sí soy de aquí, pero no tengo dónde quedarme si no es con HimChan”
“Pues no va a ser así, sabes que esos dos tienen cosas de qué hablar”
“No me importa ¡Regresemos!”
“Eres bastante berrinchudo”
“¡Eso no te importa!” pateé el haciendo de enfrente molestándolo bastante, pero de todas maneras no accedía a lo que le estaba diciendo. No sabía qué hacer y no me iba a lanzar del auto en pleno movimiento, además es de noche y hace un año que no ando por Busan solo. Me resigné bastante enojado con un nudo en la garganta bastante grande, y el coraje me sacaba pequeñas lágrimas.
Nos quedamos en silencio por un buen tiempo hasta que llegamos a un edificio bastante alto. El moreno estacionó el auto y sacó mis cosas de la cajuela, y luego tocó el vidrio de mi ventana porque yo seguía adentro aferrado al asiento sólo por si se le ocurría bajarme de ahí.
“No te puedes quedar ahí, baja ya”
“No, si es necesario dormiré aquí” le lancé una mirada desaprobatoria, pero el no se inmutaba para nada. Eso me molestaba aún más.
“Si duermes ahí te vas a congelar, no has cenado y vienes cansado de un largo viaje, baja por favor Zelo”
“No” salió esa respuesta aun sin pensármelo. Pero luego lo hice y me molesté más. Ese hyung tenía razón, moriría congelado aquí, no había comido y me sentía con ganas de dormir de nuevo para reponer mi cansancio. Pero aun me encontraba en el dilema de a dónde iría entonces.
“JunHong -Usó un tono aún más profundo para pronunciar mi nombre y de nuevo esa sensación extraña me recorrió por toda la espina dorsal. Tenía piel de gallina y me descolocaba demasiado sólo por esa pequeña acción. Alcé mi mirada para verlo a través de la ventana y él se veía serio- Solo ven conmigo, ¿Quieres?”
Debo aclarar que si estoy saliendo del auto es por las razones lógicas, no porque confíe en ese sujeto. Sonrió mostrándome de nuevo sus encías y sentí como si me hubiera dado un golpe en el pecho. El enojo me estaba cansando ya así que decidí hacer las cosas por las buenas.
“Vamos, esta es mi camioneta” presionó el botón que abría dicho automóvil y sonaba la alarma. Observé el estacionamiento y estaba totalmente vacío, sólo éramos él, yo y mi recién llegado pánico. Ideas como que ese sujeto era un asesino serial incluso me mareaban.
“¿A dónde me vas a llevar? –Me ignoró para preferir abrirme la puerta- HimChan y JongUp saben que estoy contigo, así que si quieres secuestrarme te van a arrestar y te refundirán en la carceñ de inmediato” le advertí temeroso a lo que él se rio un poco alto.
“Eres bastante creativo, no te voy a secuestrar, no obtendría nada bueno al parecer –me subí y cerró la puerta, luego entró al asiento del piloto de nuevo- si hubiera sabido que eras tan hostil no hubiera procedido a mi plan entonces”
Salimos del estacionamiento y agarramos las calles con rumbo al centro. Vi el edificio del que habíamos partido y se trataba de una de las empresas con las que mi madre se solía relacionar cuando yo era pequeño. Traté de memorizar el camino para así escapar y regresar cuando estuviera en peligro. Debimos tardar demasiado en llegar porque solo recuerdo haberme quedado inconsciente en el asiento de la camioneta.
Sentí unos brazos rodearme, luego me sentí ligero y al final aterricé en algo suave, acolchonado. No tenía ganas de preocuparme por otras cosas, por lo que sólo me quedé dormido ahí.
Cuando desperté noté el techo blanco de la habitación donde me encontraba. Me estiré para destensar mis músculos y luego volví a acurrucarme hacía aún lado de la cama. No veía relojes cercanos, ni veía mi celular, sólo podía ver mi camisa y mis pantalones tirados en la alfombra de dicho cuarto. Una vez que reaccioné ante ello, me miré solamente en boxers cobijado en esa cama.
Maldición, ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Con quién?
Tomé mis pantalones y me los puse de inmediato, al final salí de la habitación en busca de algo para defenderme y de cómo salir de ese lugar. Enseguida había otras dos puertas, una a mi izquierda y otra justamente enfrente. Decidí que sería mejor entrar en la de enfrente, ya que por lo regular la de la izquierda solía ser el cuarto de baño personal que conecta esas recámaras. Puse mi mano sobre la perilla y contando hasta 3 la abrí.
Una oleada de tonalidades rojas invadieron mi rostro por la vergüenza que me provocaba ver ese cuerpo escultural delante de mis ojos. Mi cerebro reconoció aquello con la palabra sexy. Y mi corazón malinterpretó todo como si ese chico pudiera gustarme de alguna manera, pero estaba seguro de que no podía ser eso.
“¿Qué haces aquí? Es muy temprano –me dijo con un tono seguro, pero pude notar que estaba igual de avergonzado que yo porque su rostro también brillaba en un rojo intenso. Se colocó la ropa con increíble rapidez -porque lo había encontrado sólo en boxers- y luego se dirigió de nuevo hacía mí- ¿También me dirás que soy tu tipo ideal?”
Si tan solo no hubiese hecho esa estúpida pregunta, hubiera cedido ante la idea de catalogar a Bang como una persona llamativa ante mis ojos.
“¿Por qué no tenía ropa y por qué estoy aquí?”
“¿No recuerdas a noche?”
Oh no, claro que no. No pasó nada malo…
“¿De qué tengo que acordarme?”
“No sé, quizás de que comenzaste a desnudarte a eso de las 2am y no me dejaste ponerte una pijama”
Iba a reclamar que era mentira, pero tengo el hábito de dormir sin nada pesado de ropa. Luego una idea rápida flechó mi lógica.
“¿Qué hacías en ese cuarto conmigo a las 2am?”
“Fui por unos documentos, tenía que trabajar y justo ahora tengo que hacerlo también”
“Ya, que casualidad”
“¿Esperabas que hubiese pasado algo diferente?”
“Claro que no” le negué de inmediato
“Pero eso planeabas hacer en casa de Channie, ¿no?”
“¿Por qué eres así conmigo?”
“¿Ser cómo?”
“Molesto, idiota, autoritario, y todo lo demás”
“¿Y tú si puedes ser berrinchudo, encaprichado, testarudo, gruñón, gritón, y todo lo demás?”
Sólo eso me bastó para decidir irme de esa casa, pero el tipo había sujetado una de mis manos muy fuerte, lo que hizo quedarme inmóvil en ese lugar frente a él.
“Perdón, lo siento mucho –me dijo de repente, y yo arquee una ceja- Si te vas no tienes a dónde ir, ¿cierto? No te voy a molestar más”
“¿Crees que con eso me vas a en contentar?” Bueno sí lo hacía, pero no quería que lo supiera. No era de todos los días que alguien se disculpara conmigo. Este hyung es bastante raro.
“Si supieras lo que yo sé entenderías por qué quiero que te quedes quieto aquí en mi casa”
“¿Qué es?”
Su celular sonó y se apresuró en verificar el número del que provenía la llamada: “Prometo que te explicaré, te lo juro si así quieres pero tendrá que ser después, necesito revisar una urgencia”
Hice un mal gesto sin acceder ni negar
“Cuando salga a la hora de la comida vendré a hablar contigo, ¿Esta bien?”
“Pues no me das opciones”
“Bien, entonces te veo en un rato más”
“Como digas”
Tomó su chaqueta y se la puso encima, hoy de nuevo hacía frío. El celular ya lo llevaba pegado a la oreja y contestaba con 2 letras solamente, mientras tomaba su maletín y se cambiaba de zapatos en la puerta. Lo miré aún enojado, y él sintió mi mirada encima suyo, por lo que volteó conmigo y se despidió.
“Regreso al rato, JunHong”
Y también regresó la extraña sensación.