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¿Quién eres realmente? por SunaLove51

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Notas del fanfic:

Soy nueva en esto, aún así espero que la historia sea de su agrado y sepan tenerme paciencia XD

Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a Masashi Kishimoto o como yo lo llamo Kishi-troll porque me hace sufrir mucho XP

Bueno espero que disfruten el comienzo de esta historia y tengan piedad de mis errores… u_u 

 —"Kami... nunca creí que llegaría el día en que miraría al espejo y desearía que la tierra me tragara..." —pensó Naruto mientras intentaba respirar con tranquilidad.

 

 Y seguro se preguntarán... ¿Qué puede llevar a que un joven de 19 años se sienta de esta manera al ver su propio reflejo?

 

 ¿Tal vez vería el rostro de alguien demacrado al haber sido rechazado por su amor no correspondido?

 

 ¿Una horrible cicatriz causada por un accidente?

 

 O quizá... ¿No ser agraciado físicamente?

 

 No. Ninguna de esas razones sería la correcta e incluso estoy segura que tardarían en adivinar la verdadera razón...

 

 En primer lugar, jamás había estado de novio y sufre según su "queridísimo" amigo Sai, de SVA (síndrome de virginidad aguda)

 

 —No sé porque todavía considero mi amigo a ese idiota... —murmuró con sus mejillas sonrojadas mientras recordaba una de las tantas frases fuera de lugar que el moreno era capaz de pronunciar sin el más mínimo signo de vergüenza y con su típica sonrisa falsa a la cual él llamaba "amistosa". Aunque el rubio siempre pensó que el adjetivo escalofriante le cuadraba mejor a ese gesto, pero quien era él para llevarle la contraria a Sai, sobre todo siendo alguien que no poseía la suficiente paciencia para enfrascarse en una discusión que solo le acarrearía un dolor de cabeza.

 A pesar de ser un luchador, sabía que era una batalla perdida.

 

 En segundo lugar, tampoco (y por suerte), había tenido un accidente a lo largo de su vida y no por falta de oportunidades. Digamos que no era una persona precisamente tranquila, dócil y de hacer mucho caso a sus mayores. Él era de espíritu travieso e indomable, un completo remolino de energía que, si no se tenía cuidado, podía convertirse en un huracán capaz de causar desastres. Sus padres podían dar fe de eso.

 

 Y tercero y último, era un chico con un atractivo angelical y una luz tanto interna como externa que atraía a los otros como un faro que guía a los que están extraviados... Con solo pisar un lugar era capaz, inconscientemente, de atraer la atención de los demás. Pero cuando hablaba y sonreía con su característica alegría encandilaba irremediablemente a cualquiera. Esto, a su vez, también tenía su contra, ya que el rubio era la representación en carne viva del dicho "Las apariencias engañan"... Muchos caían en el error de creer que por su apariencia Naruto era débil y descubrían, muchas veces a base de golpes, que el "angelito" con sonrisa alegre y mirada dulce era capaz de convertirse en un demonio para defenderse a él mismo, a alguien amado o incluso a alguien desconocido de una agresión o injusticia.

 

 Entonces dirán... ¿De qué demonios se puede quejar alguien como él? Sencillo, Naruto era un hombre y estaba a punto de presentarse ante miles de personas como vocalista de una banda en ascenso. Con el pequeño detalle que debía hacerlo fingiendo ser una chica y para colmo no como una chica normal, no... Su representante no creía que su sufrimiento era suficiente, debía hacerlo un poquito más insoportable vistiéndolo como una fémina desenfadada y sexy, eligiendo para él un atuendo al estilo punk lolita: borcegos de cuero negro hasta las rodilla sobre unas medias 3/4 de red negras con portaligas que se perdían bajo un vestido ultra corto acampanado (que por suerte), llevaba debajo varias capas de tul naranja y negro logrando disimular unos diminutos bóxer al tono (porque bajo ningún concepto pensaba usar ropa interior femenina y mucho menos la que el pervertido de Ero-sennin le había comprado. ¡Antes muerto!). Y su parte superior terminaba en un escote corazón previamente modificado para otorgarle un par de atributos femeninos de los que carecía. Lo único que lo aliviaba un poco era que sobre la prenda antes mencionada llevaba una chaqueta corta de cuero negro con aplicaciones de tachas en hombros y espalda, que disimulaba lo anterior. Sin embargo, ¿Qué sería de un gran atuendo sin el peinado apropiado? había dicho el pervert... digo, su padrino y representante, por lo que en ese momento llevaba una muy larga peluca rubia con algunos mechones negros peinada en dos colitas altas llenas de rizos.

 

  El chico se miró una vez más deseando que alguien entrara y lo matara liberándolo de su "desdicha", pero luego de recapacitar unos instantes cayó en la cuenta que la razón que lo había orillado a soportar tal situación y por la cual era capaz de aguantar cualquier humillación era muy importante: ayudar a una de las personas que más amaba en el mundo.

 Así que el que pagaría sería su representante...

 —Está decidido, cuando vea otra vez a Ero-sennin… ¡¡Voy a matarlo!! —dijo en voz alta encaminándose al escenario y auto convenciéndose.

 —"¡Esto pasará! Lo superaré y esto pasará a ser una anécdota de la cual me reiré en el futuro" —Trataba de darse ánimos.

 

 Finalmente llegó al costado del escenario y comenzó a ascender por las escaleras a la vez que saludaba a los demás miembros de la banda. Se detuvo en el centro de la estructura que lo daría a conocer a todo Japón y que aún mantenía el telón bajo. Inspiró en profundidad; los nervios seguían ahí, no podía negarlo. Aunque lentamente iban siendo reemplazados por el valor que lo caracterizaba y que aumentaba el recordar, una vez más, la razón por la que estaba allí: Ver de nuevo la sonrisa de su madre, Kushina. 

 El telón comenzó a ascender lentamente, mientras los gritos que clamaban por ella aumentaban. Las luces comenzaron a parpadear de manera casi cegadora a medida que los primeros acordes de la guitarra eléctrica sonaban e iban intensificándose.

 Naru saludó con una gran sonrisa al público presente y el show comenzó...

 

 

 

 

 

=*=*=*=*=*=*=*=

 

 

 

 

 

 En ese mismo momento en otra zona de Tokio, un pelinegro enbestía de manera salvaje a una pelirroja que se encontraba en cuatro sobre la cama de una lujosa suite.

 —AH... Ahhh... Mmmmmm... AAAAHH ¡¡UCHIHA-SAMA!! Más... ¡¡MÁS DURO!! —gritaba la mujer mientras recibía las estocadas de su jefe. 

 —Mmmm... Cállate Karin...No soporto tu voz chillona... Mmmm... AH... —decía el joven mientras daba las últimas estocadas y retiraba su miembro del interior de la chica sin ninguna delicadeza y caía a su lado sobre el suave colchón, colocando el dorso de su mano sobre sus ojos y tratando de regularizar su respiración.

 Luego de la agitada sesión de sexo, la habitación se sumió en un silencio que fue roto por la jadeante voz de la pelirroja.

 —Lo siento Sasuke, no puedo evitar gemir de esa manera cada vez que hacemos el amor. Nunca me cansaré de ti —dijo sonriendo.

 De repente, el moreno se sentó al borde de la cama, de espaldas a su acompañante a la vez que comenzó a recoger las prendas de ella.

 —Veo que te estás tomando atribuciones que no te corresponden... Primero, no hacemos el amor, nos revolcamos. Segundo, no recuerdo haberte dado vía libre para que me llames por mi nombre. Para ti sigo siendo Uchiha-sama. Y tercero, no me importa cómo te sientas. Por mi parte ya me aburrí de esto... —Terminó de decir, arrojando las prendas sobre ella.

 — ¿Qué quieres dec... —Trató de preguntar, siendo interrumpida por él.

 —Lárgate. Nunca compartí mi lecho con nadie más allá de una sesión de sexo y no voy a empezar contigo. El lunes pasa por las oficinas de personal a retirar tu indemnización —Pronunció de la manera más fría que fue capaz de emplear.

Después del estado inicial de shock en el que se vio sumergida, Karin comenzó a llorar reclamándole.

 — ¿Cómo puedes hacerme esto? —Dijo de manera desesperada— ¡ERES UN MALDITO BASTARDO SIN CORAZÓN!—gritó rompiendo en llanto.

 —No escuche que te quejaras de eso mientras te cogía —Retrucó de manera obscena mientras cerraba sus ojos y se tomaba de la sien, demostrando agobio por la situación—Creo que en lo último que pensabas era en mi corazón —Concluyó, mirándola por fin, con una sonrisa ladeada y burlista tan típica de él—Y sabes, si ya me habías aburrido, ahora tus sollozos terminaron por hartarme. Voy a darme una ducha y cuando salga... No quiero verte aquí —Puso énfasis en la última frase, alejándose camino al baño.

 La mujer se mordió los labios con rabia, tratando de callar más cosas, que de ser dichas le traerían muchos problemas. No por nada su ex amante era uno de los empresarios más poderosos de Japón.

 Es verdad que la fortuna del pelinegro venía de una larga línea de empresarios exitosos. Sin embargo, su ex jefe y amante había aumentado considerablemente su patrimonio a base de inteligencia y un carácter implacable.

 Sasuke Uchiha era un hombre que no admitía un "no" como respuesta. Siempre terminaba saliéndose con la suya.

 Quería obtener un negocio, no importa lo que se cruzara en su camino, lo obtenía. Deseaba a alguien en su cama, la o el elegido (ya que él no hacía distinciones en cuanto al sexo), terminaba debajo o sobre él (según él lo dispusiera), pidiendo por más. Y así en todos los ámbitos de su vida. Incluso su propio padre fue tratado como un objeto desechable cuando se convirtió en una piedra en su camino al poder. 

  —"No —pensó la pelirroja—. No es una buena idea tener a alguien como él de enemigo" —Pero la rabia la llevó a decir unas últimas palabras antes de oír la puerta del baño cerrarse.

 —Deseo que conozcas, aunque sea en parte, el dolor que le provocaste a tantas personas. Estoy segura que sufrirás mucho—dicho esto acabó de vestirse y se marchó dando un portazo.

 A pesar del miedo inicial, sabía que Sasuke no se vengaría por esas simples palabras, porque él subestimaba los sentimientos de los demás y sospechaba que hasta los propios, creyendo que no los tenía. De la misma forma en que subestimaba a Karin pensando que no sabía ubicarse. Por supuesto que estaba completamente equivocado. Ella sabía cuál era el lugar que ocupaba en la vida del Uchiha, uno tan insignificante como el de tantos otros antes. Estaba muy segura que para el día de mañana ya no se acordaría de ella y buscaría a alguien más...

 Sasuke, por otro lado, a pesar de haber escuchado esas palabras ni siquiera se inmutó. Llamó al servicio del hotel y pidió que cambiaran las sábanas de su cama. Luego accionó la ducha, reguló la temperatura y se metió bajo el chorro de agua dejando que su cuerpo se relajara. En el tiempo que duro su baño, el único pensamiento con sorna que dedico a las palabras de su última amante fue.

 —"Para eso debería enamorarme y no creo en esa estupidez llamada amor".

 Al terminar su ducha, salió del baño solo con un bóxer mientras secaba su cabello con una toalla. Aunque su plan inicial era volver a su mansión, por esa noche se quedaría en esa habitación, ya que la sesión que tuvo con esa tonta más que desestresarlo, lo dejo más tenso y no tenía ganas de soportar visitas indeseadas de su madre o hermano. Su cuota de reclamos por esa noche estaba al tope.

 Se dejó caer de espalda sobre la cama recién hecha y totalmente aburrido prendió la gran pantalla plana que se encontraba en el lugar. No era muy amigo de ese aparato al que denominaba "Atrae idiotas", pero no le quedaba más remedio. No quería ponerse a divagar en las razones de cambiar de compañía sexual una y otra vez, porque sabía que lo hacía para llenar un vacío interior con el que cargaba constantemente y satisfacer su total falta de interés hacia las personas que lo rodeaban. Eran tan fáciles de leer, sus intenciones eran tan claras que le daban ganas de bostezar cada vez que conocía a un nuevo "parásito" deseoso de sacar tajada de algo que él poseía.

 —Esta habitación me gusta, quizá ordene que la reserven para mi uso personal —Se dijo a sí mismo. Después de todo el hotel le pertenecía y podía hacer y deshacer a su antojo. Aunque debería traer varios de sus libros o su laptop la próxima vez, por si las dudas.

 De repente una melodía capto su atención, haciendo que se sentara sobre el lecho y observara la tv. Las luces de un concierto que había comenzado a transmitirse habían creado un juego de luces y sombras en el lugar que en ese momento se encontraba en penumbras. Tomó el control remoto con la intención de cambiar de canal, pero una voz potente y seductora lo paró en seco, era como el canto de una sirena… No era la típica voz de niña chillona que tanto detestaba y que era muy común en el mundillo del espectáculo. Esa voz era un poco más grave pero con un tono atrayente y ni hablar de la dueña de ella, una niña rubia con enormes ojos azules y sonrisa radiante.

 Los ojos del Uchiha destellaron y una sonrisa maliciosa se formo en su rostro. Su próxima presa acababa de aparecer frente a él.

 

 

Continuará...

Notas finales:

De alguna manera estoy nerviosa XD Gracias por leer esta humilde historia y espero que me dejen algún RW, aunque sea para una crítica constructiva, eso me ayudaría mucho.

En cuanto a las actualizaciones, trataré de que sea una vez a la semana, entre viernes y sabado.

Espero que la pasen genial. Besitos!!! ^_^)/


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