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La suerte empieza a estar de mi lado. por Kuraikun

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Notas del fanfic:

Buenas~, ¿qué decir? Si ya sabéis todo por lo que he contado en el resumen xD.

Espero que esta cuenta no le pase lo mismo, como a la otra, y también a tener más lectores y eso ^^-

 

Notas del capitulo:

Que disfrutéis ^^.

Sus padres y él, Daichi Riku, se habían mudado a una ciudad por el nuevo trabajo de su padre.

El pequeño de ojos verdes de unos 12 años de edad no sabía si alegrarse o no por el cambio, en su antiguo instituto se metían con él y en el nuevo no quería que sucediera lo mismo. Según sus compañeros de clase era afeminado por llevar el pelo todo igualado que le llegaba poco más de los hombros la razón:  Sus padres querían una chica en vez de un chico, por lo que le obligaron a llevar el pelo así, aunque a él tampoco le importaba. Era de estatura media ni muy alto ni muy bajo, su complexión era delgada, sin embargo a todas horas tenía hambre y no engordaba por más que comiera. Su pelo era de un color azul oscuro.

Una vez llegaron a la casa su primera impresión fue que sería muy acogedora, era mucho más grande que la anterior, y esperaba a que su cuarto también lo fuera.

Todos los muebles ya estaban puesto solo faltaba ordenar todas su cosas. Su madre lo llamó para que la ayudara.

-Daichi, no te quedes ahí como un tonto ayúdame con las maletas-se quejó su madre.

-Sí, ya voy- contestó este con desgana. –Azuki sal-le abrió la puerta del coche a su perro, era un perro de agua, era marrón y su pelo estaba bien cuidado, Azuki salió del coche y se puso al lado de su dueño Daichi cada vez que podía le seguía a todas partes.

-¿Por qué te tuviste que traer al chucho?-esta vez fue su padre quien habló y odiaba al perro de su hijo, básicamente no le gustaban mucho los animales.

-Porque no le puedo dejar ahí abandonado, ya lo hicieron una vez- y era verdad él lo recogió porque lo vio en la calle cuando el pequeño solo tenía unos meses.

El resto del día fue bastante agotador, no paraban de ordenar cosas, al terminar todo, Daichi se tiró a su cama agotado.

-Buenas noches Azuki-se despidió de su mascota y enseguida cayó dormido.

 

Cuando se despertó para ir al instituto, su madre no estaba abajo para hacerle el desayuno por lo que se lo hizo él solo, y luego se fue. Allí había que llevar uniforme, pero no llegó a tiempo por lo que se tuvo que ir con ropa de calle. Vestía con una chaqueta negra con el cuello levantado, debajo una camiseta roja, unos pantalones vaqueros, y unas deportivas algo desgastadas, antes de marcharse no se olvidó de coger sus muñequeras que siempre llevaba consigo.

Llegó en unos diez minutos andando, vivía cerca. En la entrada había un chico de pelos castaños alborotados hacia la derecha y unos ojos azules. El chico era mucho más alto que él, por lo menos le sacaría una cabeza o más, al pensar junto a él, el chico lo miró por alguna razón, pero él pasó de largo.

En la clase todo estaba muy tranquilo. Se sentó al lado de la ventana y esperó a que el profesor llegase.

Uno de los chicos que estaba delante se giró para hablar con él, era rubio de ojos azules, con una cinta verde oscuro en la cabeza, le dio la impresión de que era más bajo que él.

-Hola, me llamo Kazuki Ryu, para los amigos  Kazuki ¿y tú?-preguntó animadamente el rubio.

-Daichi Riku, llámame como quieras- respondió este serio mirando por la ventana, hablar con las personas no era lo suyo y realmente le daba igual como lo llamase.

-¿Te pasa algo? ¿Por qué estás tan serio?-hizo de nuevo una pregunta preocupado por Daichi, aunque no lo conociera del todo.

-Nada,  no te preocupes por mí –sonrió leve mientras decía todo aquello.

-Pero…-cayó durante unos segundos pensando en que iba a decir- pero ¡te ves muy serio, eso es que te pasa algo!-infló los mofletes.

-Que no me pasa, te vuelvo a repetir que no te preocupes…-suspiró con pesadez.

-¡Estás mintiendo! ¡Dímelo, dímelo, dímelo~!-empezó a agitarle por los hombros, en ese momento llegó el profesor, por lo que paró de hacerle eso.

-No miento-contestó el menor, y ya durante el resto de las clases no hablaron, porque el rubio se pasaba la hora hablando con su mejor amigo, y su compañero de al lado no le habló absolutamente para nada.

Así pasaron las clases, muy aburridas para él, en el recreo estuvo solo como de costumbre aunque no le importó, ya haría amigos más adelante.

-¿Dónde estará el club de fútbol o no habrá?-lo dijo sin querer en voz alta, y el chico que antes vio en la entrada estaba detrás de él, no pudo evitar escucharlo.

-Si quieres te acompaño, yo soy del club, lo que pasa es que está muy escondido-contestó a su pregunta y se puso a su lado con una sonrisa leve. El menor se sobresaltó al no esperarse a que alguien contestara.

-Gracias, ¿cómo te llamas?-se giró para ver quién era ya que no reconocería su voz.

-Hyo Toshiki, pero puedes llamarme Hyo ¿y tú?-se puso delante de él y caminó hacia el sitio que ambos buscaban.

-Daichi Riku, encantado de conocerte

-Igualmente, Riku

En unos pocos de segundos llegaron al club, donde varios chicos entrenaban, vio como su compañero de al lado estaba allí, y con el que le habló esta mañana.

-Oye Toshiki ¿quién es el capitán?-preguntó

-¿Ves al chico rubio de pelo largo de allí?-señaló al capitán del equipo y asintió con la cabeza-ese es, seguro que te deja entrar se llama Kaoru Minami, suerte~-le dio una palmadita en el hombro y se fue hacia los vestuarios para cambiarse. Al final pudo unirse al equipo, percatándose de que todavía faltaban jugadores.

El entrenamiento fue intenso, esperó a que todos salieran para luego entrar él. No es que le diera vergüenza cambiarse delante de los demás, era por otra cosa que nadie quería que supiera. Entró y al quitarse la camiseta, el portero del equipo que era Hyo entró porque se le había olvidado una cosa allí. Se sorprendió al ver todas las ciatrices que tenía su compañero en la espalda, se acercó sigilosamente y tocó una con el dedo recorriéndola.

-Riku…¿Cómo te has hecho todas esas cicatrices en tu espalda?-preguntó realmente muy preocupado por él, eso no era normal que tuviera tantas ¿qué le habría pasado? Daichi pegó un salto del susto, no se lo esperaba ni le escuchó entrar.

-Ehm…yo…¡no me acuerdo de cómo me las hice!-respondió rápidamente y se apresuró para ponerse su ropa de nuevo, se notaba un montón que mentía, desde nunca se le dio bien mentir.

-Estás mintiendo, dime de qué son-exigió el mayor con serenidad.

-Te lo cuento en otro sitio, ¿quieres que vayamos al parque?-había uno bastante cerca del instituto, además era temprano todavía.

-Si prometes contármelo iré

-Te lo prometo

Le había prometido eso, pero era un secreto que nadie hasta ahora sabía, tenía miedo de cómo reaccionaría al saberlo Hyo…

 

Notas finales:

Subiré ya todos los capítulos que tengo, así que en una tarde estarán los seis, y el capítulo 7 está en proceso xD.


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