Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ocultos para amarnos por Kanashimi Amai

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, es la primera vez que utilizo a esta pareja

XD aunque anteriormente he hecho un fic muy corto (y más sentimental)

en esta ocasión quise hacer uno que sea más digno (según yo)

 

Espero sea de su agrado.

POR FAVOR, DEJEN UN REVIEW

en verdad sirven mucho al momento de QUERER escribir 

Notas del capitulo:

Disfrútenlo...

Eran las horas en que volvía de sus sueños y le llevaría tiempo volver a dormir. La luna alumbraba todo los pasillos dando oscuridad en algunos rincones, decidido, salió de su habitación, quería caminar un rato. Los ojos violetas del moreno pegaron donde la ventana, por sus pensamientos viajó la idea de abrirla, un poco de ese aire fresco quizás le enfriaría la cabeza.

Se acercó y puso sus manos delgadas en un pre-acto de separarla pero se detuvo, le había parecido escuchar algo. Abandonó entonces la idea de abrir el tragaluz y continuó caminando con más sigilo ¿qué era ese sonido al final del pasillo?

Sus pasos eran lentos y silenciosos a pesar de la ansiedad. Cada paso le acercaba más al sonido que poco a poco comenzaba a tener forma. Se detuvo antes de doblar el pasillo y lo observó, allí estaba él, su caballero sentado al lado de la ventana, oculto en la oscuridad, tenía la cabeza agachada escondida entre sus piernas y brazos. Suzaku ahogaba su llanto con el cuerpo, o parecía querer hacerlo pues le resultaba inútil.

El emperador se quedó quieto, inmóvil, era de aquellas pocas veces en que no sabía qué hacer. Tomó asiento en el suelo y contempló por la ventana a la luna, era enorme y alumbraba con pomposidad. Esbozó una sonrisa suave, signo de tristeza quizás. El pecho se le hacía pedazos, pero no podía dejar de escuchar el sonido agonizante del castaño y no quería dejar de hacerlo.

Al cabo de un rato regresó en silencio a su recámara, no le habló, no se acercó… después de todo ¿qué podría decirle?

Puso las sienes en la almohada y cerró los ojos en un intento de dormir. No pudo. El sonido de aquel llanto oculto aún entraba a sus oídos y perforaba su corazón. Apretó lo dientes ¡¿Qué demonios sucedía?! ¡¿Qué demonios lloraba?!

La mañana llegó, se talló los ojos al levantarse y volvió pesadamente a su cotidianidad. Sentado tras el escritorio miró la pila de papeles por revisar, tenía asuntos políticos que resolver, cosas de alianzas y conquistas, de poder.

Comenzó en cuanto le entró las ganas, las cuales eran pocas, pero si él no lo hacía nadie lo haría. Revisó cada hoja, cada palabra, quería que todo marchara de acuerdo a sus planes. Tocaron la puerta, un suave “Pase” salió de sus labios y volvió a verlo, la mirada la traía cansada, abatida. Era por toda la noche de llanto.

 

-          ¿Querías verme, Lulu?

-          Así es, ¿cómo te fue en la misión? ¿Grandes pérdidas? –cuestionó sin verle, queriendo con ello encontrar el motivo de su llanto

-          Las habituales... –expresó seco, el moreno levantó la mirada hacia él no entendiendo entonces- ¿Tienes trabajo?

-          Sí, debo terminar de revisar estos documentos –volvió los ojos a su trabajo, siguió pensando en el motivo por el cuál habría llorado

-          Te veré entonces en la tarde, cuando salgas a cabalgar

-          Ah –fue su respuesta y levantando un poco los ojos le vio darle la espalda y salir

 

Lelouch soltó un suspiro reclinándose en el asiento ¿qué habría sido?

Posó la cabeza de la pluma en los labios y miró el techo, debía pensar en otras posibilidades. Suzaku nunca había sido una persona que llorara por cualquier cosa. Vale, sí lloraba pero más que un simple llorón, era alguien que mostraba sus sentimientos abiertamente… contrario a él.

Frunció levemente el ceño, tener que recordar su infancia no era algo que le trajera mucha felicidad y menos sabiendo de todo lo que le fue despojado, sin hablar de riqueza y status.

Soltó un suspiro cansino, ¿qué ganaba comparándose con el otro? Salvo un viaje a su pasado. Él y Suzaku obviamente eran diferentes, como lo son el agua y aceite. Sus diferencias eran tan marcadas que rara vez estaban de acuerdo en los métodos… salvo en esa ocasión.

Enfrió la cabeza, “Basta de tanto pensarlo” se dijo volviendo a revisar las hojas, tenía un rol y debía cumplirlo, debía hacer que saliera a la perfección un fallo y todo podría terminar para sus amigos, para su familia… para ambos.

Llegó la tarde más rápido de lo que había podido sentir. Estiró los dedos y éstos hicieron un “crack” entre ellos. Suspiró con pesadez y se puso de pie, salió yendo a los establos buscando con la mirada al castaño quien apareció casi al momento.

 

-          ¿Terminaste? –preguntó mientras Lelouch  pensaba que en realidad, sí parecía como si lo hubiese invocado

-          Así es, hice lo que debía hacer, ya mañana haré lo demás –comenzó a poner el asiento al caballo- Hoy tienes una misión

-          Como planeó su majestad –respondió subiéndose a su propio caballo, le había acomodado el asiento minutos antes- …será una corta misión, no hay nada de qué preocuparse

-          No me preocupo –expresó al subirse con un gran esfuerzo y su cuerpo se tambaleó, ¡demonios, era malo en esas cosas!, Suzaku le tomó del brazo evitando que cayera- Gracias –dijo imaginando la sonrisa burlona del otro pero al llevar la mirada al ojiverde observó una lánguida sonrisa, se aturdió- Suza…

-          Vamos –dijo agitando sus manos haciendo que el caballo comenzara a andar apresurado

 

Veía la espalda alejarse llevó la mano al pecho, sentía que algo le había punzado. Dolía… dolía de sobremanera verlo así… No sólo con esa sonrisa tan fingida sino también verlo en la lejanía. Agachó la mirada e hizo al caballo andar, no quería quedarse quieto, no con esa sensación que le hacía helarse el cuerpo.

Cada trote le hacía adolecerse más. Agitó con más fuerza las riendas, más y más fuerte. El viento le raspaba el rostro y los cabellos azabaches esparcían latigazos en las mejillas y frente. Apenas podía mantener la mirada abierta, sus ojos se secaban totalmente. No quería llorar, no debía llorar.

Su corazón latía con fuerza queriendo salir de su pecho, la adrenalina se disparó haciéndole congelar la piel. El frío sudor le bañaba, algo que era inesperado en él pues odiaba sudar. Parecía no importarle nada, nada salvo encontrar la razón de verlo así ¿Por qué lloraba? ¿Por qué sonreía de manera tan falsa? Y sobretodo ¿Por qué él, Lelouch vi Britannia, sentía su pecho adolecer?

Paró al caballo no sabiendo cuánto tiempo estaría así ¿cuánto más se hundiría en esa maldita curiosidad? Su corazón no dejaba de darle vueltas, no dejaba de ir y venir entre su pasado, su presente, su futuro…

Bajó con enojo de caballo y mirando el lago buscó cierta tranquilidad, sin embargo, parecía como si la vida no quisiese dársela puesto que acto seguido escucho al otro hablarle.

 

-          Lulu, no te detengas así, es peligroso –dijo mirándole montando aún en el caballo, pero el moreno no parecía escucharle… mentira, le escuchaba, claro que le escuchaba pero simplemente no tenía las ganas de responderle- ¡Hey, Lelouch! –llamó con la voz más alta, algo que rara vez hacía

 

Los orbes violetas fueron hacia las esmeraldas, había un aire extraño en ellas, estaban como a punto de estallar. Suzaku no entendía por qué de la nada, él se había puesto así. Bajó del caballo y posó la mano en ese hombro, el otro le respondió con un movimiento brusco haciendo que la retirase.

 

-          Hey, Lulu ¿qué te pasa?

-          Vete –dijo sin mirarle y le dio la espalda

 

El castaño frunció el ceño comprendiendo menos a su emperador, volvió a ponerle la mano en el hombro haciendo que girase, pero Lelouch no quería ceder, entonces sin pensarlo usó más fuerza de lo normal. Estaba harto de que sólo se mantuviera callado y guardase todo para sí.

 

-          ¡AH! –gritó el moreno al caer en el lago y sobre él estaba el castaño, sus cuerpos estaban empapados debido a la caída- ¡Quítate! –imperó pero el otro simplemente se mantuvo en silencio observando de cerca ese rostro… eso hizo a Lelouch sentirse más extraño, frunció el ceño con las mejillas levemente coloradas… cosa que pareció percibir el otro

-          Lu… -fue empujado antes de que pudiese decir más, observó al otro ponerse de pie, el agua se escurría en las ropas blancas ajenas y pegaba éstas a la piel… desvió la mirada, no verle, no debía verle- está atardeciendo… -se puso de pie y haciendo una reverencia expresó a la espaldas del otro- haré mi misión sin fallar, su majestad… -susurró al final- no hay marcha atrás…

 

Lelouch escuchó al otro sujetar las riendas de su caballo, tomó el suyo y caminó tras él. Sus pasos eran distantes, y no había más plática, Lulu seguía sin comprender el por qué su pecho continuaba agitado y anhelante… Quizás si comprendiera un poco lo que al otro le hacía sentirse así podría entender el por qué él mismo se sentía así.

Entró al baño y se metió a la tina. Su cuerpo lo hundió hasta la nariz y miró la nada. 

¿Qué pasaba por la mente del caballero? ¿Qué era lo que le aquejaba? Recordó sus palabras: “No hay marcha atrás...”, claro que no la había, ambos habían estado de acuerdo. Era una promesa, una en la cual muerte y vida estaban enlazadas.

Salió de la tina, el agua se escurría de su cuerpo, no importo. Tomó la toalla y se secó, se puso la bata y comenzó a secarse el cabello… Al parecer había calculado mal, el agua caliente no lo había relajado siquiera un poco.

Buscó sus ropas, se puso los interiores y unos pantalones blancos, buscó una camisa, cualquiera estaría bien. Abrió la ventana y se sentó al borde de la cama, miró el reloj de la pared… En esos momentos su plan debería estar puesto en marcha.

Abrió el primer cajón y sacó una foto. Todo el cuerpo del consejo estudiantil estaba en ella. Sonrió suavemente, le traía algo de tristeza ver aquella imagen, nadie sabía que conservaba esa foto y es por ella que aún no se echaba atrás… por esa foto y por la misma que estaba bajo ella. La tomó, Nunally sonreía con dulzura… No volvería a ver esa sonrisa más. Guardó ambas fotos en el cajón.

Apretó los dientes, no llorar, no podía darse el lujo de llorar. Apretó los puños, no más… No más llanto ni en sus ojos ni en su corazón. No debía lamentar nada, no debía arrepentirse de nada. Todo lo estaba haciendo debidamente, todo… Todo como lo habían prometido… Sólo faltaba un poco más… Un poco más y acabaría esa tortura.

 

-          Suzaku…

 

Murmuró sintiéndose cómo la vida se le iba en ese nombre, se acostó en la cama, abrazó su propio cuerpo. Se sentía más frío que ese aire, no estar a su lado lo hacía sentirse solo, completamente solo. Nada tenía, todo estaba perdido; sólo quedaban ellos dos y aquel juramento, aquella promesa. Ver a su hermana no era lo indicado, su corazón titubearía, se conocía a sí mismo. Ver a sus amigos les traería problemas a ellos… ambos habían elegido ese camino, en el cual estar juntos era temporal y estar separados era el destino…

Detuvo sus pensamientos… ¿Por qué estaban esas ideas allí? ¿Qué eran? ¿De dónde nacían?

Aclaró la mente tratando de callar todo sentimentalismo… Cerró los ojos y pudo ver a los cuerpos lamentándose, logró escuchar el llanto… Él corría y no había salida. Podía oler la sangre, los cuerpos pudriéndose a su alrededor… Ese era su mundo, ese era su sueño, su pesadilla de cada noche. Un tormento que no le dejaba descansar.

Todo estaba envuelto en oscuridad, la completa noche sin estrella alguna, sólo aquella luna teñida de rojo. Él en medio de todo, en medio de tanta gente que se retorcía de dolor, que suplicaba e imploraba… Las voces familiares se escondían tras las desconocidas ¿Dónde estaban a quienes amaba?… ¿Cuánta gente había ya muerto? ¿A cuántos había matado por sus acciones? No tenía paz… En su corazón y en sus pensamientos no había reconciliación.

Abrió los ojos, el sudor frío le había empapado la camisa. Estaba pasmado, era un infierno dormir, no había descanso para él en ningún lado.

Se reincorporó, no dejaba de temblar. Soltó un suspiro tratando de calmarse, miró la ventana, estaba cerrada, alguien la había cerrado. Se puso de pie y cambió su camisa por una seca, salió y comenzó a caminar por los pasillos.

Su mirada estaba puesta en la luz que la luna brindaba en el suelo… Había partes de oscuridad y partes de completa luz. Alzó la mirada hacia aquélla, no era igual que en sus sueños, se veía tranquila, apacible.

Continuó caminando y sin querer desvió la mirada hacia donde estaban las bancas del jardín. Suzaku estaba allí, podía ver su espalda. Caminó un poco más, entre las ventanas podía verle y poco a poco fue encontrando su rostro… sus ojos verdes estaban posados sobre la misma luna que veía antes y bajo ellos caían hileras de lágrimas.

¿Otra vez? ¿Qué pasaba? ¿Qué sucedía que no le decía?

Fue a donde la puerta y salió del castillo encontrándose tras él. Le tocó la espalda llamándole la atención, esta vez no se quedaría sin una respuesta.

 

-          ¿Cómo te fue?

-          Lu…¡LULU! –pegó el grito sorprendido, sus enormes ojos verdes aún tenían bajo ellos las gotas de nuevas lágrimas, Lelouch entrecerró la mirada mostrando su atención en ellas, el castaño se talló los ojos queriendo borrarlas, no deseaba que las viera- Me sorprendiste…

-          Tú eres el que me sorprendió, ¿no deberías estar descansando de la misión? –tomó asiento a su lado, miró de reojo al otro

-          No tengo sueño, salí a tomar aire fresco

-          ¿Más? Te la pasas la mayor parte del día afuera…

-          No es lo mismo –suspiró mirando nuevamente la luna, entonces el moreno sintió celo de ella, tenía tanta atención

-          Suzaku… ¿por qué has estado llorando? –preguntó en seco sin querer pensarlo más, estaba fastidiado de darle vueltas a lo mismo cuando el único que podía responderle con claridad era el mismo ojiverde... sin embargo, el otro no pareció querer responder a lo que el moreno formuló nuevamente su pregunta- ¿Es por la promesa que hicimos que lloras?

-          Me conoces demasiado bien –cerró los ojos al llevarlos hacia abajo, sonrió del mismo modo que lo había hecho en el día, a Lelouch no le agradó

-          ¿No quieres morir? ¿Tienes miedo que salga mal el plan? –sabía que no era ese el motivo pero el otro no daría respuestas claras a preguntas directas

-          No, sé que saldrá como dices, confío en ti –le miró de reojo y volvió su atención hacia abajo- es por eso…

-          ¿Es por eso? –repitió interrogándole, no entendía entonces el problema

-          Euphi murió…

-          Lo sé –dijo suave

-          Nunnally está encerrada…

-          Así es… -entristeció la mirada

-          Nuestros compañeros… verlos…

-          Tampoco es debido… no para ellos… -añadió

 

Suzaku dirigió sus ojos verdes al moreno quien se mostraba más confundido ante cada pregunta, se acercó y puso su mano encima de aquellas que jugaban entre sí los pulgares. Detuvo su movimiento llamando así su atención, el ojivioleta giró el rostro y lo vio.

Las esmeraldas se mostraban abatidas, cansadas… ¿Qué era? ¡¿Qué era aquello que le estaba causando tal dolor?! Ya no era sólo a Suzaku… También a él…

 

-          Lulu… -le acarició el rostro pálido con su mano libre atrayéndolo, acercándose y le besó… besó esos labios con cuidado mientras el otro apenas podía hacerse a la idea de responder

 

Lelouch cerró sus ojos sintiendo cómo su corazón golpeaba su pecho… Dolía… Le estaba doliendo ese beso… pero no quería detenerlo, no quería parar. Abrió más los labios aún titubeantes, recibió la lengua y cerró sus orbes violetas. Quería probarle… Probar de aquello que dolía y le lastimaba… Aquello que sentía.

Sus manos fueron al pecho del castaño quien se acercaba más a él, sus labios seguían pasando caricias entre sí… Debía detenerlo, no podían seguir así y aunque sus pensamientos iban a la razón sus manos ya se sostenían del uniforme del otro.

Entreabrió los ojos y vio aquella piel bronceada tan cerca. Los cabellos cafés estaba revueltos con los negros y sus pestañas se veían más largas de lo habitual. Sintió que su boca se detuvo, cerró los ojos ante el anhelo de más y al volver a abrirlos se topó con las esmeraldas aún fijas en él.

Podía sentir el aliento mezclarse, sus bocas aún estaban una cerca de la otra queriendo más de aquello…

 

-          Suza…

-          Entremos… –le dijo sin una pizca de vergüenza ¿dónde estaba el penoso joven japonés?

 

El castaño le tomó de la mano y lo jaló. Ambos entraron a la habitación del emperador y aún pegados en la puerta comenzaron a besarse… escatimaban el tiempo en que sus manos inexpertas se exploraban sobra las estorbosas telas.

Lelouch estaba atrapado entre la puerta y los dedos del castaño que, bajo sus ropas, le acariciaban con tanta paciencia… no, no era paciencia, era con tranquilidad parecía que el otro quería tomarse su tiempo y así era. Le separó un poco y bajó la mirada comenzando a bajarle el cierre del uniforme.

Suzaku le imitó sonriendo con gentileza, en realidad no sabía si estaba bien o mal continuar, es decir, después de todo… al final, ambos terminarían lejos uno del otro… Separados. Y aquello que en ese instante era el paraíso se volvería un anhelo tortuoso. Detuvo sus manos, estaba dudando… sentía que no podía continuar, levantó la mirada y topó con ese par de ojos violetas, estaban tan fijos en él y se mostraban deseosos.

El rubor se tiñó en ambos rostros y sus labios fueron de nueva cuenta a parar uno en el otro. Las palmas ásperas del caballero erizaban al moreno. Lelouch sentía el calor recorrerle la piel, era algo que nunca antes había sentido. Esas manos que siempre trabajaban tan duramente, esas que siempre habían sido usadas para asesinar ahora le acariciaban y le brindaban una extraña sensación de calidez, de paz.

Soltó un jadeo cuando sintió la mano del otro apropiarse de su hombría y sus grandes ojos temblaron. Contrario a ellos, los ojos color esmeralda estaban serios viendo cada una de sus reacciones; era algo que siempre había anhelado, soñado. Lelouch sintió esos labios recorrerle el pecho, probarle la piel. La boca de Suzaku era gentil… igual que sus manos, igual que sus caricias… igual a sus lágrimas.

El caballero acariciaba la hombría sobre las ropas interiores del otro, sintiendo como se volvía dura ante su tacto torpe, cierta alegría le albergó, después de todo sí podía tocarlo, sí podía seguir. Le bajó más los pantalones con la otra mano y mientras iba cayendo su boca por todo ese pecho pálido, los interiores fueron soltando el cuerpo del moreno. Le miró estando abajo, los orbes verdes y enormes se quedaron un momento asombrados de lo bello que se veía aquella imagen del emperador. Sacó la lengua y lamió la punta cerrando los ojos y comenzando a tragar ese sexo.

El moreno soltó un suave gemido, miró hacia abajo ruborizándose de sobremanera… El corazón le bombardeaba apresurado, desembocándose latido tras latido. Quería calmarse pero no podía, la lengua del otro estaba envolviéndole totalmente la virilidad y eso era algo que jamás pensó que pudiera pasar.

¿Era por placer? Quizás era que su cuerpo reaccionaba simplemente al tacto, aunque si así fuera… ¿Por qué sólo a Suzaku? ¿Por qué no podía imaginar a otro tocándole de ese modo? No lo comprendía… no quería comprenderlo porque inconscientemente sabía que si conocía esa respuesta sería su fin, el fin de su determinación y el inicio de su tormento.

Suzaku por otro lado no estaba lejos de aquellos pensamientos, él sabía perfectamente lo que lo movía a tocarlo, lo que lo movía a desearlo, a anhelarlo… Eso se llamaba amor, y vaya maldito momento en que se dio cuenta, vaya maldito destino y promesa que se hicieron, todo estaba mal, todo el camino que iban a recorrer contra sus propios deseos, contra su propio bien sólo pensando en los demás, ¿y ellos? ¿Ellos que se deseaban? ¿Ellos que se abrazaban de aquel modo? ¿Dónde quedaban? ¿Tendrían que destruir su propia felicidad por la otra?

Sus pechos, sus respiraciones, su agitar, aquellas voces ahogadas, una en aquel cuerpo viril y la otra con las manos… las lágrimas del moreno salieron no sabiendo si era a causa de esa excitación o de ese sentimiento consumidor… ¿Por qué lloraba? ¿Era tanto el placer?

Le chupaba, mientras sus manos le sostenían las caderas y aquéllas fueron más allá apretándole las asentaderas, atrayendo más esa hombría a su boca. Quería probarle, tenerle, tener todo de él… Todo cuanto pudiera. Todo antes que se extinguiera.

Ambos se estaban perdiendo en un placer que antes no pudieron pensar en explorar, en probar; ocultos en esa habitación. Las manos de Lulu se apropiaron de las hebras cafés haciendo que le chupara más… Quería sentir más esa boca, más ese calor. Cerró los ojos y sin poder contenerse liberó su esencia en la boca ajena, soltó un gemido casi ahogándolo por sus adentros.

 

-          Cof cof –tosió un par de veces habiendo sacado la hombría ajena, se había tragado un poco, cosa que le gustó, pasó la mano en la boca limpiándose el residuo y lamiéndolo, le miró desde abajo, sus ojos verdes tan fijos en el otro ruborizado

-          Ah…. Suza…. –apenas podía hablar, apenas podía seguir de pie… quería disculparse no se había podido contener- Lo sien…

-          Está bien –dijo lamiéndose el labio inferior, se puso de pie y lo tomó de la cintura llevándolo a la cama, lo dejó caer, se subió sobre él, beso esa mejilla, le miró perdido en esos orbes violetas- Lulu… eres cruel a veces… -volvió a besarle la mejilla y continuando con los labios hacia el cuello

 

El moreno le abrazó dejándole ser… Comprendía sus palabras. Le abrazó más y más, la piel del otro era tan cálida que podía perderse en ella, podía sentirse tranquilo como pocas veces lo hacía.

 

-          Eres cruel –susurraba mientras sus besos se desplegaban en el cuerpo del otro viajando por el cuello, por la clavícula… sus ojos seguían sin verlo sólo quería guardar el sabor, el olor, la sensación…- Eres cruel, Lulu, cruel como tú solo –susurraba a cada paso, a cada beso

-          Lo sé –murmuró siguiéndole con la mirada

-          Me dejas abrazarte… besarte… -le distanció un poco las piernas, se relamió un poco los dedos y comenzó a colar los dedos en esa entrada, los ojos del castaño no le miraban, no podía verlo sin sentir que las lágrimas le saldrían- me dejas tenerte… sabiendo que te irás… -le miró con suavidad, una lágrima descendió de su ojo, Lulu apretó los labios, sentía que el pecho le dolía- sólo me quedas tú… Lulu… Sólo te tengo a ti… -dijo suave a lo que el moreno cerró los ojos, Suzaku levantó aquel cuerpo bajo y le penetró completamente- Te…

-          Te amo… -dijo rodeándole con los brazos para hundirlo en su cuerpo, el abrazo donde sus cuerpos se unieron totalmente… soltó un gemido ante la total penetración, dolía… dolía pero no adolecía tanto como su pecho

 

Aquellas palabras habían hecho nudos su garganta, no podían hablar más de ello  porque sabían las respuestas, sabían a qué estaban destinados. No había marcha atrás.

Sus corazones apenas podían dejar de sentir, era como una marea de sentimientos revolcados en el momento en que sus cuerpos se unieron. Era verdad, sus cuerpos se habían tocado mucho antes… mucho antes de ese abrazo, de esa entrega. Antes que todo, antes que las palabras… ellos dos se habían mirado y fue como si desde ese momento se hubiesen prometido uno con el otro. Inseparables pero diferentes como agua y aceite.

Gimió suave abrazándole aún más. Su cabello ya no estaba sólo húmedo por el baño sino también por el sudor que aquel acto le hacía desbordar. Abrió los ojos queriendo mirarle, no quería dejar de observarlo, Suzaku había cambiado, algo en él era ligeramente diferente aunque su aspecto inocente seguía siendo igual de cuando niño.

Sus ojos, esos ojos verdes y enormes lo miraban con una mezcla de amor y tristeza… podía verlo, podía sentirlo. El desbordante dolor en un acto, la entrega con miedo, con ansiedad y anhelo… No deseaba eso, no quería eso… Amaba a Suzaku, amaba todo de él, hasta esa parte donde temía pero que continuaba... ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba en esos ojos verdes?

 

-          No me… mires así –fue lo que dijo entre suaves gemidos y luego tomando más coraje alzó la voz- ¡NO ME MIRES ASÍ! –le empujó un poco con la mano

 

El castaño se asombró ¿cómo lo estaba mirando? ¿Qué veía? Sujetó esas manos contra el colchón, el rostro del otro se ocultaba entre las hebras negras y pegadas… quería mirarle, mirarle y encontrar el atisbo de esperanza que había perdido entre su silencio y soledad.

 

-          Lulu… -llamó suave y dulce para después comprender las lágrimas que no derraba realmente- Lulu… –dijo otra vez y luego de hundirse más y más en ese cuerpo paró susurrando- …contigo Lulu… contigo será sufienciente…

 

Abrió un poco los labios y antes de que el otro pudiese volver a dudar los unió. Sus lenguas se necesitaron y sus manos se enlazaron, era lo único que necesitaban y que deseaban.

Las dudas y todos los miedos, cada sentimiento que les impedía avanzar se marchaba, lo dejaban ahogarse entre esas sensaciones, entre sus sentimientos. Una vez era suficiente, una vez par volverse necesitado el uno del otro, para ser esclavo del querer y amar entre ellos. Lo sabían, conocían cuán peligroso se estaba volviendo todo eso y a pesar de ello, no se detenían.

El danzar de uno sobre el otro, el recibir el miedo y cobardía… el entregarse. Todo podían combinarlo, unificarlo y hacerlo perfecto… aunque sea sólo perfecto para ellos.

Suzaku jadeó cerca de esa oreja mientras Lulu sentía a su hombría endurecer nuevamente. El moreno buscó con la mirada el rostro del otro ¿por qué se ocultaba a su costado y le torturaba llamándole una tras otra vez?

 

-          Espera… hazlo más lento… -pedía sintiéndose que si continuaban de ese modo terminaría pronto… ¡y pronto era a lo que más temía!

 

No quería terminar, no quería dejar de abrazarlo, dejar de ser del otro y de hacerlo suyo… no lo deseaba, lo necesitaba, lo necesitaba en su vida… Lo necesitaba porque se había vuelto su vida misma.

 

-          Perdona… -le murmuró al moreno, el cual sintió cómo dentro de él su calor aumentaba- …lo siento Lulu… yo…

 

Quería verlo, quería ver a aquel rostro del caballero al venirse pero fue inútil porque en ese momento el chico castaño se ocultó penoso y dejó correr en las entrañas del otro su esencia.

Más calor y rubor cubrieron las mejillas del rostro del emperador que sintió ser exprimido y torciéndose un poco por el placer se vino entre sus cuerpos mojándolos aún más.

 

-          Ah… eres tan injusto –dijo viéndole de reojo, el castaño había logrado verlo correrse por segunda vez, silenció unos minutos mientras el otro salía con cuidado de él, sus labios se entreabrieron a la sensación de palpitación entre sus nalgas, se ruborizó aún más - … ¿con quién lo has hecho antes? –preguntó sin poder mirarle, aún tenía la sensación de tenerlo dentro

-          ¿Hacerlo?... nunca lo he hecho, eres el primero, Lulu –dijo algo simple mientras lo miraba curioso por la pregunta no sabiendo si estaba celoso o algo similar

-          … -calló dando medio giro y alcanzando los pañuelos de su cajón, comenzó a limpiarse con cuidado, el castaño entonces le detuvo

-          No... –beso su mano sin mirarle- deja que algo mío se quede en ti

 

Las mejillas del moreno se ruborizaron completamente, en verdad ¿dónde estaba el japonés tímido?

 

-          ¿QUÉ DICES? –exclamó nervioso y desvió la mirada lleno de vergüenza- ...ya imagino a cuántas le habrás dicho eso antes –expresó con media sonrisa pero algo celoso

-          ¿Eh? ¿Por qué? –preguntó algo torpe y luego al notar esas mejillas rojas como fuego mismo entendió- Deberé tomar esto como un elogio, ¿soy bueno, no? –dijo casi divertido dándole una sonrisa amplia

-          Que arrogante te has vuelto –masculló avergonzado y ocultando más el rostro

 

Suzaku sonrió ante sus palabras y besó bajo la oreja del moreno, murmuró una petición que le dejó un chapeo en las mejillas y le hizo cerrar los ojos frunciendo el ceño por la pena.

 

-          No volveré a decirlo...-se ocultó con las sábanas

-          También te amo -susurró

Notas finales:

Dos cosas:

1. Como habrán notado tengo fanfics sin actualizar

UNA ENORME DISCULPA, ando sin tiempo y sin inspiración (me pongo chipi)

espero entiendan TT_TT espérenme....~

2. Nuevamente, dejar un review. Sí, insisto mucho pero es que en verdad si no dejan no sé si les ha agradado TT__TT okis?

 

GRACIAS POR LEER HASTA AQUÍ XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).