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Consejos de Kirihara por YamiYo

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Notas del fanfic:

Prince of tennis y sus personajes no me pertenecen sino a Takeshi Konomi c:

Notas del capitulo:

Hola c:

Solo vengo a dejar un humilde oneshot de mis amores Niou y Yagyuu ;u;

Arriba PLATINUM PAIR

Sin mas que decir, disfruten

-"Puede que sea un día frío, pero fue una gran excusa para que te quedaras en mi apartamento. Para no molestarte como de costumbre, intente salir de la habitación, pero no me era posible. Necesitaba jugarte una broma, de esas que me he estado aguantando desde hace tanto tiempo. “-pensaba jugando con los lentes de su pareja.

 

 

La relación entre el castaño y el albino no había comenzado del todo bien. Al inicio, cuando Niou tuvo agallas y se confesó, Yagyuu acepto. Se formó un ambiente tenso, como si no fuera lo correcto. Así que la idea del de ojos azules fue “Un beso para sellar la relación”, pero no salió como esperaba, pues el castaño se alejó, dejando caer sus anteojos al suelo.

 

Lentamente, Hiroshi fue progresando en su relación e intimidad.

 

-Oh crees que saldrás de mi casa sin pagar. Después de lo que hemos pasado... -murmuraba muy bajo-... seguiré por primera vez el consejo de Kirihara.

 

Flashback.

 

Después de las típicas practicas fuera de horario escolar. Los colores del atardecer se asomaban en el cielo, los regulares del Rikkai se dirigieron a las duchas con algo de fatiga. El capitán y vice capitán se fueron rápidamente. Mientras el resto de estudiantes se duchaba, comenzaron las conversaciones.

 

-Marui devuélveme el jabón. -gritaba Akaya-. Vas a ver que no encuentras tu ropa.

 

-Jackal pásale el jabón al bebe. -reía el pelirrojo.

 

En un par de duchas estaba Yagyuu, al lado de la ducha de Renji; de lo más tranquilos.

 

-Hiroshi, podrías ver si por ahí esta el champú. -decia Yanagi.

 

-No, lo siento. -contesto con amabilidad.

 

Siguieron las duchas hasta que los compañeros comenzaron a retirarse. Ya todos estaban vestidos, a excepción de Kirihara.

 

-Niou, voy a ir a mi casa a estudiar para el examen del viernes. -musito con afecto Hiroshi antes de despedirse y darle un beso en la mejilla. No le gustaba que el resto los viera, sentía pudor. Pero ver a la pareja era un tema popular entre sus compañeros.

 

-¿Puedes ir luego a mi casa? -pregunto al castaño

 

-No te preocupes, iré.

 

El resto fue retirándose uno a uno, en dirección a sus casas, el clima no era muy favorable. Niou estaba a punto de retirarse, pero Akaya le pidió que lo esperase. Lo hizo con la condición de invitarle una soda luego.

 

-¡Es verdad! ¡Ni te da un beso en los labios, Niou! -decía mientras se vestía-. Desde la ducha observe su espectáculo.

 

-¡Te callas Kirihara! -le respondió, con bastante molestia, pues era verdad que eso le desagradaba. Eso parecía como si no le tuviese completa confianza.

 

-Te quiero aconsejar sempai, como hice yo. -decía inflando el pecho y mirándolo.

 

-¡Al fin el pequeño demonio, digo retoño, sale con su nerd! -reía a carcajadas. -Por eso llevabas una peculiar sonrisa.

 

-Supongo que tampoco te has acostado con él ¿verdad? – respondió vengándose Akaya.

 

-Ya sabes cómo actúa, es una persona compleja, pero ver su lado lujurioso es un misterio, hasta para mí.

 

-Yagyuu-sempai no es una persona tan fácil por lo que me cuentas, si lo encuentras desprevenido, es tuyo.- dijo el chico de cabellos negros guiñándole el ojo-. No puedes desaprovechar nada, si quieres excédete.

 

-No sé por qué te haré caso si eres el uke, pero suena bien. -rió Masaharu-. No quiero saber que tan atrevido puede llegar a ser Renji contigo.

 

Kirihara le tiro su maleta y salió de ahí.

 

Fin del Flashback.

 

Hiroshi estaba recostado en un sillón. Llevaba puesto un jean y una camisa roja de manga larga. Al lado estaba su abrigo, junto a la caja de sus lentes, que estaban en una mesa de noche. No había querido dormir en la cama, le parecía algo irrespetuoso y le pidió permiso para descansar un momento.

 

Masaharu estaba con un bata de rayas negras y grises. Encima llevaba una camiseta. No pudo resistirse y se quitó la camiseta, eso lo iba a ayudar con sus planes. Soltó lentamente el nudo de la bata y se acercó a su pareja por detrás del sillón. Empezó a masajear sus hombros, lentamente, hasta que el castaño se levantó.

 

-Lo siento, Niou ¿dormí mucho? -preguntaba buscando sus lentes.

 

-No, deja tus lentes ahí, se pueden romper.  -sonrió de lado.

 

-Disculpa, no entendí. -respondió avergonzado.

 

Cuando intento zafarse para levantarse y conversar, fue impedido por unas manos que le apretaban el pecho. No tenía suficientes fuerzas para zafarse, pues seguia adormilado. Se sentía muy incómodo, gracias a que las traviesas manos de su amante bajaban sin medir límites a través de su abdomen. Seguían bajando con una lentitud adecuada para poder decirle.

 

-Vas a mostrarme esa lujuria que me tienes escondida. 

 

-Niou... tú...yo… No es posible. -dijo con un rubor imposible de ocultar.

 

-Shh si es posible, caballero, son cosas que te debo enseñar. -dijo colocándose al frente suyo.

 

Al observar el silencio, cogió su mandíbula y le postro un beso.  Como dijo Akaya ese mismo día “…si quieres excédete”, no dudo en hacerle caso.  Siguió besándolo, robándole el aire, hasta que tuvieron que separarse.

-Sa-sabes que esto no es co-correcto. –dijo entre cortado Hiroshi.

 

-Por lo contrario, esto es lo mejor que te puedo dar como pareja,  es lo correcto. –dijo mientras acercaba sus manos a la espalda de su pareja. –El placer que corresponde.

 

No dijo más, su cuerpo reaccionaba aunque intentara retenerlo, el placer era mayor. Las manos subían y bajaban por la espalda erizando su piel. No miraba al de cabello blanco, sentía demasiado pudor, más cuando soltaba jadeos, sentía la necesidad de taparse el rostro.

 

-Deja de tocarme. –dijo cuando encontró  una almohada.

 

-Pero si tu pequeño amigo me llama. –dijo cogiéndole sin discreción el miembro.

 

Para ese momento, las manos juguetonas de Masaharu ya se habían desecho de la camisa de Yagyuu y de su molestosa bata. El formado cuerpo de Hiroshi estaba impregnado de saliva, gracias a la traviesa lengua de Niou. El castaño ya no se quejaba, se colocó la almohada en el rostro para no sufrir vergüenza, según él. Niou quito con un poco de desesperación el jean, viendo la erección del mayor a través del bóxer. Comenzó a masturbarlo, lentamente, riendo en su interior, porque su pareja jadeaba y evitaba verlo. Para crear un ambiente más cómodo para los dos, el de cabello blanco lo cargo hasta su cama, le quito la almohada y vio el rostro de su pareja sonrojado, con la respiración agitada y excitado, sobre todo eso último.

Prosiguió con su juego. Quito ese odioso bóxer, quedando los dos desnudos. Dejo la latente erección y masajeo los muslos, relajando sus tambaleantes piernas. Luego se lamio un dedo para empezar a dilatar la entrada de su pareja.  Sintió como se retorcía entre las sabanas, pero aun así no se quejó. Cuando vio apropiado, dejo los dedos para remplazarlo con su ansioso miembro. Con un extremo cuidado, solo por la salud de su pareja, comenzó a introducir su pene, hasta que Hiroshi no aguanto y grito, abrazándose de Niou.

 

-Duele, demasiado. –dijo acomodando mejor sus piernas.

 

-Tranquilo, caballero, tendrás tus recompensas. –dijo mientras lo besaba y termino de penetrarlo. Provocando que le mordiera fuertemente el labio.

 

Pero entre el placer y el dolor que volvían loco a Yagyuu, Masaharu continuo con su deber de pareja. Ya no eran tímidos gemidos los que invadían la habitación, sino unos llenos de lujuria y pasión, entre sudor y embestidas sus cuerpos quemaban en esa noche tan fría. Entre más fuerte la embestida, más agudo el gemido. El clímax  se anunciaba y el de cabellos plateados se corrió en el interior de su amado.

 

La pareja, aun jadeante se envolvió entre las sabanas.

 

-¿Cómo voy a ir a mi casa después de esto? –le pregunto nervioso, Yagyuu.

 

-Pues… yo llame a tu padre y le dije si podías quedarte, porque teníamos “trabajo” que hacer. –rio Masaharu.

 

-Y por qué tú… y yo hicimos esto. –insistía, controlando la respiración.

 

-Acaso no te gusto, o tengo que volver a hacerlo para que me pidas más.

 

-No es que… ¿Por qué? -decía.

 

-Porque tu deber como mi pareja, también es complacerme. Además, te grabe. –Respondió con una sonrisa de oreja a oreja, dejando boquiabierto a su pareja.- Tienes que ver que deseable te haces ver cuando dices “No, duele” y luego si gimes mi nombre uff, la próxima vez debes hacerlo más seguido.

 

 -La próxima vez avísame. –dijo el castaño antes de colocársele encima a Niou-. Que te parece si me enseñas “lo correcto”.

 

-Como sabes lo que me encanta. –dijo con una sonrisa lujuriosa-.  Si quieres te doy la almohada.

 

-No, gracias. –respondió devolviéndole la sonrisa.

 

Que diminuto error había cometido Yagyuu, pues Niou no planeaba parar.

 

 

 

Notas finales:

Gracias, espero que les haya gustado

Amo a estos dos ;o;

 


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