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Perdona mis actos por Mero-Mero-San

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Notas del fanfic:

Hay caramba, aquí otra de mis locas ideas, una ocurrencia algo fuera de lo común, creo XD

Notas del capitulo: Se están diciendo, esta desgraciada que no actualiza los otros, pero si publica otro, bueno, como entretenimiento les traigo este, me encanto en lo personal el primer capi :) ademas Día tras día se publicara a la noche :D

Luffy también esta

Los derechos son del Gran Oda-sama quien creo a Zoro y Sanji, mis amores yaoi *p*
Otra fiesta, Luffy no se agota de las fiestas, la comida, el escándalo, el agotamiento del rubio, platillo tras platillo; era un placer cocinar para sus Nakamas y más para el peli verde, su querido Marimo ¿Tenía algo de malo estar perdidamente enamorado en secreto del primer oficial?

Se dirigió a la mesa, donde todos se encontraban con ansias esperando sus platos tan deliciosos. Trajo consigo unos 7 platos, 3 en cada brazo y uno en la cabeza –no desperdicien nada- eso iba exclusivamente a los hombres, Nami, Robin y Law sabían cómo comportarse, eran educados no como cierto Capitán

-Sanji, tienes una sonrisa de oreja a oreja ¿Por qué?- la arqueóloga lo cacho de sorpresa asustándolo –ahora te veo…¿sorprendido?- se estaba divirtiendo en ver sus cambios de expresión repentinos -siéntate- movió una silla invitándolo, no dejarían al chef fuera de la mesa

Sus ojos solo estaban centrados en el espadachín, sus movimientos, lo que comía, bebía, si se reía o enfadaba, debía verlo en todo lo posible. Cuando mordiera el postre comenzaría todo, algo que tanto deseaba, algo que lo haría odiarse a sí mismo y que si era posible, que Zoro lo odiara para siempre, pero no importaba, ya había dado ese arriesgado pasó y no habría marcha atrás.

Luego de un rato Zoro se levanto, había sido el último en recibir un amargado postre, el gusto no le molesto, lo que realmente fue de su incomodidad fue el calor indescriptible que su cuerpo comenzaba a abrirse en su interior, el mareo que comenzaba a revolotearle la cabeza, sin contar su visión borrosa -¿Qué? Mi cabeza- se sujeto sus cabellos con su derecha, se sentía mal

-Zoro ¿Qué te pasa?- Nami se acerco a él y toco su frente -¡estas caliente!- retiro su mano al sentirlo así –Chopper, aquí tienes un paciente- lo señalo, no lo tomo muy enserio creyendo que se trataba producto del alcohol

Law se levanto de su asiento -Deja que me encargue yo-

-Te ayudo- Sanji tomo del brazo al peli verde y juntos comenzaron a llevarlo al barco, Este era el segundo paso para la tan dolorosa satisfacción de uno y la experimentación del otro. Apenas llegaron Sanji lo arrojo sobre la litera –debes recostarte Marimo, Law quiere ver algo-

El ojeroso se acerco al espadachín y analizo sus síntomas –si, es el efecto esperado, cuando caiga inconsciente seguirá excitado, así que no tendrás que contenerte- trago saliva al oírlo, Zoro…Roronoa Zoro seria suyo esa misma noche –trata de no dejar daños, yo vigilare hasta que los demás decidan que hacer-

-En-Entendido, cuanto contigo Law- apenas el cirujano abandono el camarote, el rubio sensualmente se sentó sobre Zoro

-¿Qué…pa-mn?- no pudo quejarse completamente, lo que sí, se quejo en silencio al sentir dos dedos del “extraño” en su boca, inconscientemente de lo que estaba sucediendo empezó a ensalivar las falanges con extraña delicadeza

Ya estaba enloqueciendo, jamás pensó en tener a Zoro en sus dedos, estaba tan lindo así, se veía como nunca antes visto, hermoso y lleno de lujuria que se notaba a leguas –así Zoro, así me gusta- no pudo evitar excitarse de sobremanera, esa alga lo enloqueció con solo degustar sus dedos –Zoro, de-deja mis dedos y…abre la boca- obedeció, casi escupió los dedos y abrió su boca de inmediato, Sanji se inclino para saborear esos labios, esa lengua, sentir su saliva, acariciarlo internamente como nunca lo hizo

Algo…algo le gritaba que todo eso estaba mal, muy mal, que estaba haciendo algo prohibido, de un movimiento corrió su cabeza y cortó el feroz beso –No…No…- su agitada respiración y su rostro sonrojado solo lograba excitar a hombre que lo estaba sometiendo -¿Quién…es?- su visión totalmente nublada no le permitía ver a la persona que lo hacía sentir de ese modo

-Cállate, aprieta mi trasero- llevo las manos de su rival hasta su parte trasera y lo obligo a que lo hiciera. Se sentía caliente y con un dolor indescriptible en su cuerpo, tras un latigazo doloroso en su espalda apretó sus manos en la zona del rubio –Marimo…no aprietes tan fuerte- lo estaba estrujando, como se esperaba de un salvaje, mientras el animal se dedicaba a aprisionarlo sin control alguno, el se dedicaba a aflojar la cinta roja, dejando ver mejor ese pecho del cual surcaba la gran cicatriz de hace dos años, sentir su piel de un modo romántico y abusivo le era mejor que luchar mano a mano con él, sentir su rudeza en la cama era mejor que en las peleas.

Sus labios lentamente marcaban un camino de besos por la cicatriz tan áspera y deliciosa

-Me…siento mal-

-Entonces, te aliviare- no se detendría aun que utilizara tonos suplicantes, tan dolidos, era su única oportunidad de tener a Zoro en las sabanas, de tenerlo bajo el, de tenerlo por una única vez; sus manos estaban rojas de tanta presión, rendido, las dejo a un costado de su cuerpo.
Con sus manos deslizo suavemente su pantalón dejando a la vista ese gran e hinchado miembro que yacía prisionero entre otra estorbosa tela, se relamió los labios mientras lo liberaba, eso cabria en su boca como dé lugar, con su dedo pulgar e índice pellizcaba uno de sus pezones mientras le dedicaba su calidez a aquella parte que notoriamente gritaba atención, sus gemidos, el retorcer de su cuerpo, su ojo cerrado con fuerza era un deleite

-No…puedo- se sucumbió ante los toques y la inconsciencia

-No importa si te rindes ahora Marimo, disfrutare-

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No lo recuerda….Zoro no recuerda esa noche y me siento vacio, tenía una pizca de ilusión de que vendría a reclamarme algo, pero no sucedió, bueno, era mejor así, el sigue con sus rutinas, con su vagues, me siento dolido, lo hice con el porqué lo amo y aun así no me conforme con eso, lo quiero a mi lado por siempre, eso es imposible porque no me ama; ¿fue pecado lo que hice? Si se lo digo ¿me perdonara? Ahora tengo miedo, pero no hay posibilidad de que nadie se entere, menos Zoro, todas las pruebas fueron eliminadas por Trafalgar, no habría nada que nos relacione a los dos esa noche, era triste.

¿Cuánto paso ya? ¿Un mes o más? No me importa, me siento pésimo emocionalmente, algunas comidas durante días se me fueron de la mano y las eche a perder, algo inusual en mí, pero no tengo la culpa, el amor me hace sentir así y más la culpa. Repentinamente deje caer uno de mis platos que dirigía a la mesa

-Sanji-kun ¿estás bien?-

-S-Si- creo que mi estomago me dolía, podía ser una mala indigestión, pero ¿Qué clase de indigestión hace presión en mi vientre? -duele- me costaba respirar ¿Qué era esto? Levante mi rostro y note que mis Nakamas me miraban sin entender lo que me sucedía

-¿Kuroashi-ya?- no pude más, mis piernas flojearon y mi cabeza golpeo contra la cabecera de una de las sillas -¡Oye Kuroashi-ya!-

Debo admitir que me dolía el vientre hace varios días, pero nunca fue tan profundo como hoy, sentí que alguien me apuñalo esa zona, era doloroso, quiero ayuda…

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-¡Esta despertando!- Luffy se encontraba feliz de ver al cocinero despertando, su voz tan animada le dejo aturdido -¡Sanji! ¡¿Cómo te sientes?!-

-¡Idiota!- Nami lo aparto de un golpe, no era momento de que el Capitán molestara en su malestar a su cocinero –Sanji-kun ¿Cómo te sientes?-

Movió su cabeza a un costado, no quería hablar o mejor dicho no podía, su garganta estaba seca, ni siquiera podía llorar para expresar que le seguía doliendo ¿Qué diablos le pasaba a su cuerpo? Law poso su mano en el hombro de la navegante y en silencio pidió un momento con el rubio, Robin llamo a todos a la puerta para que se retiraran, Chopper renegó varias veces antes de salir, no quería dejar a Sanji a manos de Law, pero estábamos hablando de un gran cirujano –Sanji-ya, aun no sabes que te paso ¿verdad?- negó con un ligero movimiento –has estado inconsciente durante 3 horas y mientras estabas durmiendo con una princesa me las arregle para realizar un análisis de sangre- frunció sus cejas, se atrevió a darle un pinchazo a su piel –primero dime una cosa ¿Qué hiciste esa noche con Roronoa-ya?-

El color de su rostro paso del blanco al rojo extremo, no podía decirle lo que hizo esa noche, eso ya era parte del pasado, algo que se olvidaría con los días, pero que su cabeza se resignaba a dejar ir –yo…- pudo decir apenas

-No te esfuerces en responder- sonrió de lado –te tengo una gran notica- toco los hombros del cocinero -sabes…tienes un bebé en tu vientre- fue directo -sorpresa- un bebé… esa debía ser una vil mentira, una mentira que lo asustaría, aun que realmente no había por qué asustarse porque era un hombre, entonces ¿Por qué no dejaba de llorar? Hasta hace un momento estaba completamente seco y ahora no podía contenerse, un niño, era imposible –te estás diciendo que esto es imposible y que te estoy haciendo una jodida broma ¿verdad? Pero no es así, increíblemente eres un hermafrodita ¿Qué tal?- una broma, eso era una broma, aun que dijo que no era broma

-Con permiso- el espadachín ingreso sin tocar la puerta –Oye, Chopper te llama, te está pidiendo la muestra de sangre que tomaste del cocinero- levanto su mano pidiendo lo pedido, Sanji lo tomo del brazo tironeando su saco, parecía asustado -¿cocinero?-

Negó varias veces con terror, si entregaba la muestra se sabría la verdad –Iré a hablar con el doctor-ya, tú no te muevas- toco la punta de su nariz apretándola ligeramente –no temas- le susurro antes de salir de la enfermería

Miro con recelo al hombre antes de retirarse -¿Estas llorando?- de seguro lo pregunto por las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas, se refregó lentamente su zona empapada -¿Te pasa algo malo?-

-No-

-¿Cómo te sientes?-

-Bien-

-¿Sabes porque te desmayaste?-

-N-No- no quería darle unas respuestas amplias, sería lo menos directo posible con el peli verde, ni siquiera podía mirarle a la cara, si lo hace…de seguro se pondría a llorar, abuso de Zoro y el estúpido Marimo solo se preocupaba por él o al menos así lo sentía, venia con esas preguntas llenas de interés –quiero…dormir-

No le gustaba el modo en como hablaba, parecía temer algo, podría ser que Law le haya hecho algo terrible y ahora por ello tenía miedo, no habría otra respuesta mejor, tomo asiento al borde de la cama –No tengas miedo cocinero, si algo malo te sucede no dudes en hablar- hablo seriamente, en realidad en esa situación debió de regalarle una sonrisa y un toque de hombro como mínimo –ahora, descansa- se levanto de su lado y por algo desconocido, tal vez miedo o desesperación Sanji tomo de la muñeca al peli verde -¿Qué te pasa?- estaba rojo, no podía más, se atrevió a tocarlo nuevamente, se sentía un desvergonzado, una basura, una basura que llevaba en su vientre al hijo del hombre que tenia sostenido de la muñeca

-Zoro…- Fue extraño que lo llamara por su nombre, por lo que volvió a incorporarse donde antes estaba sentado –qui-quiero sa-sa-saber algo- ese tono tan tembloroso no le agrado –¿tu…tu…perdo-perdonas la tra-traición?- quería saber, quería saber a pesar de saber esa respuesta

-¿Traición? Yo no soporto las traiciones, pero a veces algunas se pueden perdonar con solo pedir disculpas de corazón ¿no lo crees?-

Eso no era nuevo, perdón, si antes le pedias perdón a este hombre tal vez no te las aceptaba, esos días cuando era un cazador de piratas, si se lo decía ¿lo perdonaría? ¿Perdonaría el hecho de que está esperando un hijo suyo? Comenzó a tener una respiración entre cortada, perdonar, quería ser perdonado de inmediato; si se arrodillaba y pedía perdón ¿Zoro aceptaría? Quería que su hijo tuviera al padre, que viera crecer su barriga, que lo viera nacer, que viera como ese pequeño crecía tras los años, no importa si no había amor de pareja, pero por lo menos quería que su pequeño tuviera el amor de ambos, que creciera en un buen seno familiar, donde no viviera con miedos y preocupaciones, que pudiera abrazar a ambos; sus labios temblaban al igual que la mano que mantenía prisionero al espadachín –per-per-per-per-

-¿Per?-

No podía evitar el hecho de no llorar –Per…¡¡¡Perdóname!!!-
Notas finales: Fue corto y muy rápido ¿no? pero es que no quiero entretenerlos con una historia posiblemente aburrida, bueno, ustedes tienen la ultima palabra, lo saben

Un beso y los amo!

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