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Dulce olvido (Taoris) por KaisooShipperXo

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Notas del fanfic:

Adaptación "Dulce olvido" de Stormy Glenn

Traducción: "Traducciones homoeróticas" (con algunas modificaciones)

Notas del capitulo:

Es más bien para mayores de 18, pero es molesta esa advertencia que ponen.

Al principio (mas o menos 3 primeros capítulos) es lemon puro, pero es muy romático y tiene acción. 

TAO…

 

¿Puedes decir yum?

 

Yo puedo. Había visto un montón de hombres sexys en los últimos años, especialmente en mi línea de trabajo, pero no recordaba haber visto jamás uno tan sexy como el hombre que estaba sentado al otro lado de la barra. Le daba un nuevo significado a las palabras ‘sexo en un palo’.

 

Era simplemente hermoso.

 

Y tenía toda mi atención. Tenía la atención de mi pene, también. Desde el segundo en que lo vi, pasé de solo revisar a la multitud a encontrarme sobre una superficie plana con él fallándome hasta que no pudiera caminar. Y solo fue cuestión de segundos. Eso podría haber sido un nuevo récord para mí.

 

Sí, era fácil.

 

¿Y qué demonios?

 

Conocía una buena follada cuando veía una, y este tipo prometía hacer todos mis sueños realidad y tal vez inventar algunos nuevos. Él era el sexo personificado. Cristo, ni siquiera podía caminar por el cuarto sin que los ojos de todos en el lugar se giraran a verlo. El poder de sus pasos era suficiente para hacer hormiguear a mis bolas.

 

Había algo autoritario, peligroso, algo para ser temido. Era casi como si todo el aire en el club se hubiera chupado en el momento en que entró. Este era un hombre que sabía lo que quería y no tenía miedo de tomarlo. Y si tenía suerte, me tomaría esa noche.

 

Sé que tengo buena apariencia. Demonios, estoy malditamente cerca de ser material de Miguel Ángel. O eso es lo que me habían dicho. Mi aspecto era tanto una bendición como una maldición. Soy lo suficiente lindo para que por lo general tenga lo que quiero, pero nadie me toma en serio.

 

Bufé conmigo mismo en voz baja.

 

Si solamente...

 

Al parecer, el cerebro no va de la mano con la apariencia. Tienes uno o el otro. He sido bendecido con una buena apariencia, lo que significaba que tenía que ser tan tonto como una caja de piedras.

 

Había momentos que amaba mi apariencia, y sin duda sabía cómo usarla. Podía mover mi culo y tenía a los hombres inclinándose a mis pies. Eso a menudo mantenía un techo sobre mi cabeza y comida en mi estómago. Ni siquiera podía contar el número de veces que me habían dicho que tenía el más dulce culo del universo.

 

Mi culo era realmente mi obra maestra. Era fuerte, redondo lo suficiente como para estar en un puño, y curvado hacia afuera de mis pantalones, como un sueño húmedo. Agreguen mis abdominales muy bien esculpidos, piel casi bronceada y sedosa, ojos marrones y cabello rubio, tenía el paquete completo.

 

Con un poco de suerte, esta noche eso me ganaría unas cuantas horas en la cama del señor Sexy. Infiernos, ni siquiera le cobraría. Sólo quería sentir sus abundantes músculos sudando sobre mi cuerpo mientras me follaba en el colchón.

 

O cualquier superficie plana.

 

Tan bueno como se veía, aceptaría una superficie redonda en este momento.

 

No hice caso de los hombres que se dirigían a mí y estiraban las manos para acariciar mi piel, me paseaba por el cuarto con un poco más de movimiento de mis caderas. Mi objetivo estaba a la vista, y yo iba a matar.

 

Supe el momento en que me vio. Podía sentir mi piel comenzar a sentir un hormigueo y mis bolas tensarse acercándose a mi cuerpo. Mi pene estaba duro como roca. Tensando los pantalones que usaba, sabía que mi paquete estaba expertamente delineado en la delgada tela.

 

Entre más me acercaba, más se calentaba mi piel. Casi podía sentir su pene pulsando dentro de mí. Mi agujero pulsaba alrededor del tapón que había insertado en mi culo esta noche en anticipación. Sabía que iba a ser follado cuando salí de mi pequeño departamento esta noche. No sabía por quién.

 

Hasta ahora.

 

Pasé un dedo por el cuello de mi blanca camisa y luego dejé que mi mano perezosamente bajara por el frente de mi pecho mientras me lamía los labios. Casi podía oler la excitación del hombre aumentar mientras observaba el pequeño movimiento de mi lengua. La dejé fuera y la moví sobre mi labio inferior.

 

«Así es. Muéstrame que estás interesado, hermoso».

 

Ignoré las miradas impactadas de los otros hombres sentados a la mesa con mis ojos dulces. No me preocupé por ellos. No existían en lo que a mí respecta. Nadie lo hacía, excepto el hombre que se giró hacia mí y extendió sus gruesos y musculosos muslos en una silente invitación.

 

Era una invitación que no tuve reparos en aceptar.

 

No he dicho una palabra de cómo yo montaba a horcajadas sobre los muslos de los hombres como un experto jinete de toros. Del deseo que pude ver arder en sus ojos marrones intenso, las palabras no eran necesarias. Él sabía exactamente por qué estaba ahí, tanto como yo. Pude sentir su duro pene presionándose contra mi culo, como si palpitaba su acuerdo.

 

Sentí un estremecimiento involuntario recorrer mi cuerpo cuando las grandes manos del hombre rodearon mi cintura. No bromeo, era tan grande que podía rodear casi por completo toda mi cintura.

 

Y no, tampoco me estaba alejando. Me estaba jalando más cerca. Dios, mi jodido pene dolía. Mi necesidad crecía con cada segundo que pasaba. Sabía que si no tenía el pene de este hombre en mi culo en los próximos cinco minutos, me iba a correr sin él.

 

¿Y no sería esa la cosa más triste en la tierra?

 

Sentí un poco de miedo cuando mi camisa repentinamente fue abierta desgarrándola, trozos de tela volaban en todas direcciones. Ese miedo se alejó cuando sentí las deliciosas manos moverse sobre mi pecho, colocándolas sobre mis pezones y jalándolos.

 

Dejé caer mi cabeza sobre mis hombros, y el primer sonido entre nosotros salió de mis labios. Era un sonido ininteligible, pero claro como el cristal en su volumen. Un profundo gemido de necesidad. Mi necesidad. Oh Dios, sabía que sería perfecto. Sabía justo cuán duro jalar mis pezones, cuánta presión usar para llevarme al borde mismo de la felicidad.

 

Esa felicidad fue arrancada súbitamente de mí cuando un profundo dolor se inició en mi cabeza. Parpadeé en shock, no por el dolor causado por la mano del hombre que jalaba mi cabello, sino del calor que podía ver formarse en sus ojos marrones, volviéndose más oscuros con cada segundo que pasaba.

 

¡Sí!

 

Él me quería.

 

Cuando usó la mano que me agarraba del cabello para empujarme hacia abajo a mis rodillas entre sus piernas, no pudo evitar sonreír. Yo sabía lo que quería. Era lo que la mayoría de los hombres querían, sobre todo después de que consiguieran un buen vistazo a mis labios. Usualmente parecían como si hubiera estado chupando algo o hubiera recibido un puñetazo en los labios.

Como he dicho, sabía que me veía bien. Si no era mi trasero de burbuja lo que buscaban, eran mis labios. Parecía que podría chupar el cromo del enganche de un tráiler. Técnicamente, no podía, pero eso no me impedía intentarlo. Y eso era algo que hacía bien. No tenía ninguna duda que tendría al hombre en la palma de mi mano —o entre mis labios— en menos de un minuto.

 

Sí, yo era en eso malditamente bueno.

 

¿He dicho que no tenía reflejo nauseoso?

 

Es.

 

Todo.

 

Rápidamente bajé el cierre del hombre y saqué su pene. Podía sentir mi corazón saltarse un latido en mi pecho antes de que mi mano sacara el totalmente lleno pene del hombre de sus pantalones. Una vez que conseguí un buen vistazo a la monstruosidad que saqué, empecé a tener mis dudas sobre mi capacidad.

 

Sus manos no eran lo único enorme. Él colgaba semejante cosa como un jodido caballo. Su pene era tan grueso que ni siquiera podía cerrar la mano completamente alrededor, y tenía serias dudas de poder cubrir cada centímetro de su longitud aunque tuviera cuatro manos. Tenía que ser por lo menos veinticinco centímetros de largo.

 

Bueno, podría estar en problemas.

 

La mano en mi cabello se curvó fuerte. Cuando levanté la mirada, las gruesas cejas del hombre se arquearon como si me desafiara. Yo nunca, nunca, dejé que nadie me desafiara a hacer algo y no seguir adelante. Empecé esto y lo iba a terminar.

 

Manteniendo la mirada fija en el alto y oscuro hermoso, bajé cuidadosamente mi boca y tragué solo la punta del pene del hombre. Mis labios ardían mientras se extendían alrededor de su grueso eje.

 

¡Oh mi Dios, Mierda!

 

Las gotas de pre-semen que inundaban la cabeza del pene del hombre hormigueaban en mi lengua, inundándome con el más exótico sabor que hubiera probado en mi vida. Yo había esperado ácido, porque seamos sinceros, el sabor del semen de la mayoría de los hombres es amargo.

 

Este hombre sabía a especies.

 

Picante.

 

Irresistible.

 

Demonios, sabía a la ambrosía de los dioses. Yo en serio podría volverme adicto y chupar a este hombre gratis de forma regular. Incluso podría rogar por una oportunidad. Lástima que este era un trato de una sola vez. Nunca daba segunda vez.

 

Estaba seriamente considerando lo de la segunda vez después de saborear a este hombre. Pero yo no necesitaba llevar a nadie a cuestas. Solo quería salir, incluso si eso significaba dejar al señor Sexy. Sólo rezaba para que tuviera un realmente buen poder de recuperación. No quería terminar con él en un largo tiempo.

 

Acaricié con mi lengua la cabeza de su pene y esperé a que mis labios se estiraran alrededor de él lo suficiente como para tragarlo. Era obvio que iba a tomarme un poco más de esfuerzo de lo normal, chupar a este hombre.

 

Mentalmente me encogí de hombros. Oh, bueno. Él tenía el potencial para darme una realmente buena monta. Podría poner un poco más de esfuerzo para eso.

 

Traté de hacer precisamente eso. Una vez que mi boca se había adaptado a su tamaño, lamí un camino desde la punta de su pene hasta la raíz y luego un poco más hacia abajo. Sentí la mano del hombre apretar mi cabello mientras chupaba una de sus bolas dentro de la boca. Oh, sí, a él le gustaba eso. Podía decirlo.

 

Tomé la otra bola en mi boca, rodándola con mi lengua antes de lamer la línea hacia arriba a la gruesa vena en un lado. En el momento en que llegué a la ranura de la cabeza de su pene, tomé el pre-semen que se había formado y empezaba a gotear por los lados de su pene. Me empeñe en lamer cada gota hasta que mi boca explotó con el sabor.

 

Otro gemido largo y profundo salió de mis labios mientras lentamente lo chupaba hacia abajo. Tomé alrededor de la mitad de la impresionante erección del hombre antes de tener que hacer una pausa y tomar una profunda respiración por la nariz. Una vez que tenía más aire en mis pulmones, continué.

 

Seré el primero en admitir que tenía un poco de ego. Cualquiera vería la manera en que lo tomaba. No podría entrar en un cuarto sin tener a los hombres y mujeres, lujuriosos tras mi cuerpo. Pero la lujuria que estallaba en la profundidad de esos ojos marrones del hombre mientras lo tragaba.

 

Me hizo sentir como si pudiera conquistar el mundo. Quería más.

 

Lentamente empecé a mover la cabeza, chupándolo, mis mejillas se hundían y movía los labios en su grueso pene. Quería saborear cada centímetro mientras se movía a través de mi boca.

 

Una vez que lo tomé, fui capaz de moverme más rápido. Movía rápido la boca arriba y abajo del pene del hombre mientras él follaba mi boca, fácilmente lo tragaba hasta la raíz en cada ocasión. Aun así podía sentir las exquisitas gotas de pre-semen cada vez que lo tragaba, y Dios, eso era jodidamente fantástico.

 

Cuando las bolas del hombre comenzaron a subir y tensarse en su cuerpo, aumenté la velocidad de mis movimientos, chupándolo hacia mi garganta cada vez más rápido, cada vez hundiendo mis mejillas subiendo a la punta.

Sabía que el hombre se estaba acercando, y quería que recordara esta mamada como la mejor que hubiera recibido. Cuando su pene comenzó a hincharse, mis ojos se abrieron, y me ahogaba. El hombre se limitó a sonreír y sostuvo mi cabeza en su lugar con su mano en la parte posterior de mi cabeza.

 

De repente no podía llevar aire a mis pulmones. Traté de respirar por la nariz, pero estaba enterrada en el vello púbico del hombre que me metía el pene hasta el fondo de mi garganta y se corría con un ruido sordo.

 

Chorro tras chorro de su semen fue descargado dentro de mi boca. Tragué tan rápido como pude, pero podía sentir gotas deslizarse hacia afuera por los bordes de mi boca. Trataba de tragar cada gota, pero no pude. Cuando la presión en la parte posterior de mi cabeza se liberó, levanté la cabeza, el pene del hombre salió de mi boca con un sonoro pop, y me dediqué a lamer cada gota de semen que pude encontrar.

 

Cuando el eje del señor Sexy estaba todo limpio, con mucho cuidado lo puse de nuevo en sus pantalones, pero no subí el cierre. Estaba realmente esperando que nuestro tiempo juntos no hubiera terminado. Mi necesidad había ido creciendo mientras lo chupaba, y si no tenía un pene en mi culo muy pronto, iba a gritar.

 

No sería algo muy agradable de ver.

 

Cuando repentinamente fui levantado del suelo e inclinado en la mesa, sabía que mis sueños estaban a punto de cumplirse. Tuve un ataque repentino de miedo cuando me acordé de lo grande que era el hombre y que mi tapón ni de cerca era tan grande.

 

«Esto podría doler».

 

Mis pantalones fueron jalados hacia abajo por mis piernas. Rápidamente siguió mi camisa hasta que estaba acostado en la mesa exhibiéndome desnudo a excepción del tapón en mi culo y los zapatos en mis pies. Mis piernas fueron separadas y sentí al enorme hombre acomodarse entre ellas antes de que pudiera protestar.

 

Rodé los ojos. Como si fuera a protestar. No lo haría.

 

Escuché una divertida risa mientras el tapón en mi culo era movido. Me estremecí con deleite. Se sentía tan condenadamente bien que jugara con el tapón, lo sacaba y lo empujaba y lo movía alrededor rozando mi próstata.

 

Aunque, un pene se sentiría mejor.

 

Me encontré haciendo la única cosa que nunca había hecho. Rogar. —Por favor.

 

Sí, estaba malditamente necesitado.

 

El tapón fue retirado de mi culo, y otra cosa lo sustituyó. Eso era caliente y suave y ¡oh Dios! era enorme. Sentí cómo mi culo estaba siendo abierto en dos mientras el hombre lentamente se empujaba hacia delante, hundiendo su enorme pene en mi estrecho agujero.

 

En el momento en que sentí sus muslos rozar contra mis nalgas, pensé que podría ser capaz de saborear el pene del hombre en mi garganta. Eso era cuán lejos en mi interior estaba. Me aferré al borde de la mesa y trató de no estremecerse cuando se detuvo dentro de mí.

 

Necesitaba que se moviera, que me follara, que hiciera algo. Yo estaba empalado en un tablón de dos por cuatro, y el hombre estaba allí de pie, sin moverse. Me estaba volviendo loco. Mi culo se estiraba tan grande que sentí que podría partirse a la mitad, y dolía.

 

Mi corazón subió a mi garganta cuando sentí las manos del hombre palmeando mis nalgas, casi me aparto en señal de protesta. No estaba en esa cosa de las nalgadas. Eso no era mucho de mi agrado.

 

Y entonces esa larga y poderosa mano me golpeó de nuevo justo cuando el hombre comenzó a moverse. Cualquiera que fuera la protesta que iba a dar se perdió en el grito de éxtasis que salió de mi garganta.

 

Cada centímetro del pene del hombre rozaba mi dulce punto mientras el hombre salía y entraba. Por un loco segundo me pregunté si el pene del hombre estaba específicamente diseñado sólo para mi culo. Se sentía como si estuviera llenando cada centímetro de mí como si se suponía que debía encender todos los nervios en mi culo.

 

Era jodidamente fantástico.

 

Incluso, mejor de lo que había esperado.

 

Cuando tomó mis caderas estaba en el borde de la mesa y entonces levanté mis rodillas, todo lo que podía hacer era gemir. Mi culo estaba siendo golpeado cada vez que el hombre se empujaba dentro de mí a un ritmo que era francamente muy sorprendente. Apenas podía registrar el hecho de que él se retiraba antes de que se empujara de nuevo dentro de mí.

 

Repentinamente fui levantado por los brazos del hombre. Y entonces se sentó, arrastrándome en su caída. Mientras mi cuerpo se acomodaba sobre el suyo, su pene en mi culo se deslizaba aun más adentro, lo que me sorprendió un infierno. No creía que pudiera entrar más dentro de mí.

 

Mis piernas fueron abiertas hasta que estaban sobre los muslos del hombre y mi espalda fue jalada contra el sedoso y sudoroso pecho del hombre. Sentí algo pequeño y redondo presionándose contra un lado de la espalda y me di cuenta de que el hombre tenía un pezón perforado.

 

«Oh, lo que podría hacer, jugando con eso un rato».

 

Todo pensamiento de pirsin, y respirar salió de mi mente cuando sentí una mano alrededor de mi pene. Estaba tan sensible que juro que podía sentir un cosquilleo en mis bolas cuando el hombre comenzó a acariciarme.

Tal vez era sudor.

 

No me importaba.

 

En serio.

 

Sólo necesitaba que el magnífico pene no dejara de llenarme. Estaba tan cerca que casi podía saborearlo. Lo necesitaba tan jodidamente urgente.

Cada centímetro de mi piel cosquilleaba. Yo estaba enrojecido por el calor y estaba cada vez más caliente. Empecé a sentir que mis entrañas estaban hirviendo.

 

—Por favor —le rogué.

 

Sí, yo estaba rogando.

 

De nuevo.

 

No lo podía evitar. Se sentía tan malditamente bien. Nadie nunca me había follado de esta manera. Podía sentir mi sangre latiendo en mi cuerpo mientras me empalaba en el pene del hombre una y otra vez, mi estrecho, abusado pequeño agujero, gritaba en agonía mientras se extendía más allá de la imaginación.

 

Y se sentía tan malditamente bien.

 

Repentinamente una mano tomó un puñado de mi cabello, jalando mi cabeza a un lado. Parpadeé sorprendido cuando algo de mi placer comenzó a desvanecerse. Oscuro ojos negros fijos en los míos.

 

Espera.

 

¿Ojos negros?

 

«Uh… »

 

-¿Me aceptas?

 

« ¿Huh?»

 

Solo parpadeé confundido hasta que la mano alrededor de mi pene apretó casi hasta el punto de dolor.

 

-¿Me aceptas?

 

-Sí- murmuré. Infiernos, diría lo que quisiera si simplemente seguía follándome.

 

La profunda feroz sonrisa que cruzó el rostro del hombre debería haber sido mi primera advertencia. En realidad, debería haberlo sido. Y si no hubiera tenido ese enorme pene en mi culo y su mano alrededor de mi dolorosa erección, sumergiéndome en eso, mordiendo solo un poco más de lo que podía masticar.

 

Pero, tenía su enorme pene en mi culo y su mano envolviendo mi dolorosa erección. Entonces, cuando un orgasmo de proporciones épicas recorría mi cuerpo, empujé lejos las campanas de alarma que sonaban en mi cabeza y me hundí en el dulce olvido del éxtasis.

 

Y eso iba a lamentarlo..


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